"Yo no escribo novelas de suspenso", aclaró Tordo, un lisboeta de 40 años, cuando se le preguntó por su presencia como invitado de la nueva edición de la Semana Negra de Montevideo, que comienza este viernes.

"En mis novelas los policías y criminales son la misma persona. Se trata de búsquedas existenciales, no facticias", ilustró.

Tordo es una de las más destacadas figuras de la nueva generación de escritores portugueses, al igual que Valter Hugo Mãe, que recientemente visitó Montevideo en el marco de la Semana de Portugal y del Mundial Poético 2016, y de José Luís Peixoto, quien en setiembre recalará por segunda vez en Uruguay, en el contexto de la extensión a Montevideo del Festival Internacional de Lectura de Buenos Aires.

A diferencia de sus colegas, Tordo es un inédito en lengua castellana, y por tanto un perfecto desconocido para el público hispanohablante, a pesar de que sus obras sí han sido traducidas al inglés, francés y -curiosamente- al húngaro.

Previamente a su presentación en la ya mencionada Semana Negra, el narrador luso brindó una charla breve e informal en la Casa de Portugal en Montevideo, evento en el que Montevideo Portal estuvo presente.

Durante su alocución, el artista se refirió al rol que la escritura juega en su vida, y explicó que durante años escribió sin pensar siquiera en publicar.

"Cuando publiqué mii primer libro en 2003, me di cuenta de que escribir era lo que tenía que hacer en el mundo. No se trata de algo místico o espiritual, sino de reconciliarme conmigo. Algunas veces resulta fácil escribir y otras no. Hay libros que son fáciles y otros que son difíciles", describió.

"Cuando empiezo a escribir un libro tengo sólo ideas muy vagas acerca de lo que voy a contar. Lo que sí me importa saber es qué clase de resolución interior, personal, traigo conmigo a ese proceso", destacó luego.

También se refirió al caso puntual de su novela "El luto de Elías Gro", obra que inicia una trilogía cuyos volúmenes no están conectados de forma argumental pero sí cronológica y estructuralmente, y de la que ya publicó dos partes y prepara la tercera.


Gerardo Carrasco/Montevideo Portal

Para Tordo, una dificultad en la redacción de esa novela fue componer una de las voces principales de la obra.

"Se trata de una historia contada por una mujer de 63 años. Tuve dificultades, porque yo soy un hombre de 40 y no me resultaba fácil meterme en la piel de ese personaje. Para lograr esa voz me trasladé a la infancia, a los recuerdos de mi madre, mis tías, mis hermanas, todas aquellas mujeres que me fastidiaban (ríe) y encontré que lo más importante que tenían en común era la compasión, un sentimiento que en los hombres es un poco escaso, pero del que las mujeres tiene mucho. Cuando descubrí esa cualidad, la escritura comenzó a fluir", recordó.

En ese sentido, recuerda que pudo aprender esa compasión gracias a haber crecido rodeado por todas esas mujeres, aunque ese beneficio tuvo efectos colaterales "gozar de tanta compasión hizo que fuera muy indulgente conmigo mismo".

Debido a que su estilo se caracteriza por la narración en primera persona, no es raro que algunos lectores tiendan a confundir autor y personaje. Tordo abona la teoría de que todo escritura es autobiográfica, pero deja bien claro que eso no significa algo tan burdo como que los seres literarios son mero trasunto de su creadores.

"Todo es autobiografía. Cuando un escritor dice que no está escribiendo sobre sí mismo, miente, porque eso no ocurre jamás. El escritor siempre escribe sobre sí mismo, y sobre el mismo tema." Sin embargo, eso no significa que eso ate al escritor, obligándolo a ser un simple amanuense de su peripecia vital, que puede resultar anodina o grandiosa, según el caso.

"Uso la ficción como una forma de iluminar mejor la realidad. No me interesa contar la realidad porque mi vida no es interesante. Me interesa detenerme sólo en algunos aspectos, traerlos fuera de la realidad y envolverlos en ficción", detalló.

"El origen de mi escritura es la insuficiencia, la sensación de que no soy suficiente, ni soy único. Surge entonces "un sentimiento que impulsa a combatir esa falla, esa insuficiencia, pero cuantas más cosas hago para combatirla, más la profundizo", expresó.

Luego se refirió a un tema recurrente en su narrativa: la soledad, una condición que, en su opinión varía según quien la padece o la disfruta.

"Hay varias maneras de ver y sentir la soledad. Una que es trágica y tiene que ver con la dificultad de aceptarla, y a veces la vida es un proceso de progresiva soledad. Perdemos, perdemos, perdemos, y llega un momento que nos perdemos a nosotros mismos", dijo.


Gerardo Carrasco/Montevideo Portal

Sin embargo, también puede ser vista de otra manera y ser aceptada, algo que no es frecuente al menos en las sociedades occidentales de hoy.

"Es uno de los temas a los que tenemos mucha aversión, como la muerte. Tendemos a ocultar a los muertos, no queremos dolor, no queremos muerte, y tampoco queremos soledad".

Precisamente, parte de su labor como artista consiste en trabajar con esa materia prima. "Lo curioso es que, desde mi experiencia como escritor, cuando acojo la soledad, la tristeza y todas esas cosas difíciles, ya dejan de ser esas palabras tan terribles que usamos para definir esas cosas".

Luego de "El paraíso según Lars D., publicada el año pasado, la trilogía se cerrará con una tercera novela que aún no está terminada, pero sobre la que Tordo adelantó algo.

"Es protagonizada por un chico de catorce años que quiere ser budista, y en la obra aparece la religiosidad enfocada en sentido artístico, y también la búsqueda de la espiritualidad", resume.

Página oficial de João Tordo (en portugués)