Entrevista con directores de El Círculo

Pero dicho estreno también significará la reapertura del Cine Libertad, ubicado sobre la Plaza de Cagancha e inactivo desde hace varios años. La sala se dedicará a la proyección de largometrajes nacionales y cortos premiados de toda procedencia, constituyendo el documental "El Círculo", su bautismo de fuego.

Acerca de este film, Montevideo Portal habló con sus directores y guionistas, José Pedro Charlo y Aldo Garay.

¿Cómo nace la idea de filmar esta película?

Garay: Nació a propósito de un titular de prensa del año 2004, donde se hablaba de la figura de Engler. Esa información nos llevó a investigar a ese personaje, de quién sabíamos cosas pero no conocíamos en profundidad. Por ejemplo, no sabíamos la relevancia que en aquel 2004 ya habían alcanzado sus trabajos en ciencia, que lo habían consolidado como un científico de primera línea

¿El Círculo cuenta la historia del Engler actual, o habla sólo de su pasado?

Garay: Tiene varias capas. Básicamente la historia trata del proceso de la locura y la salida de esa situación, ese sería el eje, desde el punto de vista de la película. Por supuesto que hay un contexto que incluye pasado y presente

¿Es un documental puro, o incluye ficción?

Garay: No es ficción, lo que hay es una realidad puesta en escena. La historia que se cuenta es absolutamente real, así que podría definirse como un documental con una puesta en escena propia de una película de ficción

¿Qué particularidades hay en Engler, que los hizo elegirlo como protagonista del film?

Charlo: Nos impactó la trayectoria casi oculta del personaje, el cambio de una persona a la que se la había perdido el rastro durante mucho tiempo, y acerca de la que todas las referencias indicaban que había estado muy mal, a una persona con un trabajo científico muy importante y reconocido. Eso nos llamó mucho la atención. El de Engler es un proceso muy singular, distinto incluso al del resto de los militantes del MLN rehenes de la dictadura. Es un proceso de desequilibrio y permanente intento de autocontrol por vías muy individuales, saliendo de lo que se podía preveer en su situación, si es que se puede preveer algo en la situación de un hombre recluido en soledad durante mucho tiempo. Además está el hecho de que en el presente, su trabajo científico tiene que ver con la cabeza. Es neurólogo, y trabaja sobre temas como la localización de las emociones, del miedo en el cerebro. Esa confluencia de factores fue lo que nos llamó la atención.

¿Quizá su experiencia le marcó su camino profesional para el futuro?

Charlo: En rigor ya estaba encaminado a ello, como estudiante de medicina que era antes de caer preso. Él dice que uno de los requisitos para ser científico es la curiosidad, y ciertamente siempre muestra curiosidad ante los estímulos más variados. Según lo que cuenta, luego de recibirse de médico, termino accediendo a la neurología en un proceso casi de decantación, aunque esa decantación lo dirigió a un área vinculada a la problemática que vivera durante años.

Garay: Es la historia de un personaje, y no está contextualizada desde el punto de vista político ni del MLN. Si la historia a contar hubiera sido la del movimiento tupamaro, o la del pacto de un guerrillero, posiblemente el personaje escogido hubiera sido otro. El tema es que, más allá de su condición de tupamaro, no hay acá otro tipo como Engler.

¿Cómo fue el contacto con Engler?

Charlo: Cuando resolvimos el proyecto nos contactamos con él, y le planteamos la necesidad de su consentimiento para poder desarrollarlo. Rápidamente estuvo de acuerdo en dedicar parte de su tiempo, que no le sobra, en participar de la película.

El primer contacto que tuvimos fue vía Internet, pero en seguida no surgió la necesidad de tener un contacto personal. Como el proyecto recibió un premio del FONA, pudimos viajar a Suecia, donde vive desde 1985, a poco de empezar a trabajar. Allí comenzó una relación personal más estrecha con Engler, lo que propició un segundo viaje a Upsala, y posteriormente filmar con él aquí en Uruguay.

José Pedro Charlo

Charlo: Conversamos acerca del pasado sobre temas puntuales, pero pienso que Engler tiene una visión más bien del presente, bastante influida por su actividad científica.

En cuanto al pasado, rescata algunas ideas básicas, que eran algo así como el nutriente de su condición militante. En realidad nosotros no profundizamos sobre aspectos que pudieran tener que ver con una autocrítica del MLN en sus diversas fases, o las interpretaciones sobre eso. Nos pareció que ahí entrábamos en un terreno que tiene muchas aristas y que no se puede abordar de forma superficial, sino que mercería un tratamiento específico, y a nosotros lo que nos interesaba de la política era otro aspecto. Hay zonas de presentación, donde eso aparecía como esbozo o insinuación, pero dentro de lo que es la vida del personaje.

Garay: De no ser así, se perdería toda singularidad, entraríamos en el tema MLN, donde, cómo decía antes, a lo mejor habría otros personajes más adecuados para narrar la historia.

¿O sea que la película se desmarca de alguna manera del auge editorial y mediático sobre la historia reciente?

Garay: Esto va por otro lado. Absolutamente. Va por lo personal, por la interioridad del personaje. Es una historia intransferible que no se puede trasladar a un colectivo, y que no se puede contar desde el punto de vista de una organización. Es una vida

La película estuvo circulando en festivales extranjeros y gano varios premios ¿qué opiniones recibieron?

Charlo: Fue presentada en los tres eventos más importantes de la región. El Bafici de Argentina, el Sanfic en Chile, en É Tudo Verdade en Brasil, y un cuarto lugar fue el Festival de Bahía, donde ganó cinco premios, lo que nos parece muy importante sobre todo en este momento de lanzamiento de la película. En general , en los lugares en los que pudimos dialogar con el público, encontramos que la película toca mucho a los espectadores, que se muestran interesados por distintas facetas que están insinuadas en la obra, lo que habilita un intercambio muy interesante y vivo, y sobretodo muy diverso, porque los comentarios son de total diversidad.

Garay: Cada imagen se carga de un simbolismo particular, según lo que cada uno quiera ver e interpretar.

Aldo Garay

¿Es una película que no requiere un conocimiento previo del tema, que puede ser apreciada por un extranjero que no tenga idea de los procesos políticos del país?

Garay: Exactamente. La película informa que el personaje estuvo metido durante algunos años en una determinada movida política, pero nunca pierde de vista la peripecia del personaje que se está viendo.

¿Qué elementos podrían destacar de la película, que podrían resultar de mayor interés para el espectador?

Charlo: Creo que tiene un atractivo singular en cuanto a pensar, o proponer pensar, sobre la capacidad humana para superar situaciones adversas, sobre los límites difusos entre la locura y la cordura, de la posibilidad de superar distintos tipos de obstáculos. Creo que hay temas de interés humano que pueden captar la atención del espectador

Garay: Yo la resumiría como una película "emotivamente épica", por usar un término cinematográfico. La película pasa de una situación a otra, y muestra la lucha de un personaje por remontar una situación adversa. Básicamente, de eso se trata muchas veces el cine. Además, desde lo visual, está estructurada por escenas, y si bien Engler es el protagonista, hay otros personajes co protagónicos: compañeros, amigos, el pasado, el presente, y escenarios variados. Hay escenas rodadas en Upsala, en España, en ciudades del interior del Uruguay. No es la apuesta a un reportaje a alguien que habla durante noventa minutos, sino que hay un montón de viajes, literalmente hablando.

Es un documental de montaje, hay muchos planos, y tanta acción como puede encontrarse en una película de ficción.

¿Se diferencia en eso de otros exponentes de nuestro cine, que apuestan a algo más austero, con menos acción?

Garay: En cuanto a la forma, el personaje se ajusta a la historia. Este es un personaje que tiene acción, que se mueve, y al película muestra eso.

Charlo, tú estuviste preso durante la dictadura ¿Estabas relacionado al MLN, o conociste a Engler en aquel tiempo?

Charlo: Estuve preso en la dictadura, pero no integraba el movimiento tupamaro, y no conocí a Engler en ese entonces. Mi prisión es una experiencia de vida más, que de seguro está presente en muchas cosas mías, pero yo me ubico aquí como lo que soy: un realizador de audiovisuales. El interés por este tema llegó por el lado de de ese proceso interior del personaje, que me resultó llamativo más allá de la profundización en contextos políticos, que también importan.

¿Qué dijo Engler cuando vio la película terminada?

Charlo: Es muy difícil opinar sobre algo que uno protagoniza. Él tiene un gran respeto por nuestro trabajo profesional, y en cierta forma coincide con nosotros en que el interés de la película lo definen después los espectadores.

¿Cómo sigue la agenda de "Él Círculo", luego de sus experiencias en la región?

Garay: Se estrena el viernes en el Cine Libertad, al día siguiente en MovieCenter Montevideo Shopping, y el viernes siguiente en el Florencio Sánchez del Cerro. También el 3 de octubre se estrenará en Paysandú, la ciudad de Henry Engler. Además, va a estar en competencia en el Festival de Biarritz., y luego en otros certámenes.