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Entrevistas

Corazón de rocanroll

Entrevista a Loquillo

“He elegido las canciones que soportaban el paso del tiempo” dijo a Montevideo Portal el rocker catalán Loquillo, cuyo álbum doble que recopila 30 años de carrera, acaba de ser publicado en Uruguay.

06.11.2009 05:00

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2009-11-06T05:00:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
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“Unos llegaron muy pronto, otro vinieron muy tarde. Sólo nosotros llegamos junto en el momento en que no había nadie”, cantaba Loquillo en su tema “Hombres”, a principios de los 90.

Es que José María Sanz “El Loco, o Loquillo según la ocasión, pertenece a esa efervescente generación española que a finales de los 70 -y especialmente en Barcelona- despertó del prolongado letargo franquista a golpes de puro rock.

A mediados de los 80, cuando nuestro país salía de su propio letargo dictatorial, algunas bandas españolas ejercieron cierta influencia en la emergente movida rockera uruguaya. Entre ellas, Loquillo y Trogloditas, la banda que liderara Sanz, ocupó un lugar preponderante.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes, y hoy –sabedor de la existencia un público fiel en nuestro país- El Loco parece estar dispuesto a “ponerse al día” con Uruguay. Por eso acaba de lanzar aquí “Loquillo Rock & Roll Star. 30 años 1980 – 2010” de la mano del sello local Bizarro Records. Se trata de un álbum doble donde Loquillo repasa los mejores momentos de su vasta carrera. Éxitos como El Rompeolas, Cadillac Solitario o El Ritmo del Garage son de la partida, así como una flamante versión del tema de Buitres Mincho Bar.

Un día antes de presentar el nuevo producto con un esperado recital en La trastienda Club, Loquillo habló con Montevideo Portal sobre el pasado, el presente y el futuro de su carrera, y de otros diversos asuntos. Con rocanroll actitud.

Treinta años, además de ser una cifra redonda, conforman una carrera sumamente prolongada para un músico de rock ¿por qué llega justo ahora esta retrospectiva? ¿significa el fin de una etapa?
No, en absoluto. Es una fecha tan buena como cualquier otra. Lanzar un box de cinco CD y tres DVD, más que nada es una retrospectiva en la carrera de un artista. En este caso hay una edición especial para Uruguay, porque no hemos estado presentes aquí geográficamente, y lanzarlo por una compañía Uruguay es otra forma de reconocimiento al trabajo que se hace aquí.

¿Prefieres una compañía local o un sello pequeño?
Quería editar el disco en una compañía de aquí. Yo siempre decido dónde, cómo y de qué manera se hacen las cosas, así que no tengo problemas con eso. Simplemente me apetecía hacerlo con una compañía de aquí.

Uruguay suele quedar fuera de la ruta de las giras, por representar un mercado reducido y poco rentable, pero tú has vuelto una y otra vez ¿hay algún motivo especial para ello?
Lo que pasa es que yo aquí tengo un público, y yo voy hacia donde está mi público, lo demás no me importa.

Hablando de públicos ¿el tuyo en España está compuesto más que nada por la “vieja guardia” de quienes te escucharon desde siempre, o has conectado bien con la juventud actual, con los adolescentes?
Es un público de edades diversas, sino no me hubieran nominado a los Grammy, ni llevaría 30 años de trayectoria (ríe). Son 30 años que sin duda abarcan varias generaciones. Nunca he tenido problemas en ese aspecto

En su momento, Los Trogloditas fueron resistidos por las emisoras de Cataluña, por no cantar precisamente en lengua catalana ¿ese problema persiste, o se ha arribado a algún tipo de reconciliación?
Sigue siendo así. Eso es así (enfatiza). En España los grupos de rock no suelen ser radiados por las emisoras privadas, el rocanroll ha sido excluido. Por eso, a los músicos españoles les sorprende muchísimo lo que ocurre en Uruguay y en Argentina, donde el rock es tomado como una cultura, hacia la que hay un respeto. En España eso ya no existe, se ha convertido en el país de la canción melódica y de artistas tipo Alejandro Sanz, que son cantantes melódicos y puestos al día. El rock se mueve de una manera “underground”, sin embargo, a la hora de los conciertos, demuestra tener un público mayoritario. Es algo no extraño, sino surrealista.

¿Y en tu opinión, a qué se debe ese surrealismo?
Es muy sencillo: al poder no le interesa la cultura rock, sino que el rock sea nada más que una cultura de entretenimiento, y no una música que pueda transmitir otro tipo de contenido. Yo creo que sigue manteniendo cierto peligro para el establishment.

La generación de fines de los 70 y comienzos de los 80, de donde surgieron grandes bandas y figuras señeras del rock ¿tiene un relevo actualmente, pese a los problemas de difusión que señalabas, o no hay una movida importante hoy día?
La red ha facilitado que toda una nueva generación de artistas que no suenan en las emisoras, tenga su canal, y eso ha terminado con la dictadura de la radiofonía, porque ese canal facilita que le llegue a mucha gente el trabajo de bandas primerizas que no suenan en la radio. Eso es perfecto.



En notas que publicas en la prensa española, e incluso en algunas canciones tuyas, es posible hallar una cierta recurrencia sobre esa Barcelona de finales del franquismo, pese a que se trataba de tiempos todavía difíciles ¿se trata de un paraíso perdido que se añora?
Era un momento especial en la historia de España y particularmente en Barcelona, que era una ciudad abierta, cosmopolita, cercana a Europa, donde los artistas, los directores de cine, y los movimientos alternativos y más transgresores, como los de gays y lesbianas, tenían un lugar que aún no existía en otras partes del país. Todo eso se acabó, aunque se reprodujo un poco en Madrid ya entrados los ochenta.

No es que haya una nostalgia, sino una forma de decir que en ese lugar y en ese momento estaban ocurriendo esos fenómenos que te decía. Ya es sabido que por lo general la historia la cuentan los vencedores, y entonces cambian lo que quieren.

Hablando de visitar con frecuencia Uruguay, se comenta que quedaste fascinado con el Palacio Salvo, y estarías interesado en comprar un apartamento allí ¿es cierto eso?
Si gano dinero lo compraré, así que probablemente no lo haga (ríe) el Palacio es una fijación mía de adolescente. Yo tenía la foto del edificio recortada en mi habitación. Me gustaba, y cuando vine aquí y lo vi, me quedé de piedra. A veces la vida da esas vueltas, ¿verdad?

¿No sabías que ese edifico de la foto estaba en Montevideo?
No, simplemente me gustaba.

Además de ser músico de rock, también has abordado la narrativa, y publicaste hace unos años una novela titulada “El chico de la bomba” ¿Tienes alguna otra obra entre manos?
En marzo lanzo mi segunda novela, y en el mes de octubre saldrá mi nuevo trabajo junto a Gabriel Sopeña, sobre la poesía de Luis Alberto de Cuenca, Será el tercer trabajo acerca de poetas en toda mí carrera. Eso es lo más inmediato

¿Esa nueva novela tiene algo que ver con esa movida barcelonesa de hace treinta años de la que hablabas?
Sí, tiene algo que ver. No puedo adelantarte nada, pero tiene alguna relación con ese tema.

¿Sigues pensando que “hay que irse”, como la hacías en tu adolescencia cuando veías ir venir los trenes entre tu Clot natal y la ciudad de Barcelona?
Bueno….tengo la sensación de que debo ir a algún sitio, pero no sé hacia dónde. Es una sensación extraña.


En tu carrera hubo épocas de vértigo, con giras muy intensas, drogas y demás. ¿Cómo afecta a la hora de crear e interpretar, el cambiar hacia una vida un poco más estable, con una familia, un hijo?
No lo sé, siempre compongo sobre mí, porque es lo que conozco, no puedo componer sobre la vida de otro. Entonces, todas las temáticas que recojo, tienen que ver conmigo o con la gente que me rodea. Son historias reales. O bien casi reales, pero que utilizan personajes reales. Yo siempre he tenido una manera de trabajar: lo hago de día, y la musa no viene por obra y gracia, sino que depende de la disciplina personal diaria. Así es como salen las cosas. Yo no soy de los que llevan un block y un bolígrafo en la chaqueta. Tengo todo en la cabeza, y cuado está listo lo escribo.

¿Tampoco suscribes a ese mito según el cual el artista debe estar pasado de drogas, trasnochado y atormentado para componer algo auténtico?
Eso es de primero de rock, y yo ya he hecho la licenciatura hace tiempo (ríe). Pasas a segundo de rock si consigues salir vivo de primero. Y es a partir de tercero de rock que empiezas a hacer buenas canciones. Ese es un poco el trámite. Ahora bien, hay gente que se ha quedado en primero de rock, siempre con las misas cosas. Yo lo viví, ya lo hice y no le doy la menor importancia. Fue un sarampión.

Sin duda sería complicado desde un punto de vista logístico, pero ¿cabe la posibilidad de salir de gira con Jaime Urrutia, Andrés Calamaro y Enrique Bunbury, con quienes acabas de grabar un tema?
A mí me encantaría, pero es algo que en primer lugar deberían sentarse a resolver los implicados… y luego que los managers se entiendan. Siempre he manifestado que por mí parte no habría ningún problema. No sé que opina el resto.

Hablabas de las facilidades que la web ha ofrecido a las nuevas generaciones de músicos, a la hora de difundir su trabajo. Pero también en la web está el controvertido asunto del intercambio de archivos y de la piratería. Algunos músicos han aceptado este cambio como positivo, entendiendo que no perjudica al artista sino a las discográficas. Otros –y el caso más visible fue el de Metallica- han resuelto dar la batalla por sus derechos de autor. ¿Cuál es tu posición en ese tema?
Soy hijo de clase trabajadora, una clase que reivindicó durante mucho tiempo sus derechos a la educación, la salud, y todo el conjunto de derechos fundamentales para cualquier trabajador. Yo sólo puedo estar de acuerdo con aquello que defiende una persona que paga sus impuestos y su obra social: que simplemente reconozcan sus derechos. Si hay gente que cree que los autores no tenemos derecho a nada, estamos hablando de fascistas. Yo soy un trabajador, pago mis impuestos y mi seguridad social, y con ese dinero se construyen escuelas, hospitales, etc. Si yo no cobro dinero por mi trabajo, no podré pagar al Estado, y ese dinero no servirá para esas obras que te digo.

Yo creo que en esto hay una doble moral muy grande. Si alguien piensa que dentro de algunos años la red seguirá siendo un lugar donde se descargará todo gratis, se equivoca, porque eso se acaba. Es como las drogas: primero te las dan gratis, y luego las tienes que pagar. En breve todo el mudo va a empezar a pagar por las descargas ¿qué han conseguido de momento? Enganchar a todo el mundo.

Por otro lado, me gustaría que a aquellos que defienden la libertad en la red, las compañías telefónicas les dieran la línea gratis. La ADSL en España es la más cara de Europa ¿Tiene sentido eso, o es más bien sospechoso? Insisto, a mí me parece bastante sospechoso que nadie en la red esté protestando por eso, me parce que da que pensar.

En estos 30 años que se recopilan en este trabajo, ¿hay alguna etapa que esté más representada, o es cronológicamente parejo?
He elegido las canciones que soportaban el pasodel tiempo, que no han perdido actualidad. Hay otro tipo de canciones que forman parte de una época determinada, pero que no han soportado ese paso del tiempo. Yo me he ceñido únicamente a las que han resistido el transcurrir de los años, y que el público ha convertido en clásicas.

¿Sigues trabajando con Sabino Méndez, tu compañero de de los comienzos y uno de tus principales compositores?
Nos vemos a menudo, solemos trabajar juntos, y supongo que breve estaremos haciendo algo nuevamente juntos. Nosotros nos tomamos con mucha tranquilidad esas cosas, es nuestra manera.



Loquillo canta Hombre de Negro, acompañado por Jaime Urrutia, Andrés Calamaro y Enrique Bunbury

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