Al igual que una excursión al campo o una operación de amígdalas, una ceremonia de asunción de mando deja anécdotas que son tangenciales al asunto en cuestión, pero que suelen recordarse luego incluso con mayor intensidad que el hecho central.
Quizá las futuras generaciones no recuerden con detalle las palabras pronunciadas durante la investidura de hoy, pero es posible que rescaten del olvido al “hombre del bigote”.
Durante la televisación desde el Palacio Legislativo, la presencia de un hombre de nutrido bigote situado detrás del entrante presidente llamó la atención en la red X, situación sobre la que escribió el periodista José María Carballo, de Tv Ciudad.
De inmediato menudearon los comentarios, y uno de ellos dejó ojipláticos
a los internautas: el señor del bigote parecería ser una suerte de entidad
fantástica, cuyo cometido en este mundo es plantarse detrás del nuevo presidente
en cada asunción de mando.
El hallazgo no hizo más que aumentar la popularidad en redes del hombre del bigote, quien, tal como sucede en el cuento La multitud, de Ray Bradbury, bien podría formar parte de alguna fantástica organización cuyos cometidos son inaccesibles para el común de los mortales.
También cabe la posibilidad de que la presencia del bigotudo en cuestión se explique por alguna anodina razón administrativa, e incluso que no se trate de la misma persona en cada investidura. Pero esas son explicaciones aburridas y a nadie le gustan.