Leo Zylbersztein (37) tiene razones para festejar. Días atrás, Hebraica Macabi del cual es el entrenador, se consagró por segundo año consecutivo como campeón de la Liga Uruguaya de Basquetbol. Está feliz, por cierto, pero no parece que se le suba la alegría a la cabeza, consciente de que en el deporte también hay caídas y que, para seguir siendo buenos, hay que continuar trabajando.
Es joven, tiene mucho camino por delante aún y es consciente de que, en este campo, progresar puede significar también cruzar fronteras, fuera del país. Pero por ahora, sigue donde está, satisfecho no sólo con los logros sino también con la relación con los directivos del club, que como él destaca, lo conocen desde niño.
Leo es un agradecido, por el apoyo de su familia, por dedicarse a lo que tanto ama, por el equipo que entrena, por el amor de la hinchada.
Leo, un placer conversar contigo en días tan especiales para vos, para Hebraica Macabi y para todos los que festejaron la nueva victoria, tanto muchos hinchas dentro de la colectividad judía como fuera de ella. ¿Cómo estás viviendo estos días?
Realmente muy feliz. Yo antes de empezar el último partido le expresé a los jugadores que sentía una gran alegría y felicidad por el trabajo que habíamos tenido en los últimos diez meses y que quería que jugáramos ese último partido como habíamos entrenado y jugado todo el año. Pudimos ganarlo y hoy te puedo decir que la felicidad es plena porque hay una responsabilidad arriba de un equipo que intenta salir campeón siempre. Ganar dos veces te genera una satisfacción y un alivio después del trabajo hecho.
En este sistema de varas etapas finales también hubo tropiezos. Eso aumenta la tensión seguramente.
Claro, acá estamos jugando playoffs y es al mejor de siete partidos, entonces hay que ganar cuatro.Y también se puede perder, es una posibilidad grande. Nosotros llegamos a una situación en la cual íbamos con un 3-1 a nuestro favor y sabíamos que teníamos tres chances más [de ganar el cuarto]. En las primeras dos nos jugó una mala pasada la ansiedad y en el último partido, donde realmente no había mañana, desplegamos nuestro mejor juego. Entonces, sí, en los playoffs pasa eso, hay altas y bajas, fue lo que nos pasó en esta serie, que se estiró hasta el último partido, al que llegamos con la posibilidad de que cualquiera de los dos saliera campeón.
Se me ocurre que en un sistema así, en el que tenés que ganar cuatro de siete, quizás cuando hay caídas el resultado final es todavía más disfrutado, ¿no? Porque si va todo bien de entrada, capaz que uno hasta se confía demasiado.
Sin duda, eso lo corrés en el año, en el año te van pasando cosas buenas y malas, como en todos lados, y ahí está la magia de esto, poder interpretar ese momento malo para poder llegar al bueno y en los buenos no quedarse, porque enseguida puede venir uno malo. Creo que, en el año, en esos diez meses de trabajo, nosotros tuvimos cosas muy buenas y muy malas, ahí está el sentido de un grupo poder unirse y aferrarse al objetivo primordial, pase lo que pase en el medio. Esa también es una práctica que se va logrando desde que se inicia la preparación.
He visto en las redes sociales la alegría por la victoria y la personalización en gran medida en vos mismo de ese gran logro. Y realmente, el Director técnico es como el director de orquesta, es clave, no alcanza con que haya buenos jugadores, con que haya estrellas en la cancha.
Sí, eso es así, nosotros tenemos un muy buen equipo, pero este equipo se fue construyendo, sobre todo con los que son más jóvenes, conmigo desde las formativas del club, que empecé a trazar esa idea de equipo hace diez años, cuando Luciano Parodi, que es el base del equipo, y otros, eran jugadores jóvenes de las formativas, de la cantera del equipo. Y se fueron agregando jugadores clave, con experiencia, hasta que se generó un gran plantel. Como decís vos, en nuestro caso, yo como director técnico, pero atrás mío un equipo de trabajo, tratar de que ese grupo y esas buenas figuras puedan conectarse para lograr un mejor trabajo. Eso es lo difícil y lo lindo de esto. Muchas veces el reconocimiento de la gente por redes sociales hace que el trabajo sea mucho más lindo y que se pueda ver el trabajo de todos. En el deporte no es fácil poner a los mejores jugadores y que funcionen solos, porque ellos también tienen situaciones de egos personales o de cosas individuales que hay que tratar de mejorar para que puedan convivir y conjuntarse, ese es el trabajo del entrenador y del cuerpo técnico en general.
LA HINCHADA- NO SÓLO JUDÍOS
Los hinchas realmente apoyan con el corazón, ¿en qué medida vos sentías que la hinchada juega un papel que puede hasta incidir en la cancha, en el entusiasmo o la fuerza de los jugadores?
La hinchada ayuda mucho. Y es importante destacar que no es sólo la colectividad sino que hay muchos hinchas que no son de la colectividad que también apoyan al equipo. Esto es muy bueno. Yo conozco a mucha gente que no es de la colectividad y es hincha de Macabi. Salvo en las finales, cuando tenemos un apoyo de prácticamente tribuna completa, en el año es bastante diferente, son pocos los que realmente acompañan al equipo. Pero, en definitiva, por lo general, somos visitantes en todos lados y en estas instancias la verdad que el apoyo de la gente es importante. En el caso mío en particular, al trabajar en la Escuela Integral el contacto con alumnos y padres es diario y se siente el afecto y las ganas de que nos vaya bien.
Nos tocó jugar contra un equipo que tiene una masa de hinchas muy grande. De hecho jugamos siete partidos en siete finales en las que fuimos visitantes. En realidad, a nuestro equipo le gusta también esas situaciones en las que está todo en contra, eso nos potencia, no tengo ninguna duda.
Vos mencionás este punto tan interesante, de los muchos hinchas de Hebraica que no son de la colectividad. ¿Por qué te parece que se acercan estos últimos, qué les atrae?
Creo que lo primordial en esto, o por lo menos lo que dice la gente de más edad, es que siempre Hebraica fue una institución que ha traído a jugadores del interior del país, desde que empezó, de Salto, Paysandú, Mercedes, Fray Bentos... Esa traída de jugadores del interior al básquetbol de la capital, ha generado un montón de hinchas en el interior del país. Entonces, cuando viene un jugador de otro departamento, enseguida viene con él una carga de hinchas que se va sumando familiarmente. Cuando hemos ido al interior siempre encontrás hinchas de Macabi, o como me pasó a mí de encontrarme con dos personas en el Palacio Peñarol que me dijeran que vinieron de Salto y que son hinchas de Macabi desde 1975. Creo que va por ese lado. Además, es un equipo que es simpático, que no hace problemas... me parece que eso también se transmite.
Por otro lado, también me he encontrado con gente que es hincha de Hebraica porque le gusta el estilo que tiene en el juego. Tenemos varios hinchas por eso, y a nosotros nos pone muy contentos que no solo la colectividad nos respalda, sino que gente que no es de la colectividad también está con nosotros.
La otra cara de la moneda: ¿qué dicen los jugadores, todos ellos no judíos, sobre este hecho singular, de una colectividad que abraza un equipo? ¿Alguna vez te comentaron algo?
La verdad que no lo hemos comentado, comentamos anécdotas que pasan. A estos jugadores que vinieron de muy jóvenes les ha pasado en partidos de formativas de jugar y escuchar algún insulto sin ser de la colectividad, lo que a veces nos pasa a nosotros, y les llamaba la atención. Pero saben que es un club de la colectividad que a ellos los adopta como a uno más. Están contentos con la institución y con la manera en que los dirigentes nos apoyan y arropan como a cualquiera.
LIDIAR CON INSULTOS ANTISEMITAS
Aunque no es la primera vez, en este campeonato hubo numerosos casos de expresiones antisemitas de distintas fuentes. ¿Cómo viviste esas situaciones, como judío y como uruguayo?
Hoy en día en las redes sociales como no se presenta una cara o un nombre y un apellido, es todo anónimo, encontrás un montón de cosas de ese tipo, no solo en el caso de la colectividad sino también en otros. Realmente me da mucha pena ver que hay gente que tira esas cosas en las redes sociales como algo normal.
Amparados en el anonimato.
Claro. Lo primero que me da no es rabia sino pena por la sociedad. Pero también, por otro lado, rescato que enseguida de que se publicaron esas cosas gente del mismo equipo, de Aguada, apareció repudiando lo que se estaba diciendo, entonces me parece que eso deja una puerta de luz hacia adelante que también está buena. No son todos, ¿no? En Aguada había 3.000 personas y un tipo con la remera de Palestina, yo me quedo con los otros 2.999. A mí que me gusta ver el básquetbol internacional y sigo mucho a los equipos de Israel. Y sé que cuando Macabi Tel Aviv va a jugar a Europa no hay una sino 15 banderas palestinas... por ese lado me da un poquito de pena porque hay gente que a través del anonimato dice cosas que obviamente no nos gustan. Pero no solamente e nosotros. Mañana hablan de política o de cualquier otra cosa, de la misma manera.
Vos tratás de no perder las proporciones.
Bueno, claro que lo vivís con un poco de calentura, pero te olvidás, porque no podés estar centrado en esas cosas. En nuestro caso estábamos centrados en el básquetbol y no nos tomábamos mucho tiempo en observar eso.
Destacás que la mayoría no tuvo esas expresiones no solo porque en los hechos realmente era la mayoría sino también porque es una actitud ante la vida tratar de destacar lo bueno y no encerrarse en las expresiones extremistas minoritarias.
Claro, Aguada ganó y en vez de poner cosas favorables del triunfo de Aguada, de la actuación de los jugadores o...
Hubo quienes optaron por comentar que "los hicimos jabón".
Claro, en lugar del marco que puso la gente o del espectáculo divino que se armó, se habló de otra cosa. Entonces la gente que repudiaba eso por otro lado marcaba lo que te decía: que hay cosas buenas y lindas que pasaron en estas finales y eso es lo que realmente hay que dignificar, no las situaciones como lo del jabón y esas cosas, que son lamentables.
GRACIAS A LA VIDA
¿Qué es lo que explica lo que es Leo Zylbersztein hoy? ¿Qué es lo que te ha formado en la vida, en tu hogar?
Sinceramente, yo como siempre digo soy un afortunado de los padres que he tenido, me marcaron en la vida en muchos aspectos. Mi papá es de la colectividad y mi mamá no era sino que se convirtió, y siempre fue ella la que dispuso que fuéramos a un liceo judío como el Ariel y estar constantemente con nuestro pasado y nuestras costumbres. En ese sentido me siento un afortunado. Después, mi padre en el deporte, mi madre siendo docente, tratando de inculcar los valores que son importantes para la vida y seguir pregonando eso. Así que estoy muy contento, tratando de ser cada día mejor como persona, tratando de vivir experiencias diferentes, de poder ayudar al otro... Tratar de mejorar el día a día, en el acierto y en el error, porque también nos equivocamos.
Después de haber alcanzado un logro tan grande en lo profesional, dos campeonatos consecutivos, a tus 37 años, ¿a qué más aspirás?
Obviamente que espero que sea el comienzo de algo más. Soy joven, me apasiona mucho lo que hago. Tengo una anécdota muy linda: por parte de mi señora yo tengo familia en Israel, están mi cuñada y tres sobrinos divinos, y al más grande, que nos visitó este año, le dije que si salía campeón el siguiente paso era el Macabi Tel Aviv... Y él está convencido de eso. Estaba feliz de que el tío había salido campeón en Uruguay con Hebraica Macabi y que el próximo paso era el Macabi Tel Aviv [Risas]. Es una anécdota, pero uno aspira siempre a seguir creciendo como entrenador, también a darse cuenta de que hoy estamos en un momento lindo, ganamos dos torneos seguidos, pero en el deporte hay más perdidas que ganadas, eso también es una realidad. Hay que estar preparados para cuando nos toque perder y lo que se pueda mejorar, se hará, hay que estar prontos, para eso hay que seguir trabajando en lo que nos apasiona. Soy un afortunado al dedicarme a algo que me gusta, que me apasiona, así que voy a seguir dándole duro a esto, que me gusta mucho.
FUTURO PROFESIONAL
¿Y en esto, avanzar necesariamente significa cruzar fronteras?
Existen las posibilidades siempre, nosotros estamos inmersos en el deporte, en el básquetbol, que se juega en todos lados. Si bien hoy no lo tengo en la mente, porque estoy en una institución que todos los años se prepara para lograr lo máximo, estoy en un club que me da todas las condiciones para poder seguir ganando, el futuro deparará si se puede ir a otro lado para seguir mejorando y tener desafíos nuevos. Como te decía, con 37 años trato de seguir capacitándome y estudiando y que el futuro depare lo que tenga que deparar, si el día de mañana me toca irme, ojalá esté mejor preparado para seguir aprendiendo. Eso dependerá un poquito del futuro. Lo que sí esperemos que sea el comienzo de algo más lindo más adelante, hoy estamos muy felices, muy contentos y esperemos seguir de la misma manera.
¿Cómo funciona esto? ¿Tenés un contrato por determinada cantidad de años o se va viendo sobre la marcha?
Con Hebraica, es mi club, yo hablo con los directivos, si bien tengo un contratista, hablo directamente con los dirigentes, el contrato es anual. Como en cualquier deporte eso lo maneja un contratista, con Hebraica ya lo hablo personalmente con la gente del club, que me conoce desde niño.
ATESORANDO VIVENCIAS
Leo, imagino que habrás vivido muchos momentos lindos en todo este proceso. ¿Algo en especial que quieras destacar?
Yo trabajo en el Integral como profesor de Educación Física y al trabajar con adolescentes me pasa que, en lo diario, en lo positivo y lo bueno, el ganar o el perder, el contacto con mis alumnos es sumamente especial. En los festejos vi a casi todos mis alumnos, incluso los de otras clases, que estaban muy contentos.
Me imagino, para ellos es tener a un ídolo bien cerquita.
Realmente comparten lindo su alegría. Y cuando estamos en clase siempre me preguntan qué pasa con uno u otro jugador... Eso es algo de la parte de fuera del básquetbol que realmente me agrada muchísimo y te da una energía especial porque constantemente ves que los niños se ponen muy contentos, eso lo veo en el colegio... Como siempre les digo, ahora estamos todos contentos porque ganamos, pero también se puede perder, y hay que estar preparado para poder ganar de vuelta... Esas cosas son muy lindas, son anécdotas y vivencias del día a día que está bueno marcarlas porque es algo que también es parte de mi vida. me parece que es algo diferente que me toca vivir dentro de lo que es el deporte en general.
¿Alguna cosa que quieras agregar?
Sin dudas agradecer el respaldo de la familia, que para mí es fundamental. En esto hay momentos muy buenos y muy malos, los primeros los viven todos y los segundos la familia, es así. En este caso mi señora Ronit Telias, que es la nutricionista del colegio y es el apoyo más grande que tengo, y después sin dudas mi padre, mi madre, mi hermana, mi cuñado, mi suegro. Yo soy el entrenador, pero ellos viven en la misma adrenalina que vivo yo y son parte fundamental, en las victorias seguro, y en las derrotas mucho más. Y después mis sobrinos, que son mi vida, los que tengo en Israel, los que tengo acá por parte de mi hermana y por parte de mi señora, que también disfrutan y lo viven, se ponen muy contentos y muy mal, vivimos atrás del deporte y eso a veces es muy bueno y a veces muy malo, pero bueno, en este caso es muy lindo.
Muchas gracias Leo. Me encantó tener esta oportunidad de conversar contigo. Y te deseo por supuesto que sigas cosechando éxitos.
Muchas gracias a vos.