Contenido creado por Magdalena Prado
Entrevistas

Gran emperador

Entrevista con Andrés Ciro Martínez

De su rock de ahora y de Los Piojos, la autoexigencia y el liderazgo, del éxito y la fama, Andrés Ciro Martínez conversó con Montevideo Portal antes de su show en el Teatro de Verano este sábado.

23.09.2015 17:44

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2015-09-23T17:44:00-03:00
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Montevideo Portal

"Terminar con Los Piojos no fue mi plan, no fue mi proyecto. De hecho, de la calentura de ese final fue que decidí a toda velocidad armar una banda y si era posible tocar al fin de semana siguiente. En un año formé un nuevo grupo, ensayé, preparé un disco, lo grabé y salí de gira", así, con la intensa necesidad de sentir el calor de las masas, fue que Ciro Martínez dio a luz a Ciro y los Persas y no se equivocó.

La banda, galardonada con el Disco de Oro en su país por su último álbum Qué placer verte otra vez -un trabajo de colección compuesto por dos DVD y dos discos de audio-, se presenta el sábado 26 de setiembre en Uruguay, en el Teatro de Verano.

Antes de arribar a nuestro escenario el líder de la banda conversó con Montevideo Portal sobre esta nueva etapa, la separación de Los Piojos, la exposición y de cómo logra convivir con su auto exigencia.

 

Has tocado en muchos escenarios, pero supongo que cada lugar tiene algo particular. ¿Qué significa para vos tocar en Montevideo?

Los últimos shows que hicimos en Montevideo fueron muy calientes, muchos uruguayos viajan a Argentina a vernos y la verdad es que la pasamos muy bien. Es muy grato tocar acá, nos divierte viajar y nos gusta visitar este país.

Qué placer verte otra vez, este nuevo DVD que sacás con Ciro y los Persas que deja plasmados los dos shows que hicieron en el estadio de Ferro, logró ser en menos de una semana disco de oro en Argentina.

Para mí es un reflejo de esta nueva etapa, de los 5 años de la banda, de los dos discos y también un reflejo de mis 20 años con Los Piojos en varios temas que tocamos... Es el regreso a los estadios.

Cuando planificabas el primer gran toque de Ciro y los Persas, ¿tuviste miedo de no convocar como con Los Piojos?

Cuando empecé la nueva etapa no tenía bien claro qué iba a pasar. Uno puede tener la mejor voluntad y la mejor expectativa y trabajar pero la gente responde como quiere.

Algunos managers me decían que estaban sorprendidos, que era el caso que veían de "post banda" más fuerte, comparado con muchos otros cantantes de bandas populares que se habían hecho solistas. Veían que había sido tremendo, muy rápida la aceptación del público.

Digamos que uno vuelva a comenzar un trabajo de algo que hacía, se podría hablar de recuperación y esta fue fuerte, fue veloz.

"Algunos managers me decían que estaban sorprendidos, que era el caso que veían de ‘post banda' más fuerte, comparado con muchos otros cantantes de bandas populares que se habían hecho solistas"


Con Los Piojos y en esta nueva etapa de solista han llenado todos los espectáculos que dan. Evidentemente hay algo en vos que llama la atención y que te ha posicionado como uno de los cantantes de rock más populares en Argentina. ¿Qué creés que tenés, que logra congregar al público, sin importar con quién estés?

Bueno, una facha bárbara (risas). Creo que busco transmitir lo que soy, no tengo caretas, no vendo un personaje.

Yo siento lo que hago. En un momento de la vida dejé los estudios, dejé todo para dedicarme a esto. Muchas veces la gente cree que es fácil o que se te da así nomás o que tenés suerte y en realidad uno ve músicos que tienen una pata en la música pero están poniendo la otra en otro lado por si las dudas, eso es lo que hace que después tengas un desempeño determinado.

Evidentemente las canciones han gustado y van gustando a nuevas generaciones, tengo esa suerte. Laburar, tener respeto por la gente, que la gente sienta que lo que paga está bien gastado y buscar renovarse. Me suele pasar que estoy terminando un trabajo y estoy pensando en el otro o viendo qué está mal.

A veces es malo porque no te deja disfrutar del todo o es molesto en el proceso creativo porque te autocensuras o destruís cosas. Me ha pasado de verlo después y darme cuenta de que la letra está mejor que la que quedó. Soy muy autocritico y eso hace que lo que hago sea lo mejor posible. Eso no es todo para que a la gente le guste, no hay una fórmula.

Lo que hago lo voy a estar cantando durante años, entonces no hay nada peor que decir algo de lo que uno no esté convencido. Me gusta entretener pero también dejar un mensaje, son muchas las cosas que uno piensa cuando compone, cuando termina un disco.

En 2009 comenzaste con Ciro y los Persas y dejaste atrás a Los Piojos, la banda con la que llegaste al éxito. ¿Cómo viviste esa etapa de transición?

Yo no decidí dejar Los Piojos. En mi cabeza la idea era continuar como los Rolling Stones eternamente, ese era mi anhelo. Después ocurrieron una cantidad de cosas. En un grupo la gente va cambiando, se va distanciando, van cambiando los gustos. En los grupos hay gente que se hace cargo cada vez de más cosas y gente que menos. Lo milagroso es durar 20 años juntos.

No fue mi plan, no fue mi proyecto. De hecho, de la calentura de ese final fue que decidí a toda velocidad armar una banda y si era posible tocar al fin de semana siguiente. En un año formé un nuevo grupo, ensayé, preparé un disco, lo grabé y salí de gira.

Hoy estoy agradecido al destino de que las cosas se hayan dado así y tener la autonomía y la libertad que antes no tenía. Se había convertido en algo burocrático y de rivalidad de egos.

Si bien componía el 90 % de las melodías y el 95 % de las letras y me hacía cargo de un montón de cosas -la puesta en escena, estar encima de las páginas, las notas- funcionábamos como banda y las cosas se decidían grupalmente.

Yo soy una persona que está todo el tiempo pensando en el grupo o en el proyecto y era doloroso no encontrar respuesta acorde; ni propuestas ni contrapropuesta, esas cosas hacen que muchas veces sea desgastante. Eso, sumado al tiempo de convivencia, creo que fueron los elementos que hicieron que las relaciones se resquebrajaran para volverse insostenible.

Hoy estoy agradecido al destino, pero no fue un plan, realmente era la banda en la que durante 20 años puse amor y energía todos los días de mi vida; Juntarme con el escenógrafo, buscaba gente para que viera a la banda de una manera teatral, profesor de canto para los coros... Todas esas movidas las hacía porque es mi personalidad y no estuve pensando en hacer mi rancho aparte como sí ocurrió con otra gente.

El artista cuando compone sabe que esa música va a acompañar los estados de la gente que lo escuche. ¿Ciro y los Persas te dio libertad de escribir más a tu sentir?

Sí. Con Los Piojos muchas veces salía un tema, hacía la melodía y me insistían con que lo terminara y capaz no era un tema que me gustara. Justamente, almorcé con Micky (Miguel Ángel Rodríguez, bajista de Los Piojos) y hablábamos de eso. Yo hacía la letra por una cuestión grupal y por dejar a todos contentos, hoy elijo y decido a mi antojo lo que me gusta.

"Yo no decidí dejar Los Piojos. En mi cabeza la idea era continuar como los Rolling Stones eternamente, ese era mi anhelo."

¿Cuándo dejaste de pensar en lo que no pasó, en la ruptura con Los Piojos? Si es que lo lograste.

Uno puede tener una idea pero los ideales no deben desconectarse de las realidades y de los seres humanos. Vos podés tener el ideal de construirte una casa maravillosa pero si tenés un arquitecto con tres meses de experiencia y un maestro mayor de obra que vive borracho difícilmente lo logres.

Uno no tiene que desprenderse de la realidad que está viviendo y de los seres humanos con los que está trabajando. Es como esas parejas que se idolatran y un día se llevan el gran chasco cuando a ojos vistas de todo el mundo el tipo era una máquina de salir de joda y la mina se entera que le meten los cuernos y era algo que estaba a la vista de todo el mundo. Ese es problema de ella, hay que tener claro con los bueyes que se ara.

En Los Piojos se dio una situación de desgaste, de distintas filosofías y de ver la música y encarar las cosas, se van haciendo distancias que terminan como los matrimonios.

Sí me molestó de algunos ex compañeros que se dedicaron a dar notas a los medios que nosotros mismos criticábamos o repudiábamos por chicanas que nos habían hecho, que fueran corriendo a darles entrevistas diciendo cosas que eran insostenibles porque durante 20 años no hubo problema y de golpe parece que todo era un infierno, es ridículo... Eso fue cuando se les cortó el chorro.

Eso me pareció de lo más ruin y bajo como profesional, sacar un disco y dedicarse a hablar de un ex compañero. Eso me pareció lamentable y hace que mi presente me ponga más contento. Como dice el dicho: "no conoces a tu pareja hasta que te separas", pude conocer cosas que nunca me hubiese imaginado.

¿Cómo has manejado la popularidad? Sos conocido pero no mediático.

Sí, le escapo a eso. Me parece una cuestión que no la necesito, no me llena.
Prefiero conectarme con la música y llegar a la gente por ahí y no estar hablando de mi postre preferido en los programas de la tarde.

Muchas veces se da la discusión de quién tiene rock y quién no, como una especie de dedo que juzga. ¿Qué pensás de eso?

El que dice "hay que tener rock and roll" es un pichón de Pomelo.

Siempre vi la experimentación con drogas como una cuestión personal, privada y que uno puede festejarla y hacerle canciones, divertirse con amigos pero si eso es el centro de tu discurso, si no tenés más nada para decir es muy pobre.

Keith Richards no hizo los temas que hizo por la heroína, porque heroinómanos hay un montón. Puede influirte, pero el talento es una cosa y la falopa es otra. Puede potenciar y de hecho puede estimular, es así y lo sé, pero si eso es el centro de tu discurso tenés un discurso muy pobre.

Si hoy se terminara tu carrera, ¿creés que has escrito y cantado todo lo que necesitabas expresar?


Tengo el profundo deseo de hacer cada vez algo mejor, letras mejores, momentos mejores. Lo lindo de hacer una canción es lograr que quede redonda, cuando la letra y la melodía se conjugan como quería.

"Hoy estoy agradecido al destino de que las cosas se hayan dado así y tener la autonomía y la libertad que antes no tenía. Se había convertido en algo burocrático y de rivalidad de egos."


¿Te pasa de escuchar algún trabajo viejo y arrepentirte, avergonzarte o creer que ahora lo harías de otra forma?

No, lo que hice lo veo como de un momento. En un punto -en ese entonces- era yo pero no lo era, no era el mismo que ahora.

Lo que más me pasa es con el proceso de grabación, de cómo suenan o cómo grabé ciertas canciones. Creo que Los Piojos eran mejores en vivo, lo que se genera en esa comunión con la gente, la improvisación lo hacen mejor.

El rock, que tiene la raíz en el blues y en el jazz más lejanamente, tiene que ver con tocar en vivo y compartir el momento y la energía hace que la grabación sea menos plástica y artificial.

¿Te imaginás haciendo otra cosa?

Si dejara la música me dedicaría a producir artísticamente alguna banda, a dirigir teatro, escribir cuentos... Si me tengo que imaginar me imagino en algo así.

"Siempre vi la experimentación con drogas como una cuestión personal, privada y que uno puede festejarla y hacerle canciones, divertirse con amigos, pero si eso es el centro de tu discurso, si no tenés más nada para decir es muy pobre."


¿Es cansador intentar cumplir con la gente que siempre está exigiendo que des un buen producto?

Sí, un poco cansa. Lo que cansa más que el dar o subir al escenario o la gente saludándote y pidiendo fotos... Es todo muy intenso.

Tenés grandes beneficios como es el dinero porque te va gente, ganás buena plata y hacés lo que te gusta pero lo que te cansa es la intensidad que difícilmente disminuya.

Si uno trabaja limpiando vidrios colgado en un piso 20 seguramente tiene una adrenalina pero cuando se baja del andamio se terminó su intensidad. La fama tiene eso, es intensa las 24 horas. Gente que te recuerda tu trabajo, está todo bien y está buenísimo que ocurra, no me molesta, pero a la larga es cansador el no ser anónimo.

Está buenísimo, entras a un bar y te invitan, vas a un boliche y te conocen pero tenés que llevar una batería extra porque tenés que sacarte 50 fotos, que te hablen diez chicas que no te interesan y hablar con relacionistas públicos que no te interesan... Todo es intenso.


¿Cómo manejan tus tres hijos esa intensidad fuera del escenario?

Bien. A veces se fastidian un poco o me avisan "vamos, vamos que nos siguen". La gente generalmente es muy ubicada. Hay cosas en las que ya están entrenados.

Si vamos al cine vamos escondidos, termina la película y rajamos. No reniego para nada pero si me preguntás si es descansado te confirmo que no.

¿Llegaste al punto en que te molesta que te digan Ciro el de Los Piojos?

No, yo creo que está bien. La gente me identifica así.

"En muchos sentidos el pibe de barrio queda, en otros no, porque la vida te va enseñando. La experiencia te va demostrando cómo son las cosas, antes era más ingenuo y me sentía inmortal."


¿Estás orgulloso de lo que has hecho?

Hay cosas que realmente me parecen dignas de estar orgulloso, de estar contento.

Como banda que salió de un barrio del conurbano, que sin haber tenido jamás medio contacto con la prensa ni nadie que nos ayude, siempre hemos crecido con Los Piojos de a poquito.

Hemos tenido momentos, noches con invitados que eran ídolos nuestros, tener su reconocimiento son cosas que llenan de orgullo.

¿Cuánto queda de ese pibe de barrio después de ser telonero de Rolling Stones y Paul McCartney?

En muchos sentidos el pibe de barrio queda, en otros no, porque la vida te va enseñando. La experiencia te va demostrando cómo son las cosas, antes era más ingenuo y me sentía inmortal. Hay momentos de la vida que te impulsan a, sin saber cantar, comerte el mundo.

 

Magdalena Prado | Montevideo Portal

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