Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Entrevistas

De las palabras a los hechos

Conversamos con Luis “Peruano” D’Angelo, de Chopper, que se presenta el 17 de diciembre en Montevideo Music Box

“Siempre quisimos hablar de cosas que hicieran que la gente se identificara, que las sintiera como propias”.

30.11.2017 16:13

Lectura: 7'

2017-11-30T16:13:00-03:00
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Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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Si Alvacast fue la primera banda local que transitó, en estas tierras y con cierta proyección, el sonido del heavy metal en sintonía con lo que venían haciendo los grandes referentes de Europa y Estados Unidos, y Cross la pionera en acercarse a la problemática de los jóvenes más marginados en su propio lenguaje, fue Chopper la que, años después, amalgamó esas experiencias y las tradujo en canciones avasallantes que traspasaron los límites del género.

Luis D'Angelo, "el Peruano", hace años afincado en Perú, su país natal, venía dándole al bajo desde los 80, cuando con Alto Voltaje hacían su escuela en el metal. Tras su disolución fundó Chopper, con la premisa de conectar con el público a fuerza de música poderosa y letras agarradas de la realidad.

Sus comienzos, casi 30 años atrás, fueron promisorios, pero la entrada a la banda de Fabián Furtado puso el potenciómetro al mango. Chopper, sin dejar de ser heavy metal, se hizo fuerte en todas las canchas.

El grupo supo combinar los sonidos clásicos y los más nuevos, con letras en sintonía con centenares de jóvenes y adolescentes que no encontraban demasiadas esperanzas en la música de la radio, la escuela y los trabajos mal pagos.

D'Angelo decidió dejar la banda en 1995, algunos años antes del punto y aparte de 2002, pero fue de los primeros en dar el sí para el reencuentro, hace cuatro años. El virus inoculado en dos fechas en La Trastienda se expandió, y meses después salía a la calle Hechos Consumados [Bizarro, 2014], el disco que estarán revisitando, junto a todos sus clásicos, el 17 de diciembre en Montevideo Music Box. La banda de metal MAFIA será el artista invitado.

Ahora, con el desafío de grabar un nuevo álbum en 2018, D'Angelo mira hacia atrás y reflexiona sobre el pasado y el presente de Chopper, una banda que sigue mirando adelante.

*


¿Cómo sentís esta vuelta del nuevo Chopper, que no deja de ser el Chopper de toda la vida?

Para mí, solo el hecho de volver a Montevideo, a Uruguay, es muy emotivo. He pasado ahí quizá los mejores momentos de mi vida. Todas las experiencias que he tenido con Chopper, que ha sido mi proyecto de vida durante muchos años, es muy emotivo. Volver a estar con mis compañeros, encontrarme con toda la gente, mi familia, gente que nos sigue desde hace años, y la gente que recién ahora puede ver a Chopper. Hay una cantidad de público que no vivió aquello de una manera directa. Muchos jóvenes. Eso también alimenta mucho más todos esos sentimientos, esas emociones.

 

Cuando dejaste la banda esta estaba creciendo, pero ahora, muchos años después, goza no solo del reconocimiento del público, sino que es considerada una de las más importantes del rock uruguayo...

Creo que el éxito que tiene Chopper es característico de una banda como nosotros. Crecimos y nos desarrollamos como una banda de heavy metal, donde tapamos algunos agujeros de esa subcultura, porque cuando nació el grupo empezaban las subcorrientes del metal a hacerse más fuertes, y nosotros siempre fuimos de cabeza muy abierta. Entonces, cuando Chopper empezó a compartir escenario con otras bandas que no eran de metal, sino de diferentes corrientes del rock en general, se acercó al otro público. Lo que logramos fue dejar de ser una banda dentro del gheto del metal. Nos popularizamos como una banda de rock. El resto vino después, como consecuencia. Pero eso no es lo que esperábamos, no eran nuestros objetivos. Después vinieron los reconocimientos, los premios, y qué se yo... Aparecer entre las 20 bandas del Siglo XX. Está bueno que nos reconozcan, hay compañías disqueras, medios de prensa, y a uno lo reconforta mucho ese reconocimiento por el trabajo realizado con el corazón.

 

Decís que Chopper vino a "tapar huecos", y eso me parece cierto y sigue siendo necesario, porque alguien tiene que marcar un ánimo de protesta, de confrontación. Quizá en un momento el rock se popularizó, entró a todas las casas, y resignó un poco del discurso rabioso, de la calle...

Si. Desde el primer momento tuvimos el objetivo claro en cuanto a lo social y lo lírico. Tratamos de tapar ese agujero en cuanto a que las letras fueran fáciles de identificar con el público. Primero que nada, hablar el mismo lenguaje de la gente. No tener un lenguaje fuera del alcance del público en general. Lo segundo fue el qué decir. Hablar de cosas que hicieran que la gente se identificara, que las sintiera como propias. Esas cosas, creo, son claves para el éxito de una banda. Siempre le pusimos el 50% de la energía, del valor de lo que hicimos, en la letra. Por eso se tuvo tanto cuidado, fuimos tan específicos con el lenguaje a utilizar. Para eso también fue fundamental la voz de Fabián. Cuando empezamos a buscar un vocalista que reemplazara al original, Robert Pereira, no encontrábamos quien llegara a cumplir con ese objetivo que queríamos lograr. Cuando encontramos a Fabián y descubrimos ese potencial que tenía en la voz, fue la clave. Tiene una voz muy especial, a nivel mundial. Pocas bandas logran tener un vocalista con el timbre de voz con esa potencia y que no pierde dicción. Eso ha sido fundamental para que las letras llegaran claras. Y, además, para que le fuera fácil de repetir a la gente. Hay muchos vocalistas que cantan muy bien, pero su forma de cantar, de pronunciar las palabras, hacen más difícil que el público las entienda y las pueda cantar. El hecho de darle esa oportunidad a la gente, que pudiera cantar las canciones y sentirlas como propias es parte del éxito del grupo. Y ha sido fundamental la actitud de la banda siempre arriba del escenario. Nos atrevimos a ser la banda que hiciera que el público se conectara con el artista que estaba arriba del escenario. Antes había una barrera entre el artista y el público. Nosotros logramos romper esa barrera, que la gente se sintiera parte de nosotros y de lo que estábamos haciendo. Esa conexión ha sido fundamental.

Foto: Ariel Osvaldo Torres | Prensa Chopper

El año que viene se cumplen 25 años de la salida del primer disco de Chopper, y en diciembre van a estar presentando su último trabajo a la fecha. ¿Se cierra un círculo con esto o hay una nueva puerta para seguir adelante?

Digamos que lo de cerrar el círculo vino a raíz de que nosotros estábamos dispersos por el mundo. Nos volvimos a juntar para el 2013, y cuando se completó la banda Fabián se iluminó con eso de cerrar el círculo. Eso nos reactivó para seguir adelante. De hecho, en 2014 ya estábamos de nuevo en Montevideo grabando un disco, Hechos consumados, que se hizo en el estudio. No tuvo ensayos previos, no hubo composición previa. Se tomaron algunas ideas viejas que teníamos ahí guardadas, y empezamos a darle forma. Venimos hablando con toda la banda, porque nos juntamos virtualmente tres veces por semana, que vamos a tocar por primera vez esas canciones juntos. Es muy nuevo. Siempre nos hemos planteado retos, y este es uno más. Tuvimos el reto de grabar ese disco y salió muy bien, tuvo todos los reconocimientos habidos y por haber, y esto nos sigue alimentando, incentivando. En 2019, seguramente, celebremos los 30 años de Chopper.

 

¿Qué hacés en Perú? ¿Seguís vinculado a la música?

Estuve haciendo música hasta no hace mucho tiempo, unos seis meses, pero mi vida siempre ha tenido otros aspectos. Tengo una vida de motociclista, vinculada a las motos, y trabajo por mi cuenta. Además, soy docente en la Asociación Automotriz del Perú, donde doy cursos de conducción, y mecánica de motos. Doy seminarios, me llaman mucho para congresos y charlas, asesoro a empresas que tienen motorizados, empresas de seguridad, cosas así. Les doy cursos de capacitación para mantener una conducción segura, escribo en una revista de motos... Motociclista de día, músico en las noches. Y ahora dejé un grupo con el que estuve tocando, y concentro toda mi energía en Chopper.

 

Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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