Ruben Rada estuvo recientemente en Israel, no para cantar-para decepción de todos los admiradores que reaccionaron ilusionados al enterarse de su visita- sino por razones personales, el casamiento del hijo de una amiga cercana suya y de su esposa Patricia. Eso, afortunadamente, no significa que no haya planes para organizar un concierto en Israel, probablemente ya para el año próximo. Esto, a pesar de que sus planes principales de cara a futuro están relacionados al futuro de sus hijos, Lucila, Julieta y Matías a los que desea que les vaya "maravillosamente bien". Y poder compartir más tiempo y paseos con Patricia, su esposa, según nos cuenta en la entrevista que nos concedió en un café de Jerusalem.
P: Ruben, es bueno tenerte por acá, aunque no sea esta vez para un concierto. Viniste por razones personales, lindas razones por cierto.
R: Así es. Tengo una gran amiga, más que nada amiga de Patricia, mi esposa, que invitó a un montón de amigos, entre ellos a nosotros, al casamiento en Israel de su hijo, que es un pibe divino, fanático hincha de Peñarol, que se vino a vivir acá a Israel, a trabajar, y le va muy bien. Claro que al venir por el casamiento, empiezan a surgir las ideas de por qué no venir a tocar a Israel. La verdad es que durante años mucha gente me quiso traer a tocar a Israel pero nunca se concretó. A medida que iba pasando el tiempo yo me iba haciendo más famoso y... ¿cómo explicarlo?, me puse más en interesante: si voy a Israel quiero ir con toda mi banda.
P: Lo cual es por cierto una complicación técnica o más que nada de costos,porque son 11 músicos ¿no?
R: Somos como diez músicos, y siempre se engorda, porque traigo piano, bajo, batería y guitarra, son cuatro, más yo cantando, somos cinco, más tres tambores... ya se complica, pero es mi personalidad. Si yo no vengo con mi candombe dejo mi música aparte. Es como si vinieran los africanos sin tambores. Tienen que traer sus tambores, su música para mostrar lo que hacen. Eso se me complicó muchas veces. Y esta vez surgió este tema del casamiento, con Patricia dijimos que es una alegría venir y aquí estamos. Esperemos poder finalmente venir el año próximo ahí sí para dar un concierto. Te cuento que en este viaje hay también otras cosas lindas, como una salida con el Embajador de Uruguay en Israel Bernardo Greiver, que la otra noche nos invitó a cenar y a un increíble espectáculo de danza contemporánea.
P: Yo me quedo con lo que mencionaste del año próximo, quizás, a un concierto...
R: La idea es poder dar unos conciertos en España donde ya estuve hace unos años, con mucho éxito, y de España a Israel. Y sería una alegría porque en esa situación, vengo a Israel con un espectáculo serio. Yo sé que han estado acá Jorge Drexler y otros artistas que han venido con una guitarra, o actores que han venido a hacer un espectáculo pero chico, unipersonal, pero yo tengo que venir con una banda porque vengo a representar la música uruguaya, es como si viniera Jaime (Roos) a representar la música de él o como Agarrate Catalina, que recorrió el mundo entero mostrando la música uruguaya. Hay que ser respetuoso... porque si a mí solamente me interesara el dinero, sería fácil, me junto con Hugo Fattoruso, Montemurro, Ricardo Nolé o con mi hijo Matías, o Nicolás Ibarbouru con una guitarrita, me traigo un cajón y me recorro todo Israel tocando, y España, son dos pasajes no más, me recorro todo y hago plata. Pero no es eso en lo que estoy, yo soy un tipo que en este momento represento bastante a la música uruguaya y tengo que ser respetuoso. Siempre lo fui, siempre que estuve afuera me traje muchos laureles con la música y eso es lo que quiero hacer.
P: Es una responsabilidad que tu música sea considerada como uno de los símbolos de Uruguay, y sentís que tenés que actuar de acuerdo a eso. Y me imagino que esa convicción que no podés hacer las cosas a la ligera se te habrá reforzado cuando se te acercaban uruguayos y argentinos que te reconocían y te decían que siempre admiraron tu música y que no la olvidaron tampoco viviendo en Israel.
R: Es cierto. Acá en Israel me encuentro con un montón de judíos o no judíos viviendo acá, que están trabajando, uruguayos, argentinos y otros latinos, que se vienen a este país porque les dio una gran posibilidad. Por ejemplo, los que tienen mucha cabeza para inventar cosas en este país tienen esa posibilidad, trabajan afuera, inventan cómo conseguir agua del aire, y cantidad de cosas que están pasando aquí que son maravillosas. Entonces, bueno, eso me dio mucha alegría. También me da un poquito de celos saber que estamos perdiendo esos talentos. Y también me da celitos que estemos perdiendo toda la inteligencia y la cultura de Uruguay, porque los muchachos que están acá son tipos muy inteligentes. Tuve la posibilidad de hablar con varios pibes, amigos del chico que se casa, y todos están trabajando en cosas importantes y de inteligencia. Me acuerdo que cuando Mujica fue a ver a Obama, él le ofreció que mandara gente uruguaya a prepararse en Estados Unidos, y Mujica le dijo: "Te agradezco mucho, pero me encantaría que tú mandaras estadounidenses para allá para que nos enseñen a los uruguayos y después se vuelvan a su país. Pasa que si yo mando uruguayos, no vienen más, se quedan en Estados Unidos". Y eso es lo que pasa hoy con los muchachos y la gente que viene, no solamente a Israel sino también a Alemania, Suecia, Dinamarca, cualquier país del mundo. Se quedan ahí porque les ofrecen lo que ellos no consiguen en Uruguay, y eso da mucha rabia.
Mucha gente me pregunta por qué estoy en Uruguay, y respondo que es porque soy un tarado, fanático de Uruguay, amo Uruguay, y tengo que estar ahí, porque si yo me voy, y se va Hugo Fattoruso, y se va toda la juventud, Nicolás Ibarburu, Lucila Rada, Matías Rada, Julieta Rada, se van todos esos talentos de Uruguay, el país queda vacío... Jaime Roos, Fernando Cabrera, un compositor increíble ...Siento que estamos como que aguantando la parada en Uruguay, y me gusta eso.
P: Pero aparte de este análisis, digamos, racional, el hecho es que vos vivís una vida haciendo lo que amás, lo que te apasiona, y con mucho éxito. Y eso también te ha hecho cosechar un gran amor de la gente que te sigue, lo cual has visto, como decía recién, también en Israel de parte de personas que están hace décadas viviendo fuera de Uruguay. ¿Qué te genera eso?
R: Me da mucha alegría. Te cuento que el otro día fui a la fiesta de la independencia de aquí, y vi el ambiente, la música, también por este festival de la canción Eurovision que estaba por comenzar. Y habré saludado por lo menos a 30 personas entre argentinos y uruguayos. Y todos me preguntaban qué hacía acá, porque realmente nunca había estado.
P: Y no es un viaje que se hace todos los días.
R: Cierto.... estamos realmente lejos de Uruguay. Yo vine al casamiento de un amigo, eso es lo principal. Pero además diría que no vine sólo a Israel sino que vine a conocer la tierra donde nació la historia. La gente dice "cuántas historias tiene Israel", y la verdad es que aquí donde viven los judíos, han vivido muchas otras etnias. Y me alegró mucho haber ido a los templos y encontrar que Jesús, para los judíos, tiene mucha validez también, aunque no lo consideran el Mesías. Los judíos siguen esperando al Mesías. Cuando fui al Santo Sepulcro, siempre está Jesús presente y eso me da mucha alegría.
P: ¿Vos sos creyente?
R: Yo creía mucho en la Iglesia y en Dios sigo creyendo, porque aunque me haga el ateo siempre miro para arriba y digo "Ay, Dios mío". Aparte tengo cinco o seis años de catecismo en la calle Rectificación y Larrañaga, a dos cuadras de Impasa, y ahí fui monaguillo. Fui a la Iglesia de San Pedro en el Buceo. Había que ir a misa para jugar al fútbol. Entonces tuve mucho respeto y conocía mucho la historia de Jesús, pero no se cuenta la historia realmente como está aquí...
P: Claro, porque nació como judío, vivió y murió como judío...
R: Claro. Eso me pareció muy fuerte. Y te diré que también sentí emoción de ponerme frente al Muro de los Lamentos y poner ahí mi papelito pidiendo por el candombe, por mi familia, por mi cuñada que está enfermita, mal, por el padre de Patricia, que está también en un momento difícil, y toda la gente... se me vienen un montón de cosas y pedí por todas.
P: Casi te pregunto qué pusiste en el papelito pero temí ser impertinente...
R: En realidad, creo que no es para pedir...
P: Pero la gente lo toma simbólicamente como conexión directa con Dios...
R: Para mí fue una emoción estar en ese lugar. Me siento como que ahora sí conozco el mundo, porque aquí están todas las etnias, estuvo todo el mundo por acá, pasó mucha gente. Yo estuve tocando en Qatar también, hace siete u ocho años, en un concierto de música latina y me fue maravillosamente bien, estuve en Corea, en Portugal, Inglaterra, Estados Unidos, anduve por todos lados, de América Latina conozco casi todo...
P: E Israel, por esa variedad humana y religiosa tan grande que hay, ¿es distinto de todo?
R: Acá está la religión... A mí se me aclararon un montón de cosas al estar acá. No vine por eso, vine a ver la tierra donde nació la historia. Sé que el primer hombre en este mundo fue negro y que cruzó de África y que sobre Israel cruzan cantidades enormes de pájaros que migran entre los continentes. Me enteré de unas cosas lindísimas, estoy súper feliz. En Uruguay cuando llegue, o en Argentina, me van a preguntar por las bombas, los cohetes, y yo no vi nada. Pensé en una canción mía que se llama "Quién va a cantar", cuando digo, "cuando el amor sea lo más urgente, no tendrá caso la guerra de Oriente, cuando el racismo no tenga parientes, me sentiré orgulloso de la humanidad". Yo soy un amante de la paz y me gustaría que eso se concretara. Hay otra canción que se llama "Sudáfrica, canción antigua", "Amara malaya, a maní con té, a leche de coco, a rosca y café. Hermanito blanco, no se olvide que yo tengo la sangre igualita a usted", una pelotudez, porque todo el mundo tiene que saber que los negros y los blancos y los verdes somos todos iguales, pero por eso le puse ese nombre a la canción, porque es antiguo decir eso, es una "antiguedad moderna", aún la gente se fija en lo negro y lo blanco, los ricos y los pobres, judío o no judío, árabe, religioso, comunista... Estamos realmente caminando para atrás.
P: Decías recién que no has visto cohetes ni bombas. Claro que los hay, no constantemente, pero al mismo tiempo, se vive con mucha energía...
R: Yo al no saber la historia real de Israel y Palestina, Israel con los romanos o Israel con los ingleses, de la cantidad de cosas que pasaron acá, me tengo que callar la boca. La pregunta que yo me hago es qué lástima que se estén peleando, qué lástima que el hombre no se dé cuenta... Esto que digo es una estupidez, pero qué lástima que el hombre siga peleándose, hasta en una cancha de fútbol... Estamos usando la parte animal más que la otra.
P: ¿Te sentiste seguro en Israel?
R: ¿Y cómo no me voy a sentir seguro? Estuve en Cuba, estuve en Estados Unidos, no fui a Rusia, pero estuve en lugares difíciles y yo me siento seguro en todos lados.
P: Yo le pregunto a la gente que viene qué le sorprende y muchas veces me hablan de la convivencia de judíos y árabes cruzándose...
R: Lo vi ahora. Me pareció maravilloso, gente de todas partes. Y sí, en la Ciudad Vieja, judíos y árabes, tal cual.
P: ¿Qué te pareció lo del Museo del Holocausto?
R: Maravilloso. Importante contar la historia. Y la verdad que cuando estaba ahí adentro hoy pensaba qué pasará en África si ponen un museo de la cantidad de negros que murieron, o qué pasaría si en América hubiera un museo que hablara de los 80 millones de indios que murieron. Me parece importantísimo que se cuente la verdad, que la gente tenga la entereza de contar lo que pasó para que los que venimos atrás nos enteremos y tratemos de mejorar el mundo, me parece maravilloso.
P: Y a través de la música también se puede transmitir mensajes en ese sentido.
R: Ojalá que la música sane todo eso, por eso estamos tipos como Serrat, como Pablo Milanés, como Chico Buarque y muchos artistas, escritores, hablando y describiendo y contando historias de lo que pasa en el mundo. Eso ayuda muchísimo. Yo no soy uno de esos porque el lápiz mío no fue a la escuela, yo no terminé la primaria, fui hasta cuarto año de escuela. Alguna vez emboqué alguna buena letra, pero más que nada soy músico y siempre estuve al lado del pueblo.
P: Y música significa inspiración...que te puede surgir en cualquier lado. ¿Has tenido alguna durante este viaje?
R: Sí, cuando fuimos a la danza contemporánea. Cuando los vi bailar el otro día se me ocurrieron mil músicas, porque aparte son músicas sin letras, y me encanta. A mí me pasan las cosas por la música, y esto de lo que estoy hablando me pasa por hablar, pero no sabría cómo escribirlo, tendría que tener mucho talento para eso. Por eso creo en la Ley de Murphy, hay que quedarse donde uno está... Soy un tipo de músico que puede decir algunas cosas, pero no tengo tanto talento como para escribir con tanta claridad y describir lo que pasa en el mundo. Soy más que nada un refranero, vendría a tocar a España y me encantaría venir a tocar para los uruguayos que están acá y que me mostraron un cariño increíble.
Y eso me lleva a comentar de nuevo esos encuentros...Gente que me habló de los Hot Blowers, cuando estaba con Cacho de la Cruz, del Show del Mediodía, año 1957, 58, gente de millones de años atrás que se acuerda de la música, de Totem, de Telecataplum y todas esas cosas... Me hablaron de cantidad de cosas y me encontré con gran parte del Uruguay. Y otra gente que hablándome me hizo recordar que la conocía de un barrio o una cancha de básquetbol, de cuando iba a ver a Hebraica con Welcome y yo era hincha de Welcome... Hablé cantidad de cosas con los uruguayos que están acá, me sentí realmente como que estaba en un pedacito de Montevideo.
P: Es que dejaste huella en mucha gente. Si alguien te pregunta qué te pareció Israel, ¿cómo lo resumirías?
R. Para mí el Muro de los Lamentos y la conjunción de etnias y de religión, eso fue lo que más me impresionó. Me encontré como en la Torre de Babel, digamos. Escuchar todos esos idiomas, que se mezcle la religión y todos juntos diciendo yo soy católico, yo soy ateo, yo soy judío, todos juntos, me pareció maravilloso.
P: Es distinto de la imagen de conflicto con la que uno puede venir.
R: De eso no quiero hablar porque sería facilista. No conozco la historia.
P: Eso es muy sabio de tu parte.
R: Yo, tranquilito, me callo la boca, son muchos años que hace que están en esta pelea y no va a venir Rada con su inteligencia a solucionar estos problemas o a opinar de eso. Lo seguro es que mi deseo es que haya paz eterna.
P: Muchas gracias Ruben.
R: Un placer.
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