Esas dos gargantas juntan más de medio siglo de carnavales, innumerables noches de bañadera y luces de tablado. Cada uno llegaba de transitar distintos caminos con la murga como seña cuando decidieron patear juntos por el mismo trillo, y no pararon hasta hoy. Primero fue Cantor de esquina (Montevideo Music Group, 2008), luego la serie de conciertos de 4 en Línea junto a Larbanois-Carrero, y ahora Va cambiando la razón (Montevideo Music Group, 2012), su segundo disco en conjunto.
El éxito, si puede mensurarse en trofeos domésticos, les llegó con creces en el almacén minorista de la aldea, y Emiliano Muñoz y Freddy "el Zurdo" Bessio están satisfechos. Va cambiando la razón ya es disco de oro, su antecesor alcanzó el platino, se cansaron de trillar escenarios bajo lluvias de aplausos, y no hay, a la vista, obstáculo que los haga parar. Porque no sólo creen que les ha ido bien, sino que lo hecho está bien, y que no hay arrepentimiento.
"Cantor de esquina se movió mucho y abrió las puertas para empezar a crear un poco más, para elaborar más en la banda. Va cambiando la razón redondea un poco lo que fue el primero, un trabajo como para decir ‘tenemos un disco'. Este ya es ‘más nuestro'", dice el Zurdo Bessio.
"Si habrá sido importante para nosotros ese primer disco, que es como la cédula de identidad de los artistas, funcionó muy bien en la calle, se vendió bien", agrega Emiliano Muñoz. "Cantor de esquina refleja mucho más la impronta murguera nuestra, con temas más carnavaleros. Ahora, sin perder la esencia murguera, nos tomamos un permiso para hacer otros estilos".
La música popular tiene una tradición de ‘grupos de solistas' o dúos que comparten el protagonismo y que, en los últimos años, se ha ido diluyendo. En actividad se me ocurre que están Larbanois-Carrero y Washington Carrasco y Cristina Fernández. ¿Creen que pueden llegar a ocupar ese vacío?
EM: -Arrancamos con este proyecto hace unos años, pero nunca pensamos en ‘ocupar un lugar'. Lo hicimos porque nos gusta, porque tenemos una amistad que nos une hace muchos años... si de repente había un vacío y venimos a ocupar un lugar, bienvenido sea, pero no lo hicimos por eso. Elegimos de profesión ser cantores, que es lo que nos gusta, y tenemos la gran suerte de que nos va medianamente bien, y que a la gente le gusta lo que hacemos.
ZB: - Capaz que son momentos. En su momento, yo escuché mucho a todos esos grupos, y hace un buen tiempo que no existe esa facilidad de escucharlos, salvo que puedas tener el disco o alguna grabación de aquellos años, en los que se estilaba más en lo que era el canto popular. Nosotros ‘caemos en esto', pero casualmente, en el sentido de que hacemos un proyecto al que nos dedicamos y le ponemos cabeza de la mejor manera, pero si, de repente estamos como cayendo en un lugar donde en algún punto pudo haber estado otro en otro momento, es nada más que casual. Si fuera así, me siento contento por estar en el mismo sitio en el que estuvo gente importantísima. Eso nos lleva a seguir esmerándonos y metiendo pa'delante, porque si estamos ahí, quiere decir que hay que cuidar ese camino.
Si bien ambos son solistas, constituyeron una ‘pareja estable', y da la sensación de que no tiene un final...
ZB: - Eso dependerá del tiempo. El hecho de que esto dure o no, cambie o no, veremos. Siempre espero que venga el mañana, trato de disfrutar el momento. Nosotros hicimos esto porque queríamos probar, investigar, qué sentíamos cantando juntos. Ya teníamos esa amistad, esa buena relación, y, sabiendo cada uno lo que hace el otro, de poder hacer algo juntos. Y estaba bueno, empezamos a disfrutarlo. Si se siguen dando cosas buenas, y confío plenamente en que va a seguir sucediendo, quiero disfrutarlas. Estamos haciendo lo que nos gusta.
El Zurdo dice ‘investigar', una palabra interesante. ¿Cuánto hay de investigación, de búsqueda, de experimento en lo que hacen?
EM: - Uno siempre está en la búsqueda de cosas nuevas, siempre teniendo claro qué es lo que quiere hacer. Si en el primer disco tenemos una neta identidad murguera, en la que nos sentimos cómodos, en el segundo nos afirmamos y nos animamos con otros géneros. Uno se permite investigar por acá y más allá, pero sin ir muy lejos. A mí me cuesta componer, y no me voy a matar haciendo una chacarera o un rock&roll, que me llevaría el doble que una canción de murga. Me gusta componer, pero reconozco que no tengo el don de sentarme a escribir y que me salgan 40 canciones.
ZB:-Tenemos raíces muy claras. Ambos venimos de la murga y tenemos raíces muy fuertes con respecto a eso. Lo que sí es claro es ese espíritu de las canciones. Nos sentimos muy identificados con lo que cantamos porque son vivencias de barrio, de nosotros, de la esquina, el club, el boliche. Lo que expresamos permanentemente es ‘muy nosotros'.
Este disco es sumamente nostálgico, y las canciones hablan de cosas añoradas...
ZB: -Esas son las raíces de las que yo hablo. Te pongo un ejemplo: hace 34 años que hago carnaval, y la murga, por naturaleza y especialmente en la despedida, tiene que dejar ese contacto de nostalgia con la gente. Cuando la murga se va, te paró y la aplaudís de pie, es maravilloso. Y uno fue mamando eso desde siempre, y tal vez, por naturaleza murguera, tengamos ese sentimiento de apuntar a esas cosas.
Eso es, en definitiva, un reflejo de la idiosincrasia uruguaya. La nostalgia, el ‘todo tiempo pasado fue mejor'...
EM: - Es cierto. Y este disco tiene ‘lugares nostálgicos'. Además, durante el proceso me tocó sufrir un par de cambios grandes en mi vida, y que aparecen plasmados, fueron disparadores para ponerme a escribir. Y eso se nota en las músicas, también, donde hay muchas melodías... no diría tristes, pero sí melancólicas.
ZB: - ‘Viejo amigo', por ejemplo, que es de Gustavo Montemurro, se la hizo a Manzana, su padre, y gran amigo nuestro. Y es claro que la canción tiene un pasaje muy directo con lo sentimental. Ojo, no lo encaramos así. Simplemente se fue dando, y nos encontramos con un producto que quedó así. Estamos conformes y nos encanta.
Foto: Gustavo Custiel
Carnaval toda la vida
Evidentemente, esa murga en la que ustedes empezaron y se formaron hace tantos años no es la misma de hoy, y se ha ‘contaminado' de otros géneros y estilos, incluso de lo que hacen ustedes y otros cantores populares salidos de la murga. ¿Cómo ven esa realidad?
EM: - La murga ha mutado, y está bárbaro que sea así, todo en la vida tiene que cambiar, y hay que aceptar esos cambios. Sí es cierto que la murga de ahora no es la misma de los 80, porque son épocas distintas. Ha mutado, y me parece, para bien, aunque haya cosas que no me gusten. Yo soy un seguidor de la murga tradicional. Me encantan las murgas de La Unión. Ahora hay muchas murgas jóvenes, contra las que no tengo nada, que meten chistes en la presentación y la retirada, y yo no comparto eso, no me gusta. Claro, es un cambio, y hay que aceptarlo. Capaz que mañana todas las murgas son así, pero, si me das a elegir, prefiero los conjuntos que cantan en la presentación y la retirada. Pero yo no me voy a poner a decirles ‘no, esto está mal, le hace mal al Carnaval'. No soy nadie para decirlo.
ZB:- Puede pasar al revés, que un joven diga ‘mirá estos dos viejos, estancados en la historia'. Y eso es totalmente aceptable.
¿Alguna vez fueron ustedes los que pensaron ‘Fulano está estancado'?
ZB:- Creo que no. Este es un país que, en líneas generales, ha avanzado con el tiempo. En lo que a mí me tocó, en lo que siento más cercano, que es el Carnaval, creo que ha avanzado, ha evolucionado, y creo que para bien. Al margen de que, de repente, al estar uno más grande, se hace más difícil seguirle el tren a los jóvenes. Eso no significa que no estén siguiendo un buen camino. A veces, es cierto, una cosa puede gustar más que otra. El proceso, tanto de la murga como de la música popular de este país, ha sido para bien; esa es mi visión.
EM: - Fijate que nostros estamos yendo cada vez más a Argentina, donde hay enorme aceptación. A los argentinos cada vez les gusta más el Carnaval uruguayo. Esa es la experiencia que tenemos hablando del exterior. Y después, otro ‘país diferente', que es el interior.
Eso habla del macrocefalismo montevideano. ¿Sigue siendo así?
ZB: - El hecho de que el Carnaval, hoy día, sea televisado, es una carta importantísima. Llega a lugares donde, me animo a decir, y con todo respeto, había gente que no sabía que teníamos un Carnaval. Hoy eso ya no pasa. Creo que la televisación ayudó a meterse en lugares donde naturalmente no se accedía. Nos ha tocado ir a lugares del interior donde podés llegar a pensar que no van a saber qué estás llevando como espectáculo, y de repente te encontrás con que están tarareando las canciones. ¿Qué pasó? Bueno, es tan simple como que hay una buena comunicación, llega información, y eso es importante.
Cuando yo empecé, no existía la Murga Joven, los talleres de murga, eso no estaba. Yo empecé a salir con 13 años y salía con gente grandísima. No sé hasta qué punto el mecanismo que teníamos los murguistas en aquella época, cuando yo era un niño, no éramos los propios responsables de que pasara así. La murga ensayaba un mes, se salía un mes, y se guardaban los trajes cuando terminaba el Carnaval. Vos te ibas para tu casa y no te veías con los demás hasta el año siguiente, cuando empezaban los ensayos. Nadie se preocupaba por querer presentar un espectáculo de murga que no fuera en Carnaval. Era una costumbre de que el Carnaval durara lo que duraba, y después se cerraba la puerta con candado y punto.
EM:- Ahora, todo el año es Carnaval. (Risas). También hay modas, épocas para todas las cosas. Hace no mucho tiempo la música tropical vivía un auge terrible, después le tocó al rock, y ahora está arriba lo que es la música popular. Habrá que ver qué es lo que toca mañana. Claro que no va a desaparecer, porque es parte de la identidad de los uruguayos. Son 100 años de historia. Es bravo borrarlo con el codo.
Emiliano y el Zurdo presentan "Va cambiando la razón" los días 7 y 14 de junio en el Teatro El Galpón. Localidades a la venta en la red Abitab
Escuchá Humo de trenes
Escuchá A papá con pega pega