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Entrevistas

Que como un sol llevaba la libertad en pos

Con los autores de “El Padre Nuestro Artigas”

“Pensar a Artigas es indispensable hoy para pensarnos a nosotros mismos”, dijo a Montevideo Portal el semiólogo Fernando Andacht, acerca del libro “El padre Nuestro Artigas”. En la obra, Andacht glosa imágenes del fotógrafo uruguayo Martín Atme, quien habló acerca de su trabajo.

16.06.2011 13:46

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2011-06-16T13:46:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
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El libro "El Padre Nuestro Artigas" no surgió de una idea preexistente en el magín de sus autores, sino merced al ojo entrenado del fotógrafo uruguayo Martín Atme (1971) y de sus "cacerías" fotográficas por la ciudad

"A la hora de fotografiar no parto de ideas preconcebidas, ni de intereses personales o de conceptos a los cuales después vaya a fotografiar. Voy por la ciudad tomando fotografías que a veces quedan como imágenes sueltas", explica Atme acerca de su actividad.

En algunos casos, el artista puede percibir que algunas de esas fotos acumuladas dialogan entre sí, aportándose significados que no tendrían por separad. En casos como ese, un fotógrafo experimentado es capaz de "oler" una secuencia, un fotoreportaje o una realidad que pide a gritos ser expresada.

En este caso, el azar quiso que Atme se topara en una calle montevideana con una curiosa representación de Artigas al esténcil, obra del artista Agustín Sabella, donde podía verse lo que luego Andacht y el propio Martín calificaron como el Artigas "Tarzán" o "Charles Atlas". Tiempo después, el fotógrafo encontró otra representación al esténcil del prócer oriental en el lugar más inesperado: el interior de un inodoro.

La suma de estas dos imágenes posmodernas y provocadoras de José Artigas fue el disparador de "un gran recorrido, primero por los espacios públicos, después en oficinas de instituciones públicas y privadas, donde me encontré una cantidad inmensa de distintos tipos de representaciones de Artigas". En su búsqueda, Atme, halló unas ciento cincuenta representaciones, de las cuales fotografió noventa.

Tras seleccionar su material, Atme lo ordenó en forma de dípticos, pareando fotografías que tuvieran algo en común y expresaran un mismo - u opuesto- mensaje.

Una vez armados dichos dípticos "me pareció que alguien debería escribir sobre eso", recuerda el fotógrafo, y su amiga Valeria Tanco le mencionó el nombre de Fernando Andacht. "Me sugirió que lo contactara, aunque yo no lo conocía".

Atme localizó al semiólogo uruguayo -hoy radicado en Canadá- a través de Internet. "Le envié esas dos primeras fotos" exponiéndole su intención de incluirlas en un libro junto a otras similares. Andacht aceptó escribir sobre el trabajo fotográfico de Atme, aunque esta colaboración se vio ralentizada por la falta de tiempo del académico uruguayo. Finalmente, la realización del libro "llevó aproximadamente un año y medio".

Para Martín Atme, la suma de sus fotografías y los textos de Fernando Andacht, proponen "articulación entre la semiótica y el lenguaje fotográfico", cruce que no suele hallarse en las estanterías y que "es un valor del libro".

El semiólogo y autor de los textos también dialogó con Montevideo Portal acerca de la obra, y citando el epílogo que redactara para la misma, se congratuló por el trabajo del fotógrafo, "que hace presente a ese ser que de tanto estar estando en todo espacio posible del mundo civil uruguayo, parece haberse ausentado radicalmente de él ¿qué mejor modo de de combatir la anestesia local y de sacudir esa modorra del mirar que nos invade cuando hemos ya visto sin ver tantas veces la imágenes bi y tridimensionales del prócer, del héroe de Las Piedras, del Padre Nuestro Artigas, que recorrer pausadamente esta serie de imágenes?", plantea.

Asimismo, recordó un detalle no menor. "En realidad, no se sabe a cabalidad cómo era Artigas", ya que la imagen en la que se basaron los pintores que lo plasmaron a lo largo de la historia "es un dibujo realizado sobre papel por el médico y viajero francés Alfred Demersay", quien habría retratado a artigas en su exilio paraguayo. Más allá de la no comprobada autenticidad de dicho dibujo, fuente de las imágenes posteriores, el mismo habría tenido como modelo a un Artigas ya anciano. "En el siglo XIX no existían sistemas informáticos como los de hoy, donde se puede prever el modo en que se verá en la vejez el rostro de un joven y viceversa, por lo que los artistas plásticos debieron echar mano a su imaginación", agrega.

Ante la falta de información fehaciente sobre el aspecto físico de Artigas, Atme destaca que el dar por buenas o más acertadas ciertas representaciones, sólo puede corresponder a una convención."Partimos de una imagen que no tiene matriz, a partir de ahí casi cualquier Artigas es válido".

Posteriormente, ambos autores se refirieron en detalle a las dos fotografías antes mencionadas. Una de ellas ilustra la portada del libro y ambas conforman el primer díptico del mismo. Esta elección no es casual.

"Desde el punto de vista fotográfico hay una gran diferencia entre esas dos y el resto, porque son imágenes totalmente construidas por alguien", afirma refiriéndose a las pinturas en esténcil que fotografiara. En oposición al resto de las imágenes, que muestran "cosas que le pasan más o menos fortuitamente", refiriéndose a las peripecias de algunas efigies artiguistas, en situaciones que van del vandalismo al cambalache. Estas dos primeras no sólo son las más provocadoras, sino que tienen una cierta energía, una capacidad de despertar o -como dice Fernando- hacer saltar del letargo semiótico. Es imposible quedarse indiferente ante estas imágenes, lo hacen muy visible", opina.

 

Para Andacht, las fotografías de su compañero son fundamentales para logra un "extrañamiento", que permita ver al prócer de a patria con nuevos ojos, sacudiéndose los efectos anestésicos de la saturación iconográfica. En ese sentido, el semiólogo recordó los conceptos manejados por Víktor Shklovski, uno de los primeros teóricos del denominado formalismo ruso. "El arte está para que podamos percibir las cosas y no saberlas", afirmaba Shklovski. En ese mismo sentido, Andacht admite estar dispuesto a "dar un paso más" analizando las mencionadas reversiones de la iconografía artiguista.

"Estos dos gestos sin duda irreverentes, de algún modo son reverentes" sostiene el semiólogo, ya que ambas pinturas sugieren que "alguien se detuvo a pensar -cosa nada común- sobre la representación de Artigas, cuando lo común es tenerlo sepultado bajo el olvido de una proliferación". Esa suerte de olvido por exceso de presencia "es muy curioso, ya que al estar su imagen en todas partes, podría inferirse que pensamos y hablamos de él todo el tiempo. Por el contrario, creo que lo que se ha logrado es eclipsarlo, así como el Mausoleo lo hunde en ese espacio tenebroso, que es casi como un descenso a los infiernos", refiere el académico, sin olvidar que dicho recinto "fue construido en una época muy triste".

"Hay un concepto en mi análisis que es clave de todo el edificio: el sentido de algo nunca está en ese algo sino en otro momento", dispara Andacht, explicando tal concepto mediante un ejemplo poco ortodoxo pero eficaz. "En Brasil -país donde viví varios años- la ‘Novela de las Ocho' es un fenómeno televisivo de enorme popularidad y que es seguido por millones de personas de todas las edades. Estas personas organizan su día en torno a ese momento mágico que la da sentido. Si pensamos que uno de los significados de la palabra religión es precisamente religar, juntar a la gente...ahí puede verse a todo tipo de personas, hombres y mujeres, pobres y ricos, interesados en lo mismo y hablando de ello".

En su análisis, el profesional añade que "todo ese cambio de vida, esa adhesión y adaptación de la existencia en torno a la telenovela, es el verdadero significado de la misma telenovela".

Por ello, estas nuevas representaciones de artigas, completamente fuera de protocolo y que los más conservadores podrían calificar de insultantes, bien pueden ser la bofetada que reanime a un prócer "que quizá se estaba muriendo de solemnidad" en lo que a imagen se refiere.

Aludiendo a la fotografía donde la efigie del caudillo aparece dentro de un inodoro, el semiólogo se pregunta si "Artigas siendo eliminado como parte del detritus ¿no sería una interpretación muy lúcida y ajustada de lo que pasa con esa iconografía tan replicante pero con tan poco contenido, tan fácil de ignorar?" La irreverente imagen de artigas en un lugar tan ingrato, "obliga, es imposible no verla, mientras que en el resto de los bustos que proliferan en las oficinas benedettianas, hay una trivialización extrema", afirma, señalando algunas fotografías del libro, donde el busto de Artigas aparece asociado al rótulo de una portería, o al contenido de un armario de limpieza.

 

En cuanto al uso y abuso que la imagen del líder revolucionario ha experimentado a lo largo de la historia del país, Andacht recurre a un ejemplo más lejano geográficamente pero mucho más próximo en el tiempo: el actor estadounidense James Dean. Al igual que Artigas, Dean "es un ícono hiper reproducido pero del que no se sabe nada. Muere muy joven, cuando estaba cuajando como la imagen generacional del rebelde". Un estudio citado en la obra analiza el modo en que "Hollywood se apropia de Dean y su imagen y lo sitúa donde más le conviene según la ocasión", aprovechando que "no sabe nada de la vida de ese actor, y es una imagen perfecta para esa juventud rebelde. Con esa marca visual Holywood hace lo que quiere, la reproduce hasta el infinito y le hace decir lo que quiera".

En opinión de Andacht, "similar es el caso de Artigas: no sabemos cómo era, no sólo su aspecto, sino su personalidad, mas allá de las frases que circulan y se repiten". Por ello, todas esas reproducciones lo abordan desde diferentes ángulos, y el desconocimiento del original habilita esa suerte de permisividad".

Una vez diagnosticada la "parálisis" y/o "invisibilidad" de la imagen del héroe nacional, desgastada por una presencia superlativa pero vacía de contenidos, cabe preguntarse acerca de la necesidad o pertinencia de rescatar la efigie de Artigas de ese olvido visual, o presente ausencia, a la que nuestros ojos y cerebros parecen confinarlo. Para Atme, despertar y volver a mirar es imprescindible, y no sólo en este caso.

"Una de las funciones más interesantes de la fotografía, como recorte de la realidad, es detenerse en lo que no es tan visible para la mayoría de la gente", explica. Por ello el fotógrafo entrena su vista y posee una mirada especial, que logra su cometido cuando sus fotografías "hacen pensar a partir de lo que muestran". En su opinión, "es necesario desanestesiar, despertar, poner en relieve. Mi intención principal con estas fotografías no es cuestionar nada", sino abordar un propósito fotográfico en sí mismo. "Mostrar algo que encontré, casi por azar, que está a la vista de cualquiera, pero no es mirado".

A su turno, Fernando Andacht se detuvo en el cometido de la obra, asegurando que "no es una lección que queramos darle a las autoridades", pero plantearía algunas interrogantes: "¿El pensar a Artigas, esta imagen fuera de lo común, no será indispensable hoy para pensarnos a nosotros mismos? ¿Qué papel juega en la identidad nuestra de cada día?

Repasando la historia regional, Andacht recuerda que la misma "señala que el Estado uruguayo no sería algo inevitable". Con un origen negociado de estado tapón "entre esos dos monstruos como Argentina y Brasil ¿Por qué somos en vez de no ser? La vieja pregunta filosófica cobra un sentido nuevo, en un país pequeño donde existe un discurso insistente acerca de que Artigas no lo quería como país, sino como parte de un proyecto mayor". A diferencia de otros países "cuya concepción es peleada a sangre y fuego", el origen del nuestro "parecería responder a una suerte de acomodo diplomático y geopolítico".

Por ello, "desde la escuela, toda la institucionalidad estatal", y los gobiernos de todos los signos políticos, "van a jugar con esta persona para intentar definir quiénes somos". Esta situación que se ha repetido a lo largo de la historia uruguaya "es muy vigente, y en ese sentido puede verse la relevancia del libro. Nuestra esperanza es que el lector, al enfrentarse con las imágenes, se vea obligado a lo que en semiótica se denomina un choque con lo real", entendiéndose como real "eso que es obstinado, y no permite que miremos hacia otro lado".

La idea es conseguir "ese desacomodo te obliga a pensar qué sos en tanto a esta figura, y qué sucede con ella respecto a ese ser uruguayo que nunca termina de acomodarse".

Así las cosas, la revitalización de la imagen de artigas es algo que "tiene que ver con el hoy, con ayudar a una reflexión que ocurre de todos modos", concluyó.


Los autores

Martín Atme Notaro (Montevideo, 1971) Es fotógrafo, licenciado en Ciencias de la Comunicación (UdelaR) y técnico en Comunicación Social (CETP - UTU). Expuso su obra individualmente en Montevideo en tres oportunidades y participó en exposiciones colectivas en Uruguay, Argentina y México. Trabaja en la Intendencia de Montevideo como editor gráfico y fotógrafo del sitio web institucional. Anteriormente, como fotógrafo del CMDF y como coordinador del Equipo de Comunicación Institucional. Trabajó para el diario El Observador y para el banco de imágenes Aguaclara Fotostock. Fue docente en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UdelaR.

Fernando Andacht (Montevideo, 1954) Es Lic. en Letras (UdelaR), MA General Linguistics (Ohio University), Dr. Phil. en Latin American Studies (University of Bergen) y PhD en Comunicaçãa e Informação por la Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Profesor Titular del Departamento de Comunicación de la University of Ottawa, y Profesor Invitado de la Universidade Tuiuti do Paraná (Curitiba). Fue investigador del Centro Nacional de Pesquisa/CNPq (2005-2007) y en 2010 obtuvo un apoyo para su actual investigación sobre la representación de lo real en cine y televisión del SSHRC (Social Sciences & Humanities Research Council) de Canadá (2010-2013). Publicó ocho libros y más de cien textos, entre capítulos de libros y artículos en publicaciones arbitradas en Europa, Estados Unidos, Canadá y América Latina Investiga en las áreas de medios, cultura y sociedad desde una perspectiva semiótica.

Conseguí el libro en Nosgustaleer.com

Por Gerardo Carrasco
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