Entrevista a Adrián Biniez

Tranquilo, feliz con todo lo que significó Gigante y los premios recibidos, el director Adrián Biniez habló sobre su filme, el futuro y su alias.

De tres meses a esta parte pasaste de ser “El Garza” a Adrián Biniez, ¿cómo es eso? ¿Hubo un cambio de personalidad?

Mirá yo tengo amigos acá (en Lanús) que cuando vieron la noticia del premio en Berlín no sabían que era yo hasta que no vieron la foto. Es muy raro porque a mí nadie me dice Adrián nunca, así que cuando alguien me llama por mi nombre no me doy vuelta. Es todo muy raro, esto de las notas por ejemplo, pero me lo tomo como es.

Me acuerdo de hablar contigo en el bar Las Flores hace unos pocos meses y me decías que Gigante iba bien pero no había ningún plan de tenerla pronta a corto plazo.

Si no hubiera salido lo del festival de Berlín, que fue por el 20 de diciembre cuando nos confirmaron, yo seguía con mis tiempos hasta hoy. Pero fue muy bueno porque nos impuso concentración y tiempos para terminarla. Sin esa urgencia yo calculo que ahora en abril estaría terminando el sonido y la edición. Para el estreno en el festival llegamos dos días antes, estuvimos encerrados en Holanda trabajando como los caballos con las orejeras hasta llegar. Hicimos un conversión a un formato nuevo que es digital, que se ve lindo pero no es 35 mm. La que se va a ver en Montevideo es en 35.

¿Y cambiaste algo de esa versión a la que se verá en los cines de Montevideo desde el 22 de mayo?

No, no. El corte es el mismo.

Y cuando la viste en pantalla grande ¿quedaste satisfecho?

Si, aunque yo soy un rompehuevos así que lo mejor es "sáquenmela de las manos" porque sino sigo agregando cositas.

¿Ahora que la viste en dos festivales y con más distancia, qué pasa con tu mirada hacia tu trabajo?

La debo haber visto más de 80 veces en distintos cortes. Ahora lo que me pasa es que descubrí que en la película hay una escena en la que si yo le agrego un sonido queda un gag y no me había dado cuenta. Se lo mostré a Pablo Stoll y me dijo lo mismo. Estaría bueno poder agregarle esa cosita, y si no voy sala por sala y explico: "acá lo que quise hacer…". Y después al revés, hay planos largos que los cortaría. Esta es mi primera película, así que me imagino que a todos les debe pasar. También está el hecho de que hay cosas que capaz que funcionan pero mi cansancio no me permite verlo con objetividad. Pero igual estoy contento, la película me gusta.

En alguna entrevista dijiste que al cine argentino le estaba faltando humor, hablando con la directora argentina Julia Solomonoff (El último verano en la boyita) le pregunte sobre tu afirmación y me dijo que estaba totalmente de acuerdo. ¿Seguís pensando lo mismo?

Siempre hay filmes que se escapan de eso pero en líneas generales creo que sí. Me refiero a las del cine menos industrial. Acá está el portugués Gómes y nadie puede decir que lo de él no sea cine de autor y no deja de lado el humor jamás. A mí me parece que cuando usas el humor como recurso le das un aspecto mucho más amplio. En el arte siempre hay humor, desde la ironía hasta el sarcasmo, siempre hay, pero no en el cine argentino y realmente no se por qué.

En seguida que Gigante ganó los premios en Berlín empezó la discusión sobre la nacionalidad del filme, argentina, uruguaya. ¿Cómo la llevás vos?

Rioplatense (risas). No existe eso. La película es uruguaya, dirigida por un argentino. Punto. El filme fue pensando en Uruguay, con imágenes uruguayas de la Aguada, de la Rambla, de 18 de Julio. Nunca se me ocurrió hacerla en otro lugar. Yo siempre pensé en hacer cine pero era muy difícil en Argentina, ni siquiera terminé el secundario. Cuando llego a Montevideo, me hago amigos de gente que estaba en el cine y todo se dio naturalmente. En Buenos Aires estaba tan alejado que no se me ocurría ni agarrar una cámara.

¿Tu acercamiento más concreto fue con los guiones para televisión?

Si, era una tira para televisión abierta en Montevideo, Historias del fin del mundo y guionamos con Inés Bortagaray sobre una idea original de ella, Rebella y Stoll. Creo que ahora están editando eso pero mi laburo ya terminó.

¿Estás preparado para las críticas negativas y los golpes?

Sí, está todo bien, yo soy de leer críticas y si no le gusta, no le gusta. No hay mucha vuelta.


Por Ernesto Muniz