Son pocas las personas a las que no les gustan los animales. Son muchas las que se conmueven al ver a un lindo perro en televisión o deciden invertir una importante suma de dinero para comprar una mascota de raza. Pero no son tantas las que invierten tiempo de su vida y plata de sus bolsillos para hacer algo por todos aquellos que están en malas condiciones, víctimas de abandono o de maltrato.
Además de las acciones individuales, hay protectoras que trabajan incansablemente para hacer del mundo y puntualmente de Uruguay un país mejor en cuanto al cuidado de los seres vivos, sean perros, gatos, pájaros o caballos. Hoy, la fundación madre, por llamarle de alguna manera, es Animales Sin Hogar, que reúne a más de 800 animales y se sostiene por la solidaridad de sus colaboradores.
El primer paso
Animales Sin Hogar (de aquí en más, ASH) "se creó únicamente para ayudar al resto de las protectoras; hacer como intermediario, e intentar buscarles un hogar a los animales que estaban en adopción en otras protectoras", cuenta Leticia Píriz, responsable de comunicación de la fundación, a Montevideo Portal. "Con el paso de los años, ASH empezó a recoger animales y llegó un momento que tuvimos que dedicarnos exclusivamente a nuestros animales", señala.
ASH surgió por iniciativa del matrimonio que conforman Laura Medina y Juan Echeverría, actualmente los directores. "Laura es diseñadora gráfica, y por eso comenzó con esta página para ayudar a las protectoras, hasta que se vio ella desbordada por la cantidad de animales que tenía. Tenían una casa en Solymar con un montón de perros y un montón de gatos", y allí fue donde se cocinó todo este proyecto sin querer ambicioso y por demás digno de admiración.
De Laura y Juan nace el organigrama, que se ramifica en una gran cantidad de voluntarios, trabajadores honorarios que permiten que esta fundación sea real. "Hay muchísimas cosas para mejorar, pero cada uno de nosotros tenemos nuestro trabajo y esto lo hacemos con el corazón, para dedicarle el tiempo que podemos para poder atender esas diferentes áreas para que todo funcione. Somos una gran familia que trabaja gracias a un gran equipo que hay atrás, y tratamos de hacer las cosas de la mejor manera para que todo funcione correctamente", destaca Leticia.
Además de los voluntarios, ASH cuenta en este momento con 18 empleados que se dividen en tres turnos para poder atender las necesidades de los cientos de animales que conviven a diario en la chacra. "A diferencia de otros refugios, ASH es un tanto particular porque no tenemos a los animales en caniles. Desde que se creó se tuvo la visión suficiente de que nuestro país no tiene una cultura de adopción de animales, entonces saben que en el momento que recogen un animal, con muchísima suerte se va a ir en un período corto de tiempo: lo más probable es que quede en ASH y viva el resto de su vida y fallezca ahí. Mientras les encontramos una familia, ellos están en la familia de ASH. Ese es el lema".
Quizás algunos de los que leen esta nota se ven desbordados porque en su casa tienen dos o tres mascotas que dificultan el diario vivir, que colaboran con la suciedad del hogar y que además generan un gasto. Imaginen lo que será la situación de 350 canes en un campo, todos sueltos. "Si no estuvieran acompañados todo el día no habría ninguno", afirma Leticia, y por eso están los empleados (por los que se pagan los correspondientes aportes, aguinaldos y salarios vacacionales), quienes "tienen que estarlo para impedir que se arme lío entre la manada".
Números que nunca cierran
Leticia cuenta que en junio se pagaron 92 mil pesos de aportes por los 18 empleados. Además de eso, hay otros rubros que requieren de billetes y billetes. "Tenemos servicios terciarizados que nos generan gastos: los traslados de los caballos, las máquinas que vienen a plantar, los veterinarios, porque para que esto sea con compromiso y que realmente funcione hay servicios de los cuales no podés prescindir. Nosotros tenemos dos mega veterinarios que son Verocay para los grandes animales y Porto para los pequeños, y son dos eminencias que trabajan con nosotros", detalla.
Para estar al día con cada uno de los que prestan sus servicios, ASH no cuenta con ninguna ayuda del gobierno. "Pagamos todo como si fuéramos una empresa. La fundación se sostiene por la gente", motor que permite cubrir "los mismos gastos que vos tenés en tu casa -productos de limpieza, trapos, escobas, agua, luz, bombitas- pero mucho más grande".
Para suerte de la fundación, hay dos empresas que aportan mensualmente. Son Laboratorios Microsules (con antibióticos, medicamentos y otros remedios); y Monello (alimentos), "que nos hace un precio preferencial mucho menor al de cualquier otro lado. Nosotros compramos 4500 kilos de perro por mes, y 500 de gato". "Después hay empresas que han hecho donaciones puntuales, pero mes a mes contamos con lo que recaudamos con la colaboración de la gente", recuerda.
Aquellos que deciden aportar, tienen variedad de formas para hacerlo, que van desde lo mínimo a lo máximo y desde el teléfono al banco (detalladas al final de la nota). Además, se realizan eventualmente jornadas de voluntarios, que según Leticia "las hacemos cuando no podemos más. No hay una fecha específica: cuando hacemos una jornada en la calle es porque no damos más, porque tenemos deudas hasta la manija, como la que hicimos hace poco, en mayo. La idea era hacer boxes para caballos, y no nos dio la plata. Pudimos pagar todo lo que debíamos y no nos dio para más. Es una calesita", afirma con una cuota de resignación.
Pero más allá de los números, hay otras formas de involucrarse con la causa. "Hay mucha gente que va a la tienda y dona frazadas, medicamentos, bolsas de nylon, papel de diario, cosas que estamos necesitando. Y tenemos un debe con toda esa gente, porque nos acercan donaciones pero queda ahí, no hay un agradecimiento", lamenta. "Entonces ahora estamos implementando un sistema de que la gente cuando vaya complete un cuaderno de donaciones. Todos los meses las juntamos, con todos los mails, y mandamos un mail de agradecimiento".
"En la tienda (en Galería del London, 18 de julio esquina Rio Negro, local 51) tenemos artículos de merchandising que con la compra de cualquiera de ellos están colaborando. Eso es una linda forma de aportar, porque mucha gente tiene que hacer un regalo y va, compra una taza y está colaborando", acota.
Una forma de ser
"Lo que tiene la fundación como política es que es muy transparente. Sabemos todo lo que se gasta en el mes. Son súper transparentes y es una forma de demostrárselo a la gente, sobre todo en este país, que lamentablemente es el país de los vivos, que está todo el mundo desconfiado. Por eso tratamos de agradecer cada cosa que recibimos".
Esa forma de ser que adoptó ASH tiene su retribución, porque "la gente ve transparencia y ve resultados. Hay un montón de cosas para mejorar, y hoy por hoy, como el resto de las protectoras, estamos lamentablemente poniendo un filtro muy, muy grande, y muy exigente para los ingresos". "No podemos ingresar a cualquiera; hoy estamos ingresando a animales que realmente están en estado lamentable. Estamos apelando un poco a la educación, para que cuando la gente ve un animal en la calle no piense en ASH o en un refugio, sino en de qué manera puede ayudarlo", explica.
En esta necesidad de educar es que la fundación decidió emprender una campaña "muy fuerte de concientización en adolescentes y niños, porque ellos son el futuro de todo. El futuro de ASH son los niños, que cambien su cabeza y que el día de mañana el maltrato y el abandono no sea tan mayúsculo como ahora. Estamos haciendo una apuesta muy fuerte en educar y atacar el problema de raíz".
Es por esto que algunos voluntarios recorren distintas instituciones educativas, informan sobre el trabajo que hacen en la chacra y sobre algunas leyes, como la de protección animal o la importancia de la tenencia responsable, "y en algunas ocasiones terminamos con una visita a la chacra". "Y los chiquilines piran, porque van, pasan bárbaro, no lo pueden creer. Ellos tienen una naturalidad y una inocencia que todo les gusta", expresa.
Pero esta campaña necesita un paso más para las oportunidades en las que el broche de oro es en la chacra, y es la construcción de un lugar para recibir a los chicos, proyecto que "no hemos podido concretar por falta de fondos". El objetivo es hacer un quincho techado para no tener que suspender, como se hace en la actualidad, una visita cuando hay pronóstico de lluvias, y para tener un lugar donde realizar meriendas compartidas.
Ventaja virtual
En todo el trabajo realizado, la fan page de ASH en Facebook es un pilar fundamental. Actualmente es "la cuarta en fans a nivel país y la primera en actividad, porque las que están por arriba son las de la selección uruguaya, Teletón y No Te Va Gustar. Pero la de la selección se activa cuando juega la selección, y con Teletón lo mismo. Sin embargo, en ASH la actividad es constante. La gente que está hablando de esto es un disparate. El 96 % de las personas ven al menos una publicación semanal, y estamos hablando que tenemos 340 mil fans".
Claro que además de difundir sus acciones, Facebook es un medio para que la gente pida ayuda no sólo a la fundación, sino "a toda la red de bicheros que anda por ahí. Hay mucha gente movilizada por este tema, mucho más de lo que uno cree".
Pero siempre hay un costado negativo, y es el de la gente que les recrimina cuando no pueden colaborar. "Hay una realidad: nuestro nombre ya es una marca, todo el mundo sabe a qué te referís. Pero uno escucha Animales Sin Hogar, y no tiene idea de qué se trata, de que es una fundación que trabaja y etcétera, y de por sí piensa que cualquier animal que no tenga hogar tiene que ir a esa fundación porque por algo se llama Animales Sin Hogar", entiende.
Para Leticia, las sucesivas publicaciones que aparecen en el muro del tipo "‘son unos chantas', ‘mandé un mail y nunca me contestaron', ‘me dijeron que buscara ayuda entre la gente que conocía y no se hacen cargo', es de gente que no sigue la fundación". En la mayoría de las ocasiones, los que sí siguen el arduo trabajo se encargan de responder.
Haciendo camino
Actualmente hay en ASH hay casi 800 animales: 375 perros, 230 gatos, 180 caballos "y el resto son cabras, ovejas, chanchos, conejos, patos, gansos". Los caballos son un caso especial porque, además de no estar en adopción, son animales que han sido explotados para trabajar y que llegan a la chacra en depósito judicial (por un período de un mes, el juez puede disponer de ellos).
En cuanto al proceso de ingreso de los animales, "la gente manda un mail a info o publica en nuestro muro. Evaluamos si es un caso para ingresar y si en ese momento, ese día, ese mes, realmente tenemos los fondos para ingresar al animal. Acá se trata de un tema pura y exclusivamente económico el tema del filtro de los ingresos. Si tuviéramos mayor cantidad de ingresos económicos no seríamos tan radicales. Hay meses que decimos ‘no puede ingresar un animal más'. Porque no es sólo el espacio: un ingreso implica veterinario, medicamento, cirugías, internación. Ni que hablar cuando hablamos de un caballo, que es 10 veces más".
Una vez recibido el animal, se actúa de acuerdo al caso y luego se inicia el proceso de recuperación. "Después, todos nuestros animales son castrados, vacunados y cuando están 100 % recuperados y no antes, ahí recién están aptos para dar en adopción".
La adopción es la otra gran línea de trabajo, una en la que también se piensa con mucha precaución. "Cada animal nos ha costado muchísimo porque es parte de nuestra familia. Sabemos los nombres de todos, generamos un vínculo. Al no ser apartados son perros que vos vas y te reciben, y con los gatos es exactamente igual. En el tema de la adopción somos súper cuidadosos y tenemos un procedimiento, que quizás podría ser menos riguroso pero no estaríamos del todo seguros porque somos bastante quisquillosos", cuenta Leticia.
Cuando una persona decide adoptar, envía un mail y se coordina una visita. En la misma, "se les hacen todas las preguntas acerca de las condiciones del animal, cuáles son sus expectativas. Se evalúa al adoptante y al lugar a donde va a estar al animal. Después la persona va a la chacra y elige al animal (si es que no lo definió previamente, al ver a los animales en Facebook) de acuerdo a las recomendaciones que le haya hecho la persona que lo visitó y después Laura, que es la directora, es la que le lleva el perro, el gato o lo que sea. Es el último ok".
Todas las precauciones se toman con la intención de que el animal no vuelva a transitar por el abandono, el descuido o el maltrato. "De hecho, así y todo, siendo lo rigurosos que somos, ha perdido perros adoptados. El último caso, que fue el de Belmiro, no lo encontramos, y nos parte el alma, porque es un perro que había sufrido abandono y maltrato, las dos cosas, y lo recuperamos, y hoy no sabemos lo que le pasó. Entonces para nosotros, cada uno de ellos es súper importantes. Son nuestros animales".
Aunque siempre sean menos las adopciones que los ingresos -"hay meses que ingresan 15 y se van tres. La relación no es uno-uno. Te diría que cada 10 ingresos sale uno; a veces más, a veces menos"-, muchas de ellas son exitosas. Otras, no tanto. "Es normal que pase que el animal no se adapte al adoptante o viceversa".
"Nosotros no le echamos la culpa al dueño: nosotros damos una oportunidad y el perro siempre sigue siendo nuestro, le hacemos un seguimiento, nos mandan fotos. Pero la realidad es que cuando cualquiera se lleva un animal de ASH damos la posibilidad de que lo devuelva. Preferimos que lo devuelva a que se lo de a otro o lo deje en la calle", aclara Leticia al respecto.
En tiempos en que el cierre del zoológico de Montevideo y los carritos que recorren las ciudades son temas recurrentes en las noticias, ASH hace un trabajo minucioso y constante, sin mirar para el costado en cada situación que se presenta. Y su sueño es no existir más como fundación, porque el día que esto suceda significará que ya no hay más abandono y más maltrato animal en Uruguay.
Información importante
Para ser voluntario: [email protected]
Para colaborar como empresa: [email protected]
Por teléfono y por única vez:
0900 9027 $ 20
0900 9028 $ 50
0900 9029 $ 100
Por teléfono - suscripción mensual:
0908 8050 $ 50
0908 8100 $ 100
0908 8200 $ 200
0908 8500 $ 500
Colectivo RedPagos n° 21448 a nombre de Animales Sin Hogar
Colectivo Abitab n° 20438 a nombre de Animales Sin Hogar
Débito automático por tarjetas de crédito, cuenta en Banco Santander y PayPal (click aquí).
Belén Fourment | Montevideo Portal
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