Cuando New Order llegó a Uruguay a comienzos del 2014, fueron muchos los que sintieron que la fiesta estaba incompleta sin el bajista Peter Hook, el responsable del sello más distintivo de la música de la banda británica. Hook fue pionero a la hora de tender los puentes rítmicos entre la música electrónica y el rock con New Order, y aportó también una tensión única y oscura en las composiciones de Joy Division.
Miembro fundador de ambas bandas, Hook no se tomó muy bien que sus compañeros continuaran tocando con un reemplazo más joven en el bajo y usando el mismo nombre. “Prefiero tocar con Saddam Hussein y Atila el Huno antes que con New Order”, dijo cuando se enteró de que la banda comandada por Bernard Sumner recorrería el mundo dedicándose a repasar los grandes éxitos de la banda.
Poco antes de su ataque de ira, que incluyó ataques al vocalista Bernard Sumner, la tecladista Gillian Gilbert y su reemplazo Tom Chapman, Hook había formado la banda Peter Hook and The Light, con la que suele repasar en vivo los dos álbumes de Joy Division y los discos Movement y Power, Corruption & Lies, de New Order. En ese lapso escribió también el libro Unknown pleasures: Inside Joy Division, una memoria en primera persona impregnada de culpa y conflicto, cargada con el peso del suicidio del cantante Ian Curtis.
El entusiasmo que las primeras giras despertaron en la crítica y el público —al que no pareció importarle la existencia de dos grupos con igual derecho a interpretar las mismas canciones—, llevó a Hook a extender el experimento. Este 28 de octubre a las 21 horas, el exbajista de Joy Division y New Order llegará a La Trastienda Montevideo para tocar aquellas canciones legendarias “en la forma correcta”, según él mismo aclaró en entrevista con Montevideo Portal.
Leí que desarrollaste tu particular estilo de tocar el bajo porque tenías un amplificador muy malo y no podías escuchar las notas más bajas. ¿Es así?
Es cierto. Cuando recién empezaba, mi equipo era tan malo que solo me podía escuchar si tocaba alto, lo que es gracioso porque eso luego evolucionó en una de mis marcas registradas. Después compuse algunas de mis mejores líneas de bajo tocando de ese modo, como en “Insight” o “She´s Lost Control”.
¿Tenés alguna influencia como bajista?
Los Sex Pistols fueron una gran influencia en mí, fue por ellos que quise formar una banda. Dos de mis bajistas favoritos, a los que admiro, son Paul Simonon de The Clash y JJ Burnel de los Stranglers; son mis héroes.
Joy Division fue considerada una banda dark y precursora del rock gótico, pero también tiene un costado pop. ¿Creés que esa faceta pop de Ian Curtis fue pasada por alto?
Estoy de acuerdo. La gente parece perderse un poco a veces en el mito que rodea a Ian; tiende a pensar que toda su música es muy oscura y no es el caso. Yo encuentro algunas canciones de Joy Division muy pop y también muy inspiradoras —como “Digital”, por ejemplo— por lo que sí creo que se ha pasado por alto este aspecto de sus composiciones.
Habiéndote iniciado en la revolución punk, ¿de dónde vienen las influencias dance y groove que luego desarrollaste en New Order?
Kraftwerk fue una gran influencia en todos nosotros; éramos todos fans de ellos, por lo que un montón de las influencias dance y electrónica vinieron de ahí. Bernard (Sumner), en particular, estaba muy interesado en la electrónica y los sintetizadores, y comenzó a usarlos en nuestra música. Steve (Morris) fue también uno de los primeros bateristas en experimentar con cajas de ritmos en canciones como “Truth”, del disco Movement.
Estás tocando las canciones de Closer y Unknown Pleasures, de Joy Division, más de 30 años después de su creación. ¿Creés que esas canciones envejecieron bien? ¿Cuál es el secreto para que permanezcan frescas después de tantos años?
Sí, vamos a estar tocando ambos discos enteros en Uruguay, pero también vamos a interpretar algunos de los singles. Pasaron ya casi 35 años desde que hicimos esos álbumes, pero estoy muy orgulloso de que hayan resistido la prueba del tiempo y suenen geniales tantos años después. La razón de que todavía suenen tan bien es básicamente la composición; escribimos algunas canciones fantásticas y eso permanecerá siempre así. Y debo mencionar que nuestro productor Martin Hannett nos dio un gran sonido: cuando escuchás los discos hoy todavía suenan mejor que la mayoría de los álbumes actuales.
¿Disfrutás más hoy en día tocar en vivo esas viejas canciones o intentar componer nuevo material con tu banda?
Tocar en vivo es lo que más disfruto. Siempre me gustaron las giras y estoy entusiasmado de ir a Uruguay porque nunca toqué allí, solo fui una vez como DJ. Tocar nuevamente las viejas canciones es genial, porque pasó tanto tiempo desde que las interpretaba que se sienten como nuevas. Y con respecto al nuevo material, ya empezamos a hacerlo y con suerte editaremos algo el año que viene.
¿Por qué sentiste la necesidad de contar la historia de Joy Division en un libro?
La respuesta simple es que estaba cansado de leer historias sobre Joy Division que, o bien no eran ciertas, o fueron escritas por gente que no estaba allí cuando sucedieron, por lo que ¿cómo podían saber cómo éramos? Fue por eso que decidí escribir mi propio libro desde mi punto de vista y corregir algunas de las cosas incorrectas que han circulado en el pasado.
Fuiste muy influyente en el desarrollo del rock y la música electrónica. ¿Cómo ves la escena electrónica hoy en día?
Me gusta hacer de DJ, así que estoy muy interesado en la música electrónica. La música house es algo que siempre me encantó y me retrotrae a las épocas en que gestionábamos nuestro propio club nocturno en Manchester, The Hacienda. Escucho un montón de cosas porque siempre estoy buscando nueva música para pasar en mis sets de DJ.
¿Qué opinión tenés sobre el éxito tremendo que tienen algunos DJ en estos días, con David Guetta como ejemplo máximo?
Es una locura lo importantes que se volvieron algunos DJ hoy en día. Sé que a alguna gente no le gusta la música de Guetta, pero hay que respetarlo por lo que está haciendo, porque es una figura mundial en este momento. Cuando teníamos la Hacienda, fuimos uno de los primeros clubs en convertir al DJ en el centro de la escena y comenzar toda la movida de su estatus de culto.
Tenemos ahora dos bandas haciendo canciones de Joy Division y New Order en el mundo. ¿Creés que tus compañeros no deberían estar tocando las canciones o al menos no deberían usar el nombre?
Pueden tocar las canciones, no tengo problemas con eso. Ayudaron a componerlas, así que creo que todos tenemos derecho a tocarlas. Mi problema es que se están representando incorrectamente a sí mismos. Hacen giras como New Order cuando no son New Order. ¡Todos lo saben, incluso ellos! Y estoy en lucha, porque creo que la forma en que tomaron el nombre fue ilegal. Sé que los ‘falsos’ New Order tocaron en Uruguay este año, así que estamos yendo a mostrarles cómo se hace correctamente (risas). Hablando en serio, debe ser grandioso para los fans uruguayos porque nunca visitamos el país y ahora en el lapso de un año tienen los dos grupos. Al final será la gente la que decida.
¿Por qué se deterioraron tanto las relaciones con el resto de New Order, en especial con Bernard Sumner?
La relación con Bernard siempre fue frágil. A veces podíamos llevarnos bien, pero poco después ya estábamos discutiendo nuevamente. Simplemente somos personas muy diferentes que se fueron separando por varias razones. Su comportamiento en los últimos tiempos de la banda fue ridículo y fue la razón por la que nos separamos. Ya no podía tolerarlo más.
Acusaste a tu reemplazo en New Order, Tom Chapman, de imitar tu estilo e incluso hacer playback. ¿Fue una provocación o realmente lo creés?
Es verdad, lo admitieron. Tocaban la canción “Round & Round” y la línea de bajo estaba pregrabada y no era tocada en vivo por el bajista. Simplemente me pareció divertido; de por sí tiene un trabajo difícil, ¡y va y hace una cosa como esa! Es verdad que New Order usó siempre pistas porque algunas canciones las necesitaban, las que tienen secuenciadores, pero poner un riff de bajo central en la pista grabada es algo muy confuso. Al menos en mi banda somos dos bajistas, mi hijo y yo, por lo que podemos tocar todas las partes en vivo y de la forma en que se debería —no como las toca el nuevo— y en los instrumentos correctos, incluyendo bajos de seis cuerdas. Eso es crucial para el sonido de New Order.
Por Martín Otheguy y Andrés Torrón