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Entrevistas

Aguafuertes montevideanas

Entrevista con Drexler

"Estamos sentados en el banquillo de acusados por un grupúsculo de señores que creen que no debemos cobrar por nuestro trabajo", dijo a Montevideo Portal Jorge Drexler, tras recibir un premio Goya esta semana y generar una pequeña polémica con su discurso cantado. El músico habló sobre su nuevo logro y los desafíos que enfrenta entre la música, el cine, el ballet y la actuación.

17.02.2011 10:07

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2011-02-17T10:07:00-03:00
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Por Martín Otheguy

Jorge Drexler lo hizo de vuelta. Todos recordamos su gloriosa participación en la ceremonia de los Oscar del 2005, en la que debió tolerar la insufrible interpretación de "Al otro lado del río" por parte de Carlos Santana y Antonio Banderas. Aquella vez, entre el ninguneo de la Academia, la perpetración delictiva de su tema -sobre todo la actitud mercenaria de Santana en las seis cuerdas- y la indiferencia de Prince, encargado de otorgarle la estatuilla, Drexler se sacó la amargura cantando su canción en lugar de dar el discurso usual de agradecimiento.

Esta semana, Drexler obtuvo un nuevo reconocimiento por su trabajo musical en el cine y se llevó el premio Goya a mejor canción (galardón al que ya estuvo nominado por el tema de la película "Cándida" en el 2008). Lo logró esta vez con "Que el soneto nos tome por sorpresa", un ejercicio en clave de canción española del Siglo de Oro que compuso para "Lope", la película sobre el poeta Lope de Vega a cargo del director Andrucha Waddington.

Al igual que en los Oscar, Drexler optó por cantar y no por hablar al momento de recibir el Goya. "Vengo de un país de tres millones y medio de almas, no voy a perder la calma por más caras que me miren, ni voy a pedir disculpas por vivir de lo que canto, por más huevos que me tiren", entonó. Así como el canto fue de protesta en el 2005, en este 2011 el cantautor se refería a un hecho ocurrido momentos antes de la premiación. Una manifestación de unas 300 personas, vestidas con las máscaras de "V de Vendetta" y portando pancartas del tipo" La cultura no se censura", protestó contra quienes ingresaban a la premiación. Entre insultos y huevazos, los manifestantes se quejaban de la aprobación de la Ley Sinde en España, un instrumento legal orientado principalmente a la persecución de las descargas ilegales de música y películas por Internet.

Desde Madrid, Jorge Drexler conversó con Montevideo Portal sobre la pequeña polémica que originó su discurso cantado, su consagración en el mundo de las bandas sonoras, su colaboración con el ballet de Julio Bocca y su salto al vacío en el terreno de la actuación de la mano de Daniel Burman.

¿Cómo fue el proceso creativo para darle forma a "Que el soneto nos tome por sorpresa", en comparación con otros encargos cinematográficos?

Primero surge el soneto. En esos meses yo estaba en rodaje de la película, porque mi mujer (Leonor Watling) tiene uno de los roles protagónicos, el de Isabel de Urbina, la esposa de Lope de Vega. Yo estaba simplemente de visita, cuidando a nuestro hijo. En ese contexto conozco al director, Andrucha Waddington, y se genera una amistad inmediata, una conexión total. Como yo estaba leyendo mucho a Lope de Vega por entonces -porque me gusta informarme de las cosas que suceden alrededor mío-, y al generarse afinidad con su manera creativa y espontánea de dirigir, le escribí este soneto. Fue un ejercicio de estilo del soneto del Siglo de Oro español, hablando sobre el propio acto de crear, y de cómo las cosas que salen nos toman por sorpresa. Cuando uno está abierto a la creatividad no sabe de dónde vienen las cosas: el soneto habla sobre eso y sobre el amor, que es el tema principal de la película.

Fue un regalo personal, porque yo uso mucho los versos para comunicarme con los amigos. A los dos o tres meses de esto, Waddington me llama y me dice: "Estoy editando la película y no paro de leer el texto. ¿Por qué no le ponés música y lo colocamos en los créditos?"

Fue entonces un proceso distinto y más casual que el de otras películas, donde te han pedido expresamente componer algo en base a la obra.

Fue mucho más casual. Yo estaba en el rodaje de colado, y surgió a partir de un acto desinteresado. Le regalé un soneto como regalo a veces versos a otros amigos, algo que hago cuando quiero decirles algo.

En este caso tenías la letra primero y debiste ponerle música. ¿Ese es el proceso usual en vos para componer las canciones o te presentó una complicación adicional?

Me costó mucho ponerle música. Yo generalmente hago al revés, tengo la música y luego agrego los versos, aunque en los últimos discos, a partir de "Guitarra y vos" (del disco Eco), algunas veces escribo primero la letra. Entro por todos lados, pero es muy raro que agarre un verso terminado y lo musicalice, no es lo más común. Quería buscar la referencia de la sonoridad de la canción del Siglo de Oro español, pero sobre todo el responsable del sonido final es Fernando Velázquez, que escribió la banda de la película y se ofreció a hacerle un arreglo a la canción incluyéndola en la sonoridad de la película, con una gran orquesta.

Desde que ganaste el Oscar -y después de nominaciones en los Grammy, Goya y el premio de este año-, has tenido bastante demanda a nivel de bandas sonoras. ¿Sentís que esta ocupación inesperada te ha dificultado o quitado tiempo para tus discos o recitales?

Estoy muy contento de que se abran puertas. Soy un músico uruguayo y sé lo difícil que es vivir de esto, por experiencia propia. Cuando se abre una puerta, agradezco y entro, si me parece digna. Elijo muy bien mi trabajo y tengo la suerte de poder optar en qué quiero trabajar, pero me pongo contento cuando se amplía el ámbito laboral. Trabajar para cine me encanta: es como escribir una música para que la melodía la den las imágenes.


El jabón de la descarga

¿Por qué optaste por cantar en la gala nuevamente, al igual que hiciste en los Oscar, donde existía una razón clara? ¿En este caso fue por la protesta y los huevazos recibidos antes de la gala?

Realmente ahora me arrepiento un poco de haberle dado tanta importancia a lo que pasó. A mí siempre me ha interesado hacer las cosas con lo que siento en el momento de verdad. Y en ese instante estaba enojado porque en las afueras del teatro había una manifestación muy agresiva con todos los que estábamos entrando, por un asunto que está muy mal enfocado. Cualquier cosa es dialogable, pero lo que no es aceptable es esa tirada de huevos que le hicieron a todos los que ingresaron ese día. No era dirigido a mí, y yo era un colado en esa fiesta del cine, pero al final parece que fui el único que dijo algo.

Todo el colectivo de artistas en España está sentado en el banquillo de acusados por un grupúsculo de señores que creen que la cultura nace del arte y que no tenemos derecho a cobrar por nuestro trabajo, lo cual es ridículo. Es como que a un obrero metalúrgico no le paguen por su trabajo. Y yo regalo montones de canciones. Lo hice con el Plan Ceibal, que es una donación cuyos gastos pagamos yo y mi hermano Diego, que la produjo. Pero yo no le voy entregar mi música a un portal de Internet multimillonario que gana por publicidad. Yo voy a pelear por el derecho mío de que el dinero vaya a quien hace el trabajo.

¿Esa es tu postura con respecto al estado actual de la música en Internet?

Eso se va a terminar de arreglar dentro de poco. Internet es una estructura muy nueva y maravillosa. Es mi principal aliado y amigo para difundir mi música y la adoro. Desde que empecé a trabajar en "Frontera" con (Juan) Campodónico, (Carlos) Casacuberta o (Luciano) Supervielle Internet fue nuestra principal herramienta. Sólo hay que regular un poco para que el dinero vaya a quien hace el trabajo y no se lo lleven los portales que tienen publicidad. Nunca en la historia de la humanidad las canciones han producido tanto dinero como ahora. Sólo que por un período de tiempo -que espero se termine en unos años-, el dinero se desvía a gente que no hizo ese material. Y otra cosa que deben darse cuenta las personas a las que les gusta la música y especialmente el cine, es que si no hay un mínimo de sustento económico -que es alto-, las películas más sencillas no se pueden hacer. Si la plata no vuelve lo que va a pasar es que regresaremos a formas de arte muy limitadas. Y eso que en la canción yo tengo posibilidades aún de grabar en mi casa, y puedo vivir de mis conciertos, pero el cine se muere.

Señores, apreciamos el trabajo de colgar la película en su web, pero seamos un poco equitativos. Es como si yo tuviera un supermercado, vendiera fruta y no le pagara al agricultor. El agricultor es el que la plantó: si vos no le pagás, un día no vas a tener fruta para poner en el local y vas a tener que vender fruta vieja.

Relevé

¿Cómo va el proyecto de musicalización del ballet de Julio Bocca?

Estoy con mucho trabajo este mes por ese encargo. Trabajo todo el día y calculo que estará finalizado en el mes de mayo. Da un laburo infernal: escribir 25 o 30 minutos de música instrumental para un ballet es algo a lo que no estoy acostumbrado. Eso sí que es un proyecto creativo que es un quiebracabezas para mí, y es un desafío maravilloso y difícil. Es un cambio increíble y todavía estoy en proceso.

¿Estás satisfecho con lo que salió hasta el momento?

No, todavía no, pero suelo estarlo cuando las cosas están cerca del final, voy a estarlo (ríe)

¿Estás ensayando para la próxima película de Daniel Burman, en la que vas a debutar como actor?

Ya leí el guión y empezamos a ensayar en un mes. Se rueda en junio y julio en Buenos Aires, así que estaré quedándome allí ese tiempo. Todavía no ensayé nada (risas), pero Burman hizo hincapié en algo que me tranquilizó, y es que no quiere que haga un coaching muy específico. Quiere que venga la película con lo que yo soy, así que trabajaremos en la interpretación con él y en el momento. No voy a hacer un curso de teatro avanzado, entre otras cosas porque tengo mucho respeto por el teatro y no es mi disciplina. Daniel Burman vio algo que yo todavía no entiendo muy bien qué es, vio en mí a un intérprete. Ya lo comprobaré.

¿Fue igual para vos la ceremonia de los Goya que la de los Oscar o te sentiste más cómodo?

Los Goya están hechos un poco en imitación al modelo de los Oscar. La ceremonia se parece, pero centrada en lo español, por supuesto. Me siento más en casa, claro, viviendo aquí y conociendo a la mayor parte de los colegas que se dedican a esto en su generación. En los Oscar yo iba con mi escafandra, como un astronauta, a otro planeta que no era mío. Igual uno no va a estas ceremonias para sentirse cómodo. Para eso te vas a un bar con un amigo. Ahí vas a hacer promoción de u trabajo y a ver si te dan o no un premio para el que estás nominado.

Por Martín Otheguy