Contenido creado por Inés Nogueiras
Libros

El miedo no es broma

El bosque, de Federico Ivanier

El bosque, de Federico Ivanier.

14.12.2011 15:36

Lectura: 4'

2011-12-14T15:36:00-03:00
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El plan era simple: pasar una noche de campamento, y al otro día volver a casa.
Nada más que eso. Seis amigos. Veinticuatro horas. Y un bosque.

El plan era simple, sí. Pero a veces las cosas no son lo que parecen. Y los planes
no salen como esperás. Por la noche, perderse en el bosque puede ser una
pesadilla.

El bosque es una novela que te dejará sin aliento hasta la última página. El miedo no es broma

Fragmentos de El bosque

" ... Omar permaneció con la mirada apacible, inmutable-. Que disfruten esta noche -
les deseó-. Eso sí, no se metan mucho en el bosque.
-¿Por? -preguntó Sofía, aunque para Hernán resultaba obvio que ese era el plan de
Diego. El plan para esa noche incluía entrar al bosque, fuera cual fuera ese bosque. Eso
era seguro.
-Hay muchas historias con ese bosque. Dicen que durante la guerra entre blancos y
colorados, a principios del siglo pasado, degollaban prisioneros ahí y que había un
capitán que pagaba un premio al soldado cuyo degollado pudiera dar más pasos con el
cuello abierto, antes de morir.
Omar soltó una sonrisita ante el horror de Agustina.
-Dicen -aclaró Omar.
-Eso es... espantoso -susurró Agustina."
"-No entiendo qué puede tener de malo llevar celular -empezó Sofía.
La sonrisa de Diego titiló un instante, pero luego resurgió.
-Ya habíamos arreglado eso.
-No sabía que íbamos a tener que cruzar campo abierto -replicó Sofía-. ¿Qué pasa si
precisamos ayuda?
-No vamos a precisar ayuda, la camioneta va a venir a buscarnos mañana de mañana.
Entre Diego y Sofía se palpitaba a veces una tensión que a Hernán se le hacía difícil
rastrear. Nunca le pasaba algo así con su propio hermano, con Martín. Alcanzaba con
intercambiar una mirada y ya se resolvía todo.
-Es un juego -insistió Diego. La tensión se disipó con facilidad, velozmente-. Si vamos
con celular, se pierde la magia."
"Lo más marcado, sin embargo, fue el olor. Hernán esperaba que el aire estuviera fresco,
más fresco que afuera, al menos. Había un cierto olor a hojas, a oxígeno, pero allí dentro
olía a putrefacción. Olía a animal muerto. El resto del bosque parecía intentar taparlo
(Hernán se sorprendió de pensar en un bosque como alguien que intenta algo: No es más
que un montón de árboles, pensó). Pero el olor estaba allí. Empujaba en sus narices, se
expandía en sus gargantas".

"Las manos, con las que Agustina se quitaba el pelo de la cara, estaban negras y se había
ensuciado el rostro. Chorreando a mares, con el pelo comprimiéndole el cráneo, la
mirada desencajada, los dedos curvos como garras y sus pasos tambaleantes hacia atrás,
alejándose de ellos, Hernán pensó que parecía completamente loca.
Un par de relámpagos la iluminaron, titilando, como flashes de fotos. Hasta que
desapareció. Desapareció la luz blanca, de morgue, y desapareció Agustina devorada por
la oscuridad. Casi al instante llegó un trueno, pero Hernán y los demás estuvieron
seguros de oír un chillido de Agustina. El trueno tapó la mayor parte, pero sin duda había
chillado. Por espacio de dos segundos nadie dijo nada, nadie se movió. Lo único que se
movía era la lluvia alrededor de ellos, el único que hablaba era el bosque, en el sonido de
las hojas.
-¿Agustina...? -empezó Sofía.
No les llegó respuesta. Nada. (...) A Agustina se la había tragado la tierra."

Sobre el autor

Federico Ivanier nació en Montevideo, Uruguay, en 1972.
Además de escritor, es docente de Inglés y sociólogo. Estudió
guión cinematográfico en la UCLA y literatura creativa en la Escuela
Tai de Madrid. Ha publicado varias novelas en Alfaguara
Juvenil, entre ellas, Martina Valiente (Premio Nacional de Literatura
MEC, Premio Bartolomé Hidalgo), Lo que aprendí acerca de
novias y fútbol, El colegio de los chicos perfectos, Nico Loppez,
Alas en los pies, Música de vampyros, Bonsái y Maruja Antibrujas.
Como guionista ganó el Premio FONA por el guión Anina
Yatay Salas. Fue columnista de radio El Espectador .