Allá por los años '50, un hombre llamado Antonio Fattoruso hacía salir música de las escobas y los baldes, como una especie de hechicero callejero salido de un dibujo animado. Con un balde invertido (o una caja), una cuerda sola y el palo de madera de una escoba, Antonio arrancaba las notas graves de un bajo improvisado, mientras dejaba los instrumentos "más profesionales" a sus dos hijos. Un niño de ocho años, llamado Osvaldo, aporreaba una batería con una destreza impropia de un infante, mientras un preadolescente flaco y alto se sentaba detrás del piano y aprovechaba para dibujar melodías sobre la extraña base provista por su padre y su hermano
Aquel púber, de aspecto avispado para su edad, se llamaba Hugo Fattoruso y estaba comenzando una carrera musical que ya lleva sesenta años sin indicios de querer detenerse. Desde aquellos festivales callejeros, donde el denominado Trío Fattoruso se hamacaba entre géneros con gracia circense, se escribieron más de cinco décadas de historia de la música uruguaya, en la que invariablemente aparecen las huellas digitales de Hugo.
Sólo con la chapa de los Shakers, Opa y Los Pusilánimes, Fattoruso podría entrar campante a cualquier salón de la fama de la música del continente. Sus colaboraciones con Milton Nascimento, Djavan, Chico Buarque, Hermeto Pascoal, Fito Páez, Joao Bosco, Jaime Roos o María Bethania, entre otros -casi un dream team sudamericano- le ganaron también un estatus de sesionista codiciado.
El recuerdo de esa larga trayectoria, desde el Trío Fattoruso original a Rey Tambor, es el disparador del concierto de gala que Hugo Fattoruso estará brindando en el Auditorio Adela Reta el 18 de junio. Con Fito Páez y Jaime Roos como invitados centrales, Hugo brindará su show Fatto In Casa, en el que repasará su extensa y heterogénea discografía.
Casi 60 años después de aquel preadolescente flaco que se manejaba ya instintivamente en el piano, acompañado de su padre y su hermano, Fattoruso no tiene ningún recuerdo de formar parte de ningún "fenómeno". "He trabajado como mecánico, fotógrafo, mensajero y hasta limpiador, pero mi profesión siempre fue la música. Para nosotros, que siempre tuvimos como ocupación la música, era y es algo normal", reflexiona.
De ser "hijo de" en aquel Trío Fattoruso original, le tocó ser "padre de" en la segunda encarnación del proyecto familiar, esta vez con su hijo Francisco en el bajo. "Las épocas cambiaron mucho, no es lo mismo. Es muy diferente de lo que hacíamos con mi padre, y la preparación que tiene Francisco no se compara con lo que tocábamos antes, los tres éramos principiantes. Cuando llegó la segunda época del Trío Fattoruso, Francisco estaba mucho más avanzado que Osvaldo y yo en aquella época. Fijate que Osvaldo tenía 8 años cuando arrancó", rememora Hugo.
La última encarnación del Trío Fattoruso desapareció como resultado del fallecimiento de Osvaldo, en julio del año pasado, y con él se cortó un hilo que recorría casi 60 años de música "tejida" en familia.
"Yo perdí la mitad de mi música, además de perder a mi hermano", admite Fattoruso, al recordar a Osvaldo. "Yo seguí mi camino, y así como trabajo con Tomohiro (Yahiro, percusionista japonés) lo hago con otra gente, pero en cuanto a mi música se me fue la mitad... y el Trío nunca más, desapareció, tocar esa música es completamente diferente", reconoce, "no sólo por lo emocional sino también del punto de vista funcional". "La manera de tocar de Osvaldo es parte fundamental de ese trío, y hay excelentes bateristas, iguales, superiores o lo que sea, pero no son lo mismo, no tienen nada que ver", aseguró. "Y emocionalmente es una pérdida que todo el mundo conoce porque en todas las puertas golpea la muerte, todos saben cómo es".
Los dedos de Airto
Durante la década del '70, en su carrera maratónica de colaboraciones musicales, Fattoruso supo codearse -entre muchos nombres ilustres brasileños- con Airto Moreira, un encuentro que le valió a Fattoruso un disgusto muy publicitado en los últimos meses. Si Uruguay clasifica al Mundial de Brasil 2014, es probable que el malhumor de Fattoruso se potencie en forma directamente proporcional a la cantidad de veces que suene la melodía de Samba de Janeiro en los medios uruguayos.
La melodía más reconocible de "Samba de Janeiro" (llamado originalmente "Tombo en 7/4"), la canción firmada por Airto Moreira que será usada como tema no oficial del Mundial 2014 en Brasil, es en realidad autoría de Fattoruso, según asegura el tecladista uruguayo.
El ex Shaker compuso la melodía cuando Opa grababa con Airto Moreira el disco Fingers, como narró en una entrevista con Daniel Figares en Montevideo Portal. Como Moreira no podía terminar satisfactoriamente un samba de su autoría, Fattoruso le compuso una parte para completarlo (nada menos que la melodía esencial de la canción). Cuando el tema (adaptado por los alemanes Bellini Brothers con nuevo nombre) se convirtió en un éxito mundial, Fattoruso se comunicó con Moreira para pedirle que le diera el crédito correspondiente, al menos un 25 % de las regalías. El brasileño se negó (o fingió demencia, según quien lo mire) lo que dio pie a acciones legales por parte de Fattoruso.
"Está en manos de abogados y llevará el tiempo absurdo de este tipo de cosas", comenta con amargura Hugo. "Le escribí (a Airto) así como lo hice años atrás, y en lugar de responder me manda cartas de abogados, amenazándome con demandarme a mí", aclara.
"Dice que no se acuerda", explica Hugo, "pero jamás pensé que ocho compases fueran a convertirse en algo tan usado y conocido". Esos ocho compases son los que amenazan con amargarle la fiesta a Hugo en el próximo mundial, mientras los brasileños arman el trencito de su propio Mundial cada vez que la escuchan.
La banda oriental
La larga carrera de Fattoruso, salpicada de estadías prolongadas en el extranjero, viró hacia Asia en los últimos años. Su música tiene una conexión especial con los orientales. Es decir, con los auténticos, especialmente los japoneses, que se destacan por ser un público culto, atento y totalmente fiel con aquello que les emociona. En los últimos años, Hugo visitó las tierras niponas con Rey Tambor, el Trío Fattoruso (sumando el número de presentaciones año a año) y realizó su propio experimento musical y cultural en el dúo Dos Orientales, con el percusionista japonés Tomohiro Yahiro.
"Cuando tocamos con el dúo o Rey Tambor logramos la misma reacción. Es un público que acepta las propuestas con un entusiasmo sin igual. Son gente muy atenta, educada, condescendiente", cuenta Hugo. En el 2013 comenzará su gira japonesa con Dos Orientales el 23 de agosto, dúo que se transformará en el cuarteto Expreso Oriental en octubre con la llegada de Martín Ibarburu y Daniel Massa, arribando a Corea del Sur y doce ciudades japonesas (treinta contando las actuaciones con Yahiro). "Tenemos hasta una pequeña hinchada que nos sigue por las distintas ciudades, dependiendo de dónde toquemos", cuenta el tecladista.
El percusionista japonés logra una química particular con la música de Fattoruso "a través de los arreglos que hace", reconoce Hugo. "Cómo enfoca los temas y el tratamiento que les da es su principal aporte, es un gran arreglador", agrega.
El vínculo entre ambos nació indirectamente a mediados de los '70, sin que Hugo lo supiera. Mientras Opa editaba "Golden wings", en 1975, Tomohiro era un adolescente japonés que vivía en Las Palmas de Gran Canaria, en busca de nuevos ritmos. Fue en esa época cuando recibió de manos del pianista argentino Luis Vecchio aquel LP de Opa más otro de los Shakers.
Tiempo después, cuando Tomohiro era ya un percusionista profesional y respetado,
Hugo se enteró de su existencia mientras tocaba como tecladista de la banda de Djavan, a punto de partir en gira hacia Japón. Acordaron un punto de encuentro en tierras niponas. Después de 22 horas de viaje -con Fattoruso cargando como regalo un Birimbao hecho en Bahía- se encontraron en el hall de un hotel. Tomohiro estaba esperando allí con los vinilos de Opa, lo que hizo caer la quijada de un incrédulo Fattoruso. Esa misma noche realizaron su primera grabación juntos, marcando un nuevo punto de inicio de una carrera musical impredecible.
Sobre el show
"Tengo mucha música", explica Fattoruso sobre la recorrida que hará en el concierto del 18. Fattoruso repartirá media docena de canciones entre el piano y el teclado (con un par de estrenos) para dejar paso luego a su recientemente formado HA Dúo (H de Hugo y A, de Albana, por la percusionista Albana Barrocas). Entre los invitados, además de Roos y Fito Páez, figuran el guitarrista Carlos Quintana, Rey Tambor (Diego Paredes, Fernando Núñez, Noe Núñez), y un coro integrado por Norma Galfetti, Gabriela Gómez, Ángela Álvez y Ana Paula Romano (además de Albana Barrocas). Con Jaime Foos compartirá tres canciones ("tres temas de él, que le dije que eligiera"), y otro tanto con Fito Páez. Con el cantante rosarino estrenará una canción compuesta entre ambos, "Ojalá no se vaya". "Él me dejó una letra hace tiempo, a mí se me pasó, me olvidé y la recordé una vez que me llamaron porque estaba actuando en La Trastienda, así que hice la música y fui a presentársela esa misma noche", cuenta Hugo al respecto.
"Yo me regodeo con estos shows que invento con una cantidad de invitados y espero que la gente la pase igual de bien", aseguró.