Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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Hasta hace poco más de ocho años, Sara Sabah no paraba: cantaba sola, en coros, con Rada, con La Otra, daba clases, colaboraba con otros artistas. Un día quedó embarazada y se dio cuenta de que, para seguir cantando hasta cumplir los 90, había que cambiar algunas cosas. Y las cambió. Ahora tiene una familia más grande (a Tiago, que ya tiene ocho años, le sucedió Martín, que cumplió tres), y compromisos diferentes. O los mismos, pero en distinto orden.
Hoy está contenta. Se acaba de publicar Cerca (Bizarro, 2015), su tercer disco en plan solista, dice que le gusta cómo quedó y ya sueña con tocarlo en vivo. Cerca es un disco en el que Sara Sabah interpreta canciones de Leo Maslíah, Hugo Fattoruso y Martín Buscaglia, entre otros, y en el que se lucen un par de composiciones propias. Un disco, además, que se precia de tal, y que puede enorgullecerse de tener un orden, un sentido, y no ser una suma de canciones. Que no es poco. Un disco, también, en el que las canciones pasan sin sobresaltos, los arreglos están cuidados, no hay azar, y en el que Sara Sabah le saca el jugo a su instrumento, y cuando canta, mi amigo, te hace caer las medias.
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¿Cómo llegás a este disco?
Veníamos cantando algunos temas en vivo, y el repertorio se fue convirtiendo en una selección de canciones de otros. Hay algunas cosas nuevas, y ninguna era mía, pero cuando Fede [Federico Righi, bajista y productor del trabajo] agarró la posta me dijo ‘no, Sarita, poné alguna'.
¿Por qué rechazás esa cosa personal de poner canciones tuyas?
Soy bastante informal con el hecho de componer. No le exijo demasiado a la disciplina, y siempre estoy componiendo con alguien. Muchas veces no le doy demasiada relevancia, no pienso en un futuro de las canciones. Cuando veo que se engarzó una cosa interesante me termina gustando mucho... Soy bastante autocrítica, y los temas que elegí son versiones que me gustan mucho, y hace años que tengo ganas de tocar. De "Corriente alterna" (de Maslíah), no sé... escuché versiones vocales... la primera vez que la escuché no fue por Maslíah, sino por un cuarteto femenino de Argentina, hace como 15 años, y dije ‘esto en algún momento de la vida lo voy a hacer'. Incluso la uso como un ejercicio de dicción para los actores [Sabah es docente de la Escuela Municipal de Arte Dramático, EMAD], porque es dificilísima. Pero bueno, cuando Fede empezó a trabajar la producción me dijo ‘hagamos lo que tengas ganas de hacer', y eso es lo que hicimos. Además, cada canción tiene su historia, su recorrido.
¿Cuál es el criterio que utilizaste para que el disco tuviera una unidad?
En algún lugar soy bastante inconsciente y me guío por el impulso de que me gusten las canciones. Muchas veces esa unidad la da el grupo de personas que compone las cosas. La comunión está ahí. Hace unos años que estamos tocando, y es raro. Acá es muy común que el cantante vaya variando la banda, porque todos somos músicos y tocamos en muchos lados. Para mí, entonces, es un logro haber tenido este pasaje de varios años con este mismo equipo de gente. Aporta desde un lugar distinto. Es una felicidad estar tocando. Tocar en vivo es una fiesta.
¿Te gusta más tocar en vivo que grabar?
Me gusta mucho tocar en vivo, y siempre me doy cuenta después. A mí me pasa que tengo problemas de tiempo, por los hijos y los trabajos, y entonces a veces dejo de hacer cosas porque tengo que pensar el toque, ensayar, coordinar los horarios... Y me encanta grabar. La preparación de un disco implica muchas otras cosas además de la grabación. Pero me gusta grabar, te diría que en cualquier condición. Me gusta dejar las cosas registradas, pero soy, también, de descartarlas. Cuando yo tenía un estudio en casa, y trabajaba para el cuarteto vocal La Otra, vivía adentro, grabando, metiendo información. Ahora en mi casa es difícil.
Foto: Montevideo Portal l Ignacio Elizalde
¿Se complica?
Pff, sí, con los niños es difícil. Tengo uno de tres y otro de ocho que están por ahí, todo el tiempo, y hay un tema con el espacio.
¿Cómo te adaptaste a ese cambio de vida? ¿Sos la misma Sara que hace diez años?
Espero que no. Sí, soy la misma en un montón de cosas, pero al decidir tomar un camino, tener familia, criar niños, dedicarme a algo que no soy yo misma, genera una ductilidad distinta, y también renunciás a un montón de cosas. A veces extraño tener el tiempo para nada. Pero es parte de las cosas que aprendí a comprender que son parte del juego. Soy la misma, supongo, me escucho la voz y varió, y es porque crecí. Hay cosas que antes aceptaba y ahora no acepto, y al revés.
¿Te sacudió mucho el tener que cambiar? Pienso que para un músico varón puede ser más fácil, y, además, el trabajo creativo no se lleva muy bien con los horarios...
Para mí fue un cambio muy drástico. Yo venía trabajando mucho siendo corista de Rada, viajaba mucho, y después también con La Otra. Cuando quedé embarazada tuve que hacer reposo. El médico me dijo ‘o parás o podés perder el niño', y ahí fue como un golpe para mí. Lo que más me costó fue darme cuenta de que iba a tener que hacer las cosas sin estresarme. Me pasaba que decía ‘no estoy tocando, no estoy cantando, no estoy haciendo nada', y en realidad estaba haciendo un montón de otras cosas, y cuando tenés un hijo chiquito ni qué hablar... desde cambiarlo a llevarlo al médico. Me costó darme cuenta que la vida había dado un giro hacia un lugar al que, si iba a seguir haciendo música, tenía que pensar en disfrutar la felicidad de tener ambas cosas. Eso me costó, pero es posible. Tuve que aceptar que la forma en que tenía que hacer música era distinta. Ya no tenía todo el día y podía elegir cuándo hacer el ensayo, por ejemplo. Esto es posible también por esa comunión con los músicos. Todos son padres, menos Benjamín [Barreiro], el saxofonista, que es más joven que nosotros. Pero Cachi [Baccetta, baterista], Federico [Righi] y Horacio [Di Yorio, pianista], todos tenemos hijos, y creo que eso ayudó a que esto funcione. "Hoy no puedo. Broncoespasmo", "todo bien". Eso es parte del crecimiento. Ni Fede ni Horacio son los mismos que hace diez años tampoco. No sé en qué momento uno se da cuenta de que creció. Nunca te parás a ver qué está pasando, hasta que algún día reflexionás sobre el paso del tiempo, y si hiciste esto o aquello.
Foto: Montevideo Portal l Ignacio Elizalde
Decías que antes soportabas cosas que ahora no...
Tiene que ver mucho con los horarios. Antes de repente le dedicaba un tiempo larguísimo a una prueba de sonido. Podíamos estar una hora y media. Ahora necesito estar más sobre el toque, porque tengo otra tarea que hacer antes, como dejar la comida hecha, por ejemplo. Siempre dije: "nació Tiago y mi tiempo se cuadriculó". Eso es lo que pasó. Por eso, cuando puedo tocar, lo disfruto como nunca. Y los ensayos también, eh... Que haya una comida. Siempre llevo algo para que picoteemos, y que el ambiente sea siempre armónico.
¿Cómo creés que puede llegar a ser tu carrera a partir de este disco? Tus niños están más grandes, estás en un sello importante... ¿qué futuro le ves a estas canciones?
No soy muy visionaria. Quiero cantar hasta los 90 años. Eso significa muchas cosas. Quiero tocar en vivo, este disco hay que tocarlo, porque uno no hace una inversión solo afectiva a la hora de grabar: hay tiempo y dinero involucrado. Y energía de la gente que trabajó. Me parece interesante que, como este material tiene cierta cadencia serena, vamos a traer dos o tres temas del disco anterior que tienen otro espíritu.
Y los niños crecieron, no soy la misma, pero seguramente voy a seguir eligiendo canciones, y en el futuro vendrá algo. No sé si un disco. Tengo muchas cosas nuevas, que a veces no pueden progresar porque trabajo en varios proyectos y entonces van quedando relegadas.
¿Podrías hacer otra cosa que no fuera cantar?
En un momento pensé que sí. De hecho, quise estudiar Veterinaria y después Psicología. Imaginate lo que es mi cabeza, que te dije dos cosas totalmente diferentes. Pero nunca dejé de cantar, y los meses que tuve de reposo empecé a componer. No sé hacer otra cosa. Me gusta mucho la docencia, el trabajo que hago en la EMAD, con un repertorio para actores. Mi intento de estar en el teatro fue interesante y agotador, pero no es para mí. Evidentemente pararme y cantar en un escenario me gusta más que estar actuando. O que cocinar.
Sara Sabah presenta las canciones de Cerca este viernes 24 de abril, desde las 19:30, en el Centro Cultural de España (Rincón 629).
Escuchá "Rosa de Ayubí", primer corte del disco
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