Ya lo hemos dicho, este será recordado como el año de mayor cantidad de estrenos de cine nacional. Ahora llega otra producción a las salas de cine comercial y se trata de una ficción (que no aborda el tema de la dictadura como la mayoría) que cuenta una pequeña historia de una pareja de treintañeros viviendo en la lejana Piriápolis. Sobre la película y la forma de ver el séptimo arte conversamos con su director, Gabriel Bossio un hombre extrovertido, temperamental y sin dobles discursos.
¿Cuándo surge Joya como proyecto fílmico?
El proyecto surge por la necesidad imperiosa de hacer un largo, yo venía dirigiendo muchísimos comerciales publicitarios grandes y complejos y necesitaba libertad. Cierta libertad tenía con los videoclips, género que me encanta y practico seguido. En realidad no tenía ansiedad por estar en un rodaje, esa novelería ya no la tengo, eso no era el tema. El asunto era contar una historia de ficción propia, respondiendo únicamente a que me gustara a mí y sólo a mí. Por eso no la quise presentar a ningún fondo de co-producción, ni "Script doctors" (Nota: son grupos de trabajo que buscan mejorar un guión aportándole miradas distintas, ajustando los tiempos muertos y sacándole el mayor provecho a cada escena), ni nada de eso. Ojo (para no generar confusión), por otro proyecto mío me becó el Ministerio de Cultura de España para irme dos meses con todo pago a Madrid para trabajarlo con estos Script doctors. Algunos tipos son unos genios, pero para ciertos proyectos, no para "Joya". En Madrid estuve trabajando durísimo con el guionista de "Pixote", etc. Imaginate lo que saben esos tipos, pero la verdad es que en "Joya" quería probarme a mí mismo, hasta donde llegaba solo. Quería, además de escribirla y dirigirla, ser el productor total, que todo dependiera de mí. Obviamente que también estaba muy preocupado que le gustara al público. Esta libertad tiene sus costos, pensé que naufragaría 500 veces, pero finalmente vio la luz y acá estamos.
La historia sucede en Piriápolis ¿Por qué ahí? ¿Es simple coincidencia con Whisky?
Simple coincidencia. La verdad que pintó ahí por que era la casa de un amigo que me la prestaba. La gran Robert Rodríguez en su "Cómo ser cineasta en 10 minutos". Si tu padre tiene una farmacia hace una película dentro de una farmacia.
En la historia, Piriápolis resulta para los protagonistas estar más lejos que un país extranjero. ¿Eso estaba planteado desde el principio?
Sí, sí. Para que la historia funcionara ellos debían estar fuera de su ambiente natural, sin nada para hacer, codo a codo, más que una pareja, socios en la vida... qué sé yo; algo de eso, y Piriápolis funciona perfecto para esto.
Vos estuviste trabajando en Chile, ¿cuánto te aportó como profesional y en lo creativo?
En Chile dirigí mucha publicidad pero no me acostumbré para nada a su idiosincrasia. La pasé horrible. Profesionalmente está bueno enfrentarte a equipos técnicos absolutamente desconocidos para vos. Todo 35mm religioso, pero me aburrí y nos fuimos con María (mi pareja) a Buenos Aires, donde sí fue una explosión creativa y de todo tipo. Las costumbres son las mismas, me hice muchos amigos. Nadie tiene dudas que Buenos Aires es una ciudad maravillosa, pero me pasó lo mismo que en Chile, había veces que el 100 x 100 de los técnicos eran gente que yo no conocía y siendo extranjero no es la cosa mas fácil del mundo.
Te cuento una anécdota, yo dirigía publicidad para Patagonik (la rama publicitaria de la productora de ficción), y me contrataron una vez para dirigirles el trailer de una película que estaba en proceso de filmación, "Peligrosa obsesión". Necesitaban que un director publicitario les fuera vendiendo a las mujeres argentinas que en la película estaba Pablo Echarri y Mariano Martínez disputándose el amor de una brasilera asesina. Imaginate que caí al set, donde había un equipo de 80 personas trabajando hacía 4 semanas y aún les quedaban 3 más con todos los motorhomes, grúas y parafernalia del mundo que te puedas imaginar (era una película de acción, con altísimo presupuesto para Disney/Patagonik). Caí solo, cuando lo lógico hubiera sido que subieran al primer asistente de dirección o al menos que fuera un director argentino. No hubo instancia de presentación ni nada, aunque todos sabían que ese día se filmaría el trailer con un director uruguayo. Y ahí tenés que demostrar que podés con eso. Te están buscando el error constantemente. Por suerte todo bien, un éxito. Era lógico que te miraran raro algunos, ¿quién es este uruguayo que nos viene a dar la órdenes?, y bla, bla. Respondiendo tu pregunta, sí, es obvio que te hace crecer profesionalmente enfrentarte a estos desafíos.
¿Hay cosas autobiográficas puestas en esa historia de un escritor viviendo en pareja lejos de su ciudad?
Sí, tiene que ver con la historia estar aislado de tu lugar, de tus afectos, todo lo tenés que hacer con tu señora. Y todo es todo, sin llorar el tango, no tenés un primo que te de una mano, ni garantía inmobiliaria para alquilar apartamento, ni alguien que te recomiende quién es la que te limpia tu casa o a qué mutualista afiliarte. Tenés algún amigo que te vas haciendo pero no es lo mismo que un amigo de toda una vida, sin duda tiene que ver con vivir afuera, por eso lo del aislamiento de Piriápolis. La escribí estando en Buenos Aires y la edité toda allá.
La película está grabada a cámara en mano ¿elección artística, economía de recursos o las dos?
Elección artística, no es tan caro un trípode, que de hecho tenía todo un juego de 3 trípodes de diversas alturas pero quería una cosa de cine de los años 70s, Cassavetes, o el Dogma 95. Narrativamente me servía, ya que la vida de estos personajes está desequilibrada, no pasando por un buen momento y si hacía planos perfectos o estéticos, por la estética misma iba un poco a contrapelo de lo que estaban sintiendo. Son una sumatoria de cosas para lograr la naturalidad que buscaba. Un factor también decisivo fue que no quería que los actores estuvieran en función de una puesta de cámara, sino que la cámara estuviera en función de los actores y así darle mas libertad. Eso es fundamental para mí. La dirección de actores es de las cosas que más me gusta y soy un obsesivo del trabajo con ellos. En el fondo escribir la historia, dirigir a los actores, y el montaje son tres etapas distintas de la misma cosa. Escribís de vuelta cuando hacés el montaje y cuando planteás tal o cual ejercicio actoral para lograr determinada emoción.
Hay una búsqueda de los espontáneo en los actores, ¿cómo trabajaron eso? ¿y el guión? Contanos el proceso.
El guión es un guión de 90 páginas con sus puntos de giro que dan pie al segundo y tercer acto. Primer acto, presentación de personajes, su conflicto y cómo tratan de resolverlo. Es estándar, en el sentido que son 3 actores, y la típica aventura circular del héroe, el llamado a la aventura, y la vuelta al lugar de origen luego de ese viaje, con la enseñanza que te dejó ese proceso. No literal tampoco, estoy ejemplificando. Luego, en base a esta estructura sólida, lo que hice fue romperla. Formalmente buscar nuevos caminos expresivos. La naturalidad absoluta, que uno se meta en la historia y se olvide que hay una cámara, siempre fue el norte principal. Quiero que vivas la historia, que estés adentro de ella, que te reconozcas y reconozcas a amigos tuyos en ese cumpleaños. Como si te hubiera pasado a vos. Por eso en cada escena tomamos puntos claves, mojones narrativos para que se entienda la historia y les permitiera la improvisación (previamente ensayada). Fue un trabajo maravilloso. Estuvimos ensayando 4 semanas (y filmamos 3). Inclusive ensayábamos escenas que ya sabíamos que no iban a estar en el guión, pero servia el ejercicio para lograr la empatía en la pareja o para ver como ellos reaccionarían frente a tal circunstancia, aunque no estuviera en el guión. Como para que la pareja tuviera un pasado, les construís una historia entre los dos y después con una sola mirada en la filmación ya te dan a entender una cosa, hay comunicación en la pareja.
Obvio que todo esto sin un norte claro es un delirio. Por eso el objetivo final siempre estuvo bien claro. Con esta metodología de laburo generé 42 horas de rodaje y mi primer corte era de 4 horas y me encantaba, pero era inviable.
Imaginate que estuve solo en mi casa de Buenos Aires, aislado, al borde del derrumbe... Armé una isla de edición y me pasé 18 meses, un año y medio, 12 horas por día obsesivamente editándola (salvo cuando tenía que dirigir publicidad, ¡hay que vivir también!). Allí me propuse "perderme", investigar, probar, cambiar órdenes. Cuando estuve perdido completamente ¡Panic attack! pero luego cuando vas encontrando el camino de salida de ese laberinto donde estás perdido es alucinante, ves como va tomando forma de vuelta la película. Es una locura mismo pero esta buenísimo lo súper disfruté y en algún momento me súper desesperé pero ahora te los puedo contar. Está claro que si yo no hubiese sido el productor total de la película, algún coproductor me hubiera exigido que le entregara la película y yo lo hubiera literalmente matado. Esto es lo bueno de hacerlo de esta forma, con sus pros y contras.
La película tiene referencias generacionales como los championes Rainha o el Progreso campeón del 89 por ejemplo. ¿Tomaste en cuenta el riesgo de que el público de otras generaciones se pierda esos códigos?
Sí, riesgo hay. Pero uno ve películas que estudian tanto en cómo gustarle a todo el mundo que al final es una cosa pasteurizada inmunda que no tiene personalidad. Yo quería todo lo contrario. Quería una peli con una personalidad bien marcada. Ahora hay muy poca libertad. Ahora no hay tetas en las películas, no hay puteadas como dios manda, no hay tal o cual cosas porque le tiene que gustar a todo el mundo. Hay miedo o qué se yo... uno va a un festival donde se supone que está lo mejor y el 90 % de las películas es un embole insoportable de pseudo intelectuales, que les encanta escucharse a sí mismos. Claro un 10 % son maravillas que difícilmente se encuentren el circuito comercial estándar.
Con respecto al tema generacional te digo. Si yo veo a veteranos que se matan de risa hablando en su propio código de cuando eran hippies yo me mato de risa también, me interesa saber qué sonaba, cómo veían el mundo, qué dificultades tenían, pero reales (no desde el mundo del "espectáculo"). Si bien no entiendo su "código generacional" me doy cuenta de que es algo real y me entero un poco más cómo vivía esa generación. Veo “Easy Rider” (Busco mi destino) y me rompe la cabeza, veo alguna película hecha por la industria más pseudo libertaria y me muero del embole. El sistema agarra todo enseguida para sí. Lo mismo que si veo una película coreana, por decir cualquier cosa, quiero que esté hablada en coreano, no en inglés. Quiero saber más de su gente. Ni hablar del horripilante "español neutro", para que lo entiendan desde México hasta Argentina literalmente me levanto y me voy del cine.
Me divierte ver como se acercan a la salida del cine señoras de 70 años y te dicen “no entendí mucho el lenguaje, pero me doy cuenta de que hay una realidad que no es la mía” o “qué bueno poder ver cómo viven, cómo hablan, de que se ríen algunos treintañeros del Uruguay de hoy”. Eso es gratificante.
El comienzo, luego del monólogo de Max Capote, funciona como un resumen de lo que se va a ver, eso no es muy común en el cine y se parece más a un recurso de serie de televisión. ¿Joya fue siempre un proyecto para cine o pensaste hacer una tira de tv?
Siempre fue un proyecto de cine. Si te fijás bien en esa parte que vos decís, muchas de las escenas, si bien son las mismas, las tomas elegidas son diferente. Por ejemplo ella lo putea a él, pero es otra puteada. No sé... todo forma parte de una búsqueda formal y lógicamente decirle más o menos (dejando con dudas) al espectador hacia dónde va esta peli. Pero luego te voy cambiando cosas, un poco manipulador, pero de eso se trata, tenés 90 minutos para jugar en el buen sentido con el espectador, llevarlo para acá y para allá. No sé, no tengo una respuesta científica a esta pregunta, es eso... un divertimento formal.
¿Sentiste alguna influencia cinematográfica a la hora de realizar esta película?
Las que te conté, Cassavetes, Dogma 95, películas de los 70, todas las personas que toman el cine como arte y no como industria. Si bien se tocan, hay veces que una película puede ser artística 100 x 100, lo que pasaba en los 60 y 70, o mucho antes con Buñuel. En realidad, si te fijás hablamos mucho de películas americanas, no reniego para nada del cine americano muy por el contrario (sobre todo del independiente) o David Lynch, los Cohen, Gus Van Sant, de lo que sí reniego y detesto es esa cosa pacata y timorata, de gente "mas papistas que el papa" de los "falsos independientes" latinoamericanos que son capaces de matar a la vieja por unos pesitos mendigados a la fundación europea de turno, peo son los primeros en declararse independientes. ¿Independientes de que? ¿de quiénes? Con mis próximos proyectos "El 24" y "Yolanda" sí me voy a presentar a todos los fondos posibles, claro, no soy boludo, pero en esas películas no me voy a declarar "independiente real". No hay independencia en meter un actor finlandés, haciendo de gaucho porque Finlandia te dio plata, ¡por favor!
La presencia del "porro" en la película puede resultar un impacto para el público más conservador. ¿En algún momento se autocensuró algún contenido pensando en llegar a más gente?
No, no, cero autocensura. La única censura fue una gran puteada gigante a un músico uruguayo, que tampoco le agregaba mucho a la peli, y no daba.
¿Joya va a estar en algún festival?
Si, estuvo en el BAFICI de Buenos Aires y ahora está presentada al Sundance, Rotterdam, Toronto, etc.
Viendo el producto final y con suficiente distancia de tiempo, ¿esta es la película que habías imaginado o la que pudiste hacer?
Estoy muy contento con la película, la muestro en todo caso sin ningún tipo de vergüenza. Si no la hubiera hecho trataría de hacer una peli parecida. Igual no me quedaría seguro, por ese proceso de perderse y volverse a reencontrar con la película, que te lleva por caminos que vas encontrando, que se te presentan y te mandás. Cien x cien planificada, siguiendo un plan, no fue. Bah, un plan había, pero flexible.
Por Ernesto Muniz