Por Ana Jerozolimski
El Auditorio Nacional Adela Reta se vistió este jueves de fiesta con dos estrenos del Ballet Nacional del SODRE: la obra Minus 16 del coreógrafo israelí Ohad Naharin y Sen Chopina, de la coreógrafa uruguaya Marina Sánchez.
Conversamos al respecto días atrás con la directora artística del BNS María Noel Riccetto, quien esperaba con entusiasmo no solo la noche del estreno sino la llegada a Uruguay del coreógrafo israelí que trabajaría con los bailarines para preparar la presentación. Si bien no pudo viajar a Uruguay el propio Naharin, mundialmente famoso, envió a uno de sus principales colaboradores, Erez Zohar, que está a cargo de sus montajes y fue además bailarín en la gran compañía israelí Batsheba.
A Riccetto la habíamos visto “volar” como bailarina años atrás durante una gira del BNS por Israel, cuando estaba dirigido por Julio Bocca. Ahora vuela con su energía y entusiasmo por la nueva etapa que está viviendo.
“Para mí es un honor contar con estas dos piezas tan diferentes entre sí dentro de este programa”, nos dijo Riccetto. “La primera parte del programa va a ser una obra estreno mundial de la coreógrafa uruguaya Marina Sánchez. Para mí era importante tener a una uruguaya creando para la compañía en mi primera programación. Y la segunda parte, es la obra Minus 16 del gran coreógrafo israelí Ohad Naharin. Estoy honrada de que seamos la única compañía de América del Sur que tiene los derechos y las licencias para poder hacer esta obra”, manifestó.
Preguntamos qué puede contar sobre la coreografía israelí Minus 16. “Es una coreografía que conocí cuando vi a la compañía Batsheva, en Nueva York, y me impresionó la fisicalidad, la entrega, el histrionismo de sus bailarines y cuando asumí como directora dije: ‘Qué maravilloso sería poder contactar con estos talentos y poder enriquecer el repertorio del BNS con una obra como esta’. Y ahora, gran parte de la alegría es saber que estoy enriqueciendo el repertorio de la compañía, teniendo una coreografía de Ohad en el BNS, entonces eso me da muchísimo orgullo también”.
María Noel no escatima en palabras al describir lo que siente con el logro de tener esta coreografía con el Ballet Nacional del SODRE y afirma que esto había sido “un sueño” para ella. Y quiere ser justa con los agradecimientos, por lo cual destaca que en parte esto se ha hecho posible gracias a la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay, que en el marco de su 90.º aniversario patrocina la función del 30 de junio.
“Me interesa que la compañía se enriquezca de diferentes culturas y esta es una oportunidad enorme para nosotros. Así que, por supuesto, gran parte de la alegría es el haber tenido la posibilidad de visitar a Israel hace unos años, de conocer su gente, de ese intercambio de culturas. Y estoy segura de que este es el principio de un gran vínculo”.
Dado que María Noel destaca la exclusividad en América Latina para que el BNS presente la coreografía Minus 16 de Ohad Naharin, es ineludible preguntarse a qué se debe.
“Creo que la compañía está a un muy buen nivel. Creo que los bailarines que forman parte de la compañía son muy versátiles y están preparados para tener una obra de esta magnitud. Por supuesto que atribuyo a eso… Lo primero que pienso es que se logró por el nivel que tiene la compañía y en mi primer contacto con Naharin, cuando me comuniqué con él para contarle que tenía este sueño, atribuyo el logro a la gentileza, a la amabilidad, a las ganas de compartir su trabajo con nosotros. Él tuvo una gran amabilidad, ¿no? Y una gran humildad también, mucha sencillez. Y yo aprecio mucho eso en una persona tan despegada y tan talentosa como él”, expresó Riccetto.
María Noel ríe con modestia cuando le preguntamos si no será que Ohad Naharín se sintió halagado al recibir un mensaje de Riccetto desde el SODRE. “No, no creo que me registre, pero no me importa. Yo tuve la posibilidad de contactarlo y esto es algo que quiero decir porque fue a través de Martín Inthamoussú, que en ese momento era el presidente del Sodre. Martín lo conoció a él en una de sus visitas a Israel, siempre quedaron en contacto y fue Martín el que me pasó su contacto, su mail y me dijo: ‘Escríbele, estoy seguro de que te contesta rapidísimo’. Y le escribí sin esperar nada a cambio, pero él, al día siguiente yo ya tenía una respuesta y fue muy amable; muy sencillo y muy profesional, muy serio. Y se tomó muy en serio la propuesta. Entonces le estoy muy, muy agradecida”.
Quien también está agradecido es Erez Zohar, el israelí enviado por Ohad Naharin para trabajar con el BNS en Minus 16, y que ya ha partido de regreso a su país tras una intensa actividad.
Preguntamos qué pensaba antes de llegar a Uruguay. “Estuve recabando impresiones por internet, miré fotos de los bailarines, miré algunos videos cortos y noté enseguida que son buenos bailarines, así que finalmente llegué con buenas expectativas”, contó.
Ya tiene experiencia en esto, en diferentes partes del mundo, y sabe que cada lado, es un mundo distinto. “Los bailarines son un mundo entero. Me gusta mucho el encuentro humano, el desafío que supone tener que trabajar con ellos en poco tiempo, pasar con ellos un proceso de cambio, de acostumbramiento a un material nuevo distinto del que conocen. La mayor parte de las veces son bailarines de ballet y aunque cada uno tiene su estilo y hay mucha combinación con neoclásico, en general traigo algo distinto”.
Y ante la ineludible pregunta sobre cómo estaba dándose todo con el BNS, fue claro: “La verdad es que cuando llegué aquí, me sentí conectado con ellos desde el primer momento. Les di una clase de GAGA, el estilo singular desarrollado por Ohad Naharin, y sentí que me acompañaban plenamente, que estaban muy emocionados, muy metidos en el tema. Conocí a 55 bailarines y tenía que elegir 25, al final elegí 23, pero sin saber mucho de ellos y el conjunto. No fue nada fácil elegir”.
No podía faltar pedirle un comentario sobre María Noel. “María es encantadora, me recibió con mucho amor, con una enorme sonrisa y mucha satisfacción, y creo que está también muy satisfecha con lo que estoy trabajando con los bailarines. Se alegra de ver el progreso. Es una mujer realmente impactante, además de muy hermosa, tanto por dentro como por fuera”.
Le comentamos que suponemos que, si Ohad Naharin no conociera el alto nivel del BNS, no habría enviado su obra. “Por supuesto. Yo tenía claro que trabajaría con bailarines de alto nivel, ya que Ohad no permite que cualquier conjunto baile sus creaciones. Él se fija en quienes las piden, cuál es su nivel, cuál es su apacidad, y otros elementos varios. Así que tenía claro que llegaba a un lugar con bailarines muy capaces, prontos para trabajar bien, capaces de terminar un trabajo de alto nivel. De lo contrario no había venido o simplemente Ohad no lo habría autorizado”.
Cuando conversamos con Erez Zohar, ya conocía bien a los bailarines. ¿Y entonces, qué piensa? “Que son bailarines impresionantes, que se entregan totalmente al trabajo, muy totales, muy deseosos de hacer las cosas bien, con muchas ganas. No fue nada fácil elegir a los bailarines que nos acompañarían, porque son muchos los bailarines buenos, hermosos y talentosos. Pero es ineludible elegir y pensar en qué será lo más apropiado, quiénes serán los más fuertes en el proceso. Me conecté con ellos muy bien de entrada. El estilo y la cultura de aquí son por cierto muy distintos de lo que vemos en Israel, pero como yo me siento una persona muy global y universal que está en contacto con muchas culturas, me resulta fácil conectarme a personas de distintos lados. Y me sentí cómodo con ellos enseguida. Me acostumbré muy rápido. Creo que eso también depende de la energía que uno trae, cuánto se abre a la gente, cuánta atención se une. En resumen, me sentí muy conectado con ellos desde el comienzo”, expresó.