Por Gerardo Carrasco
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Néstor Da Costa es sociólogo y se ha especializado en sociología de las religiones. Se desempeña como coordinador internacional del Proyecto Alfa de la Unión Europea titulado “Religión y Modernidad en Europa y América Latina” por el Instituto Universitario claeh, del que es docente e investigador. Es Director del Departamento de Ciencias de la Religión de la Universidad Católica del Uruguay.
Es el coordinador de la Guía de la diversidad religiosa de Montevideo, obra recientemente publicada por Editorial Taurus, y que ofrece una completa investigación de los colectivos religiosos presentes en nuestra capital, tanto los grupos mayoritarios y populares, como aquellos cuya existencia suele pasar inadvertida para quienes no los integran.
En entrevista con Montevideo Portal, Da Costa explicó la génesis, características y alcances del trabajo realizado por su joven equipo.
¿Cómo nace la idea del libro?
La idea del libro nace en el Claeh, tras más de diez años de investigaciones cuantitativas, que dan cuenta de que 8 de cada 10 uruguayos creen en dios, y que uno ve en la tele, la calle y en los barrios distintos grupos de culto religioso. La constatación de que vivimos a diario rodeados de estos grupos de los que no sabemos nada, nos decidió a poner el tema sobre la mesa.
Ya que se trata de las opciones que los uruguayos transitan al expresar sus religiosidad, o al menos parte de ellas ¿Por qué no hacerlas visibles?, dado que indican que somos una sociedad diversa y colorida, pese a que normalmente los uruguayos creemos que no lo somos.
¿Existe una suerte de "orgullo laico"?
Hay, en efecto, una confusión entre la laicidad y la ausencia de religiosidad
"Somos una sociedad diversa y colorida, pese a que normalmente los uruguayos creemos que no lo somos". |
La afirmación contenida en el libro de que 8 de cada 10 uruguayos cree en dios, ¿implica que practican una religión de un modo militante?
Los militantes, como en todos los aspectos de la vida, son pocos. Lo que hay es una aproximación a la búsqueda de la trascendencia, que a veces se da a través de tradiciones concretas como las iglesias, donde hay personas que se involucran más que otras, pero que se sienten parte de una institución. Por otra parte, en Uruguay, al igual que en el resto de occidente, hay un grupo creciente de personas que creen en dios, pero no lo hacen a través de las instituciones religiosas, sino que van componiendo -a veces con elementos que sí provienen e tradiciones, otras no- su propia búsqueda de trascendencia. No se trata de un fenómeno propio del Uruguay, sino que ocurre a nivel de todo occidente.
¿Quiénes son los integrantes del equipo que llevó adelante las investigaciones para cada capítulo de la obra?
Se trata de diez investigadores jóvenes, y esa juventud fue clave a la hora de elegirlos, así como el hecho de que provinieran de áreas distintas, como ciencias políticas, historia, sociología o trabajos en el aérea de comunicación. Desde un principio nos interesó que el equipo de trabajo fuera lo más diverso posible, para que la aproximación al fenómeno religioso no se diera sólo desde un lugar. En cuanto al "requisito de juventud", entendemos que el joven tiene una mirada distinta, y demás en nuestro país, lamentablemente, no hay formación en cuanto al estudio de los fenómenos religiosos a nivel universitario, con la sola excepción de la Universidad Católica. En cualquier lugar del mundo hay cursos, grados y postgrados en el estudio de lo religioso. Aquí parece mantenerse una idea de que lo religioso no importa. Por eso entendemos que investigadores jóvenes estarán mucho más fresco para incorporar elementos teóricos nuevos, otras miradas.
En el libro la información correspondiente a la cantidad de feligreses de cada iglesia, suele ser provista por la propia institución ¿disponen de datos obtenidos por otra vía?
No. El Instituto Nacional de Estadística, y/o las encuestas que realizamos los que nos dedicamos a esto, sólo pueden dar cuenta de los grandes números, como la iglesia católica, el conjunto del movimiento cristino en general, mormones, etc. Para los grupos pequeños no hay fiabilidad porque el número de casos es muy reducido para una encuesta. Estamos hablando de instituciones con pocos miles, o veces sólo cientos de feligreses. Las cifras manejadas parten entonces de las propias iglesias, y son fruto de una cierta apreciación que ellas tienen
La investigación registra la presencia de de algunas iglesias, sobre todo algunas vinculadas a colonias de inmigrantes, que parecen estar en decadencia, al menos respecto a su número de fieles. Por otra parte, otras religiones ofrecen una apariencia de gran crecimiento reciente ¿existe una migración inter religiosa, en la que unas reciben y otras pierden?
Sí. En realidad, hace cosa de 20 o 30 años se pensaba que la religión iba a desaparecer, tema que en la actualidad está totalmente fuera de discusión. Lo que sí está claro es que así como el mundo se transforma en todo sentido, hay una transformación de lo religioso, así como una movilidad religiosa. Hay gente proveniente de una tradición que luego pasa a otra, gente que deja de ser creyente, otros que fueron creyentes en su niñez, luego abandonaron la religión pero acabaron por regresar más adelante. Es claro que las iglesias llamadas de migración, como es el caso de los valdenses, rusos, o ingleses, etc, y están muy vinculadas a sus grupos de origen, son iglesias casi étnicas. En la medida en que esos grupos no se desarrollan mucho en el país, se hace muy difícil que su mensaje llegue a personas fuera de esos grupos a los que se encuentran asociadas.
"En Uruguay, al igual que en el resto de occidente, hay un grupo creciente de personas que creen en dios, pero no lo hacen a través de las instituciones religiosas"., |
Por otra parte están las llamadas iglesias de misión que procuran difundir su mensaje más allá de la comunidad en la que se encuentren, con un mensaje lo más amplio posible. En este grupo pueden localizarse varias instituciones históricas. Finalmente, están los dos fenómenos de mayor crecimiento en la región en los últimos años: el mundo afro brasileño en los años 70 y 80, y el mundo neo pentecostal, que prosperó en los 90 y en los comienzos de este siglo.
Son fenómenos nuevos y con dinámicas diferentes, que se caracterizan por una gran movilidad. En números quizá no sean tan relevantes, pero sí en cuanto a visibilidad y a que expresan una dinámica de cambio, diferente a lo que uno conoce.
¿Se trata de instituciones con mucha presencia en los medios masivos?
Mucha presencia mediática y pública en lugares muy visibles, que cambia lo que uno solía ver en el panorama religioso de Montevideo.
En la obra también se explica que algunos grupos religiosos no quisieron brindar información ¿qué tipo de instituciones eran?
Por suerte fueron los menos. La gran mayoría tuvo una actitud abierta, e incluso invitaban a los investigadores a presenciar los cultos y hablar con los fieles, lo que resultó muy enriquecedor para la obra. Pero el rechazo vino de parte de grupos que parecen sentirse amenazados por las investigaciones.
¿Estos grupos que no colaboraron, son los mismos que poseen una gran presencia en radio y televisión?
En algunos casos sí, pero en otros no. En realidad hubo dos casos extremos, uno de ellos perteneciente a ese tipo de iglesias que mencionabas, que fue la que no nos brindó ninguna información. Es más, no hubo manera de hablar con ningún representante. Por tanto, terminamos por apelar a datos secundarios provenientes por ejemplo de Brasil, donde existen tesis acerca de estos grupos.
Pero quizá uno de los mayores aportes del libro consiste en consignar grupos religiosos que, por lo general, ni siquiera sabemos que existen. Grupos que uno ve en el extranjero, pero que -aun cuando se trate de comunidades pequeñas- se encuentran también en nuestro país. Por ejemplo, calculamos que hay trescientos islámicos uruguayos. Son poquitos, pero es un síntoma de que algo está pasando allí, y señalan una pluralización del espacio religioso, una tendencia a la pérdida del monopolio por las grandes instituciones religiosas, y una tendencia a que aparezca una diversidad.
Además, estas nuevas y pequeñas instituciones religiosas tienen la ventaja de que no cargan sobre sus espaldas cientos o miles de años, y poseen una mayor agilidad a la hora de manejar los medios de comunicación.
Son una especie de Pymes de la religión...
(Ríe) Claro, son muy dinámicas y apelan mucho a los medios.
A la hora de analizar la información recabada ¿encontraste algo que te resultara sorprendente, o algún fenómeno muy propio de Montevideo?
En lo personal no, porque yo ya tenía bastantes nociones al respecto, dado que llevo veinte años trabajando en el área. Pero los investigadores sí se sorprendieron ante perspectivas diferentes cuya existencia en Uruguay desconocían, encontrándose con particularidades de pensamiento e incluso diferencias de lenguaje. Por ejemplo, uno de los investigadores interrogó a un grupo religioso acerca de su manera de evangelizar, y le contestaron que ellos no creían en el evangelio, por tanto no evangelizaban. Esto es una muestra de cómo uno habla desde sus propios códigos culturales, y se encuentra con interlocutores que maneja otros.
También resultó muy enriquecedor para estos jóvenes investigadores visitar los lugares de culto, hablar no solo con las autoridades de las iglesias sino con los fieles. Eso posibilita dialogar con gente normal, tan inteligente como cualquier otra, que canalizaba su religiosidad por vías que ellos no hubieran sospechado.
Y como no es fácil saber en qué cree cada grupo uno, cuándo llegaron al Uruguay o dónde y en qué situación se encuentran hoy, la guía pretende atender a eso.
¿Cuál es el aporte fundamental del libro para interpretar la religiosidad montevideana hoy, y su proyección futura?
La guía es útil para vernos hoy, aquí y ahora. Lo primero que dice quien abre el libro es "¿todo esto hay en Montevideo?", y eso que no está todo. Son 54 grupos, pero iglesias pentecostales hay muchas más.
Lo que la guía es ofrece es una imagen bastante completa de lo que somos y creemos lo montevideanos, con información para que podamos entender esa variedad ¿Qué va a pasar en el futuro? Por suerte los sociólogos tendemos cada vez menos a decir qué va a pasar, porque no lo sabemos, pero en este caso hay algunas tendencias que son claras, como la tendencia la fortalecimiento de una religiosidad menos militante y más buscadora en lo personal de cada individuo. Hay una búsqueda espiritual que no se encuadra necesariamente dentro de las iglesias e instituciones religiosas, e incluso cuando sí se encuadran en esas instituciones, experimentan cada vez más una flexibilidad doctrinaria.
Pocas décadas atrás, si un católico estaba en contra de lo que decía el papa, prácticamente no se lo consideraba un católico. Ho y esa realidad cambió, y lo hemos podido comprobar en diversos temas, como por ejemplo la sexualidad. También en el caso puntual de la polémica sobre la despenalización o no del aborto, donde hay gente católica que ha apoyado una u otra postura de la forma más diversa, más allá de la opinión oficial de su iglesia.
En la actualidad, el individuo cada vez gana más relevancia y poder de decisión, y eso no sólo ocurre en lo religioso, sino que es una tendencia que vemos en general dentro de la sociedad, a pasarle cada vez más capacidad de decisión a los individuos y menos a las corporaciones.
"La guía es útil para vernos hoy, aquí y ahora. Lo primero que dice quien abre el libro es '¿todo esto hay en Montevideo?'"
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Esta tendencia actual según la cual el individuo construye un poco a su manera su forma de creer ¿empobrece quizá el debate teológico, que en otros tiempos interesaba a toda la sociedad y no sólo a los expertos?
Venimos de un periodo de siglos en que la religión ocupó el centro de las sociedades, hacía una época donde estas religiones abandonan ese puesto privilegiado de atención, desplazadas por temas como la política y la economía. En ese sentido, puede notarse que el peso de las instituciones religiosas tiende a ser menor. La preocupación teológica continúa existiendo, pero limitada a determinados círculos, ya no a todo nivel.
Sin embargo, al ahora de analizar a los creyentes más militantes, a los más cercanos al núcleo de cada iglesia, aparecen los debates, y no sólo a nivel de sacerdotes o teólogos, sino también de laicos. Fuera de esos ámbitos es más difícil encontrar polémicas sobre esa clase de temas. A la mayoría de los creyentes le preocupa menos en su vivencia de la fe, la definición teológica “dura”, que lo que le aporta su vida cotidiana. Recordemos que temas como la virginidad de María, que siglos atrás fue un verdadero drama para católicos y protestantes, hoy a la mayoría de los católicos les importa poco, excepto a aquellos núcleos minoritarios que se dedican al estudio de tales asuntos.
¿Está en los planes del equipo extender la iniciativa al resto del país?
Ojalá podamos hacerlo. Existe una sola restricción para ello y es económica. Trasladar la investigación no sólo a las capitales departamentales, sino a diversos parajes del país, supone un gran esfuerzo.
¿Esperan encontrar diferencias significativas con lo que sucede en Montevideo?
Probablemente hallemos otros grupos de iglesias, que tengan mayor relevancia en un sitio u otro, como por ejemplo el templo budista ubicado en Minas. También podemos suponer que hallaremos cierta clase de experiencias religiosas en la frontera brasileña, y oras hacia el lado de Argentina, pero de momento sólo se rata de conjeturas e hipótesis de trabajo, sobre un área de estudio que no hemos podido mapear. Ojalá podamos conseguir los fondos, que es lo más difícil de todo esto, para ver si podemos hacer un relevamiento a nivel nacional.
¿Cómo se financió la Guía de Montevideo?
Se financió de dos formas. En primer lugar, prácticamente todos quienes trabajamos en el proyecto lo hicimos de forma honoraria, con costos mínimos. El CLAEH colaboró aportando toda la infraestructura y apoyo, con todo lo que significa salas, tiempo de los asistentes, etc. Luego, la editorial Taurus asumió los costos de la edición, y además hizo un muy buen trabajo, porque la guía quedó muy práctica y fácil de consultar. Eso contribuye a que el libro sea una herramienta para analizar mejor una diversidad que a veces olvidamos que existe.
Guía de la diversidad religiosa de Montevideo.
Coordinador: Néstor Da Costa.
Investigadores: Lorena Albanés, María José Arágor, Giuliana Caputto, Patricia Catz, Carla Chiappara, Fira Chmiel, Verónica Gallesio, Gerardo Iglesias, José Miguel Juanena, Denise Mermelstein.
Editorial Taurus.
Montevideo, 2008
Número de páginas: 425
Precio: $ 480
Nota de redacción: la ortografía se atiene las normas generales: uso de las mayúsculas para nombres propios, y minúsculas para las religiones o corrientes de pensamiento y sus seguidores, cargos y títulos, prácticas y ritos.
Por Gerardo Carrasco
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