Este 2025, la Facultad de Psicología de la Universidad de la República recibió 1.000 estudiantes más que los 2.700 del 2024. Durante la campaña electoral, la salud mental fue un tema de cabecera, por el que la mayoría de los candidatos alzó su bandera.

En redes sociales se habla de salud mental, en las plataformas digitales también. Se venden libros, hay charlas, hay expertos que recorren el mundo ampliando los conocimientos de quienes buscan crecer, entenderse, comprender al resto.

Uno de ellos, de los que saben y buscan, de algún modo, facilitarles estos conceptos a los ciudadanos del mundo es Enrique Rojas, quien el pasado 10 de abril, en el marco de Mentes Expertas, visitó Montevideo.

Antes, el médico psiquiatra español, catedrático y escritor bestseller repasó con Montevideo Portal cómo alcanzar la felicidad, qué tipo de inteligencias son las más relevantes de este momento y cuáles son los grandes desafíos que la sociedad deberá enfrentar sobre salud mental.

A lo largo de su carrera ha hablado mucho de felicidad, que también es uno de los conceptos trabaja en Mentes Expertas. ¿Por qué le interesa tanto este tema?

Hoy el concepto de felicidad ha crecido en los últimos años en occidente de forma extraordinaria. Se empieza a hablar de la felicidad, fundamentalmente, en Francia, en el siglo XVIII, hacia 1789, pero hay una larga tradición. 

¿Por qué cree entonces que a la gente le cuesta tanto alcanzar la felicidad, cuando es un concepto que nos acompaña desde hace tanto tiempo?

La felicidad es un árbol frondoso que tiene muchas ramas. La felicidad consiste en dos cosas. De entrada, en tener una personalidad equilibrada y tener un proyecto de vida coherente y realista con cuatro temas dentro, que son amor, trabajo, cultura y amistad. 

La charla también aborda el crecimiento personal. Es algo que las personas hoy en día buscan mucho, que se considera una meta. 

Voy a darle otra definición de la felicidad. Otro matiz. La felicidad consiste en dos cosas: felicidad puntual y felicidad estructural. Felicidad puntual: feliz fin de semana, felices navidades, felices cumpleaños. Paras el reloj y saboreas ese tiempo. La segunda es felicidad estructural, que es arqueo de caja, balance existencial y en donde uno explora cómo va su vida en esos cuatro espectros que he dicho antes. Mi vida afectiva, mi vida profesional, la cultura y la amistad.

Uno de los conceptos es más a largo plazo y el otro es más circunstancial.

Entre las dos cabe un espectro intermedio de forma de ser feliz. ¿Una definición de la felicidad más concreta? La felicidad consiste en estar contento con uno mismo, al comprobar que hay una buena relación entre lo que yo he deseado y lo que yo he conseguido.

Es también un anhelo.

La felicidad es una vocación, la vocación viene del latín vocares, una llamada. El ser humano lo que quiere es ser feliz. La felicidad absoluta no existe, no se da en este mundo, se da en el otro. ¿Por qué? Yo digo que es como una manta pequeña de esas que nos dan en los aeropuertos, en el avión, que siempre, alguna parte del cuerpo se queda descubierto. La felicidad es como un puzzle en el que siempre faltan algunas piezas.

Ha crecido el consumo de psicofármacos a nivel global. También se habla cada vez más de salud mental. ¿Por qué cree usted que la sociedad está así en este momento?

La sociedad ha cambiado más en 20, 25 años que en un siglo. O sea, todo va muy deprisa. Mi padre fue uno de los primeros psiquiatras españoles, estudió en Alemania, en Berlín y en Múnich. En aquel tiempo, los psiquiatras eran los médicos de los locos, de los enfermos mentales, de la gente que estaba mal mentalmente. Hoy el psiquiatra en occidente es el médico de cabecera, se ha convertido en el family doctor. Todo el mundo va a psiquiatra y el que piensa que el psiquiatra es un médico de los enfermos mentales es que no tiene formación psicológica.

¿La formación psicológica también tiene más relevancia?

La psicología como facultad nace en Europa en 1950 y 1960. O sea, la facultad de psicología científica, que es un centro universitario donde se estudia la conducta con detalle. ¿Qué significa esto? Que se estudia con detalle lo que es el sótano de la personalidad. Y ahí aparecen tres grandes componentes que son el tríptico fundamental de la conducta: la inteligencia, la afectividad y la unidad.

La inteligencia va a tener dueños, lo que significa que tiene muchos matices, aspectos y vertientes, pero voy a darle varias definiciones. Inteligencia es capacidad de síntesis. Inteligencia es saber distinguir lo accesorio de lo fundamental. Inteligencia es capacidad para captar la realidad en su complejidad y en sus conexiones.

¿Cuántos tipos de inteligencia existen?

Teórica, práctica, social, analítica, sintética, matemática, discursiva, emocional, creativa, auxiliar y la que ahora está de moda, que es la inteligencia artificial. ¿Cuáles son las dos inteligencias más importantes en este momento? La inteligencia emocional y la inteligencia artificial.

¿Por qué?

La inteligencia emocional es aquella facultad que mezcla con arte los instrumentos de la razón y las herramientas sentimentales formando un todo. 

¿Hay algún punto en común entre estos dos tipos de inteligencia?

La inteligencia artificial es una rama de la computación y significa recibir una información inmediata sobre algún tema concreto; es la capacidad para mezclar conceptos, reunirlos y ver las diferencias. Es una novedad imponente en este momento en la sociedad. Hay que saber gestionarla porque puede pasar lo que está pasando ahora. Vengo de Buenos Aires y leo ayer en la prensa de allí, en La Nación, que 9 de cada 10 chicos entre 15 y 20 años son adictos a las pantallas.

Enrique Rojas. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

La inteligencia artificial es reciente y causa, de algún modo, este tipo de problemáticas. ¿Cómo cree que esta problemática puede evolucionar?

El tema es educar a la gente a utilizar las nuevas tecnologías. La medicina ha avanzado, las dos ramas que más han crecido en los últimos años son la psiquiatría y la cirugía estética. El mundo ha cambiado de forma vertiginosa.

¿Qué importancia diría que tiene la salud mental en la sociedad contemporánea?

De la salud mental no se ha hablado en muchos países hasta hace unos años. O sea, de hecho, la historia de la psiquiatría, que tiene mucha importancia en Europa, en el presente, donde más se ha desarrollado, ha sido en Francia, en Alemania y en Inglaterra. Hasta el siglo XIX, los enfermos psíquicos se iban a un hospital psiquiátrico y pasaban allí temporadas, incluso años.

Hoy, el ingreso hospitalario no debe ser de más de cuatro o seis semanas, porque se produce una enfermedad nueva que se llama hospitalismo. El psiquiatra se ha convertido en un consultor de temas muy importantes y diarios. El estrés, la ansiedad, la depresión, las obsesiones, los trastornos de la personalidad. Yo he vendido 3,5 millones de libros siendo un médico que escribe. ¿Por qué? Porque todo lo que es psiquiatría y psicología interesa a la gente. Mi hija Marian, que tiene 40 años, ha vendido en seis años un millón de libros. Un libro normal tiene una tirada de mil ejemplares, dos mil, tres mil, y ha vendido un millón. ¿Por qué? Porque ha tenido la habilidad de llevar la psiquiatría a la calle.

De hacerla accesible. 

Para que le explique a la gente qué es la serotonina, qué es la dopamina, qué es el cortisol, cómo influye en la conducta.

¿Cuál diría que es el desafío más grande de hoy en día en lo que respecta a salud mental?

El desafío más importante es que una persona sea capaz de encontrarse a sí misma y tener un progreso personal psicológico adecuado. ¿Por qué? Por el bombardeo informativo permanente que recibe una persona. Las redes sociales tienen la positividad de que te presentan una información inmediata, rápida y al punto, ¿no? En cambio, es tal la densidad de cosas que le llega a una persona, que uno está aturdido. No hay quien haga la síntesis.

Entonces, al no hacer la síntesis, la gente está perdida y aparece lo que yo he llamado la cultura de la inmediatez. Yo lo quiero todo y lo quiero ya. Y yo no quiero anunciar nada. Y eso se llama bioquímicamente un exceso de dopamina, que es un estímulo detrás de otro. Veo una película, veo una serie, estoy en Instagram, estoy en Internet, estoy en TikTok, estoy en todo, y aparece una enfermedad nueva que no existía hace dos años, que se llama TDAH, que es trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que es una persona que está desconcentrada, está perdida. Me parece pues este concepto, gente que está sin orientación, perdida, a la deriva y es una situación nueva.

Más material del autor: El hombre light; Adiós, depresión; Todo lo que tienes que saber sobre la vida, entre otros.