Lejos de las estridencias que se producen en deportes más mediáticos y de mayor despliegue físico, el ámbito del ajedrez suele caracterizarse por cierto perfil bajo y el apacible desarrollo de sus competencias: toda la beligerancia queda encuadrada dentro del tablero.
Sin embargo, un extraño suceso puso al juego ciencia en las páginas de la prensa. No por razones estrictamente deportivas, sino por una situación que involucra juguetes sexuales y un posible fraude.
La semana pasada, el campeón mundial de ajedrez Magnus Carlsen, de 31 años, se retiró de un torneo importante en el que se disputaba un premio de 350.000 dólares. El reputado jugador anunció su abandono luego de caer derrotado ante el joven de 19 años Hans Niemann.
Carlsen anunció su retirada mediante un enigmático tuit en el que adjuntaba un video del entrenador de fútbol José Mourinho, que decía: “Realmente prefiero no hablar. Si hablo, estoy en un gran problema”.
De inmediato se interpretó el mensaje como una acusación de trampa hacia Niemann, quien al menos en dos ocasiones había admitido incurrir en juego sucio en sus partidas. Poco después, la plataforma online de ajedrez Chess.com emitió un comunicado anunciando que había vetado a Niemann en su portal por una supuesta trampa.
Desde entonces, los aficionados del ajedrez no han dejado de especular al respecto, y poco a poco comenzó a cobrar fuerza la hipótesis lanzada por un internauta, quien acusaba al joven ganador de cometer fraude merced a un extraño ardid.
“Hans Niemann ha estado haciendo trampas en el torneo de ajedrez de la Copa Sinquefield usando perlas anales inalámbricas que le hacen vibrar los movimientos correctos”, escribió el usuario de Twitter, según recoge el periódico español La Razón.
De acuerdo con tal acusación, Niemann se habría introducido en el recto un juguete sexual compuesto por una hilera de cuentas dotadas de una batería y capaces de vibrar.
Lejos del tablero de ajedrez, un cómplice seguiría la transmisión en vivo de la partida y recurriría a una computadora para determinar la jugada más apropiada en cada movimiento, información que le haría llegar al jugador mediante vibraciones de las cuentas anales, factibles de activarse a distancia.
A diferencia de otros aparatos, como teléfonos o auriculares, las bolas anales pasarían inadvertidas en los controles de seguridad.
El caso cobró mayor relevancia luego de que Elon Musk, CEO de las compañías Tesla y SpaceX, dedicara un tuit al respecto. “El talento alcanza un objetivo que nadie más puede alcanzar, el genio alcanza un objetivo que nadie puede ver (porque está en tu trasero)”, escribió con sarcasmo.
La polémica sobre el incidente parece lejos de terminar: Niemann niega con firmeza haber hecho trampa y asegura estar dispuesto a jugar desnudo contra Carlsen para probar que puede derrotarlo en juego limpio. Sus declaraciones fueron apoyadas por algunos ajedrecistas y aficionados, quienes consideran que las acusaciones son una caza de brujas lanzada por un mal perdedor.
Por otra parte, quienes sospechan de Niemann señalan que este fue el competidor peor clasificado del torneo, y por tanto el que menos chances tenía de derrotar al campeón, quien llevaba dos años sin perder.