En las últimas horas falleció el laureado actor Adhemar Rubbo, figura insoslayable del teatro y la TC en el último tercio del siglo XX.
“Que su don de gente y noble compañero nos acompañe siempre, así, como cada vez que la vida nos dio la oportunidad de cruzarnos con él, alentándonos siempre a seguir adelante. Aplausos de pie querido Adhemar y agradecimiento infinito”, saludó en su web la Sociedad Uruguaya de Actores.
Nacido en la localidad canaria de La Paz, descubrió en la adolescencia su gusto por la actuación. En 1949, cuando se fundó la Escuela Municipal de Arte Dramático (luego Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático, EMAD), se sumó a la institución. Allí recibió aulas de Margarita Xirgú, de quien no tenía el mejor de los recuerdos, según publica el periódico la diaria.
“Gran actriz, con un temperamento impresionante”, dijo en 2009 en entrevista con el ciclo A escena con los maestros, del Instituto Nacional de Artes Escénicas. “Como profesora, de pronto era su método que yo no entendí, pero el destrato no me parece que sea un buen medio de enseñar algo a alguien”.
Destacado actor de teatro, supo integrar elencos en ambas orillas del Río de la Plata. Ganó el Premio Florencio como mejor actor de reparto en 1972 por Cachiporra, obra de Teatro Uno, dirigida por Alberto Restuccia.
Se hizo conocido por el gran público de nuestro país gracias a su participación en el programa de humo Telecataplum, y posteriormente en su secuela, Plop.