Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Entrevistas

Canciones para el hombre nuevo

Con Juan Campodónico y Pablo Bonilla, de Campo

Campo, el proyecto musical que comanda el músico y productor uruguayo Juan Campodónico cumple un año de la publicación de su disco homónimo. Montevideo Portal conversó con Campodónico y el DJ Pablo Bonilla sobre el desafío de hacer canciones que reflejen un aquí y ahora.

29.11.2012 18:09

Lectura: 7'

2012-11-29T18:09:00-03:00
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Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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Al principio, cosa de un año atrás, Juan Campodónico se puso el traje de dar entrevistas y salió a explicar que Campo no era su disco solista, sino una especie de orquesta que le tocó dirigir, un trabajo en equipo en el que había puesto mucho laburo y casi medio apellido. Que no era Bajofondo, por más que tuvieran muchos integrantes en común y que el concepto era distinto. Tenía la obsesión, el sincero deseo de que lo entendieran.

Dice que "cuando salió era algo totalmente nuevo con lo que no se sabía qué iba a pasar. Nunca tenés certeza de que lo que vos hagas le guste a la gente, se entienda. Pero lo que pasó este año fue increíble. Campo, de la nada, como proyecto y como grupo, pasó primero a existir, después a tocar en vivo, la gente escuchó el disco, la música sonó en las radios, nos dieron algunos premios, ganamos un Grafitti, un Iris, nos nominaron para otros, se armó un barullo importantísimo pero lo más importante es que se entendió la música. Eso es lo más lindo de todo".

Pablo Bonilla es DJ y productor, y una de las patas electrónicas de esta orquesta multimedia que es Campo. Dice que aquella incertidumbre del principio no se traducía en miedo, por más que la apuesta era un asunto inédito.

"Son desafíos que está bueno plantearse. Yo venía de una música más electrónica, y Juan vino con la propuesta de experimentar con la cumbia villera, mezclar cosas que nunca se nos hubieran ocurrido. Y es bueno poder salir de ese lugar de confort e ir a otro lado, donde haya cosas nuevas para ver qué pasa".

Abandonar la zona de confort. Inquietar. Mezclar lo que no se mezcla. Tango y hip hop, cumbia villera y jazz. Drexler y Martín Rivero. Agua y aceite. ¿Y por qué no?

 

"Hacer cosas nuevas tiene sus ‘peligros' y sus recompensas. El peligro es caer al vacío, que no te guste ni a vos . Pero la fuerza de lo nuevo es impresionante. En lo que yo hago, en general, siempre hay una búsqueda, tratar de tirar un poco más de la cuerda para ver qué pasa. Esa es la intención de la música de Campo, tratar de poner las cosas de una manera distinta. Eso le da más filo al asunto, se pone más interesante. Hay que bancársela: estás haciendo algo nuevo donde ni vos tenés los parámetros claros y hay que pasar por todo ese proceso. A la gente también le pasa lo mismo: me han comentado que hay quienes que, a primera oída, el disco les parece espantoso, y después ya no podían parar de escucharlo", apunta Campodónico.

En el medio, claro, hubo forcejeos, tirones en defensa de ciertas ideas y condena de otras. Pero no fue asunto de discutir demasiado. Bonilla dice que, en esos casos, "más que hablar hay que ir, hacer, laburar, grabar. No tanto racionalizar".

Y se fue, se hizo, se laburó, se grabó, Ahora, que es tiempo de racionalizar, los resultados pueden ser sorprendentes. Porque Campo es un disco de canciones pop, atravesado por innumerables hilos de información. Escucharlo, "entenderlo", como quería Campodónico, es acceder al testimonio de hoy, un aquí y ahora, un lugar en el tiempo y el espacio.

Campodónico cree que "cuando la música es poderosa pasa eso, cuando está en sintonía con la sensibilidad de la época ocurren esas cosas. La música es una de las artes más rápidas por su capacidad de generar respuestas casi simultáneas a lo que está pasando. Es un espejo muy fiel de la sensibilidad de su tiempo. Cuando el disco no estaba terminado me pasaba eso: no tenía muy claro para qué estaba eso todo junto, pero sí tenía el convencimiento de que tenía que estar de esa manera.

Ahora veo que se entendió: es una visión del mundo desde Uruguay, y esa visión no se parece a nada. No podés tener la cumbia villera, el candombe y el brit pop mirando el mundo desde Berlín. Esa visión sólo la podés tener desde acá. Al mismo tiempo es un disco muy internacional, que quiere hablar con todo el mundo, que lo escuchen".

Bonilla agrega que, aunque local, Campo también es "internacionalmente contemporáneo", con elementos que pasan por el pop, el brit y la electrónica.

 

"Viene de la globalización", subraya Campodónico, "de toda la data que estamos recibiendo, pero es una selección con un punto de vista. La información está integrada a las personas, y hay muchos elementos de la sensibilidad comunes con cualquier habitante del mundo con los mismos intereses. Y otros no. Ese es también el juego de Campo: descubrir la belleza en las cosas que tenés al lado.

Y cuenta que "no entendía la cumbia villera, y me tomé el trabajo de ‘estudiarla' para encontrarle lo que me gustaba, porque era parte del paisaje musical que me rodeaba, y no quería rechazarlo, sino más bien tender un puente con la música que hago. Es un mensaje también, manifestaciones artísticas que trascienden su marco social. Con La marcha tropical, por ejemplo, Ellen (Arkbro, la cantante sueca que canta esa canción) vino a Montevideo, fuimos al Rock and Samba , nos sacamos fotos con unos planchas, era como la imagen de un turista recorriendo un lugar.... Hay varias miradas, y una belleza que viene de la cumbia villera y otra que viene del jazz nórdico, y las dos cosas juntas se ven muy bonitas, no desentonan. Realidades muy distintas pueden tener cosas compatibles y hermosas".

Juan Campodónico nació en Uruguay, vivió en México y Argentina, y pasa buena parte de su tiempo en aviones que lo llevan arriba y abajo del continente y de un lado al otro del Atlántico. Es, orgullosamente, "uruguayo y latinoamericano", como algunos de los artistas que integran su colectivo. Con otros componentes comparte como patria ese ‘no lugar' que es internet, y pocas veces están todos juntos.

"Es una modalidad de trabajo muy contemporánea, que nos permite estar en muchas cosas al mismo tiempo, y con distinta gente en cualquier parte del mundo", dice.

Bonilla opina que esa distancia "le hace muy bien a las dinámicas de trabajo, que las ideas vayan madurando, no es como una banda de barrio que estamos juntos todos los días, y nos aburrimos y no nos podemos ni ver después. Cuando nos juntamos lo hacemos para trabajar en serio, y eso está bueno".


"Somos artistas, que funcionamos sin divismos, y que por eso tal vez seamos tan prolíficos en cuanto a resultados. No somos estrellas de rock", dice Campodónico. Y suma: "el rock es una música maravillosa que cumplió un ciclo, y que queda como una influencia. Pero el modelo de la banda de rock, que podrían ser los Beatles o los Rolling Stones, que cuando apareció fue una explosión mundial, ya está. Los personajes que están viviendo en esa fantasía del rock no se explican... hasta Capusotto se encarga de ponerlos en su lugar, ¿se entiende?".

Se entiende.

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Mirá el video de "La marcha tropical"

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