¿Depende de los titulares de prensa, de las encuestas y no de las otrora efervescentes discusiones con argumentos?
¿Admitió la soberbia como estilo de algunos dirigentes?
¿Se supeditó a líderes carismáticos y desmovilizó a los frentistas antes tan vitales en su desarrollo?
¿Fagocita a las posiciones de izquierda en su seno?
¿Está ganando el neoliberalismo la batalla cultural, incluso dentro del partido?
A estas preguntas el autor responde afirmativamente. Y, además, nos plantea muchos otros temas revulsivos.
Analiza cuidadosamente el año 1984 y llega a la conclusión de que en ese tiempo de vorágine, el Pacto del Club Naval y el verticalismo de Seregni supeditaron las fuerzas vitales de la extraordinaria movilización social a la estrategia acordada por el general y el Partido Colorado. Y fundamenta que ese fue el comienzo de los males actuales.
«Ese año fue como un túnel de montaña: por este lado entró un pueblo batallador, a veces audaz, rebelde al lazo, y por el otro salieron las disciplinadas cohortes en formación ordenada y a tranco reposado. Por un lado entraron los luchadores, los reclamadores, con sus perros cimarrones, desprolijos a lo Otorgués, y por el otro salieron los cabildantes, bien vestidos, llenos de gestos, frases vacuas y verdades falsas».
Mario Mazzeo nació en Carmelo en 1953. Está casado, y tiene dos hijos, Lucía y Elías. Es el menor de cuatro hermanos. A los quince años ingresó al movimiento tupamaro, y siendo estudiante de magisterio fue detenido por las Fuerzas Conjuntas. Ejerció como preso político desde 1972 hasta 1980.
Desde 1981 vivió en Montevideo, en régimen de Libertad Vigilada, lo que no le impidió ser un observador cercano de la transición política. Trabajó como zapatero, feriante, albañil y, después de 1985, como periodista.
Retomó los estudios formales a los cincuenta años. Aprobó sexto de secundaria en 2002, y al año siguiente se rechazó su inscripción en el Instituto de Profesores Artigas por "sobrepasar el límite de edad". Ingresó en la Facultad de Humanidades, donde por más de una década cursó las 27 asignaturas de Ciencias Históricas. No llegó a licenciado porque, según él, "perdió tiempo construyendo casas y libros".
En 1986 escribió, con José Luis Baumgartner y Jorge Durán Matos, el libro Desaparecidos, que se editó en Uruguay y en Brasil. Después publicó, entre otros: Chile, el problema del poder (1988); Charlando con Pepe Mujica (2002); Un hombre, una ciudad y un río. La vida del Chamaco Rébori (2006); A campo traviesa, Los caminos de Mario Costa (2011).
Al comenzar la pandemia tenía tres libros prontos para ser publicados. En 2020 se editó El tapiz de los tupamaros (en colaboración con Luis Mazzeo, Mario Delgado Aparaín, y Augusto Grégori). El segundo, 1984. El origen de la izquierda actual, es producto de más de una década de investigación y de reflexiones sobre sus experiencias como militante.
Editorial: Fin de Siglo