El mutante, ya medio veterano y algo fuera de forma, intenta disuadir a un grupo de malandras de que no le desguacen el auto. Pero claro, viste cómo está la juventud hoy en día, los guachos no le hacen caso y encima le pegan un tiro, que no por ser mutante duele menos. Así que, si se va el balde que se vaya la cadena, habrá pensado el veterano, y reparte zarpazos a diestra y siniestra -nunca mejor dicho-, mientras de fondo suena "Las mil y una noches", de Santi Mostaffa, el rapero nacido y criado en La Mondiola.

Usted, que es más listo que yo, ya habrá notado que lo anterior no es invención mía, sino que ya fue filmado por James Mangold y actuado por Hugh Jackman, en el film Logan, que este año se estrenó en salas del mundo entero.

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¿Cómo llegaste a Hollywood?


Trabajo con un sello que me hace la distribución digital y trabaja en esas cosas, sincronizaciones de películas de Hollywood, y eso. A mí me ofrecieron y dije "Buenísimo".

 

Tenías una chance en miles...


Tenía una chance en miles, sí. La verdad que sí. Golazo. Me di cuenta varios años después de que rindió fruto ser un poco perfeccionista de más, cuando estaba grabando y nadie sabía quién era. Es una canción de mi primer disco [Hay pasto en la grieta, 2011]. Estuve atrás de algunas cosas, cuidando detalles. Creo que eso tuvo que ver en esa cuestión de uno entre miles. Sin desmerecer el trabajo de todos los compañeros, y de que hay una suerte que tener.


¿Vos tenías la última palabra o te enteraste con el producto terminado?

Me enteré después. Me dijeron. Una amiga que está viviendo en Francia puso en Facebook: "Fui al cine y escuché una canción de Santi Mostaffa". Así fue como me etiquetó.


¿No sabías vos?

Sabía que podía ser que estuviera. A mí, cuando me dicen "Puede ser que esté" es como que "Puede ser que suene el bombo del tema allá atrás". No sabés nada ahí. Y esta amiga puso esto y pensé "Debe estar reconocible en la película para que alguien que conoce el tema se dé cuenta de toque". Así fue como me enteré, digamos. Ahí dije qué bueno, no mucha cosa más. En ese momento como que no pensé mucho en lo que iba a pasar. Después me llamaron un par de programas de radio, hice un par de entrevistas. Como que mucha gente estuvo curiosa, y dije "Pucha, mirá vos". Ahí sí pensé en abrir el champagne, o hacer un asadito.


¿Te gustó la película?

Sí, me gustó. La canción acompaña muy dignamente un momento que es terrible en la película [cuando Logan se enfrenta a los mexicanos que están desguazando un auto, está en Youtube, no sea haragán]. Me encanta la escena donde aparece, y me da mucho orgullo que esté esa canción ahí.

 

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Santi Mostaffa es un tipo inquieto y así como te mete un tema en una de las películas más taquilleras del año en lo que conocemos como Planeta Tierra, también se pasó los tres últimos años dando talleres de hip-hop en cárceles y centros de internación de menores, a través de la iniciativa Nada crece a la sombra.

Y también graba discos, aunque ahora se reconozca vago, y planea un álbum que, lo sabe, tiene que ser como una piña, porque quizá después no haya más, y fantasea con que el hip-hop tome por asalto la industria musical, se haga lugar en los grandes escenarios y, por qué no, filtre su mensaje "ideológico" (de alguna manera hay que llamarlo), entre qienes están siempre al día con el último grito de la moda.


Está bien, llegaste a Hollywood, ¿Pero cuánto venías laburando?

Subiéndome a escenarios, hace 13 años.

 


¿Cómo llegás al hip-hop, un género al que, por nuestras características culturales, es más difícil acceder, más difícil de entender?


Es más difícil de entender, pero se está formando una manera de rapear en castellano que viene siendo cada vez más cómoda, cada vez más agradable al oído. ¿Cómo llego? No sé. Hay gente que nace en una ciudad y en un año y que, por algún motivo, se le ocurre hacer algo. No sé por qué se me ocurrió. A los 11 años mi hermano llevó a mi casa Muddy Waters, de Redman, y me quedé fascinado. No tengo idea por qué. Antes pasaba que la gente que se interesaba en el rap siempre le daban ganas de rapear. No sé por qué. Ahora no pasa tanto. Hay más escuchas, hay un oído. Antes éramos muy de que si nos interesaba es porque lo queríamos hacer, una cosa muy personalista. Ahora, por suerte, hay un público.


Una cosa más punk, más del "hacelo vos mismo"...

Sí, claro. De querer escuchar y ser parte. No había nada. Yo escuchaba este disco de Redman. Varios años después, cuando empecé a entender que había algo de rap en Uruguay, escuchaba, y había distancias en cuanto a lo técnico, y cosas que vos decías, "Pah, está buenísimo, pero hay que empujar". Ese fue mi espíritu y ha sido el de varios. El de empujar esto porque nos encanta.

 


Foto: Montevideo Portal | Martín de Benedetti

¿Quién eras vos a los 11 años?

Un gurí que vivía con mi madre y mi hermano en La Mondiola. Iba a la Escuela Paraguay. No sé. Un botija de clase media, que no sé por qué le gustó Redman, y después le gustó Dead Prez; lo que dice esta música, en la forma que lo dice, me fascinó.


No ves esto como un negocio...

Pienso que no. Como yo lo veo, como ha sido mi camino, creo que la música es por amor. Es un hobby. No sé si tenés chance de hacer un hip-hop comercial. Tendrás que hacer un estudio de mercado, ver a quién le querés vender tu tema, qué es lo que tenés que decir, encontrar palabras clave. No sé cómo se hace. No hice ese camino. Hice el camino largo y difícil de que, si algo me afectaba, me hacía sentir mal, tratar de ponerlo en una canción.


¿Cuándo tenías 11 años ya pensabas de esa forma?

No. Ahí me fascinaba con lo que escuchaba y trataba de jugar a que hacía algo más que escuchar.


¿Qué pasó entre aquel gurí de 11 años y el Santi que se subió al escenario a los 16 años? ¿Qué tomaste, qué aprendiste, quién te enseñó?


En aquel momento, y hasta ahora, aprendí de Contra Las Cuerdas, La Teja Pride. Los Teja han sido, hasta el día de hoy, hermanos mayores, primos en muchísimas cosas. Me han ido mostrando ciertos caminos. Después, con una edad más o menos similar a la mía, los Dostrescinco. Tuve un par de bandas, los Tres Orientales y Cucarachas Sound System, en un momento en que era todo aprender y compartir. En esa época éramos muchos que estábamos en la sintonía de que lo que estaba pasando estaba bueno y había que darle para adelante. Me gustaba ir al skate park a tomar vino con los skaters. Yo no andaba en skate, pero mis amigos sí, y nos gustaba juntarnos a hacer freestyle. Ahí fueron pasando cosas. Gente de esa época tiene sus bandas, o tuvo sus proyectos. Ese fue el panorama, más o menos. Hubo otras bandas de las que siento que aprendí mucho, por escucharlas, porque me dieron algún consejo, que capaz que hoy ya no existen más, no siguieron. Mucha gente. El Vato, de quien aprendí mucho, conducía un programa de hip-hop en El Puente FM, de La Teja. Él fue mi primer mánager. Nuestro primer mánager con DJ RC, cuando teníamos Cucarachas Sound System. Fue el primero en decirnos "Vamos a pedir una plata al boliche", a tratar de trabajar así, y a no hacer esto y lo otro. Después, bueno, no hicimos mucho, pero lo escuché y lo que me dijo me sirvió. Fue el primero en recomendarme que fuera a grabar con Davich, de La Teja Pride. Mi primer EP, La máquina de sobakear, de 2009, fue gracias al consejo del Vato, y de muchísima buena onda de Davich. Para mí, ese EP, es un mini hito del hip-hop uruguayo. No sé si había algún solista uruguayo que se hubiera puesto a sacar material solo.


Después sacaste discos muy seguido...

Sí, cada dos años. Ahora estoy medio relajado, el último fue de 2014. Pero La máquina de sobakear, para mí, significó muchísimo. Y fue gracias al consejo de uno y la disposición del otro. Por ahí van mis mayores influencias y colegas que me han arropado, y me han enseñado muchas cosas.

 

¿Te preocupa la escena de hip-hop, que sea fuerte? Porque el movimiento tiene características y códigos bastante herméticos, ¿Es tan sano eso?


Para mí lo hermético y lo estático nunca es sano. Me parece que la música, en los últimos 10, 15 años, ha cambiado muchísimo mundialmente. Cambió el paradigma de la música pop. No es lo mismo que antes, que era más bien rockera, y a veces tenía alguna pincelada de hip hop. Hay casos muy conocidos de canciones bien pop que, en un momento, ponen un rapeo. Cambió mucho lo que es el manistream, está muy desperdigado, ya no es más una sola corriente. Y sonoramente, pasa muchísimo más por el hip-hop. En el mundo. Cualquier cantante pop, el que se te ocurra, produce sus canciones de una forma que tiene mucho que ver con la forma de producir los temas de rap, con un beatmaker, con un productor. Ha cambiado. ¿A qué voy con eso? En Uruguay me parece que está habiendo, yo estoy intuyendo que está afectando ese cambio que se da en el mundo. Va despacio y va atrasado.

 

¿Y está bueno eso? ¿Es lo mismo el hip-hop de contenido social que lo que pueda hacer, por ejemplo, Jennifer López?


No sé. Yo sé muy bien cuál me gusta más. Sé muy bien cuál voy a escuchar y cuál voy a comprar. Pero es innegable que hay una moda, y que está generando cosas que tienen que ver con el hip-hop, el rap. Gente que está haciendo música buscando la veta comercial. No sé si es bueno o malo cuando se mercantiliza cierto costado de las cosas. No lo tengo muy claro. Pienso que se está masificando bastante, y hay mucha gente viendo una moda y metiéndose a escuchar música, vestirse de cierta forma, hablar de cierta forma, aprender de ciertas cosas. Veremos qué pasa. Hay como una efervescencia. Por ejemplo, ha habido una explosión del freestyle. Cualquiera que se toma un ómnibus lo sabe. Cada vez aparecen más raperos que te piden dos palabras y rapean en el bondi. Me parece que en esa movida hay muchísima gente que se junta alrededor del freestyle, que ni sabe ni le importa lo que pasa en el rap uruguayo. Esa cosa del hip-hop con los cuatro elementos, con lo ideológico, o activista del hip-hop. Ni saben ni les importa mucho. Cada uno va viendo. No lo critico. Tendrá tiempo para decidir si le interesa o no, cada uno tiene derecho a elegir. Por ahí, de esa movida, hay alguna gente que se interese por lo que yo estoy haciendo, o lo que están haciendo otros colegas. Que entren como por una moda y se den cuenta de que hay toda una movida, un panorama que está hace años, seriamente. Que entren por la puerta que quieran, y si se quieren quedar, se queden. Y si no, la puerta está abierta.

Foto: Montevideo Portal | Martín de Benedetti


La otra vez les preguntaba lo mismo a los Dostrescinco, ¿Cuánto falta para un gran festival masivo del hip-hop, un Pilsen Rap?

Para mí, faltan unos años. Más de lo que me gustaría y menos de lo que se puede imaginar un periodista hoy. De acá a unos años me parece que al rap solo le queda hacerse más popular. La gente que inventa un festival, el que sea, cuando vea que el rap lleva gente, le va a dar un poco más de bola. Está pasando algo que no nos imaginábamos, que cada vez más artistas de hip-hop se están metiendo en escenarios más grandes, que antes eran territorio de propuestas más rockeras. Esos círculos se están permeando por el hip-hop. No falta tanto. No sé si voy a estar muy en forma para subirme a rapear al Pilsen Rap cuando se haga, pero no lo veo tan lejos.

 


Hablaste de los periodistas... ¿Creés que el periodismo local entiende el hip-hop? Porque muchas veces parece que siempre está siendo examinado como algo nuevo, y ya hace casi 30 años que existe el género en Uruguay...

Sí, ya somos gente grande. Yo me considero no viejo, pero sí grande para que me sigan hablando como el nuevo descubrimiento.

 

Y sos de la tercera generación de raperos...

Sí, hubo gente antes y vino gente después, que también la rompe. Pienso, hablando de periodismo sin saber, que está habiendo un recambio. En la forma de hacer periodismo. Veo en las redes sociales, que es adonde más voy para informarme, que hay un cambio en la forma de comunicar. Estoy viendo que hay muchos periodistas de mi edad que están teniendo lugares más relevantes en el periodismo cultural. Eso es lo que yo veo. Y eso hace que, por ejemplo, Kristel Latecki saque un portal de noticias de música en el que comenta un videoclip de Jay Z. Esto, para lo que era el periodismo hace 10 años, me deja de cara. O que vos me llames para hacer una nota. Me parece que ahora, algunos periodistas le dan cierto valor a lo que hace el hip-hop que otras generaciones no le daban. Porque no conocían, no sabían, no era muy relevante en su mundo, y ahora sí. Ahora hay gente que se crió escuchando rap. Estoy más contento, voy a un medio y hasta saben quién soy. Voy más tranquilo.


¿Qué significó para vos Nada crece a la sombra?

Es un trabajo que nunca había hecho. Ponerme a pensar en cómo hacer un taller de rap, llevarlo a cabo... Nunca me había puesto a darle forma a algo como eso. Eso enriquece. Y después, meterme a trabajar con personas privadas de libertad, con el sistema penitenciario, es removedor. Primero porque la cárcel es bastante jodida. Son pinchazos que te da la realidad y te muestran que eso está pasando. Quien sea que diga lo que diga, esto está pasando. No solo por los presos: los funcionarios que están ahí hacen trabajos complejos. Me ha generado mucho material para pensar qué le quiero exigir al próximo político que vote. Todo lo que lográs en un medio así, donde hay de muchas cosas poco o nada, tiene muchísimo valor. Nos ha pasado a varios que nos cruzamos con chiquilines de centros de reclusión juvenil cuando salen en libertad. Es anecdótico, pero una vez salimos de un toque con el Sapo [DJ Sapo], y nos cruzamos con uno de los chiquilines que conocimos en un centro de internación, trabajando en un carrito, buscándole la vuelta. Y nos dijo, como comentario al pasar, "Gracias por todo lo que nos enseñaron". Te das cuenta de que con esas cosas no vamos a cambiar el mundo, ya lo sabemos. No vamos a poder contra los aparatos que existen cinco boludos solos, pero alguna cosita así se puede hacer.


¿Disco nuevo para cuándo?

Uh, me achanché un poco, pero ahora estoy tratando de ponerme a tiro de nuevo. También me pregunto hasta cuándo voy a seguir con "La guitarrita", así, entre comillas.

 


¿Y hasta cuándo? ¿Te lo cuestionás?

Yo mismo, sí. No me lo cuestiono: lo tengo bastante pensado. Pienso que voy a hacer un disco, y después no me voy a tomar como obligación el seguir haciendo música. Voy a ver si tengo ganas de decir, de hacer algo. Y cuando me embarque en algún proyecto solista va a tener que ser algo que salga de la comodidad de mi casa y la tranquilidad de estar pensando en lo que quiera. Con mis tiempos.

 


¿Tu próximo disco puede ser el último?

[Piensa] Sí. Puede ser. Ya le daremos más la vuelta. No es que me vaya a retirar, porque me gustaría seguir teniendo que ver con el hip-hop, dar alguna mano a alguien que ande en la misma rosca que andaba yo hace algunos años. Ayudar a grabar, comprometer a alguno de estos jóvenes que andan haciendo freestyle, que capaz que se interesan en la cultura más profundamente. Si hay alguno con ganas meterle fichas a ese tipo de cosas. Seguro que voy a seguir haciendo cosas con el hip-hop.

 

Santi Mostaffa se presenta junto a Congo, Arte Urbano, MC's y B-Boys el 30 de julio en Sala Zitarrosa