El Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) inaugura una nueva exposición este viernes 5 de abril desde las 17:00 e irá hasta el 26 de mayo. Se trata de El gaucho de Blanes vuelve a casa, una muestra que “combina algunos gauchos” del artista que forman parte de la colección del museo con otro “excepcional”, dijo el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira.
Es que después de 100 años El gaucho en el campo volvió al país. “Ha sido recuperado en Inglaterra y hoy se exhibe gracias a la generosidad del coleccionista que lo adquirió. Así es como construyen riqueza cultural las sociedades democráticas: sumando esfuerzos públicos y privados, en el marco de una fuerte vocación de servicio a los ciudadanos”, señaló el jerarca.
Blanes, nacido el 8 de junio de 1830, estuvo en “contacto directo con aquellos gauchos míticos de mediados del siglo XIX, que poco tiempo antes habían arriesgado la vida (y frecuentemente la habían entregado) en las guerras de independencia”, escribió Da Silveira
Y, si bien desde “hace mucho que aquellos gauchos dejaron de existir”, el ministro aseguró que “es bueno recordar que no se trata de una figura ficticia, sino un personaje muy real”.
“Además de ser una figura protagónica de nuestro pasado, el gaucho es un referente cultural plenamente vigente. Su legado de dignidad y bravura sigue siendo hasta hoy nuestro principal modelo de libertad”, expresó.
Los gauchitos de Blanes, que hacen parte de la colección del MNAV, “constituyen uno de los temas más divulgados de su obra”, según la web del museo.
“Por un lado, a primera vista, se presenta como imagen puramente costumbrista, como el espacio que se da el pintor para ensayar en tono lúdico los problemas de la pintura mientras buscan dar perfil a un cierto exotismo uruguayo, o para expresar nostalgia de su país cuando no está en él. Pero más allá de la detallada descripción de vestimentas y ambientes bucólicos, se descubre en estas telas un conjunto de consignas idealizadoras y civilizadoras que Blanes compartía con quienes intentaban, en ese momento, someter la imagen del medio rural a un orden urbano dominante. Sus gauchitos están mucho más cerca del gaucho florido que del matrero. Suelen presentarse bajo un tipo pintoresco y romántico, envueltos en una atmósfera apacible, depurados de todo rasgo negativo y convertidos en personajes acordes al nuevo guion de país moderno que el dictador Lorenzo Latorre buscaba consolidar”, señaló la institución.