Contenido creado por Martín Otheguy
Entrevistas

El tiempo es un efecto fugaz

Entrevista con Fito Páez

Tiene dos discos en las gateras, acaba de terminar de escribir una novela de 400 páginas y decidió embarcarse en una gira mundial celebrando los 20 años de “El amor después del amor”, con escala en Montevideo el 22 de setiembre. Tras presentar la gira en Buenos Aires, Fito Páez conversó con Montevideo Portal sobre la música, el amor y otros demonios.

26.04.2012 17:38

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Perdido detrás de una de las paredes de la cava cincuentosa del Samsung Studio de San Telmo, invisible a un público que mira intrigado el piano solitario del escenario, Fito Páez empieza a entonar las primeras estrofas de "El amor después del amor" y reabre en sólo tres compases veinte años de historia del rock argentino.

Al final de la segunda estrofa, cuando la banda abre el clímax de la canción, Fito aparece en escena trajeado en una impecable combinación de rojo y negro, moviéndose con la elegancia y excentricidad propias de una cruza atildada entre Beakman y Elvis Costello.

Tiene a su frente el peor público que un artista pueda pedir: es decir, periodistas que, como sugirió Mario Pergolini en la presentación del show, aferran (aferramos) en su mano derecha un canapé de sushi como un trofeo de guerra irrenunciable. Pese a ello, Páez los tiene ganados dos minutos después que comienza a sonar la melodía envolvente de "El amor después del amor". Por ahí asoman, entre las camperas de cuero con tufillo a naftalina y los vestidos de diseño caros, un Bebe Contepomi coreando a voz en cuello el estribillo, o un Manuel Quieto (de "La Mancha de Rolando") peludeando a ritmo con emoción auténtica, como si el año 1992 estuviera recién comenzando.

Tras el mazazo infalible del primer tema, Páez despacha luego en 25 minutos una versión resumida del disco más exitoso de la historia del rock argentino (1.200.000 copias vendidas) como preámbulo de la gira mundial que lo va a llevar por toda América Latina, Europa, Estados Unidos e incluso Israel, con escala el 22 de setiembre en el Velódromo Municipal de Montevideo. Le siguen "Dos días en la vida", "La Verónica", "Tráfico por Katmandú", "La rueda mágica" y "A rodar la vida", un paseo contundente por un disco que engancha sin fisuras un hit tras otro.

Además del suceso comercial que significó la edición del disco, marcando un antes y después no sólo en la carrera del cantautor rosarino sino también en el rock argentino, "El amor después del amor" es un trabajo que funciona a modo de matriz del trabajo de Paéz, como reconoce el propio músico. Es un disco químicamente puro, sin sobrantes, en el que está contenido todo su pasado, presente y futuro, y que puede funcionar perfectamente como su carta de presentación. Significó un renacimiento luego de sus años más oscuros (el asesinato de sus abuelas que quedó testimoniado en "Ciudad de pobres corazones"), funcionó a modo de bisagra luminosa entre el fin de una relación sentimental y el comienzo eufórico de otra (Fabiana Cantilo y Cecilia Roth), pero no dio la espalda sin embargo a los resabios del dolor y la tristeza de lo perdido. que se cuelan en algunas canciones.

Pasaron ya veinte años de aquello, momento en que Fito Páez decide volver a embarcarse en una larga gira de celebración que tiene muy poco de nostalgia, según cuenta.

"Surgió como un comentario, en medio de una ronda de amigos", explica Fito después del show, en relación a la idea de celebrar los 20 años del disco. "Pusimos un día el álbum, que yo no había vuelto a escuchar entero, y alguien mencionó que se cumplían 20 años. Se hizo un silencio, nos miramos y pensamos en lo divertido que sería salir a tocarlo otra vez", explica el rosarino, para quien la idea es "estimulante". "Nos dimos cuenta que todo estaba vivo, que sonaba muy bien, que era un álbum inspirado, y simplemente nos pareció divertida la idea", agrega.

La gira llega en un momento de hiperactividad para Fito Páez ("mi vida no es una película", aclara, "mañana me levanto temprano para acompañar a mi hijo al colegio, esa es la vida"): está terminando los detalles finales de dos discos -uno de versiones y otro de canciones que repasan los últimos veinte años -, busca locación para su nueva película y está dejando "respirar" una novela de 400 páginas que le llevó dos años escribir y que se mete con dos conceptos centrales: el amor y la pasión. "Se piensa generalmente que esto se hace por un regreso nostálgico y que ahí está el negocio, pero no es solamente eso: para nosotros reafirmar la historia reciente tiene un valor fundamental, es una manera de decir que esto pasó y que nosotros fuimos protagonistas", comenta el cantante, a quien le entusiasma la idea de volver a reunir todo este material sobre el escenario y en el orden en que se grabó el disco.



El perfume que lleva el dolor

El rosarino, que interrumpe sólo brevemente la sesión de entrevistas para recibir con un abrazo a Lalo Mir y Mario Pergolini, entre otros, parece genuinamente feliz de volver a repasar en vivo su disco y no reniega de su éxito comercial. "Fue un antes y un después. Me agarró en una época en la que ya había atravesado cierto camino, habiendo pasado por muchas cosas en mi vida personal y artística, y venía con una historia enrarecida en los medios por el asesinato de mis abuelas. Siento que había sido una condena fuerte de la vida y de alguna manera el disco llegó como una forma de premio. Parte de eso es lo que sentí cuando salí a tocar el álbum", recuerda, a la hora de explicar por qué "El amor después de amor" pegó tan fuerte en su momento. "Hay algo que se nos escapa de las manos, que es el efecto de una determinada música sobre un determinado grupo de gente en un determinado momento", reflexiona.

En el año 1992, Fito Páez venía de terminar su relación con Fabiana Cantilo y encontró en la actriz Cecilia Roth, a quien había conocido en una fiesta meses antes, el catalizador perfecto para transformar su euforia en un montón de canciones luminosas. Roth, cuya sombra se deja entrever en buena parte de los catorce temas del disco, ya no está hoy con el cantante, algo que no le preocupa mucho a la hora de revivir aquellas sensaciones en una nueva gira. "Cecilia es una compañera de la vida y la sigo teniendo al lado, porque tenemos el vínculo de nuestro hijo: todo eso que estuvo se transformó, pero no se pierde", comenta brevemente al respecto.

Reconoce sin embargo que el disco fue fruto de muchos factores: algunos de ellos artísticos, otros personales (como su relación con Roth) o simplemente de coyuntura. "Fue uno de esos momentos en que las estrellas se alinean", comenta. "Todos esos factores son misteriosos. Yo nunca hice nada con fórmula sino buscando siempre, curioseando y estudiando. Y además un músico se prepara para determinada experiencia, hay que estar ahí, esperando con tus armas: yo sólo estaba contando y mostrando algo", afirma.

El amor antes del amor

¿Cómo surgieron las catorce canciones que dieron forma a "El amor después del amor"? "Es un tema de matrices", dice Fito Páez a Montevideo Portal. "Puse en práctica todas las cosas que ya había hecho o que hice luego. Por ejemplo, 'Brillante sobre el mic', 'Dos días en la vida' y 'Sasha, Sissí' salieron como composiciones automáticas. Teníamos un pattern, de donde surgieron la armonía y el bajo, por ejemplo y lo curioso es que el resto salió todo entero, te diría que fue casi pornográfico. Después había canciones más complejas como 'Tumbas de la gloria', que tuvo muchos períodos, que empezó con una guitarra, algunos teclados agregados y una máquina de ritmo: fue un proceso más complejo. Otras canciones tenían ya algunas versiones, como 'Un vestido y un amor', en la que yo me incliné por tomarla desde el lado Beatle. Es como Eleanor Rigby pero en armonía mayor, no menor, lo que es una forma de estar allí sin estar, y encima lo grabamos en Abbey Road. Había otras que las fui construyendo de a poco: grababa un día la batería, luego el bajo, después la voz y así terminé componiendo 'Tráfico por Katmandú'", recuerda Fito, una canción que heredaba bases propias de la movida de Manchester que había arrancado un par de años antes de la mano de los Happy Mondays.

"En 'El amor después del amor', por ejemplo, tenía la frase, que me parecía muy poderosa, y fui escribiendo de a poquito, viendo por dónde iba, como sonaba, probando frases", explica a Montevideo Portal. "Hubo muchas formas de encarar el disco, que me agarró a los 28 años, en una época de absorción", cuenta Fito, que hoy se ve como "un artista más selecto", en el sentido de que si bien carece de la explosión creativa de los veintipico se percata de que quiere escribir específicamente "ese acorde o esa frase".

Para el músico, es importante que "El amor después del amor" vuelva a vivirse como hace veinte años, recreando sobre el escenario la escucha del álbum tal cual salió en una época en la que existía un vínculo más "físico" con los discos. "Yo recuerdo las tardes con mi padre escuchando discos de vinilo, con las tapas grandes, viendo qué decían, los datos, quién los había producido. Eran largas sesiones de música, cuya sensación sólo pude recapturar en estos días con un amigo muy melómano y también con Pablito Milanés, con el que dedicábamos en La Habana toda una tarde a escuchar un poco de música", recuerda, en alusión a los ritos musicales que se han perdido en parte con el dominio del Mp3.

Fito Paéz, ocupado a sus 49 años de barajar todas sus disciplinas artísticas "y además criar hijos", llegará en su gira a Uruguay el 22 de setiembre para volver a encontrarse con un público que siempre lo ha tratado bien. "El público uruguayo jamás es frío, al contrario", recuerda. "Montevideo es como una habitación de mi casa. Rosario, Montevideo, Madrid, Lima, son todos cuartos de la casa de uno, o barrios de tu propia ciudad, de tu cosmogonía, en los que te gusta volver un rato a ver a tus amigos", comenta. Veinte años después de haber cambiado el panorama del pop argentino en catorce canciones, hay poca nostalgia y poca vanidad en este retorno al año 92, del que recuerda "simplemente a un pibe haciendo lo que le gustaba".

Sobre la gira

Diego Olivero (piano y voz), Juan Absats (teclado y voces), Dizzy (guitarras), Gastón Baremberg (batería) y la colombiana Adriana Ferrer (coros), completan la banda que acompañará a Páez en la gira.

En la grabación del disco participó la banda de Páez de entonces (Tweety González, Ulises Butrón, Guillermo Vadalá y Daniel Colombres), pero además sumó a invitados como Mercedes Sosa, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Andrés Calamaro, Fabiana Cantilo, Gustavo Cerati, Lucho González, Antonio Carmona, Claudia Puyó y Ariel Rot, entre otros.

Fito Páez iniciará el tour el 2 de junio en Santiago de Chile y continuará su viaje en el Palacio de los deportes, de San José de Costa Rica, Caracas y Maracaibo en Venezuela, Bogotá y Medellín en Colombia, Sao Pablo Curitiba, Porto Alegre y el Velódromo de Montevideo.

En octubre regresará a la Argentina para cerrar el "Movistar Free Music" 2012 en el Planetario, y luego se presentará en el Festival Macay de Venezuela, Perú, Paraguay, Bolivia, México, Miami, Nueva York, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Panamá, España, Israel, Londres, París y en las ciudades argentinas de Mendoza, Córdoba, Rosario, y Tucumán.

 Martín Otheguy (desde Buenos Aires)