Por The New York Times | Lauren Herstik
LOS ÁNGELES — Horas antes de que Britney Spears hablara ante una jueza de Los Ángeles sobre el acuerdo de su tutela, rompiendo más de una década de silencio sobre el asunto, más de cien personas se reunieron afuera de la sala del tribunal para demostrar su apoyo.
Algunos habían viajado desde lugares tan lejanos como Las Vegas; Detroit; Charlotte, Carolina del Norte; y Kansas City, Misuri, para estar presentes durante lo que muchos miembros del movimiento #FreeBritney consideraban un posible punto de inflexión en la historia de Spears: el momento en que hablaría públicamente.
“Nunca esperé esto”, dijo Kevin Wu, de 36 años. “Habría seguido luchando sin importar lo que pasara. Pensábamos que la tutela terminaría mucho antes. Pensábamos que la presión pública lo detonaría todo”.
Wu, un analista de datos que vive en Hollywood, organizó una manifestación contra la tutela en mayo de 2019. Desde entonces, el apoyo a Spears ha crecido mucho más allá de sus fanáticos más fieles. Muchos de los presentes el miércoles eran activistas a favor de la reforma al sistema de tutelas, que tenían motivos para protestar en contra del acuerdo legal de Spears no por el amor a su música, sino por sus experiencias personales.
Entre ellos estaba Terri Black, quien antes era contadora y ahora trabaja como defensora de tiempo completo del Centro para la Reforma de la Administración del Patrimonio, que creó tras la muerte de su padre en 2015.
“Mi padre fue víctima de una tutela fraudulenta”, comentó Black, que vive en Charlotte, Carolina del Norte. Ella vio paralelismos entre la situación de Spears y su propia lucha por recuperar el control del patrimonio de su padre.
En cuanto Spears comenzó a hablar, su declaración preparada fue transmitida a la multitud que se encontraba afuera del tribunal a través de un micrófono que se colocó cerca de celulares puestos en altavoz.
Spears le dijo a la jueza que su tutela era “abusiva” y criticó duramente a su padre, mientras sus padres y sus abogados escuchaban. Dijo que la obligaron a trabajar en contra de su voluntad, que se sintió drogada y que le negaron el acceso a un médico que le retirara un DIU.
“He estado en negación. He estado impactada. Estoy traumatizada”, dijo Spears por teléfono durante la audiencia a distancia. La cantante insistió en que se transmitiera públicamente. “Solo quiero recuperar mi vida”.
Fue un momento decisivo para el movimiento #FreeBritney, una campaña creada por los admiradores que creen que la tutela es un sistema autoritario y lleno de codicia para controlar la vida y la fortuna de Spears. Su testimonio pareció confirmar los peores temores de quienes la apoyan.
James P. Spears, el padre de la cantante, fue nombrado tutor de la estrella del pop en 2008, tras una serie de crisis públicas y preocupaciones en torno a su salud mental y el abuso de sustancias. Spears, de 68 años, supervisa actualmente la fortuna de su hija, de casi 60 millones de dólares, junto con una empresa profesional de gestión de patrimonios que ella solicitó; un tutor profesional autorizado empezó a encargarse del cuidado personal de Britney Spears de forma temporal en 2019.
La frase “Free Britney” (“Liberen a Britney”) se originó en 2009 en BreatheHeavy.com, un sitio de fanáticos de Spears. El propietario del sitio web, Jordan Miller, dijo que en algún momento recibió una llamada furiosa de Jamie Spears, quien lo amenazó con hacer desaparecer su página web.
El movimiento fue ganando adeptos a lo largo de la década siguiente, así como la atención de otras estrellas del pop. (Miley Cyrus gritó la frase durante un concierto en 2019).
La tutela de Spears llamó aún más la atención tras el lanzamiento de “Framing Britney Spears”, un documental de The New York Times que se estrenó en febrero.
Afuera del juzgado, los autos que pasaban hacían sonar sus bocinas para mostrar su apoyo a los activistas mientras los portavoces del movimiento se expresaban a favor de reformar el sistema de tutelas a nivel estatal y federal.
Tras el testimonio, Wu dijo estar conmocionado. “La realidad es peor de lo que esperábamos”, dijo. “Estoy muy orgulloso de ella por expresar su verdad”.
Señaló que, aunque fue poderoso escuchar a Spears hablar, “todavía no hay cambios en la tutela”.
Lisa MacCarley, una abogada de Los Ángeles que se dedica al derecho sucesorio y de tutelas, se dirigió al grupo que estaba afuera del juzgado, y afirmó sus convicciones sobre la situación de Spears.
“Jóvenes del movimiento #FreeBritney, tuvieron razón todo el tiempo”, les dijo.
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