Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

Llave y candado

En curioso fallo, juez emite orden que prohíbe a una mujer limpiar el cuarto de su hermano

El sujeto logró un mandato de restricción, pero la mujer también pidió y obtuvo una orden idéntica debido a una agresión.

11.11.2024 09:46

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2024-11-11T09:46:00-03:00
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Un juez de Singapur atendió en las últimas semanas un caso que sin duda está llamado a convertirse en uno de los más raros de su carrera.

El pasado 31 de octubre, el magistrado libró dos órdenes de restricción cruzadas para un hombre y una mujer. A diferencia de lo habitual en estos casos, los involucrados no eran una pareja, sino hermano y hermana.

La mujer denunció a su hermano por agredirla, mientras que este acusó a su familiar de irrumpir en su dormitorio sin su consentimiento con el fin de limpiar, algo que hace incluso en horarios impropios. Esta diferencia familiar podría ser quizá entendible entre hermanos adolescentes; sin embargo, ambos involucrados superan los 40 años.

Un tercer hermano dijo ante el juez que las tensiones entre los dos habían ido aumentando durante años, en particular porque la mujer entraba en la habitación del hermano en mitad de la noche para limpiarla, violando su privacidad y perturbando su sueño. Un día, el hombre simplemente perdió los estribos, contó el otro familiar.

“Acepto que, normalmente, que un hermano limpie la habitación de otro hermano sería inofensivo —y de hecho un acto de amor— y, sin duda, no constituiría acoso”, dijo el juez del caso, según recoge el portal noticioso CNA. Sin embargo, el magistrado aclaró que, en determinadas circunstancias, lo que puede considerarse inofensivo para algunos puede ser muy angustioso para otros.

De acuerdo con el hermano de ambos demandantes, durante los últimos ocho años la mujer rutinariamente entraba en su habitación por la noche para limpiarla, ignorando por completo las protestas y la necesidad de privacidad del ocupante. Al principio, entraba alrededor de las 21:00 horas, pero luego comenzó a llegar a las 23:00, y a veces se quedaba hasta las 4:00 limpiando la habitación. Incluso a veces iba a limpiar temprano y luego regresaba en medio de la noche y volvía a limpiar hasta la mañana.

El hermano en común confirmó al juez el extraño horario de limpieza de la hermana, y agregó que su hermano a menudo se apresuraba a volver a casa para cerrar la puerta de su habitación solo para evitar que ella entrara. Sin embargo, ella rara vez aceptaba un no por respuesta y, por lo general, encontraba una manera de entrar en la habitación para limpiarla. Cuando se le preguntó por qué insistía en limpiar el dormitorio de su hermano, la mujer simplemente dijo que “necesitaba hacerlo”.

“Porque necesito trabajar, mi querido”, le dijo en tono confianzudo al juez. “Necesito trabajar, y en mi propio horario. Tengo que ir según mi propio horario, mi tiempo libre. No soy su criada, no soy su trabajadora”, explicó.

La mujer intentó explicar que limpiaba el cuarto de su hermano contra la voluntad de este porque él no la limpiaba. “Si la persona hace las tareas domésticas por sí misma, limpia su propia habitación, está bien. Pero ni siquiera lo hace después de los 40 años. ¡No mueve siquiera un dedo!”, se quejó.

Sin embargo, el juez desestimó su explicación y afirmó que “ambas partes son adultas y no era necesario que la hermana impusiera sus propias normas de higiene a su hermano”. También reconoció que la agresión del hombre a su pariente resultaba “inaceptable”, pero sugirió que podría haber sido una reacción a la gran angustia que le causó la conducta de su hermana.

De acuerdo con el citado medio, la absurda situación familiar comenzó hace cerca de 8 años.

Cuando se le preguntó si cumpliría la orden del juez de dejar de entrar en la habitación de su hermano sin su consentimiento, la mujer respondió. “No, porque… esta casa pertenece a mi padre, no a él. Si no se siente cómodo, puede quedarse afuera. Pídele que se quede afuera o que consiga su propio lugar. Porque, literalmente, él no mantiene su habitación y criará un montón de plagas”, argumentó.

Sin embargo, la mujer deberá andar con cuidado con lo que hace de ahora en más, porque en Singapur las violaciones a las órdenes de restricción acarrean fuertes multas o penas de presidio, e incluso pueden imponerse ambas sanciones a la vez.