Vinculado a los canes casi desde su nacimiento, Andrés Peirano abandonó una promisoria carrera en la Fuerza Aérea luego de que sus experiencias en Congo le llevaran a volcarse por completo a su vocación por los perros.
Tal como lo relatara en diálogo con Montevideo Portal, el contacto con la violencia y la indefensión de los más débiles le llevó a concebir un proyecto único: entrenar perros callejeros como sistema de alerta temprana y protección de mujeres y niños. Estos animales podrían prestar un valioso servicio en lugares -como el mencionado país africano- donde la población civil está a menudo indefensa ante el accionar de grupos armados.
En la actualidad, Peirano ejerce como entrenador y da cursos de capacitación en la materia. También realiza tareas de apoyo emocional mediante perros entrenados, dirigidos a confortar a personas que han pasado por experiencias traumáticas, como el caso de quienes se ven afectados por inundaciones, algo tristemente frecuente en nuestro país.
A continuación, el entrenador brinda información importante acerca de la alimentación de tu mascota.
Estos diez alimentos son comunes en nuestros hogares y pueden afectar seriamente la salud del perro en diversas formas, por lo que está completamente contraindicado proporcionárselos o permitir que tengan acceso a ellos.
La cebolla es un elemento que debemos excluir completamente de la dieta de nuestro perro, ya que es potencialmente tóxico debido a su contenido en alicina, aminoácido que provoca la aparición de anemia hemolítica. No debemos preocuparnos si ingiere una pequeña cantidad por accidente, pero la ingesta continua provoca problemas gastrointestinales y, en los casos más agudos, la aparición de ictericia.
El café, el té y el chocolate tienen en común el poseer alcaloides estimulantes que actúan directamente sobre el sistema nervioso central del perro. En el café encontramos la cafeína, en el té la teofilina y en el chocolate la teobromina, todas ellas tóxicas en grandes cantidades. Cien gramos de chocolate negro en un perro de tamaño mediano pueden resultar fatales.
La palta está prohibida para los perros debido a su alto contenido en persina, una toxina fungicida que deriva de los ácidos grasos. Si bien es muy peligrosa los canes, esta sustancia se encuentra en las hojas de la planta y en el carozo mas no en la pulpa de la fruta. De cualquier forma, es mejor no correr riesgos, ya que dicha toxina puede provocar daños en el corazón y riñones y, en los casos más graves, llevar a la muerte.
El ajo, al igual que la cebolla, pertenece al género alium, por lo que contiene alicina y puede causar anemia hemolítica. Pero, a diferencia de la cebolla, posee efectos antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios y potenciadores del sistema inmunitario y cardiovascular del perro, por lo que los efectos ante la ingesta de este alimento pueden variar mucho dependiendo del individuo que lo consume.
La sal puede llevar a una deshidratación severa, agravar patologías cardiacas o provocar una intoxicación. De hecho, es el producto más recomendado para inducir el vómito en el perro, por lo que es claro el rechazo por parte de su organismo.
Las nueces de macadamia son un fruto de un arbusto proteáceo, y presentan una elevada toxicidad ya sean consumidas crudas o tostadas. Estas nueces afectan directamente el sistema nervioso central del perro y actúan bruscamente pasadas las 24 horas de su ingestión. Si bien sus efectos son graves, no comprometen la vida del perro.
Las uvas y las pasas son ricas en ácido linoleico, que provoca insuficiencia renal. Los perros que consumen este alimento presentan altos niveles de nitrógeno ureico en sangre y creatinina sérica. La parte más toxica de la uvas es sin duda la semilla, pero se recomienda descartar por completo ese alimento de la dieta del perro.
El alcohol causa los mismos efectos en el humano que en el perro, pero en este último son más agudos, por lo que una ingesta pequeña puede causar fácilmente una intoxicación etílica capaz de causar graves daños hepáticos e incluso la muerte.
Las levaduras que utilizamos en nuestras recetas normalmente contienen un hongo unicelular bastante dañino para el perro, por lo que debemos prestar especial atención ante la ingesta accidental de la levadura o de masa cruda.
Los huesos cocinados están completamente prohibidos para el perro, cualquiera haya sido la forma de preparación. Pueden generar daños en los dientes, y si se astillan hay riesgo de obstrucción de tráquea y de perforaciones y desgarros internos. Por ello, si le das huesos asegúrate de que sean crudos y carnosos y evitarás lesiones.
En caso de que tu pero consuma por accidente alguno de los alimentos aquí mencionados, lo mejor es acudir lo antes posible al veterinario.
Andrés Peirano
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