Contenido creado por Martín Otheguy
Entrevistas

Ojos bien abiertos

Entrevista con Mario Villagrán

Aunque se dio a conocer por los discos que editó junto a internos de la Colonia Berro, diez años más tarde su música es distribuida en todo el mundo gracias a un sello japonés. Con Mario Villagrán, que presentó su disco "Luz en las pupilas", dialogamos sobre las cosas que emocionan, la música "impresionista" y su colaboración con "El Sabalero", la última que realizó el músico coloniense antes de su muerte.

15.06.2012 13:29

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2012-06-15T13:29:00-03:00
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Montevideo Portal

Mario Villagrán es uno de esos héroes callados de la escena musical nacional, pese a sus constantes aportes artísticos tanto en Uruguay como en Argentina y España, y el interés que ha generado su obra en países tan distantes como Japón.


Se ha hecho más conocido por sus trabajos con adolescentes infractores de la Colonia Berro (con los que editó dos discos, "Esperando salir", I y II) que por su larga trayectoria artística en diversos ámbitos. Musicalizó poesía, obras teatrales, videos, exhibiciones y realizó arreglos para otros artistas, grupos de carnaval y comparsas lubolas, además de desarrollar una interesante carrera solista que muchos desconocen.

"Luz en las pupilas" es su segundo disco solista, que será presentado en Uruguay en Lindolfo Teatro (Lindolfo Cuestas 1388) este sábado 16 a las 21:30 horas. Es editado por Ayuí en Uruguay, pero tiene distribución mundial (en iTunes y Amazon) gracias al sello japonés Rambling Records. Parte de la explicación de este "alcance mundial" radica en la asociación de Mario con Andrés Torrón, productor del disco, con quien trabajó en la realización del álbum debut de la cantante española Justine B, también distribuido por el sello nipón.

Torrón y Villagrán colaboraron un año para dar forma a "Luz en las pupilas", contando con la colaboración de Paolo Buscaglia en percusión, Roberto de Bellis en bajo y contrabajo, Juan Pablo Chapital en guitarra, la multi-instrumentista argentina Ana Archetti, Rodrigo Riera en cello, Martín Luna en bandoneón y Roberto Rodino en batería. También participan sus hijos Manuel y Camila en batería y coros, y hay tres invitados de lujo: Martín Buscaglia, José Carbajal "El Sabalero" (en la última grabación que hizo antes de su muerte) y Juan Campodónico.

Fiel a la historia musical de Villagrán, "Luz en las pupilas" tiene la virtud de sumar distintas influencias sin perder identidad, creando un híbrido de diferentes géneros sin que se noten las costuras cuando se unen. Desde el pop al tango o la bossanova, Mario puede conjugar los fantasmas de Mateo o El Sabalero sin perder autenticidad y dejando en el aire la sensación fresca e inquietante de estar pisando un terreno siempre cambiante pero propio.

Sobre el álbum, su repercusión en otros países, la colaboración con "El Sabalero" y la maravilla de seguirse asombrando con el arte, dialogamos con Mario Villagrán

¿Cómo se dio el proceso de de grabación del disco?

Comenzamos a trabajar dos años atrás con Andrés Torrón, cuando producíamos el disco de la cantante española Justine B, "Distante". A partir de allí Andrés me propuso producir un disco solista y comenzamos a diseñar una forma de trabajo diferente, en la que nos reuníamos una vez por semana para grabar ideas en armonía y melodías, además de trozos de texto. Andrés pasaba en limpio lo que yo hacía, me lo enviaba y yo trabajaba en la corrección o ampliación de los textos. Las canciones de "Luiz en las pupilas fueron saliendo así.

¿Por qué definís tu música como neo impresionista?

Es un paralelismo -casi con humor- con el neo impresionismo en la pintura, que se definió justamente por el trazo no definido, por pinceladas que en su conjunto forman una imagen. Con este disco me pasó, al componer, que los textos dejaban salir sensaciones poéticas en función de las melodías y armonías, textos abiertos en cuanto a lo interpretativo y las sensaciones. Me pareció que eran como pinceladas que particularmente no definían nada, pero sí en su conjunto. Leyendo un libro sobre el pintor (Édouard) Manet me topé con una frase que decía que el impresionismo 'captaba la sutileza, el momento, la atmósfera instantánea de un lugar" y me pareció que en alguna medida tiene eso el disco.

Ese terreno impreciso se da además en lo musical, en el que conjugás muchas influencias sin que el disco pierda unidad

Justamente, a mí lo que me gusta es recrear cosas y generar eso mismo, un híbrido diferente y que sea nuevo a la vez, que pueda generar poesía en cuanto a la musicalidad y a la letra, además de emocionar, que es lo que pretende el disco. "Luz en las puipilas", a su vez, es un álbum que refiere a las cosas que me encandilan, pero no en el sentido enceguecedor sino de alumbramiento, del que hace agrandar las pupilas, como el valor del afecto.

¿Cómo llegó a tener distribución mundial a través de un sello japonés?

Cuando salió el disco de Justine B, Torrón se puso en contacto con Rambling Records. A ellos les gustó mucho, por lo que pasó a tener distribución mundial, y lo mismo sucedió con mi disco. Lo pusieron en iTunes, y en Amazon, pero también en el catálogo de este sello japonés, y lo que celebramos ahora es la edición material del disco a través de Ayuí para Uruguay.

En el tema Setiembre quedó registrada la última grabación de El Sabalero antes de su muerte. ¿Cómo se resignificó esa colaboración para vos en el tiempo?

Los momentos que viví con El Sabalero en el estudio fueron muy puntuales. El primero fue en la edición del disco "Esperando salir", con chicos privados de libertad de la Colonia Berro y luego en esta canción mía. A José lo he vivido resignificando a lo largo de mi vida, emocionalmente, desde mi infancia hasta ahora. Es un tipo que siempre me emociona, lo que dice y cómo lo dice, incluso el significado y la vida que cobran los textos cuando él los canta. Es lo que hablábamos con Martín Buscaglia, que cantó en la misma canción. Él me decía: "¿Qué tiene El Sabalero para decir así las canciones, cómo hace?" y realmente es asombroso, es algo mágico que tiene, una sensibilidad muy particular. Sin dudas que son de esas personas que te acompañan para siempre en lo artístico, en esto de hacer poesía, hacer cosas.

¿Cómo vivís el proceso creativo con los internados de la Colonia Berro, que es parte de tu música y de tu trabajo?

Yo coordino un proyecto en talleres de corte artístico, pedagógico y de comunicación para gurises privados de libertad. En todos los órdenes de mi vida intento mantener una ética y postura artísticas, en sentido amplio. Busco en el otro, en lo que veo, algo que genere cosas, que me transforme a mí y al otro que participa en esa experiencia. En este caso se trata del encuentro, de promover una vivencia artística que nos sensibilice, nos mueva, nos haga dialogar y ver más allá de lo aparente.

Tus canciones muestran muchas influencias, pero están resueltas y sintetizadas con una urgencia propia del pop, ¿fue un efecto buscado?

Lo que yo creo es que se pueden decir cosas importantes en pocas palabras. No es necesario florearse. No creo en el discurso floreado sino en la palabra sencilla, aunque el concepto sea complejo. La expresión debe ser simple porque es más asimilable.

Escuchá seis temas del disco

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