Alfredo Etchegaray dio por concluida la espera y las negociaciones con el Estado, y resolvió iniciar una demanda por 25 millones de dólares por “compensación, daños y perjuicios, lucro cesante y daño moral” por el presunto incumplimiento de un acuerdo realizado hace más de 20 años en torno a la búsqueda del águila del Graf Spee.
La demanda, que se presentó algunos días atrás, se basa en que el costo de la exploración correría por cuenta de Etchegaray y que el beneficio se dividiría al 50% con el Estado.
“Acá hay una violación, un acto ilícito del Estado, que se está enriqueciendo con un proyecto, las inversiones y el trabajo de varios uruguayos”, dijo el empresario a Celso Cuadro para Montevideo Portal.
Etchegaray destaca que hace 50 años comenzó a trabajar en exploraciones, y precisamente desde 1986 inició “una investigación profunda” por la cual encontró, ubicó y declaró en la Comisión de Patrimonio “más de 100 naufragios, que el Estado los dejó quietos”.
“El mundo entero exhibe en los museos del holocausto todos los objetos: porque la memoria es recordar el pasado para no repetir los errores”, dijo, y agregó: “Queremos que Uruguay sea el país donde cada creativo pueda desarrollar sus proyectos sin tener que ir a trabajar a otros países”.
Según El País, que accedió a la demanda, la cifra reclamada es en base a dos tasaciones y equivale a lo que se entiende como una “justa compensación”: el 50% del valor bruto de los objetos extraídos por Etchegaray y su equipo. El monto reclamado es en base a dos tasaciones.
A su vez, se basa en el artículo 24 de la Constitución, que indica que todo órgano del Estado es civilmente responsable “del daño causado a terceros, en la ejecución de los servicios públicos, confiados a su gestión o dirección”.
“Quiero aclarar que [antes] hubo muchas negociaciones con presidentes y ministros de Defensa. Y mucha presión internacional. Porque el escollo era el destino, ya que el contrato y la ley dicen que tenía que ir a subasta pública. Nosotros ahora no nos metemos en el destino; la quieren Israel, Alemania, y [también] Sarandí del Yi o Montevideo, en el Museo Naval, y Punta del Este. Acá lo que queremos es la justa compensación basada en la Constitución, la ley, el contrato y tratados internacionales”, insistió Etchegaray en diálogo con Montevideo Portal.
El empresario dijo que detrás de la demanda hay un equipo de abogados constitucionalistas, como Martín Risso y Carlos Rodríguez Arralde. Hay estudios e informes de varios abogados, apuntó también. El contrato incumplido está firmado por él y Felipe Etchegaray, dueños de los permisos para rescatar el barco alemán. Etchegaray realizó, por su parte, un acuerdo privado con la familia del buzo Héctor Bado, quien ya falleció.
Afirmó que en el equipo con el que se desempeñó estos años “hay arqueólogos, buzos, muchísima inversión, y 40 años de trabajo”.
El empresario se refirió, además, a las negociaciones que se realizaron en el último periodo.
“El presidente que hizo mayor acercamiento a un arreglo consensuado fue Luis Lacalle Pou. Me citó en su casa, hizo una propuesta, intercambiaron información los abogados, y sin costo para el Estado o los ciudadanos iba a haber una solución que después otros no le cumplieron. No fue culpa de él, pero lamentablemente no pudimos lograr ese acuerdo que iba a ser beneficioso; no le iba a costar un centavo a nadie”, relató Etchegaray, y remató: “Solo Uruguay tiene una pieza tan atractiva para el mundo escondido bajo una lona o en una caja”.
Respecto al valor del águila concretamente, aseguró que hubo una “gran presión” internacional, “sobre todo de Alemania”, que impidió realizar una subasta pública. “Lamentablemente hay que basarse en estimaciones de los expertos. El destino del águila debería ser definido por gestores culturales; podría ser un museo itinerante de una copia y la original en Uruguay”, indicó.
Por último, Etchegaray aseguró que “en este momento hay en producción varias miniseries de Netflix”: “Estoy dándoles a los guionistas el material para todos los capítulos, que tienen riquísimas historias”.