Federico González, cantante de la banda uruguaya La Foca, dice que sus colegas argentinos de Jaime sin Tierra son "la banda pionera de todos los tristes a los que nos gusta esto de la música triste".
El comentario del cantante tiene un costado humorístico y autolesivo, como acostumbra en forma saludable el grupo, pero esconde una verdad que hace a la génesis de ambas bandas: cómo la melancolía y la introspección, manejadas con sensibilidad y sin caer en la auto conmiseración, pueden convertirse en un motor poderoso para el arte.
La Foca se ríe de su "música triste", pero sabe que en su ADN está la combinación de las melodías otoñales con las guitarras primaverales. Lo mismo corre para Jaime sin Tierra, grupo que tras separarse en el 2005 dejó un legado vivo que se fue alimentando solo y creciendo en ausencia, impulsado -al igual que buena parte de su ethos- por la añoranza de lo perdido y la mirada hacia adentro. La suya no es sin embargo una tristeza oscura, sino que ilumina rincones que suelen quedar ocultos.
Jaime sin Tierra lo comprobó cuando decidió regresar a los escenarios tras 12 años: las entradas para su show de reencuentro se agotaron en poco más de una hora, obligándolos a sumar presentaciones. En su ausencia, se convirtieron en el faro involuntario de una nueva generación de bandas que heredó su sensibilidad de cambio de siglo (muy distinta a la que imperaba en el mainstream) y desarrolló su gusto por las bondades de la introspección.
Este 7 de abril, Jaime sin Tierra vuelve a Uruguay luego de 15 años, y lo hace con la mejor compañía posible: La Foca, compañeros de ruta que también empiezan a cosechar ahora los frutos de una carrera consistente. La cita en La Trastienda Montevideo (Fernández Crespo 1763) no será un encuentro depresivo, como muchos despistados pueden deducir de las palabras de Federico, sino sobre todo una celebración, tanto de su historia en común como de una forma de entender la música.
Como prueba compartimos esta charla con Federico González de La Foca y Nicolás Kramer de Jaime sin Tierra, en la que no abunda la tristeza sino la complicidad y el humor.
La Foca y Jaime sin Tierra se conocieron en la década de los 90 s a través de un amigo en común, el también músico Pablo Grinjot. Como recuerda Nicolás, fue el "maestro de ceremonias" entre los integrantes de las dos bandas durante una visita que algunos de los miembros de Jaime sin Tierra hicieron a su casa en La Paloma. Según Federico, fue Juan Stewart (integrante de Jaime sin Tierra) quien los vio tocar en La Paloma en Semana de Turismo y propició el encuentro, pero ya sabemos que el paso del tiempo echa luz sobre los recuerdos en forma selectiva. A partir de allí "la red de amistad y afinidad se fue tejiendo y fortaleciendo con cada encuentro", dice Nicolás.
A la afinidad musical se le agregó una afinidad personal porque "eran tiempos de mucha inquietud y autogestión que oficiaron de escenario para que lo anterior creciera", dice Federico. Por ejemplo, lo shows en el Planetario deMontevideo, otros en Buenos Aires, asados y la grabación de cinco discos bajo la batuta de Juan Stewart, además de otras aventuras musicales en común.
¿Por qué volver con Jaime sin Tierra luego de 12 años?
Nicolás: No hay un porqué. Hacer estas fechas es algo que sentimos, no algo que pensamos demasiado. Del mismo modo que nunca anunciamos formalmente el final de la banda ni tuvimos necesidad de hacerlo, lo cual no significa que estemos retomando el proyecto donde lo dejamos, no solo porque sería imposible, sino porque tenemos muy claro que no somos los mismos. Hubo un momento en el cual el ciclo estaba cumplido y cada uno de nosotros tenía muchas inquietudes que quería priorizar y atender: personales, profesionales, y también creativas. Al mismo tiempo todos nos mantuvimos musicalmente muy activos durante estos años, colaborando en los proyectos de los demás.
¿La Foca pensó alguna vez en colgar los botines como hizo Jaime sin Tierra?
Federico: No, pero sabemos que es una actividad frágil y destinada a terminarse en algún momento. Como esa tía que tiene 95 años y está fenómena, pero se la puede llevar la próxima gripe.
¿Sentís que en estos años de ausencia la música de Jaime sin Tierra se revalorizó o resignificó de alguna manera? ¿Cómo lo sentiste al volver a tocar las canciones en vivo?
Nicolás: Pienso que lo que le haya pasado o le pase a cada uno con la música de Jaime es muy personal; lo que sí sucedió, obviamente, es que encontró nuevos medios para seguir llegando a más gente. Por poner un ejemplo, nosotros grabamos nuestros primeros demos en un momento en el que hacíamos copias caseras en cassette o CD y los vendíamos en los shows o los dejábamos en consignación en las disquerías... ni hablar de que te pasaran en la radio. Ahora y desde hace algunos años todas nuestras canciones están en las distintas plataformas digitales y la posibilidad de que te escuchen más personas se multiplicó exponencialmente. En este sentido nuestra música siguió y sigue haciendo su camino.
En lo personal me sentí muy movilizado y conmovido al tocar las canciones de nuevo en vivo. Me emocionó mucho escuchar a tanta gente cantándolas. Inevitable y necesariamente las estoy revisitando o resignificando desde el lugar en el que estoy parado hoy; es una sensación interna muy concreta para mí aunque los acordes y las palabras sean los mismos.
Hay en la historia de Jaime sin Tierra la sensación de una banda que pudo haber despegado pero que no llegó a ser masiva. ¿Creen que de haber seguido tocando eso hubiera sucedido?
Nicolás: Sinceramente jamás pensé en la banda en esos términos. Me siento satisfecho con el recorrido que hicimos; es más, en muchos sentidos estoy agradecido de no haber llegado a ser masivos, en ningún momento perdimos la libertad de hacer lo que quisimos ni tuvimos que adaptarnos a estructuras ajenas a la banda. Pienso que nos mantuvimos y seguimos intentando mantenernos en coherencia con nosotros mismos.
¿La Foca siente un paralelismo con la historia de Jaime sin Tierra y esa sensación?
Federico: Bueno, creo que son historias diferentes en ese aspecto. Lo de Jaime Sin Tierra estaba a punto de explotar cuando lo abandonaron. Nosotros sostuvimos el no éxito masivo con tenacidad envidiable desde entonces hasta hoy (risas). ¡Alguien lo tiene que hacer!
Oh, melancolía
Federico dice que Jaime sin Tierra es la banda "pionera de todos los tristes". ¿Estás de acuerdo, Nicolás?
Nicolás: (risas) Bueno, ¡habría que preguntarle a Fede qué quiso decir exactamente con eso! Con La Foca compartimos un mismo lenguaje musical y una misma sensibilidad. No creo que hayamos sido pioneros en nada; tuvimos la suerte de poder dedicarnos a hacer algo que amamos, y lo hicimos de forma totalmente independiente, conociendo y superando nuestras propias limitaciones.
¿Por qué, Federico?
Federico: ¡Porque es verdad! (risas). Lo puse exageradamente y a manera de chiste, pero realmente creo que en el Río de la Plata fueron los primeros en manejar de esa manera los climas y las melodías. Y por lo tanto se encargaron de influir a todos los que nos gustaba eso, que a su vez luego influimos a otros "tristes" que vinieron años después. La cadena de la alegría.
¿Es la melancolía el principal motor de Jaime sin Tierra?
Nicolás: El principal motor de Jaime sin Tierra siempre fue y sigue siendo la "auto-exploración", por llamarlo de alguna manera. Pienso que hay un enorme abanico de emociones y sentimientos que tienen muy mala prensa y que esconden verdaderos tesoros si uno logra profundizar en ellos lo suficiente. Como autor de las letras mi intención nunca fue componer una oda a la melancolía ni proponer una invitación a complacerse en ella. Todo lo contrario, entiendo el proceso de componer canciones como una forma de bucear en uno mismo, y ese "pop triste que sirvió de guía" (como titularon otra nota para este show, que me gustó mucho) como un modo de buscar y encontrar alegría. De hecho creo que hay un aspecto muy luminoso en nuestra música que suele pasar desapercibido...
¿Y el de La Foca?
Federico: La melancolía es una perspectiva de las cosas, hasta si se quiere una estética que engloba parte importante de lo que hacemos. El motor es mas más intrínseco, un mecanismo que logra transformar en canción determinadas situaciones personales y grupales.
¿Cómo cambió eso desde su juventud, cuando empezaron, hasta esta edad de madurez?
Nicolás: Nunca tuve el foco especialmente puesto en la melancolía, la tomo como un rasgo o estado que más que probablemente haya tenido su influencia en la música de Jaime por una cuestión tanto personal como generacional. Actualmente sigo trabajando sobre mí mismo tanto para conocerme más como para ir más allá de determinados hábitos o tendencias, por más que también me siga inspirando en ellos para componer canciones.
Federico: La melancolía la vemos como el final de un camino que empezó con algo más oscuro o más rabioso (por ejemplo nuestro primer disco 13 Juguetes). Haberlo transitado con relativo "éxito" nos permite hoy ubicarnos un poco después de la tormenta, un lugar más positivo.
¿Qué hay de parecido y qué hay de distinto en volver a compartir fecha para ambas bandas, después de tanto tiempo?
Nicolás: De parecido el entusiasmo, la emoción, las ganas de estar con amigos haciendo algo que amamos. De distinto, bueno, pasó mucho tiempo y la verdad es que ya no estamos para dormir mal, compartir camas ni tocar a cualquier hora en un lugar impresentable como sucedió, por ejemplo, la primera vez que tocamos juntos en Montevideo (risas) aunque el espíritu siga siendo el mismo.
Federico: Las razones básicas por las que hacemos esta fecha son las mismas que nos llevaron a organizar los shows en el Planetario allá por el 2001. El tiempo pasó y fuimos mejorando algunos aspectos técnicos y de organización. Lo que sí, los equipos de guitarra cada vez pesan más, y ni que hablar los de bajo.
Martín Otheguy
Fecha: sábado 7 de abril
Hora: 21hs
Lugar: LaTrastienda Samsung Montevideo.
Entradas: a la venta por Red UTS.
Jaime sin Tierra
Juan Stewart: bajo y teclados
Nicolás Kramer: voz y guitarra
Sebastián Kramer: guitarras
Javier Diz: batería (2000 - )
Lucas Cordiviola: batería (1996-2000)
La Foca
Federico González (voz y guitarras)
Gustavo Compagnone (guitarras)
Diego Lorenzo ( bajo y coros)
Ruben Larrosa (batería)