Daniel Hendler tiene uno de los currículums más destacados de los actores rioplatenses: ha participado en más de 20 películas y recibido varios premios internacionales, entre ellos el "Oso de plata" en el Festival de Berlín, por su actuación en "El abrazo partido", filme dirigido por el argentino Daniel Burman.
Ahora debutó como director con "Norberto apenas tarde", filme que aborda la vida de un hombre en tiempos de decisiones y cambio de rumbos. Con el protagónico de Fernando Amaral, secundado por Roberto Suárez y César Troncoso, la película tiene varios guiños teatrales, apuntes locales y la presencia de Roberto Jones en un pequeño papel haciendo de sí mismo, lo que resulta un homenaje para uno de los más importantes actores del teatro nacional.
Sobre los pormenores de su estreno detrás de cámaras, las decisiones justas y los tiempos, Montevideo Portal dialogó con Daniel Hendler director.
Daniel Hendler y Fernando Amaral en San Sebastián
¿Cómo fue el proceso de dirección, y cómo fue el pasaje a estar detrás de cámara?
Es otra exposición, es más completa la visión detrás de cámara y es otro tipo de ejercicio de contar un cuento, ponerle el cuerpo y la vida. Acá tengo la oportunidad de trabajar más sobre el lenguaje, es algo que tenía postergado y que fue muy disfrutable, mucho más de lo que esperaba. Pensé que podía llegar a pasar malos momentos, obstruirme, es muy fácil perder lucidez en cinco semanas de rodaje, pero también en esos momentos tuve un gran apoyo, gracias a que cuento con un equipo increíble y al que admiro mucho, me refiero más que nada a la parte técnica. La ventaja de estar detrás de cámara es que el actor tiene la obligación de estar concentrado todo el tiempo y a disposición para cuando sea el momento de ir a toma, en cambio si el director sufre un momento de desconcentración se rasca la cabeza un poco, hace como que está pensando y lo dejan, parece que en eso se está jugando algo importante de la película y se espera. Los tiempos y las complicaciones son más fáciles de manejar. Hubo días en que estaba malhumorado o irritable, esos en que te despertás y pensás que está todo mal, ahí la verdad que conté con mucho apoyo, sin ellos tal vez que no la hubiera pasado tan bien.
Trabajaste mucho tiempo como actor bajo la dirección de Daniel Burman, ¿sentís que tenés algún punto en común a la hora de estar detrás de la cámara o sobre una visión sobre el cine?
No estoy muy seguro, pero supongo que sí. Tenemos en común el no tomarnos demasiado en serio como artistas, aunque yo tengo mis vaivenes, a veces me la creo un poco más, pero también tiendo a pensar que la película es solo eso y uno está trabajando en ella y nada más.
Daniel Hendler
En las decisiones de, por ejemplo, dónde poner la cámara, ¿hay una elección de tener una distancia justa para mantener un acercamiento no agobiante?
Es cierto que busco una relación de la cámara con el espacio y el actor y siempre es en un tono de curiosidad, en el inicio con cierta inocencia, que se va perdiendo a medida que Norberto va dejando pistas sobre sus travesuras y de lo que realmente le va a pasando; allí la cámara comienza a adelantarse un poquito más o a delatar lo que pasa en la escena, pero siempre dentro de este juego de distancia y cercanía. He aprendido de todos los directores con los que trabajé y es un privilegio que tengo por haber estado en tantos sets de rodaje. En muchos casos me han permitido colaborar en el proceso y a la hora de dirigir eso te da muchas riquezas.
¿Cómo aprendiste la parte técnica? porque vos venís de la arquitectura y la actuación...
No tengo formación académica, me hubiera gustado estudiar cine sobre todo para tener un ámbito de experimentación. Mis materias son la arquitectura, el teatro, algunos cursos de guión pero sobre todo la posibilidad de haber hecho algunos cortos y de ser amigo de este grupete de cineastas de "Control Z"; cuando ellos estudiaban nos juntábamos y fui aprendiendo, viendo y haciendo. Muchas veces se parte de la suposición de que el problema del cine está en el conocimiento técnico pero las reglas técnicas son lo más rápido de aprender y es lo que menos te sirve. La experiencia en el uso de ciertos recursos es lo que te da las posibles soluciones o los atajos en el momento de ver resuelto en la pantalla lo que imaginaste. Cuánto más conocimientos tenés más fácil llegás, pero "las verdades" sobre la técnica cinematográfica son lo más fácil de resolver como director. Había cosas que yo ya sabía cómo hacer y otras que no terminás de saber porque tienen que ver con lo que estés buscando en cada película; Arauco Hernández en la fotografía me acompañó todo el tiempo, desde el armado del story board, que es donde se definen los planos, hasta en las decisiones en el set, cuando ese guión técnico hay que llevarlo a la realidad.
Fernando Amaral. Foto: Nicolás Soto
Esas ideas que tenías en tu cabeza, ¿quedaron plasmadas en la pantalla?
El proceso es largo y eso modifica la forma original, pero cuando la vi terminada se parecía bastante a aquella idea original. Hay que estar lo suficientemente claro y flexible para que sea un proceso dinámico y orgánico, en donde las cosas vayan encontrando su lugar, porque hasta que uno no las ve plasmadas no sabe su real peso en la pantalla. Capaz que se van superponiendo y uno descubre colores que se van generando, es el mismo proceso que le sucede al actor: hay que cuidar una continuidad emocional y física y saber que cada toma te va modificando lo que ya hiciste y lo que vas a hacer. El espíritu de lo que percibí en el principio apareció en el montaje y estoy muy contento; a pesar de que algunas cosas quedaron por el camino, se consiguió el objetivo.
¿Esta película estaba inicialmente prevista como una obra más coral?
Sí, ese tipo de estructura en la que los personajes se cruzan a través de alguna consigna, que en este caso era una mudanza con el inquilino, el propietario y el agente inmobiliario. Eran historias que sucedían en paralelo en esos momentos de cambios a los que se resistían los personajes. Norberto allí era el de la inmobiliaria, pero en la medida en que el guión se iba encontrando con problemas estructurales y me estaba empezando a aburrir, me daba cuenta de que Norberto era lo que más me interesaba y terminé entrando más en esa vida, dándole más espacio en la historia, hasta que empecé a escribir un guión nuevo. En principio se iba a llamar "La mudanza", después "La mudanza de Norberto" y finalmente la última versión del guión es la que quedó plasmada como "Noberto apenas tarde", en la que, de los otros personajes del guión original, algunos están y otros no.
¿Priorizaste a Norberto porque era el que contaba lo que vos querías contar?
En general, cuando uno se pone a escribir, no sabe bien qué está buscando, no dice "voy a escribir una película que cuente esto", en realidad te aparecen personajes, ideas, tramas y escenas que te gustaría ver. Sospechás que la idea de la película es una y después te encontrás con que puede ser otra, pero esa otra quizás no le interese a los fondos que pueden apoyar la producción, entonces vamos a decir que el tema es este y no otro. Es una búsqueda de lo que uno quiere y de lo que conviene contar; tampoco le podés contar al actor todo para que no se avive tanto en algunos temas que querés que sea más inocente. En todo ese proceso también uno va descubriendo de qué va la película. Con Norberto me di cuenta que lograba contar mucho mejor lo que tenía en mente que con aquella idea original.
¿Cómo llegás al actor protagonista Fernando Amaral?
Fernando Amaral. Foto: Karin Porley
Hice un taller en el MEC; él era un tallerista y me encantó. Además de que es un excelente actor, es divino para trabajar, en verdad era un poco joven para el personaje pero en la medida en que el proyecto se retrasaba, se iba acercando a la edad. Si bien fue su primera experiencia cinematográfica, al tercer día ya era un actor de cine.
También están en el elenco Roberto Suárez y César Troncoso...
Juegan como un rol de angelito y diablito de Norberto que está tironeado en esos dos universos. El de la inmobiliaria le dice "no importa mentir, lo importante es ser convincente", el profesor de teatro le dice "actuar no es mentir, es encontrar la verdad". Y en el medio está el protagonista.
¿Cuánto influyó en tu decisión de dirigir este filme Ana Katz (directora argentina de cine, y pareja de Handler)?
Durante nuestras carreras, ella se concentró más en la dirección y yo en la actuación; además de ser mi mujer y amarla también la admiro como cineasta, y su apoyo fue importante. No me hubiera animado a hacer la película si le hubiera parecido una porquería. El otro día la vio por primera vez en cine y por suerte le encantó.
¿Extrañás el teatro?
Sí, la función es algo que no se parece en nada a un día de rodaje, encontrarte con un montón de personas que están esperando recibir algo de vos se extraña. Ahora tengo ganas de volver, pero depende de qué proyecto surja porque no es fácil hacer algo con gente que después te das cuenta que no te gusta o que la propuesta no te llena.
A nivel de actuación pero en cine, ¿cuál es tu siguiente proyecto?
Se estrena ahora "Fase 7" de Nicolás Goldbart y en marzo probablemente actúe en una que está por confirmarse. Como director no tengo nada concreto, fue una experiencia motivadora, apenas terminé la película tenía muchas ganas de filmar en un estudio con una camarita chica. Hay cosas que quiero repetir y otras no, es muy costoso filmar y se involucra a muchas personas, entonces uno tiene que estar muy seguro si de verdad quiere meterse en un nuevo proyecto. Demanda mucho más de lo que parece. Está bueno que acá todavía no se pueda identificar una forma típicamente uruguaya a la hora de producir cine, todavía estamos a tiempo de seguir abriendo abanicos y eso está bueno porque da mayor diversidad y posibilidades artísticas.
¿Se estrenará la película en Argentina?
Sí, el año próximo, y ya ha estado en algunos festivales. Hay que decir que las películas uruguayas en los últimos tiempos han estado en un gran porcentaje en festivales clase A del mundo y han ganado premios, lo que es una cosa rarísima y hay que avisar que eso no es común. La repercusión de las pocas películas que se hacen en Uruguay en comparación con otros países es imponente. Es interesante ver la respuesta del público extranjero y que se ríen en los mismos lugares que lo hacen acá, es bueno sentir que cuando se encuentra una verdad es traducible a todas las culturas.
A la hora de crear, ¿pensás en lo que puede funcionar fuera de fronteras o no te interesa?
Sólo reprimo ideas si hay un abuso de guiños locales. Tampoco abusé de las exigencias de las coproducciones en donde se fuerzan personajes que no existen, más allá de ese género que ha nacido que es el de las "coproducciones". Puse gente muy real de acá sin caer en estereotipos. Con esta película sabíamos que podía interesar pero nunca lo pensamos en un producto de exportación. Es una historia que no es para el público masivo y no pretendemos venderla en todo el mundo, por eso no hubo limitaciones en el proceso pensando en si iba a gustar o no. El público agradece cuando ve algo genuino, auténtico, para el extranjero también es una forma de viajar ver esas idiosincrasias diferentes pero con las que se puede identificar. No hay recetas pero cuando hay un retrato no tiene que ser cercano al espectador para que lo disfrute.
Vistos los resultados, la película ¿es la que querías hacer o la que pudiste hacer?
Es una mezcla, es la mejor que pude hacer con estos recursos y por eso estoy feliz. Creo que no me podía haber salido mejor.
Norberto al final llega, tomando un montón de decisiones, ¿Hendler llegó al final tomando todas las decisiones que tenía que tomar?
Creo que sí, no se trata de controlarlo todo porque en el proceso de dirección se trabaja con gente y hay aprovechar la química del equipo, hay que ver hacia donde te llevan las decisiones y permitirle a las cosas que evolucionen y crezcan y te devuelvan algo porque siempre está la posibilidad de reconducirlas. Es un proceso vivo y dinámico donde uno va viendo y proponiendo. En eso el teatro es parecido al cine, cuando trabajás con algo vivo, con recursos humanos, serías un tonto si no entendieras que tenés que abrir puertas y beneficiarte de que las personas que están contigo caminen por sí solas.
¿Aunque no sean los pasos que vos querés?
La idea es que tomen el camino que vos planteás pero a veces te sorprendés porque alguien tomó otro camino y puede llegar a ser interesante también.