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Entrevista con La Foca, banda uruguaya que inspiró la película argentina ''La vida de alguien''

La banda uruguaya La Foca, inspiración y motor musical de la última película del cineasta argentino Ezequiel Acuña, charló con Montevideo Portal sobre "La vida de alguien".

15.07.2015 11:01

Lectura: 7'

2015-07-15T11:01:00-03:00
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Por Martín Otheguy

La Foca es uno de esos fenómenos musicales raros del Uruguay, que orbita en los bordes de toda clasificación o reconocimiento pese a una extensa y sólida trayectoria musical. De sus comienzos bufonescos de 1994 pasaron a una etapa dark y evolucionaron luego a un pop melancólico y sofisticado, envuelto cada tanto en capas de guitarras ruidosas, pero no encajaron nunca en ninguna movida local definida.

Sin embargo, su nombre sí es reconocido del otro lado del Plata, donde vienen editando discos desde principios de siglo apadrinados por el músico argentino Juan Stewart (Jaime sin Tierra). Sus últimos álbumes fueron editados por el sello Yo no fui doña Discos, del cineasta Ezequiel Acuña.

Acuña, que tiene una inclinación particular por los climas y las canciones envolventes de La Foca, ya había acudido a su música para su película Excursiones (2010).

Ahora, el cineasta estrechó el vínculo artístico con la banda uruguaya a niveles poco usuales. La Foca, cuyo último disco se titula La vida de alguien (2013), prestó el nombre del álbum, su propia historia y sus canciones para el filme homónimo que estrenó Ezequiel Acuña hace pocos meses.

La película, a la que le fue bien tanto con la crítica como con el público, trata justamente sobre una banda llamada La Foca que se disuelve luego de la súbita desaparición de uno de sus integrantes. Diez años después, una discográfica llega con el proyecto de editar sus viejas canciones, rearmar al grupo y comenzar una gira, lo que va a llevar al protagonista (el guitarrista Guille) a bucear en el pasado y las ausencias para rearmar su historia trunca.

La Foca no sólo aportó a la película el título y las canciones de su propia historia musical -repitiendo en la realidad ese desenterramiento de viejas canciones que sucede en la ficción- sino que se encargó también de los pasajes de música incidental que completan el clima del filme.

En una rara simbiosis artística, en la que ambos se nutrieron de la obra del otro, Ezequiel Acuña y La Foca crearon dos obras con el mismo nombre-una película y un disco- que fueron permeando climas, música e historias en torno a las vidas que se escapan, la vida de cualquiera, la vida de alguien.

Para Federico González, vocalista de La Foca, ver a su banda retratada en la ficción -más allá de que La Foca cinematográfica sólo se base muy libremente en la historia del grupo-, fue ante todo "muy conmovedor e inimaginado".

"Nunca pensamos que las cosas chiquitas que nos pasaron le fueran a interesar a alguien, menos que fueran a ser el piso para una película. Luego, La Foca de la película es físicamente muy distinta, pero uno se adapta", bromeó en charla con Montevideo Portal.

La Foca "ficticia", en fotograma de la película

Dos mentes son el mundo

Todos los actores de la película son músicos (salvo Matías Castelli), lo que sin dudas los ayudó para interpretar los temas de la banda uruguaya. Federico quedó impresionado con el dúo de protagonistas que forman Santiago Pedrero y Ailín Salas, con los que los integrantes del grupo debieron trabajar. "Trabajamos mucho con ellos. Fuimos armando primero los temas con Ezequiel y después siguiendo la evolución al interpretarlos.Verlos es emocionante y uno se siente agradecido", contó el cantante.

Aunque existió una primera versión del guión mucho más emparentada con la biografía "real", algo de la historia de La Foca uruguaya fue trasladándose al resultado final.

"Muchas de las anécdotas de las que cuentan nos pasaron, por ejemplo la escena donde se narra el porqué del nombre de la banda, y otras tantas no. Pero jamás existió un sello interesado en editar nada de nosotros", recordó Federico.

"Sin embargo todo lo que nos pasó como grupo, o por lo menos las cuestiones más esenciales, está presenteen la película. La Foca es una banda de amigos que se sostiene principalmente por eso. Tuvimos un pasado bien distinto de canciones que nunca se editaron pero que ‘amenazaron' con hacernos ‘famosos'. Las ausencias, el volver a tocar, el futuro incierto siempre. Eso y 32 canciones en común", resumió el cantante sobre los lazos evidentes y ocultos entre las dos "Focas".

"La película corona muchos años de amistad y conocimiento mutuo. (Ezequiel) nos vio tocar por primera vez en el 2000 y desde el 2007 nos acompaña y lo acompañamos. Editamos tres discos con él y musicalizamos anteriormente otra película (Excursiones). Es una ficción donde su vida y la nuestra no pasan inadvertidas", agregó.

En una entrevista que Ezequiel Acuña dio a la televisión pública argentina, asegura que en la película "se reconstruye la historia musical de La Foca". Para Federico, Acuña alude a "varias cosas". El filme contiene aproximadamente 32 canciones que incluyen grabaciones que van desde la época humorística de la banda al primer "viraje" dark y el giro más melancólico de los últimos discos.

"Las canciones son parte del guión. Hubo que pensarlo a la vez, pensar en las canciones, en la época que se escribieron. Pero además, solo el hecho de conseguirlas, digitalizarlas, algunas simplemente recordarlas y grabarlas con el celular -o ir a la casa de Ezequiel-, nos hizo revivir y reconstruir todo lo que pasamos y responder por qué fue que lo hicimos... por qué pasamos de parecernos al viejo Cuarteto de Nos a Los Planetas (risas)", dijo.

La Foca "real", circa 1994

Velocidad

El viaje conjunto de la banda y el cineasta fue largo y los forzó a reflotar canciones olvidadas. Fue un proceso "muy largo, itinerante, acompañando la escritura del guión, algo imposible de hacer de no mediar siete u ocho años de conocimiento mutuo".

"Ezequiel tiene en la casa un cajón de frutas lleno de discos, demos, notas, fotos, lo que quieras de nosotros. No las tiene por la película, sino porque está loco, pero fueron clave. ¡Él sabe más los temas nuestros que nosotros mismos!", bromeó el vocalista.

En cuanto a la manera de trabajar, primero definieron con el director las canciones que iba a tocar la banda (los playbacks), después las del dúo formado por Santiago Pedrero y Ailín Salas, y finalmente compusieron toda la música incidental.

Para esta última, el cineasta les pidió que buscaran "los matices propios de cada uno, las diferencias". Mientras el peso de las canciones quedó casi enteramente en Federico González, la música incidental fue en su mayoría obra del tecladista y guitarrista Ismael González, con el aporte de Gustavo Compagnona en los arreglos de guitarra eléctrica, los del propio Federico en la acústica y los del bajista Diego Lorenzo en el piano clásico (el grupo se completa con el baterista Ruben Larrosa).

Para componer se concentraron en fragmentos específicos de la película y también crearon climas más generales que fueron usados luego por Acuña. "La escena más difícil de armar fue la de la secuencia inicial (que luego se repite). Ahí se trabajó con la imagen, y con la ayuda clave de Juan Stewart. En el caso de las escenas del conservatorio (cuando el protagonista conoce a su contraparte femenina) también.El resto básicamente fue grabar y después probar, sabiendo que era jugar y cobrar", concluyó.

Quienes no hayan visto la película pero quieran comprobar la magia envolvente (real y no ficticia) de las canciones de La Foca, pueden escuchar sus discos en http://lafoca.bandcamp.com/

Por Martín Otheguy