Contenido creado por Julia Peraza
Entrevistas

Siguiendo el curso

Entrevista de Ana Jerozolimski sobre el nuevo curso de Talmud en la UdelaR

El jueves 3 de noviembre comenzó en la Facultad de Derecho de la UdelaR el curso de Talmud, la recopilación escrita de la jurisprudencia hebrea basada en la Biblia. Por este motivo, Ana Jerozolimski entrevistó a la Esc. Esther Mostovich de Cukierman y a su colega la Esc. Teresa Gnazzo, ex Decana de la Facultad de Derecho.

12.11.2016 12:53

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2016-11-12T12:53:00-03:00
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El jueves pasado comenzó en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, por 16.º año consecutivo, el curso de Talmud, la recopilación escrita de la jurisprudencia hebrea basada en la Biblia, curso de seis clases que se prolongará hasta el 8 de diciembre.

Para entender de qué se trata, entrevistamos a la promotora, cerebro y corazón del curso desde sus comienzos, la Esc. Esther Mostovich de Cukierman y a su colega la Esc. Teresa Gnazzo, ex Decana de la Facultad de Derecho. Dado que ambas son, además, amigas cercanas, pudimos adentrarnos en un tema tan profundo, acompañando la charla gracias a la hospitalidad de Teresa, con café y masitas.

La entrevista completa fue publicada el jueves pasado en Semanario Hebreo.

¿Cómo llegó el Talmud a la Facultad de Derecho de la UdelaR?

Teresa: En un momento, nos preguntamos cómo es que en la Facultad, en Historia del Derecho y en Historia de Derecho Comparado, no se daba nunca el Talmud, que yo consideraba que tenía que darse. No sabía nada del Talmud, pero mi impresión era que tendría que darse. Esther es una estudiosa, empezó a estudiar...

Y ella se comprometió, como una misión, desde jovencita, a lograr que se enseñara el Talmud.

Esther Cukierman: Yo me lo prometí mucho antes, cuando tenía 18 años.

Teresa: Ella siempre cuenta que cuando le preguntó al profesor por qué no se enseña, le dijo: porque los que saben del Talmud son religiosos y no saben Derecho, y los que saben Derecho no saben del Talmud. Ella reunía las dos condiciones, eso es bárbaro.

Es que aunque la fuente del Talmud sea la Biblia, eso no quiere decir que es un tema que pasa solamente por la fe ¿verdad?

Esther: Por supuesto. Nadie sabe lo que hay adentro de las páginas del Talmud. Los antiguos rabíes tenían tanto conocimiento de la psicología humana, mucho más que Freud y cualquiera que les haya seguido, basado en la vida y la experiencia. No puede haber una sentencia rabínica que no esté basada en la Biblia, por definición, porque la ley es la Biblia, como si fuera la Constitución en Uruguay: hay una Constitución y leyes, pero no pueden haber leyes que no estén basadas en la Constitución.

Pero además te diré que nadie que se ponga a estudiar el Talmud puede decir que no ha cambiado. La ley uruguaya, que es la que practicamos y se enseña en Facultad de Derecho, es ley abstracta, general, el Talmud no... O sea, que no nombra un caso sino que se enuncia para multitud de casos abstractamente. En el Talmud nunca vas a encontrar una ley que no se refiera a un caso. Por ejemplo, la edad para contraer el matrimonio.

¿Qué dice al respecto el Talmud?

Esther: Te va a decir que la mayoría de edad es tal pero para contraer deudas puede ser diferente que para vender, comprar u obligarse, pero siempre referido a un caso particular. No hay una ley general que determine cuál es la mayoría de edad por ejemplo.

¿Y eso tiene ventajas y desventajas? Porque por un lado puede acercar más a la gente, ser más comprensible, pero por otro lado suena más desordenado.

Esther: Puede. Para nombrar a una persona dirigente de una comunidad, ¿qué edad debe tener? La Constitución uruguaya dice que no puede ser presidente quien no tenga 35 años, senador 30 y diputado 25... Pero el Talmud te diría, por ejemplo, que fulanito para ser miembro de la discusión política, tiene que tener ciertas características. O lo va a llamar anciano, aunque tenga 18 años, en términos de madurez y criterio. Cuando falleció Moisés Maimónides su hijo tenía 19 años, y a esa edad se lo nombró rabino principal de Egipto y dirigente de la comunidad. ¿Por qué? Porque se consideró que tenía una formación madura y suficiente para ser dirigente. El criterio casuístico es el más antiguo, en Medio Oriente te vas a encontrar con que son todas casuísticas: pasó tal cosa y el rey Fulano decidió esto. Toma ejemplos de todo...

APORTE GENERAL

Teresa ¿qué consideras que el curso de Talmud aportó a la Facultad de Derecho?

Teresa: Quisiera recordar ante todo que yo me retiré en el 2002. Fui Decana y en ese momento dejé la docencia. Pero te puedo dar mi opinión personal. La facultad nuestra, para mí, se completó en un aspecto que le faltaba. Creo que ahora se ve claramente que no se tocaba para nada el tema de la laicidad dando el Talmud. La Facultad de Derecho no puede dar clases de religión, pero esto es Derecho, dar Talmud es Derecho, no religión.

Aportó cosas increíbles. Me acuerdo de cuando presentamos el segundo tomo, que se hablaba de la parte de Derecho de familia, cómo el padre tenía que tratar a sus hijos. Es de una humanidad impresionante toda la interpretación que se hace, el padre tiene que enseñarle al hijo qué hacer pero sin lastimarlo ni herirlo. Te va dando una serie de reglas, que eran reglas jurídicas pero también tienen que ver con los derechos humanos, con cómo se debe tratar al otro...  A mí me parece que la facultad ganó muchísimo en ese sentido.

Y tú en lo personal has participado en el curso, vas a las clases.

Teresa: Sí, todos los años empiezo. A veces luego se me complica, pero siempre me interesa. Este es el decimosexto año que se da el curso, es muy importante, hay mucha gente que lo está esperando. Siempre aprendés algo nuevo. Yo siento que se amplía el horizonte y que para la facultad, dentro del currículum, es muy importante tener este curso porque le da una dimensión más grande.

UNA PROMESA, UN SUEÑO

Esther, ¿cumpliste tu sueño con creces?

Esther: Lo estoy cumpliendo. Estoy tratando de encontrar tiempos para preparar el material del tomo tres para publicación, no me resulta fácil, pero por otra parte es mi cable a tierra. Yo te dije hace un rato que nadie pasa por el estudio del Talmud y queda indiferente, no es posible. No existe, salvo que seas una piedra...

El Talmud me cambió la vida. Me cambió la vida porque me dio una amplitud de conocimiento y de visión de la que yo carecía. El Talmud se dedica a exponer la opinión de varios rabíes, así como estamos nosotros acá en la mesa, suponete que había 40 rabíes rememorando: "A mí mi maestro me enseñó tal interpretación y la tomaba de tal versículo bíblico y a vos tu maestro te enseñó tal otra, porque la tomaba de otro versículo...". ¿Qué aprendés ahí, qué aprendí yo? Que las cosas no tienen una sola manera de verse ni de solucionarse.

Teresa: Siempre cabe otra pregunta. Esther, creo que lo que más te dio el conocimiento del Talmud fue el perseguir una pasión. Ana, para mí, esto le dio a Esther un sentido...

Por eso preguntaba si había cumplido el sueño.

Esther: Lo estoy cumpliendo, porque Talmud quiere decir aprender y enseñar, hay dos caras de la misma moneda, uno que aprende y no se lo puede tragar, porque revienta. El que aprende no se lo puede tragar, lo tiene que enseñar.

Y eso lo dice todo. Gracias mil, a ambas.