Doberman es, entre los grupos surgidos durante la última "gran explosión del rock uruguayo" de mediados de la década pasada, uno de los que logró sobrevivir, tocar y editar sus materiales con regularidad, creciendo y afianzándose. "No hay mucho misterio", dijo el artista; "tenés que tocar y laburar mucho con la banda. También es verdad que el rock uruguayo no es lo mismo que hace diez años, que estaba en su punto más alto, y capaz que por eso tantas bandas se fueron disolviendo. Lo que más importa es estar totalmente convencido de lo que hacés y que te guste, lo otro viene solo". Además, es aún más cuesta arriba para bandas como Doberman, que "todavía no podemos vivir de la música, y hay que estar muy convencido para ensayar dos o tres horas todos los días después de salir del laburo. Igual, cuando te parás en el escenario te olvidás de todo eso y te das cuenta que el esfuerzo vale la pena".

Casi diez años después de su formación y sus primeras grabaciones, Tren Calavera muestra un grupo sólido y efectivo, tanto en la composición como la ejecución. Seoane cree que la evolución del grupo se refleja, paradójicamente, en que este trabajo es el que más se parece al álbum debut, "ya que es hard rock directo sin dar vueltas por ningún otro estilo". De todas maneras, reconoció que "siempre tratás de ir perfeccionando la manera de sonar, los riffs, las melodías. Este disco tiene para nosotros un valor agregado, ya que pasó mucho tiempo desde que empezamos a tocar y todavía, por suerte, podemos seguir haciéndolo y contamos con el apoyo de la gente".

El próximo 12 de mayo, en La Trastienda, Doberman se va a dar un gusto: como en los días de garaje, el grupo dará un show con un repertorio compuesto por canciones de ACDC. "Lo hacemos sólo por el gusto de tocar ACDC, ya que es una de las bandas que más influyó en nuestra música", explicó Seoane, y agregó que "ya recibimos amenazas vía e-mail y Facebook de los fans de los australianos, diciendo que si no tocamos tal tema nos bajan a pedradas. Esperamos que el set list alcance para todos", dijo. La cita será, además, buena excusa para recibir a los argentinos Viticus, que en 2011 fueron sus anfitriones en Buenos Aires.

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