Contenido creado por José Luis Calvete
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El lobo feroz

Entrevista con Alberto Raimundi

“Me enamoré de Uruguay”, contó Alberto Raimundi a Montevideo Portal. El argentino que transmite a la Celeste con la misma pasión que a Gimnasia se definió como “artiguista” e “hincha de Peñarol”, recordó su primer relato imitando a Muñoz en un bar y habló de la amistad entre Peñarol y Estudiantes.

12.07.2015 10:20

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2015-07-12T10:20:00-03:00
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Alberto Raimundi es, para muchos, "el relator de Gimnasia que putea" o "el argentino que se animó a hablar del robo contra Chile". Lo que pocos saben, más allá de lo mucho que se han viralizado sus relatos, es que conoce más de la historia y la cultura uruguaya que varios de los que nacieron de este lado del Río de la Plata, pese a no tener lazos de sangre oriental.

A sus 40 años es profesional en ciencias económicas y de manera particular ejerce su profesión a modo de sustento, pero su pasión está lejos de los balances y los escritorios. "Soy cuarta generación de hinchas y socios de Gimnasia", dice orgulloso, y de inmediato se define como "artiguista por convicción", reconociéndose admirador del fútbol uruguayo ("el más glorioso del mundo") e "hincha de Peñarol".

Raimundi aclara que no es periodista, ya que su vínculo con la radiodifusión surgió a través del Movimiento de Identidad Gimnasista, una asociación civil opositora al actual modelo de gestión del club que empezó haciendo oír su voz en un espacio contratado. Luego dio el salto, generó su propia radio y se lanzó a la aventura.

En la 98.9 FM, Radio Revolución de La Plata, hay transmisiones de todos los deportes en los que compite Gimnasia y Esgrima (fútbol, voleibol, básquetbol, futsal y fútbol femenino), pero además está su programa "Diario de la Revolución", en el que repasa hechos de la historia sudamericana. Alcanza con escucharlo una sola tarde para darse cuenta que no se dice artiguista de la boca para afuera.

También alcanza con prestar atención a sus relatos futboleros para entender el significado del término "caperucitear" o "caperucitense". Como a Gimnasia lo apodan el Lobo, a Estudiantes le dice "Caperucita", y asocia a ese concepto todo lo que tiene que ver con mala intención, sacar ventajas antideportivas y otras mañas posibles en el fútbol.

Raimundi, que relata los partidos de Gimnasia y los de la selección uruguaya con la efusividad de un hincha pero con estilo de relator, dialogó con Montevideo Portal por más de media hora y habló de las razones de su fanatismo por la Celeste, de Carlos Solé, del partido entre Chile y Uruguay, del alcance de sus comentarios ante la ley y de la amistad entre las hinchadas de Estudiantes y Peñarol. Además, recordó su primer relato, que fue imitando a Carlos Muñoz en un bar.

¿Cómo se explica tu admiración hacia Uruguay?

Es amor. ¿Viste cuando te enamorás? El hombre es uno y sus circunstancias. A mí me tocó tener contacto con el Uruguay sobre todo a través de la radio, porque mi papá escuchaba mucha radio uruguaya. Hasta los 13 años íbamos de vacaciones a Montevideo, Atlántida o Piriápolis, más o menos año por medio, y a medida que fui creciendo me fui interiorizando y me identifiqué con muchas características y valores del Uruguay en sí y de su fútbol. En mi familia somos muy futboleros y lo que salió es esto. Lo que me transmitía mi papá lo vi reflejado en cómo son los uruguayos. Me fue cerrando todo e internamente hay cosas que no se pueden explicar. Se me fue haciendo carne y de adolescente ya era fanático de todo lo que tenía que ver con Uruguay.


¿Por qué artiguista?

Siempre fui inquieto en cuanto a estudiar e investigar, y de tanto ir a Uruguay, ver los monumentos y escuchar de él, me puse a estudiar la vida de Artigas. Llegué a la conclusión que fue el prócer más grande de Sudamérica. Hoy no tengo partido y si me preguntan mi ideología yo les digo que soy artiguista, pero no porque haya nacido en el Uruguay, sino por convicción, ya que a través de lo que estudié descubrí un personaje maravilloso. Si no lo hubieran traicionado y si su propuesta se hubiese llevado a cabo, nuestro continente sería mucho más importante de lo que es. Como artiguista de sangre que soy tengo claro que Artigas no quería lo que es el Uruguay hoy, sino otra cosa.

En tu programa Diario de la Revolución definiste a Bernardino Rivadavia, primer jefe de estado de las Provincias Unidas del Río de la Plata, como uno de los "caperucitenses más siniestros de la historia argentina"...

Sí, ¡flor de caperuza! Allá en Uruguay hubo otro caperucitense, (Fructuoso) Rivera, que estaba del lado que más le convenía. Lamentablemente en nuestra historia como continente hubo muchos personajes así, que vendían sus convicciones por su posición personal, y terminamos divididos y con el sueño de la Patria Grande diluido. Otro fue (Francisco) Ramírez, que aprendió de Artigas, se acomodó y cuando le tuvo que devolver lo dejó tirado y lo traicionó.

¿Qué visión tenés del fútbol uruguayo?

Hay cosas del fútbol uruguayo que me conmueven; esa cosa que le llaman garra pero que es un concepto mucho más complejo y profundo. El fútbol uruguayo es creer siempre que puede y a veces poder. Es una actitud y una forma de ser de no darse nunca por vencido, de hacer rendir los escasos recursos al máximo, de no sentirse menos que nadie pero tampoco más que nadie, de vender caras todas las derrotas, y de mantener siempre latente la posibilidad de que pueda pasar algo. El fútbol uruguayo no es el más lindo ni el más vistoso de la tierra pero es el más glorioso y es noble, pese a que le han hecho fama de mala leche. Yo estoy totalmente en contra de esas cosas en el fútbol, como sacar ventaja y especular, y creo que el fútbol uruguayo no es eso.


Osea que el fútbol uruguayo no caperucitea...

No, para nada. Caperucitear es ser mala leche, hacer trampa, sacar ventaja o especular con situaciones extradeportivas. El jugador uruguayo va con el alma y la vida a cada pelota, pero siempre va de frente. Hoy el fútbol moderno se caperuciteó todo, y eso pasa por cuenta y obra de los jugadores de manera individual. A mí el mordiscón de Suárez, por más que me pareció excesiva la sanción, no me gustó y considero que está mal, pero otra cosa es la mano contra Ghana, por la que fue expulsado y hubo un penal que si Gyan no embocó no es culpa de Suárez. Lo criticaron también por eso, pero eso no es hacer trampa ni caperucitear. Lo del mordiscón fue un hecho aislado, pero el jugador uruguayo no es de tener esas actitudes.

¿Siempre fuiste admirador de los relatores uruguayos?


A Gimnasia siempre fui a verlo a la cancha, salvo algún partido puntual de visitante. Para todo lo demás, sigo fútbol en la radio, porque la televisión nunca me gustó. Generalmente escuchaba a Peñarol y a Uruguay, y los fines de semana fútbol uruguayo en general. Me he morfado transmisiones de Segunda División y si jugaba Nacional también escuchaba. Siempre consumí fútbol y relatores uruguayos de forma permanente. Era parte de mi vida, a tal punto que en algún momento se me cruzó por la cabeza relatar. Escuché muchos años a Carlos Muñoz y después a Goñi. El relator se transforma en un amigo y una compañía, más allá de que no lo conozcas.

¿Quién fue el mejor relator?


Escuché los relatos de Don Carlos y es una cosa de locos, como el 4-2 de Peñarol en Chile ganado a lo macho. Ni que hablar de lo que significa haber sido uno de los tres relatores en Maracaná, la hazaña más grande de la historia del fútbol. Así un montón de cosas que fui leyendo, por lo que es mi referente número uno y considero que fue el mejor relator de la historia del fútbol. Hoy para mí el mejor relator del mundo en actividad es Goñi. Algunos me aclaran ‘de hablahispana', pero los mejores relatores son de hablahispana. ¿Me van a venir con los ingleses? Yo escuché a un inglés transmitiendo un título del Arsenal y parecía que estaba en el Solís. Después están los brasileños, que son muy buenos.

De hecho tu blog es don-carlos-sole.blogspot.com

Hace 60 años no se decían ni en la calle las cosas que hoy puedo decir yo en los relatos, pero para su época Don Carlos Solé era un tipo muy valiente porque decía lo que pensaba. De hecho tuvo una condena en suspenso por decir que los directores técnicos eran unos proxenetas del fútbol, con lo que estoy totalmente de acuerdo. Era un tipo que no se quería relacionar con los jugadores ni los dirigentes y me parece bien, porque si no después no podés criticar, más hoy que en aquella época.


¿Recordás tu primer relato? ¿Soñabas con relatar algún día?

Una noche en la década del 90 estábamos con unos amigos en un bar y había unos vasos largos de plástico. Justo había salido Uruguay campeón de la Copa América un par de años antes y yo me sabía de memoria el relato de Carlos Muñoz de cuando el Manteca Martínez pateó el último penal contra Brasil. Dijo: ‘el Manteca Martínez tiene la copa en su pie derecho', y de ahí hasta que termina diciendo ‘Uruguay carajo nomá' yo me sabía el relato de memoria, palabra por palabra, porque me lo había grabado. Esa noche me empezaron a joder con el micrófono de Carve y como estaba medio entonado agarré uno de los vasos y me mandé el relato. Cerré los ojos y lo hice con la misma entonación, y como dura casi cinco minutos, cuando terminé tenía a todo el bar alrededor pidiéndome relatos. Obviamente no lo hice porque yo me sabía ese de memoria nomás.

¿Y en la radio?


Fue medio casual, porque la idea de la radio y del Movimiento de Identidad Gimnasista era transmitir nuestro mensaje a través del fútbol, pero no teníamos un relator. Me animé y después pensé: ‘me quiero matar'. Nunca había relatado ni partidos de PlayStation. El primer partido fue en febrero de 2011 por la primera fecha del Clausura contra San Lorenzo de visitante. Cuando empecé a relatar me brotaban un montón de palabras que tenía en mi cabeza de tanto haber escuchado. Si bien tengo mi estilo propio, utilizo un montón de cosas que dicen los relatores uruguayos, como golkeeper o outball, que acá en Argentina no se usan.


¿Relatar se convirtió en un trabajo?

La radio se sustenta con el alquiler de espacios para producciones independientes y algo de publicidad, pero como somos tan jugados es difícil. El tema de la publicidad es bastante careta e hipócrita, porque muchos por afuera nos dicen que están de acuerdo con nosotros pero después no quieren poner el nombre de su empresa porque no nos casamos con nadie. Este año hay elecciones en Argentina y no agarramos ninguna publicidad, así como tampoco aceptamos pautas de ninguna agrupación cuando hay elecciones en Gimnasia. Si tenemos que poner plata de nuestro bolsillo la ponemos. Creemos en lo que hacemos.

¿No has tenido problemas a nivel legal por los insultos en los relatos?

Seguramente no he tenido problemas legales porque no tengo nada. Los problemas legales se les generan a los que tienen, porque en realidad el problema no es la ofensa, sino sacarle plata al que ofende. Como a mí no pueden sacarme nada, no tuve problemas. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) me llamó por unos dichos sobre Teo Gutiérrez, pero lo expliqué 70 millones de veces. Critiqué actitudes y quise decir que es una mala persona y un mercenario, y de hecho el tiempo me dio la razón. Un tipo que saca un arma en un vestuario, ¿qué es? Me equivoqué en el término y no soy de decir eso. Lo aclaré con la gente del INADI.

¿Y los árbitros tampoco se han quejado por tus dichos?

Si a un tipo le pagan para administrar justicia y lo que hace es una injusticia le digo ladrón, y no encuentro otra manera de describirlo si lo que hace es un robo. Yo vengo de la tribuna y en la tribuna nos comportamos de esa manera. Termina el partido y listo, no es que me pase toda la semana insultando a todo el mundo. Además los partidos duran 90 minutos y cuando me enojo y puteo son dos o tres. No estoy todo el partido puteando; yo relato los partidos. La característica mía es la pasión que le pongo. Buscate el video del ascenso contra Instituto, que le ganamos 2-0 en Córdoba, y ahí no hay ninguna puteada, sino que es todo emoción.

Con Sandro Ricci en la Copa América te descargaste a gusto...

Más allá de que Uruguay fue mezquino y de que no me gustó su forma de jugar en esta Copa América, porque cuando ha ganado cosas no fue jugando así, a Uruguay contra Chile lo cagaron, y 11 contra 11 Chile no le pudo ganar a nadie, ni en cuartos de final, ni en semifinales ni en la final. Contra Uruguay tenía la pelota pero no le estaba pudiendo ganar, y necesitó de la expulsión de un tipo para ganar. Eso en mi barrio es robo. Yo me quedé re caliente porque soy hincha de Uruguay y porque estaba viendo una injusticia. Ojo, si estuviera transmitiendo un Boca-River y viera lo mismo también lo diría, pero no me calentaría porque no me interesan Boca ni River. Pero ojo, porque me ha pasado de decir que hubo un error del juez a favor de Gimnasia, y lo dije. Y si me la tengo que agarrar con los jugadores de Gimnasia me la agarro, como en el último clásico. No es que el fanatismo hace que yo vea todo a favor de mi cuadro, pero lo de Chile-Uruguay es indiscutible. No me caliento tanto con Jara, porque los jugadores hacen lo que quieren, como en su momento Suárez cuando mordió; yo me caliento con el árbitro, que es el que tiene que ver lo que pasó, y si no lo vio no tiene que hacer nada. Ricci cobró porque vio caer a Jara, pero Cavani le acarició la cara. Antes de eso hubo un offside del que nadie habla que no fue, y que la televisión no volvió a repetir. Cuando amonestó a Cavani fue a partir de una falta mal cobrada. De a poco lo fue metiendo, aprovechó la volteada esa y dejó con 10 a Uruguay, que se estaba rompiendo el culo para mantener el cero y generaba peligro las pocas veces que atacaba. Capaz que iban a penales y ganaba Uruguay, como ha pasado tantas veces contra un estadio lleno.

¿Por qué los insultos a Bachelet cuando la viste aparecer en la imagen?

Me calenté con la presidenta de Chile porque tengo un odio visceral hacia todos los dirigentes políticos, porque son unos ladrones y farsantes. Me molestó ver a esta mina festejando en un estadio y al mismo tiempo dándole palo a los estudiantes universitarios porque piden que inviertan más en la educación. Además usan al fútbol con ese falso patrioterismo y nacionalismo berreta para engañar a la gente. Por eso me calenté como me calenté y me salió la puteada. No tiene nada que ver que sea mujer, hombre o travesti. Si tiene ovarios para cagar a la gente que también los tenga para recibir las puteadas. Yo no me metí con la mujer, sino con su función como presidente. ¡Dejate de hacer populismo en el estadio y andá a dar soluciones a la gente! Además de todo, en ese partido estaba aplaudiendo un robo.

Sos hincha de Peñarol y de Gimnasia. ¿Qué opinás de la amistad entre Peñarol y Estudiantes?

A mí me gusta Peñarol de chiquito porque a mi papá ya le gustaba. Yo andaba acá con la camiseta de Peñarol y los caperucitas no tenían ni idea. Yo conozco la historia bien; vino uno de allá, refugiado acá, cayó en La Plata, se hizo amigo de unos de Caperucita e hizo la amistad entre las barras, pero en realidad es una amistad de 100 delincuentes de cada lado. Peñarol con ellos no tiene nada que ver. Cuando se dio esto de que se hicieran amigas las barras yo ya era de Peñarol y ya lo tenía adentro. Los sentimientos no se cambian. Lamentablemente las tribunas las dominan estos delincuentes que deberían eliminarlos del fútbol. Se la agarran conmigo porque puteo en una transmisión, pero éstos entran y salen en todos los partidos, van a los Mundiales y viajan a todos lados.
En el 82 escuchamos por la radio a Peñarol campeón de América y todavía me acuerdo de estar en el living de mi casa con 12 años escuchando el gol de Diego Aguirre al América. Soy enfermo de Peñarol y lo seguí toda la vida, pero en Uruguay no tengo esa rivalidad de no querer a los de Nacional, no me nace, porque les tengo mucho cariño a todos los uruguayos en general. Acá sí; el clásico rival es mala palabra. Caperucita es todo lo que no quiero ser.

Montevideo Portal l José Luis Calvete

A continuación, el último relato de Raimundi: fue el 1-0 de Gimnasia a domicilio y en la hora sobre Arsenal, "el equipo Chorrondona".