El cantautor Sebastián Casafúa acaba de regresar de Colombia, donde hizo varios shows en Medellín y Bogotá, en el Festival Internacional de la Canción Itinerante, hizo amigos y dejó algunas bocas abiertas con su propuesta, un cancionero acústico de raíces bien rockeras.
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¿Recordás cuál fue el primer disco que te compraste?
Nada Personal, de Soda Stereo, en cassette.
¿Y el último?
Positive songs for negative people, de Frank Turner.
¿Cuáles eran tus discos de cabecera hace diez años?
Algunos que ya tenían 10 años o más por entonces: Mondo Bizarro, de Ramones; Superunknown, de Soundgarden; The bends, de Radiohead; King for a day, Fool for a lifetime, de Faith no More; Parte de la religión, de Charly García, y otros menos viejos: White Pony, de Deftones; Mellon Collie, de Smashing Pumpkins, y muchos otros.
¿Y ahora?
Los anteriores más algunas cosas más recientes y menos populares: Saint Barlett, de Damien Jurado, Dylan´s one frame per second, de unos franco-ingleses que se llaman Uniform Motion. Amanecer Búho [Buenos Muchachos], también.
¿Qué canción de otro artista les gustaría haber compuesto?
"Jane says" de Jane´s Addiction.
¿Y qué canción tuya creés que podría haber sido grabado por otro artista? ¿Por quién?
No lo tengo claro. Si me pongo pretencioso, me imagino a Café Tacuba haciendo su versión de "El coleccionista".
Si tuvieras que comparar tu música con una película (o dos, o tres) ¿Cuál(es) sería(n)?
El otro día alguien que escuchó Las causas del siniestro por primera vez me dijo que el disco le sonó a Sin City [Robert Rodríguez y Frank Miller]. Le tomo prestada la asociación, me parece buena. Para mí era Barton Fink [Ethan y Joel Coen].
¿Qué libro(s) estás leyendo?
La ira es energía, autobiografía de John Lydon (Johnny Rotten).
¿Cuál creés que es la mayor virtud de tu música?
No sé si es la principal, me gusta cómo logra disimular la oscuridad con imágenes y sonidos. Cantar las cosas más duras sin que se note.
¿Qué descubriste de Sebastián Casafúa tocando en Colombia?
La capacidad del cumplir de buena forma y a gusto con el DIY: tocar en gira cinco noches seguidas, hacer de manager, tour manager, vendedor de discos, hacer prensa y amigos para el proyecto. Artísticamente, confirmar que hay lugar para la música que toco en otros lugares, que las canciones gustan y la gente quede enganchada y quiera comprar el disco o verte tocar de nuevo. También que me acompaña una banda fantástica.
¿Y qué creés que descubrieron de vos en Colombia?
Unas cuantas canciones y una muy buena banda en vivo, muy sutil, muy linda de escuchar.
¿Qué extrañás de la época en tocabas en Psimio?
La inocencia, algunos amigos, la efervescencia de los primeros 2000.
¿Y qué agradecés haber dejado atrás de ese entonces?
No hay nada que haya hecho que agradezca no hacer más. La transición de uno a otro proyecto fue muy sencilla y natural, muy disfrutable. Psimio podría volver algún día y todo sería igual de divertido.
¿Sos conscientemente permeable a las influencias estéticas?
Imaginate un árbol, con su tronco y sus ramas, en un momento tiene flores, después frutos, después solo hojas verdes, luego hojas amarillas, después no tiene más hojas, y al tiempo vuelve a tenerlas. Se ve diferente, pero es el mismo árbol, el tiempo lo hace ver distinto. Algo de eso hay, y soy consciente, acepto que el tiempo me pasee un poco.
¿Para qué sirven las canciones?
A cada persona les serán útiles de diferente manera supongo. En mi caso, las ajenas me alegran, me inspiran y me desafían. Las mías me ayudan a conocer nuevos lugares, personas y a querer hacer otras nuevas.
Escuchá una versión de "Virgencita del Lexotán", canción que estará en el próximo disco de Casafúa.