Samantha Navarro y Juanita Navarro llevan varios meses trabajando en Menú Raíz, un espectáculo de música y poesía, que integra experimentación, elaboración, tecnología y visuales, y lo presentarán este jueves 1º y viernes 2 de setiembre en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís (Entradas en venta en la red Tickantel, Tienda Inglesa, Abitab y Red Pagos a $400).

Menú Raíz explora la raíz de los problemas humanos, desde aspectos como la muerte, la memoria, la violencia y el sexo, con una mirada abstracta y sutil, que invita a la reflexión y nace del autocuestionamiento.

Antes de su presentación, les pedimos a ambas que nos contaran acerca de su espectáculo, sus gustos, influencias, y que opinaran la una de la otra en nuestra Metralleta.

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Definan en un concepto Menú Raíz


S.N: Es un espectáculo multidisciplinario (música, visuales, poesía) que se sumerge en la profundidad humana. Presenta canciones creadas a partir de la unión de técnicas del mundo de la canción de autor y de la música contemporánea. En su producción interviene también la tecnología con la utilización de computadoras (instrumentos virtuales), la proyección de visuales diseñadas para cada tema en particular a cargo de Lucas Carrier, y del diseño de luces de Sebastián Marrero. El vestuario también fue diseñado especialmente para la obra por Paula Villalba.


J.F: Es una obra integral que integra como si fuera un menú la raíz de las causas de sufrimiento humanas. Es un momento artístico diseñado, compuesto creado para la contemplación la sensibilización y la identificación honesta e íntima de cada ser humano consigo mismo.

 

¿Qué tan difícil (o fácil) es trabajar entre dos personas sobre un mismo tema?


S.N: Más que fácil o difícil es nutritivo y educativo, ya que parte del autocuestionamiento y permite mediante la discusión y la cooperación llegar a un resultado nuevo.


J.F: Eso es uno de los desafíos, los procesos de espejarse, encontrarse con infinidad de emociones y situaciones, trabajarse uno como individuo, es uno de los mayores retos de un artista... "ser artista de la puerta para adentro", y eso se logra en vínculo con otro, la creación conjunta se basa en esa energía creativa que muchos llaman "amor" y eso sin duda ilumina de manera que se ve todito... más que difícil o fácil es intenso... tanto como uno pueda.

 

¿Cuál es la mayor virtud de Samantha Navarro y cuál de Juanita Fernández? Esto lo responden una de la otra, sean sinceras y no se copien.


S.N: Juanita Fernández tiene muchas virtudes, a todo nivel, es difícil definir la mayor. Para el trabajo de menú raíz me gustaría resaltar su gran capacidad de trabajo, profesionalismo y cultura musical, así como su sensibilidad.


J.F:
La mayor virtud de Samantha es un complejo de cosas... una mujer inteligente, transparente, vulnerable, insegura y muy fuerte a la misma vez, con tremendo sentido del humor como principio espiritual, una genia con la palabra... sumamente incisiva a la hora de escribir, de cantar, sumamente sutil en aspectos abstractos...una corajuda.


¿Recuerdan cuál fue el primer disco que se compraron?

S.N: El primer disco que me compré fue un cassette de la banda de sonido de Saltando alto (una película sobre jóvenes, amor y motocicletas) que contenía "Walking on the moon" de The Police. Durante mucho tiempo fue mi único cassette.

 

J.F: Vitalogy, de Pearl Jam.



¿Y el último?


S.N
: Intuitivo, de Claudio Taddei.


J.F:
Almah, de Avishai Cohen.



¿Con qué canción (o disco) se emocionaron por primera vez?


S.N:
Con el disco de Pedro y el lobo.


J.F: Guitarra Negra de Alfredo Zitarrosa. Era una niña.



¿Y por última vez?


S.N: Con el disco de Papina de Palma, Instantes decisivos, que todavía no salió.


J.F: When God Created the Coffeebreak, de Esbjörn Svensson Trío. y el Requiem de Mozart.

 

 


 
¿Con qué película se emocionaron por última vez?


S.N: Con Julieta, de Almodóvar.

 

J. F: La Saga: Millenium, basada en las novelas de Stieg Larsson y la trilogía de El padrino de Francis Ford Coppola.


¿Son conscientemente permeables a las influencias estéticas?


S.N: ¡Si! Como una esponja.


J.F:
Soy consciente de las influencias... poder darme cuenta si me veo influenciada o no.... ya eso es mucho.


¿Cuál (es) creen que es su influencia menos evidente?


S.N:
Darnauchans.


J.F:
Las influencias sutiles de personas con visiones más o menos estrechas... los comentarios al parecer pasajeros que uno recibe en una situación cotidiana pero que a los meses o años reconoces como agresivamente influyente. Generalmente me han pasado como estímulo positivo: acciones inspiradoras de personas con corazón grande, que realizan acciones simples que aportan más que cualquier mega discurso o similar. Eso para mí es la escuela del día a día: poder elegir qué quiero como influencia, en la medida que pueda, claro está.



Si después de Menú Raíz les ofrecieran intervenir musicalmente cualquier película de la historia del cine, ¿Cuál elegirían?


S.N:
El cielo sobre Berlín, de Wim Wenders.

 


J.F: La naranja mecánica... o La trilogía de El padrino.

 



¿Y si tuvieran que musicalizar un libro?


S.N:
Crónicas marcianas, de Ray Bradbury.


J.F: Cualquiera de Marosa di Giorgio.



¿Qué libro (s) están leyendo?


S.N:
El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde y Poesía completa, de Alejandra Pizarnik.


J.F: Memorias de un Amnésico de Eric Satié.


¿Qué aprendieron trabajando juntas?


S.N: Aprendí a trabajar con el programa de diseño de sonido Ableton (con el apoyo de Ian Lampel), a componer desde otro lugar y con otras técnicas. Componer a dúo es un desafío: el proceso se vuelve un espejo-reflejo, y también permite salir de la comodidad, exige un compromiso diferente y mucho estudio.


J.F: Aprendí a ser parte, a valorar mi parte valorando la de otro y viceversa. Aprendí de mí.



¿A qué tuvieron que renunciar para poder trabajar juntas?


S.N: Este año me dediqué de lleno a este proyecto. Estamos trabajando desde enero, así que a nivel tiempo, energía y dedicación ha sido muy intenso.


J.F:
A no tener razón, a pedir mi lugar o simplemente tomarlo. A confiar en mí. Aprendí a querer...