Con Leo Lagos, que junto a sus Supersónicos y Monkelis celebra San Valentín en Solitario Juan

Pese a haber pasado recientemente los 25 años de carrera, la banda The Supersónicos está en una fase especialmente fructífera e hiperactiva, lo que demuestra que, como el vino, se vuelven efervescentes con los años.

Esta nueva ola creativa tiene mucho que agradecer a los impulsos individuales. Primero fue el guitarrista Tito Sónico quien se puso al hombro (y empujó al resto) la edición de una impecable colección de 10 EPs que revisitan lo mejor del cancionero popular uruguayo a través del filtro cósmico y cómico de la banda. Ahora, el turno es para el cantante Leo Sónico, que parió una colección de canciones sobre el amor y otros accidentes que aleja un poco a The Supersónicos de su faceta más instrumental (convirtiéndolos en Leo y sus Supersónicos).

Eligieron la mejor fecha posible para presentar esta nueva encarnación: el 14 de febrero, día de San Valentín. Seleccionaron también el lugar ideal, o al menos el que tiene el nombre más adecuado. El pub Solitario Juan (José Enrique Rodó 1830 esquina Emilio Frugoni) recibirá a partir de las 22 horas a Leo y sus Supersónicos y también a Monkelis, el espléndido proyecto de Santiago Guidotti, que en conjunto ejecutarán "canciones de amor, desencuentro, lujuria y perdición", en un show "no apto para gente con marcapasos".

Para celebrar la ocasión, Leo y sus Supersónicos y Monkelis acaban de editar un split que tiene una canción de los primeros ("Mis cenizas", 90 segundos adhesivos) y otra de los segundos ("Other women's", con el pulso acústico característico de Monkelis).

Para hablar de amor, desamor, discos, proyectos y este renacer a pura canción charlamos brevemente con Leo "Sónico" Lagos.

¿Por qué Leo y sus Supersónicos? ¿Qué cambia con respecto a los anteriores Supersónicos?

Luego de hacer Popular, que salió bajo el nombre de Tito y sus Supersónicos, porque fue un trabajo resultado de una fiebre personal de él a la que el grupo se acopló, ahora el que atravesó una enfermedad compositiva fui yo. Salieron varias canciones en poco menos de un mes y la banda la que se tuvo que acoplar a eso.

¿Musicalmente hay un cambio también de este semi proyecto solista a los Supersónicos como banda?

Sí y no. Son todas canciones cantadas, algunas más pop que lo que hacemos habitualmente, otras igual de deformes. Son sí un poco, por no decir totalmente, personales. No hablan de chupacabras, zombies y extraterrestres, sino de personas reales que sienten cosas por otras personas también reales. Musicalmente se amplía la paleta que transitaba la banda... aunque últimamente ya hacíamos cualquier cosa. Pese a eso, hay gente que todavía piensa que somos una banda de surf instrumental.

¿Cómo imaginás las encarnaciones de "Pol y sus Supersónicos" y de "Joe y sus Supersónicos", sin dudas las próximas?

El disco de Joe puede venirse en cualquier momento. Pasa que él es más un lobo solitario y ha editado cosas por la de él (https://grandeslagos.bandcamp.com) sin recurrir a ese gran aparato de propaganda que llena estadio que somos los Supersónicos. Y el disco de Pol vendría a ser una cosa muy rítmica sobre la que Tito deberá hacer sus malabares.

¿Este recital temático puede verse como un adelanto de un nuevo disco, también dedicado al amor?

Sí, completamente. La idea es de Santiago Guidotti (Monkelis) que me dijo de hacer mis canciones de amor junto a las suyas en el día de San Valentín.

¿Queda de lado la faceta instrumental en un disco sobre el amor o tiene cabida también?

Los instrumentos suenan con personalidad debajo del sufrido que canta. Eso se mantiene.

Los Supersónicos ya tienen experiencia en discos temáticos, pero apuntando generalmente a la vida extraterrestre o a la robótica. ¿Por qué este vuelco a lo humano y terrenal?

Los años pasan factura. Y la vida también.

¿Creen los Supersónicos en San Valentín, una fecha para celebrar el amor?

Tratamos de no guiar nuestros estados de ánimo por el calendario. Pero nos pareció interesante que hubiera un recital ese día. Para ser un martes de febrero, es mejor que haya algo en lugar de nada. Se supone que es una de las preguntas más importantes de la ciencia y la filosofía: ¿por qué hay algo en lugar de nada?

¿Qué prevalece más en esta fecha y en el futuro disco, el amor o el desamor?

La esperanza ciega y tonta de que el mañana va a ser mejor que el hoy.