Víctor Manuel regresa a Montevideo para ofrecer, por primera vez, un espectáculo en solitario. El próximo 22 de julio en el Plaza el cantautor ofrecerá el show "Vivir para cantarlo", un concierto íntimo en el que recorre su trayectoria de más de cuarenta años comprometido con la música.

En diálogo con Montevideo Portal, el músico reflexionó sobre su recorrido artístico, sobre el compromiso de la música con la realidad social y sobre temas como la descarga de música de Internet, que en su opinión "mata a los artistas". También se refirió a la situación política de su país y el movimiento de los "indignados" que estalló el pasado mes de mayo.

¿Cómo lo moviliza el tener que armar un recital que refleje su vida y su historia musical?

Lo que he conseguido hacer con este espectáculo es algo diferente a cualquier otro concierto que hubiese hecho antes. Tiene la importancia en su título, es una biografía de las canciones. Explico cómo he ido escribiendo canciones todos estos años, en un período que abarca de 1967 a 2009. Cuento por qué uno escribe unas canciones y no otras, por qué unas canciones te provocan un éxito tremendo y otras te provocan un desastre escalofriante. Todo eso está ahí dentro, me explico a través de las canciones, porque yo canto porque escribo canciones, si no seguramente no cantaría.

¿Es fácil para un artista incluir en un espectáculo canciones que califica como fracasos, elegir mostrar ese costado?

Yo me desnudo siempre, escondo muy pocas cosas de mí mismo. Creo que en un artista es tan importante el éxito como el fracaso. El éxito te hace vivir en una burbuja y el fracaso finalmente te pone en tu sitio: "Tú eres este, te ha pasado esto, pero tú eres este de aquí". Y eso es lo importante, saber administrar tanto el fracaso como el éxito, y saber que nunca estás hundido del todo.

¿Cómo vivió la decisión de ser artista?

Fue bastante irracional. Tenía 16 años y decidí que quería dedicarme a la música porque escuchaba determinados cantantes en la radio, escuchaba canciones que me gustaban y decidí que quería cantar. No tenía antecedentes, ni sabía cantar, ni sabía componer. Creo mucho en la voluntad, en el aprendizaje y en rodearte de gente que te enseña cosas. Ese fue mi camino, estuve varios años tratando de encontrar cuál era mi estilo, cómo quería cantar, qué cosas quería cantar, y estuve cuatro años componiendo canciones horrorosas, malísimas, hasta que por fin encontré algo que servía.

En las épocas en que iniciaba su carrera artística la música estaba muy ligada a un compromiso social, incluso político, algo que ahora parece haberse perdido un poco, por cuestiones del mercado. ¿Cómo analiza esto desde su trayectoria personal?, ¿falta música de ese estilo o es simplemente que no es necesaria?

Supongo que sí es necesaria, pero si la gente no la demanda lo normal es que no exista. Creo que -y esto lo dijo Peter Gabriel, que tiene más autoridad que yo-, la música ha perdido muchísima importancia, ya hace muchos años. La música sigue siendo importante para los que vivimos nuestra época, porque no era sólo una profesión, era una forma de vivir. Y ahora tengo la sensación de que ya no es eso, de que las inmediateces y las urgencias del mercado obligan a la gente a hacer cosas que nosotros no sentíamos que teníamos que hacer. Por tanto siento que éramos más libres.

Cuando escucho grabaciones mías de hace muchos años digo "¡Qué barbaridad! ¿Cómo podía hacer esto, cómo me permitía el mercado hacer esto?". Porque ya no se trabaja así, evidentemente.

Los músicos de su generación lograron combinar ese compromiso del que hablábamos con el hecho de ser famosos, actualmente la fama parece recorrer otros caminos...

Seguramente si tuviésemos que hacernos famosos ahora no lo seríamos nunca, con toda seguridad, porque ese mercado ya no existe. Y no éramos solo nosotros, era la gente también, que tenía unas demandas y unas urgencias y pedía que eso entrase en la música, en las canciones. Yo sigo escribiendo igual. En mi último disco de estudio, que es de 2008, está la vida, está lo que pasa en mi país, lo que tengo alrededor, está todo ahí metido. Pero yo me lo puedo permitir porque no tengo exigencias del mercado, porque para nuestra generación el mercado ya no existe. Eso de los discos es una historia remota que no existe hace muchos años.




Sobre ese tema está también la discusión sobre la descarga de música en Internet, un tema contra el que usted ha luchado largamente desde la Sociedad de Autores, aunque también siempre aclara que no es algo que lo afecte personalmente...

Realmente llevo muchísimos años dando esta batalla y peleándome mucho, pero lógicamente no peleo por mí. Tengo el tiempo que tengo por delante, que no puede ser mucho, pero sí soy conciente del tiempo que tiene la gente que hoy tiene veinte años y que quiere componer canciones y vivir de su trabajo, vivir de escribir o de tocar, entonces eso me desasosiega muchísimo.

Yo no le hago reproches a la gente que descarga, no culpo al que hace click porque lo hace porque puede, pero sí creo que matan a sus músicos, a sus cineastas, a sus escritores. Porque todo eso está laminado y lo que no, está en proceso de estarlo. Eso es lo malo, el empobrecimiento que se va a producir a medio plazo. Es cierto que se hace más música que nunca, que encuentras más lugares donde escuchar música, pero eso no le produce nada al que está creando. Eso no puede ser, porque hay una generación entera que ya ha interiorizado que de esto no se vive, que es un pasatiempo de fin de semana y que el resto del tiempo tienes que trabajar en otra cosa para vivir. Y eso es un disparate, porque mata a la música.

Va de la mano de lo que hablábamos sobre el tema de comprometerse con la música y vivirla...

Evidentemente. No creo que sea igual crear y disfrutar de algo que además te permite vivir, porque la música tienes que vivirla las 24 horas del día, no un ratito los fines de semana. Creo profundamente en eso, porque así es como se han hecho los grandes músicos, los grandes autores y los grandes compositores, no trabajando con la precariedad.

¿Y existe una solución? ¿En qué quedan los intentos de regular?

Esto es una pelea entre la industria y cultura. Del lado de la industria está gente poderosísima, como Telefónica de España y las operadoras de telefonía, que son las que se llevan la parte del león. Ellos han hecho el desarrollo de sus negocios con el "descárgatelo gratis" y a base de matar música, matar películas, matar libros, matar todo. Y los Estados miran para otro sitio, porque se supone que si es bueno para la industria será bueno para el país. Entonces se rompe la cuerda por el lado más débil, que es el que crea los contenidos. Es curiosísimo porque es un período en que a todo el mundo le parece bien, entonces al que hay que joder es al que crea los contenidos. Eso es impresionante, no se había producido nunca, es la tormenta perfecta.

En relación a su música y el vínculo constante con la realidad de su país, ¿cómo evalúa lo que está pasando actualmente con el movimiento de "los indignados" y qué cree que podrá pasar de aquí en más?

Durante mucho tiempo todos nos preguntábamos por qué no estallaba esto, puesto que la situación es bastante agónica. Hay toda una generación de gente muy preparada, con carreras universitarias terminadas, que no pueden acceder a ningún trabajo, ninguno. El nivel de paro juvenil que hay es del 44% en este país. Se está produciendo un empobrecimiento brutal de las clases medias, entonces era claro que tenía que explotar esto. Espero que no se pare aquí y que los resultados se reflejen en la clase política, que los políticos ya no puedan mirar para otro lado, que miren realmente a los ojos a la gente y empiecen a proponer soluciones.

¿Cree que le falta música a este movimiento?

Es difícil, fíjate que música es lo que menos se ha escuchado en todo este proceso. Pero eso tiene algo propio de la pureza de los indignados, en el sentido de que no quieren intermediaciones de nadie, no quieren clase política, no aparecen músicos, si aparecen algunos actores los ahuyentan. Es que no quieren interferencias y me parece bien. Seguramente cuando las necesiten las buscarán, y no las van a buscar en señores tan mayores como yo, lo van a buscar en personas de su generación, naturalmente.

¿Actualmente está trabajando en material nuevo?

Ahora hemos grabado este espectáculo y lo vamos a editar en noviembre en CD y DVD, y después sí prepararé un trabajo nuevo.

¿Qué expectativa tiene por su concierto en Uruguay, el primero que realiza en solitario?

Tengo muchas ganas de cantar. Porque no he cantado solo nunca en Uruguay. Canté con Ana Belén, con Joan Manuel Serrat, con Miguel Ríos. Tengo ganas de cantar solo, porque sé que tengo un artefacto imbatible, llevo 120 conciertos con el "Vivir para cantarlo" y sé que no tiene fisuras. Tengo ganas de estar ahí con la gente y mostrar lo que es este concierto, algo muy íntimo, muy cercano, y que la gente disfrute aunque solo sea el 50% de lo que yo disfruto.

El concierto

Víctor Manuel: "Vivir para cantarlo"
Cine Teatro Plaza
22 de julio
21:00 horas
Entradas a la venta en Abitab

VISITAR EL ESPECIAL DEL SHOW