Emil Montgomery descubrió la música electrónica por el año 87, cuando no existía YouTube ni Spotify para acceder con facilidad a todos los géneros y artistas del globo. En ese momento tenía 17 años y uno de los pocos sintetizadores que había en Uruguay. Algunos años después, en 1995, brindó un concierto emblemático en las escalinatas del Palacio Legislativo, que marcó un antes y un después en su trayectoria. Hoy, radicado en Palma de Mallorca, se alegra de la fortuna de poder vivir de la música electrónica desde los 20 años.
No niega que es difícil vivir del arte, sobre todo en Uruguay. Pero afirma que es posible. "Yo lo hice, yo viví de la música electrónica desde los 20, aunque es cierto que he andado por el mundo. Pero conozco a varios que viven de esto y ‘se la curran'", sostiene con un tono y expresión que delatan que vive desde hace un año en España. Y reflexiona: "Yo me considero una persona muy afortunada, porque creo que en la mayoría de los casos puede haber mucha frustración".
Sin embargo, para el artista de la electrónica Uruguay tiene sus ventajas. "Vos allá vas y golpeás la puerta en una radio y te hacen una entrevista. Eso en otros países del mundo no pasa, porque hay mil personas adelante tuyo". En su opinión, eso es algo que los artistas uruguayos tienen que valorar.
- ¿Sos Dj?
- Soy un artista que genera un show de música electrónica, un show que mueve lo emocional. Como Dj no me definiría nunca, no porque subestime su tarea, sino porque yo no lo soy. Un Dj es una persona que sabe manejar la pista, sentir lo que la gente quiere en el momento que quiere y llevar todo eso durante horas. Eso no cualquiera lo puede hacer. Yo soy un artista que trabaja en el diseño de conceptos de un show y que transmite no sólo a través de la música sino también de visuales y performances que tienen un guion. Si bien la estética de la música electrónica ha ido evolucionando, mi forma de trabajar siempre ha sido la misma: plantear un por qué, para qué de ese show. Y desde ahí transmitirle al público un contenido que creo que es emocionante.
A Montgomery no le gusta encasillarse en un género musical. Sin embargo, si le preguntan, se siente más identificado con el género ambient. "El tema del estilo es muy difícil para mí", confiesa, pero explica que el ambient es un estilo de música electrónica "que trabaja con texturas y espacios sonoros que te sumergen en una experiencia inmersiva sonora y que no tienen necesariamente una melodía o una estructura como canción, sino que va más allá". Es una cuestión multisensorial. Y esa es la apuesta de este artista. Además, sostiene que el concepto de música electrónica ha variado con los años y se han generado muchos subgéneros dentro de la electrónica, así como estéticas y tendencias. "Yo creo que siempre me mantuve dentro de ese espíritu de música que tiene mucho contenido musical y mucho concepto. No he pensado nunca cambiar mi estética".
"La música electrónica en sí es mi lenguaje" afirma el músico, que trabaja con teclados y la computadora -para él, el ordenador- como centro de mando. "Hoy por hoy, la tecnología nos ofrece la posibilidad de tener acceso a sonidos increíbles, que antes no podíamos", reflexiona. Siempre fueron mi herramienta los sintetizadores, el ordenador, todo lo que genera la música electrónica. Nunca me planteé ser un músico que trabaje meramente con lo acústico, pero sí dentro de las estéticas de la música electrónica he ido variando y yo he tenido que irme reinventando, porque me gusta también.
- ¿Tenés referentes?
- Hoy por hoy no tengo referentes. Estoy muy concentrado en mi propia evolución, en mi propio sonido y mi propia búsqueda. En mis comienzos, mis referentes fueron varios. Jean-Michel Jarre, Pink Floyd, Beatles, Mike Oldfield, Depeche Mode... Básicamente todo lo que ha generado una revolución en la música, sobre todo en los años 70 y 80. Pero esos referentes de la juventud van quedando de lado y uno mismo va haciendo su propio camino.
Emil Montgomery encuentra inspiración en la naturaleza. "Para crear necesito un estado de paz. Un estado estable en el que yo pueda ser bastante fiel en esa transcripción, y por lo general esos estados me los produce la naturaleza", confiesa. No obstante, también le ha sucedido despertarse a las tres de la mañana con una idea en la cabeza y escuchar "como un dictado", una melodía que luego tuvo que plasmar.
"Cuando hago música no pienso en nada. Simplemente vuelco lo que está pasando por mí. Después resulta que alguna música se puede bailar y otra escuchar; también hay gente que ha bailado música que parecía más para escuchar y viceversa", cuenta. En su descripción se percibe una idea bastante romántica del acto creativo. "Cuando yo me siento a crear trato de quitar el juicio y el pensamiento de en medio, porque sino, no estoy siendo artista. Y no busco un objetivo cuando creo, simplemente hago esa catarsis y a veces depende de mis estados anímicos si el resultado es bailable o es más viajada".
Uruguay y la electrónica
Si bien Emil Montgomery está radicado en España hace un año, ha recorrido varios países en su afán de descubrir y desarrollar su música. Esto le permite hacer una aseveración: "La música electrónica es lo que está funcionando en el mundo hoy". Y Uruguay no es la excepción. "No estamos en el tercer mundo en cuanto a calidad", asegura, aunque matiza que sí estamos "lejísimo" a nivel de infraestructura. "La cantidad de festivales, el mercado en movimiento que hay solamente en España, que ni siquiera es uno de los países que más fomenta la música electrónica en el mundo, es incomparable. Acá -dice refiriéndose a Uruguay, aunque está en España- hay fiestas que se han posicionado muy bien pero son pocas y el público siempre es más o menos el mismo". Igualmente reconoce que "es cierto que la cantidad de público se ha despegado en los últimos años".
"Si comparamos lo que está pasando hoy en Uruguay con lo que pasaba en 2010, ni que hablar. Yo me acuerdo cuando se hacían las fiestas de música electrónica en las canteras del Parque Rodó en 2005, 2006, 2007 e iban 100 o 150 personas. Después hubo una explosión muy importante". Sin embargo, siente que la producción local se ha estancado en la apuesta y que es "un poco más de lo mismo todo". "No estoy viendo una apuesta diferente, jugada. La creatividad que caracteriza a Uruguay podría permitirse cosas diferentes", expresa, y advierte que si eso sigue así "va a llevar a que la gente se aburra".
Proyecto "potente" para 2020
Montgomery se define como un "alma inquieta". Por esto mismo, no puede decir con certeza dónde va a estar viviendo en el futuro cercano. Aunque asegura que Palma de Mallorca es un paraíso, también está recibiendo propuestas de Ibiza -la Meca de la electrónica- que lo están tentando. Pero está seguro de una cosa: no va a volver a vivir en Uruguay. "He estado allá por lapsos, pero siempre termino moviéndome porque mi naturaleza es así". Esto no significa que no vuelva definitivamente.
De hecho, tiene planes importantes para 2020. "Estamos armando algo para el 2020 que va a estar muy potente y ya lo estamos encaminando. Va a tener muchas cosas nuevas y todo esto que me está pasando aquí va a estar reflejado en esa producción, y eso es algo que yo voy a seguir haciendo: acercarme a Uruguay a compartir con mi público, que lo amo porque ha sido fiel toda mi carrera". Habrá que esperar.
Marina Santini | @MarinaSantini