En su nueva columna, el entrenador canino Andrés Peirano -cuya cautivante historia podés conocer aquí- está de duelo: supo que en España había muerto un perro que fue muy influyente en su formación profesional, y con el que lo ligaban fuertes lazos afectivos.
Por ello, su nuevo artículo no es para nada técnico, sino plenamente emotivo.
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A lo largo de mi carrera me tocó experimentar diferentes profesores, humanos y caninos, unos buenos y otros no tanto. Fue así que conocí a Teo y a su guía Marcos de ETOCAN, quienes además de ser grandes profesores con los que crecí muchísimo como profesional me abrieron las puertas de su casa, me recibieron en su escuela en Barcelona y me hicieron sentir de la familia.
Hace pocos días Teo nos dejó y con su partida queda atrás, como dice Marcos: "un hueco en el corazón del que no sé cómo llegaré a reponerme".
Nunca voy a olvidar aquellas noches frías en la Pólvora Negra cuando a pesar del Toledo invernal preferíamos quedarnos en torno a Marcos tratando de aprender un poco más y vos nos acompañabas. Serio, pero siempre tranquilo, echado a un costado descansando luego de darnos todo en clase.
Reímos con las anécdotas de tu vida y aplaudimos tus grandes logros pero no hay nadie mejor que Marcos para describir tu vida y lo hace de esta manera:
"Llegaste con cuatro meses. Crecías en un palleiro gallego sin ninguna ayuda y la casualidad hizo que te mandaran a mi casa para ir aprendiendo algo mientras encontrábamos tu hueco. No tardamos en conectar, sentir que tu sitio, tu vida, estaba entre las nuestras, y fue imposible dejarte marchar.
La decisión fue fácil, demasiado fácil, como la facilidad con la que siempre has resuelto, durante los 11 años que me acompañaste en mi desarrollo profesional, todo lo que se te planteaba.
Lo que sí es difícil es decirte adiós, un adiós que no acabo de asumir. Tu pérdida es enorme, grande en todos los ámbitos, pero sobre todo me has dejado tocado en la parte sentimental, en esa que compartimos durante horas, días, meses, años, lustros. . .
Me ayudaste a crecer tanto en lo personal como en lo profesional y en lo espiritual como nadie consiguió hacer nunca. Pasé más horas contigo que con mi familia, recorrimos juntos más de 500.000 kilómetros, y siempre estabas ahí. Vivías en casa con la familia, pero sabías vivir a la perfección en una jaula.
Hace 11 años yo estaba en otro momento profesional y personal, y recorrí este camino contigo. Me ayudaste en infinidad de aspectos. Nada era complicado para ti. Si era el momento de modificación de conductas difíciles de perros, allí estabas para ayudarme. Y aunque esta es una misión rara, por no decir imposible para un malinois, tú lo hacías de maravilla gracias a tu grandísima estabilidad. Te salías de lo normal en todo.
Un momento especial de nuestro camino fue cuando te convertiste en perro prototipo en España en odorología forense de la mano del doctor Mario Rosillo. A nivel de programas de trabajo lo que más has tenido ha sido detección operativa y deportiva. Infinidad de figurantes, hombres de ataque, se formaron bajo tu tutela, incluso guías de rescate o salvamento.
A nadie dejabas indiferente y cuando tu estrella se apagó la repercusión ha apabullado a nuestra familia, tu familia."
Hablar de Teo es hablar de un grande y las palabras me faltan y me sobran lagrimones mientras te recuerdo.
Me siento muy afortunado de haberte conocido y sé que te fuiste con mucho más por enseñarme y enseñarnos a todos, siempre vivirás en mi memoria como en la de todos los humanos que aprendieron contigo.
No puedo imaginar el dolor que siente tu familia y especialmente tu guía Marcos, a los que desde la distancia les mando un apretado abrazo y mi más sentido pésame.
Para ti, Teo solo me queda una palabra: gracias.