Fernando Cabrera se prepara para presentar "Canciones propias", su nuevo disco compuesto por dieciséis versiones de temas emblemáticos de nuestro repertorio popular. Canciones de Marcos Velázquez, Alfredo Zitarrosa, Pablo Estramín, Daniel Viglietti, Eduardo Darnauchans y José Carbajal, entre otros, conforman el mapa sonoro del que el músico se apropia.

La entrevista con Montevideo Portal comenzó por el tema excluyente de los últimos días: la muerte de "El Sabalero", que sumió al país en una profunda tristeza y a quien Cabrera, a modo de regalo que terminó siendo póstumo, había decidido homenajear incluyéndolo en el track 11 de su disco: "Pichonero".

"Fue muy sorpresivo porque nadie se sospechaba que podía pasar, no estaba enfermo. Fue una sorpresa, era un hombre joven todavía y estaba en plena actividad", dijo Cabrera, que reconoció estar muy conmovido por la situación y lamentó que El Sabalero no haya podido escuchar su versión de "Pichonero".

"El disco está pronto a volver de la fábrica, que es en Argentina, en estos días. Estaba esperando tener un ejemplar en mis manos para llevárselo y mostrarle mi versión del Pichonero que me gusta mucho como quedó. Es de lo mejor del disco. Quería mostrarle cómo si bien está tocado con otros instrumentos, lo está respetando de una manera casi literal el arreglo original de la canción que aparece en su primer disco, del año 1969", comentó.

"No me dio tiempo de mostrárselo, me quedo con esa pena. Estoy seguro que le iba a gustar mucho. Respetamos la atmósfera original de la canción", agregó.

Consultado sobre por qué eligió precisamente "Pichonero", Cabrera expresó que simplemente fue "porque me encanta esa canción. Es una canción que pasó un poco desapercibida en ese disco, fijate vos que un músico de 20 años saca su primer disco, y en ese disco hay no menos de cuatro o cinco clásicos absolutos de todo el repertorio uruguayo: Chiquillada, A mi gente, Los Panaderos, La sencillita. Es increíble. Y está Pichonero, que es una canción hermosa", contó.

"A mí me gustan mucho las canciones que tocan o que refieren a topónimos y lugares del interior, un arroyo, una zona, los nombres de las regiones. Esta canción tiene eso, aparte de contar una preciosa historia de un niño que se ve en la obligación de cazar pájaros para venderlos en la feria. Es una hermosa canción y quedó muy bien", expresó.

"Me quedo con esa pena, también compartida con el fallecimiento de Marcos Velázquez hace un mes, que con la canción de Marquitos abrimos el disco, El tero tero. Ninguno de los dos pudieron escuchar esto", se lamentó.

Cabrera reflexionó sobre estas dos muertes tan cercanas en el tiempo, y consideró que son días muy movilizantes. "Es tremendo. Esto me hace acordar hace unos años cuando se murieron prácticamente juntos Lazaroff, Zitarrosa y Mateo en el lapso de unas semanas. Pero bueno, están allí. Cada uno pasa por la vida el tiempo que les toca pasar y en el caso de la gente que estamos hablando dejaron tremenda obra, un tremendo legado para todos nosotros. Cuando uno dice la palabra clásico significa precisamente que están fuera del tiempo. No son de hoy ni de ayer, son de todos los tiempos. El Sabalero nos dejó varios", concluyó.



"Sentir que tengo algo para opinar al respecto"

"Mis preferencias", responde el músico al ser interrogado sobre en base a qué criterios realizó la selección de las dieciséis canciones del disco. "Vengo haciendo esto hace muchos años, interpretar canciones de otros con variantes a veces tajantes en cuanto al enfoque. Y siempre elijo en base a la misma idea: me tengo que sentir muy cómodo y tengo que sentir que tengo algo para opinar al respecto. Que la canción me ofrece una apertura, donde poder poner alguna cosa propia, alguna idea mía, y modificarla un poco. Si la canción no me ofrece eso, prefiero no hacerla", contó.

"Una razón por la que me siento atraído por una canción ajena es que me de la posibilidad de variarla un poco, intervenirla. Deconstruirla y volverla a armar, diría Liliana Herrero, que es medio filósofa y le encanta hablar en esos términos", reflexionó.

Entonces, ¿qué grado de Cabrera hay en estas versiones? "Altísimo", responde. "En todas apliqué esa cuestión. Si no es en los arreglos es en el canto, y si no es en el canto es en las letras. Me permitía, en algunos casos, re-estructurar el orden de las estrofas o disminuir algunos versos. Todas están sumamente intervenidas. Creo que si alguien comprara el disco sin saber, un extranjero que no conociera estas canciones que todos los uruguayos conocen, pensaría que son canciones mías", dijo.

"De ser oportuno, de no recargar"

Todos los temas de "Canciones propias" fueron un desafío, pero "algunos fueron más radicales que otros", reconoce el cantautor. "Me costó trabajo 'Los boliches', con letra de Nacho Suárez y música de Yamandú Palacios. Esta canción yo la escuchaba en Discodromo allá por el año 69 y me dejaba trastornado, porque es una canción extensa, tiene un milongueo muy lindo y va diciendo cosas tremendas. La letra es brutal, es de un nivel poético altísimo, las mejores imágenes que ha inventado el Nacho están en esa canción. Y me costó porque tuve la idea de traspasarla a un lenguaje más beatlesco y llevó trabajo", explicó.

"Otra que costó trabajo fue 'Gurí pescador', de Osiris Rodríguez Castillos, clásico de los clásicos, donde me metí a hacer un rompimiento radical de la canción original, e intervienen una cantidad de elementos sonoros no propios de la música popular. Usé una enorme cantidad de sonidos que tengo guardados de mil épocas, de instrumentos tocados de verdad, de muchísimas músicas que he hecho, bandas sonoras para teatro y cine, una cantidad de cosas que me han quedado. Armé un collage, un mapa sonoro muy cambiante, pero creo que muy conectado con la canción y con esa atmósfera de nuestra música criolla", señaló.

A pesar de este "mapa sonoro", la fórmula de interpretación permanece fiel a la convicción de Cabrera de seguir un camino minimalista. "El disco fue grabado casi en vivo, la banda tocando en el estudio y yo grabando las voces de inmediato. Hubo un trabajo muy lindo, muy rico de los músicos, pero todos bajo esa premisa de no abusar, no sobrecargar, no ser demasiado denso en las cosas que uno toca", explicó.

"Todos tocamos así: Federico Righi, el bajista, Ricardo Gómez, el baterista, Germán Klang, el tecladista y yo. Entonces se dan cosas muy interesantes y a la vez muy orquestales, porque de eso se trata la orquestación, de ser oportuno, de no recargar. Los resultados fueron muy buenos, quedamos muy conformes, estoy deseando que el disco salga para que la gente lo pueda escuchar", concluyó.

           
Adelantos:

El tero tero (Marcos Velásquez)
Morir en la capital (Pablo Estramín)


"Las que hicieron la carretera, cuando antes era apenas un pedregal"

Consultado sobre cómo ve el producto final de "Canciones propias" y sobre todo qué significado tiene para él ese puñado de canciones versionadas, Cabrera expresó que lo considera "como una entrada mía en la música que más amo, que son estos 50 años de canción uruguaya".

"Una entrada mía con libertad, a la par que con inmenso respeto y conocimiento profundo de las versiones originales. No estoy tocando de oído, por usar una metáfora que tiene mucho de musical. Por el contrario, hay un conocimiento profundo de todos esos autores, con los cuales estoy en contacto desde mi infancia", agregó.

"Empecé a tocar la guitarra en 1963 y las primeras canciones que toqué fueron de Aníbal Sampayo, de Osiris Rodríguez Castillos, de Zitarrosa. Este material está en mí desde hace no menos de 45 años, es la gente que preparó el camino para que los de mi generación y las posteriores encontráramos todo ya bastante fácil. Ellos fueron los pioneros, antes que ellos no había nada, había canciones aisladas. Hoy ningún uruguayo siquiera piensa en si tenemos o no un cancionero, porque lo tenemos y es brutalmente rico. Pero hace 50 años no había un cancionero uruguayo", señaló.

"Las personas que homenajeo en este disco son las que hicieron la carretera, sobre lo que antes era apenas un pedregal. Hicieron la ruta por la que ahora nosotros vamos cómodos: la curva está bien hecha, el puente está en su lugar", valoró.

"Una belleza que el destino pone a mi paso"

Por último, Cabrera reflexionó sobre las versiones pero desde el otro lado del mostrador, ya que muchos artistas han elegido canciones de su autoría para interpretar con mayor o menor fidelidad al original. Sobre este punto, el músico dijo que jamás opina sobre las canciones suyas de las que otros se apropian.

"Todas me parecen bien. Todas me parecen una maravilla. El único comentario que se me puede ocurrir es de agradecimiento. No debe haber nada más gratificante para un compositor, que un colega elija una canción tuya para hacer, porque la elección de una canción de otro implica siempre una gran comunión. Nunca nadie va a cantar algo que no le guste, sería absurdo. Quiere decir que ya en el hecho de elegir una canción mía para cantar, esa persona está dando a entender que valora lo que hago y que se emociona con ello. Entonces ahí pierdo toda objetividad, y escucho esa canción siempre como un mimo, una caricia, una belleza que el destino pone a mi paso", destacó.

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Fernando Cabrera ofrecerá dos conciertos a modo de "avant premier" de su nuevo disco, "Canciones propias". La cita en en Lindolfo, el 5 y 6 de noviembre. Por entradas agotadas, agrega función el martes 9.

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