En 1991 arrancaron dos procesos vitales en Uruguay: nació quien escribe y un artista conceptual dio sus primeros pasos en la música electrónica. ¿Qué pasó en estos 26 años? Que el espíritu aventurero de ese artista lo llevó a viajar, descubrir, reinventarse y, un buen día, volver a sus raíces. Eventualmente, al artista le tocó cruzarse en el camino con quien nació el mismo año que su música, para explicarle por qué decidió volver a donde empezó todo.
Emil Montgomery es uno de los exponentes artísticos más importantes de nuestro país en el mundo. Su música ha logrado traspasar la frontera del tiempo y unir generaciones.
Hoy, con espectáculos masivos a la espalda y un camino recorrido lleno de experimentación, está a punto de presentar Pulstar, la reconexión con sus inicios, la creación de una nueva "casa" de la que un día saldrá para seguir construyendo.
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¿Qué inspira este nuevo álbum?
Volver a mis raíces, encontrando un sonido actual. Desde que inicié mi carrera en 1991, mi música ha transitado por distintos estilos dentro de lo que hoy se considera música electrónica. En aquel entonces lo que yo hacía más bien se le definía como New-Age. Fluidos, mi primer álbum, es fiel testigo de esa época. En los tiempos siguientes, el haber andado años por diversas partes del planeta conociendo otras culturas y tradiciones influyó en mi estilo de componer música, volviéndose una mezcla de los ritmos urbanos y las texturas sonoras de instrumentos étnicos. Esa fusión era un reflejo propio de una búsqueda personal. "El monje urbano", como lo definí. Una persona que vive en el ritmo de una gran metrópolis pero que no ha perdido del todo su conexión con la naturaleza. Esa fue la etapa de mis segundo y tercer álbumes Esencia y Nómada.
Y en esta última década, me dejé llevar un poco más por las bondades que ofrece el desarrollo de la tecnología en el campo de la producción musical ya que hoy, con un ordenador y un teclado podés crear lo que sea. Y para serte sincero, ahí me enredé un poco. ¡No es fácil definir lo que querés cuando estás expuesto a tanta información, tantas opciones! Sobre todo cuando tenés un espíritu aventurero y tu naturaleza es curiosa.
¿Cómo hacés para reinventarte en cada trabajo?
Principalmente me olvido de lo que ya produje y me conecto con lo que siento en el momento en el que me pongo a crear. Recuerdo uno de los versos del Tao te King que aludía a que cuando construís algo, una casa por ejemplo, una vez construida tenés que dejarla atrás, porque de lo contrario podés quedarte atrapado dentro de esos muros, encerrado en tu propia creación.
Es un ejemplo simbólico que habla de la construcción del ego. Vivimos en un mundo que nos impulsa constantemente a lograr el éxito, ya que aparentemente éxito = felicidad. Y el problema más grande es el concepto de éxito que nos enseñan en general. Para la mayor parte de las personas éxito significa aprobación, empoderamiento a través de los demás por medio de algún logro que pueda destacarte frente en tu comunidad. Puede ser material y/o espiritual. Para mí el éxito es superarse uno mismo. ¡Estar vivo! Utilizar el tiempo-vida para ser mejor en lo que hacés. Solo puedo reinventarme con honestidad si me mantengo alejado de la idea de que si mi obra es aceptada por el resto voy a ser feliz.
¿Qué elementos tiene este álbum que lo hace distinto a los anteriores?
Esta última década fue muy ecléctica y no me dediqué a grabar álbum de estudio, sino a crear temas que no se relacionaban unos entre otros, pero que formaron parte de unas 6 producciones diferentes que desarrollé en Uruguay, diseñadas para auditorios (One, Quantum, IMD, Farosur, Imaginaria y Astrodomus).
Pulstar es la vuelta a los contenidos emocionales frescos que inspiraban mis primeros trabajos, pero con una estética sonora actual dentro del género de la música electrónica.
La presentación será en el Planetario Municipal. Un espacio mágico. ¿De quién fue la idea?
La idea fue mía. De todas formas no es la primera vez que me presento allí. El primer concierto lo hice en 1992. Luego en el 94, 99, 2011 y 2013. El lugar es realmente mágico y para mí el espacio más adecuado para presentar la avant premiere de mi nuevo álbum. Estar ahí, en ese lugar que nos hace sentir cerca, genera una complicidad muy distinta a cuando me encuentro con mi público en auditorios grandes o espacios abiertos. Y ni que hablar que cuando se llena esa cúpula de estrellas, la música te transporta a mundos fantásticos. Es una buena oportunidad para conectar con la imaginación y el asombro.
A principio de año presentaste One, cuando todos somos uno, un espectáculo donde encontrar la unidad a través de la música. ¿Qué experiencias quiere transmitir Pulstar?
One reflejó la inquietud de mi propia búsqueda, tal como te comentaba anteriormente. En mi tránsito por el cambio constante de estéticas sonoras llegué a distintos públicos. Más jóvenes (a quienes les gusta más la adrenalina del ritmo y el golpe del beat) y más adulto (quienes gustan más de disfrutar líneas melódicas y armónicas más complejas). Entonces decidí producir un show cuyo máximo desafío fuera juntarlo todo en uno. Porque defiendo la idea de que la música es muy poderosa y capaz de diluir diferencias, en este caso generacionales. Pulstar nos lleva más hacia el viaje. A sentir la conexión con sentimientos profundos como la paz, el éxtasis, la libertad... Que son tan importantes para que estemos bien. Y lamentablemente en la música electrónica de hoy, hay poca apuesta a estos sentimientos. Creo que lo vemos reflejado en las fiestas masivas de música electrónica, en las que los artistas se diluyen en un mismo producto según su estilo, y que la mayoría de la gente solo puede disfrutar y sentir si está empastillada.
Emil Montgomery presenta Pulstar el 9 de diciembre, 20 h, en el Planetario Municipal. Entradas a la venta en Red Uts.
Montevideo Portal | Lorena Zeballos
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