El rock uruguayo surgido tras la dictadura tuvo una característica casi general: oscuro, furioso y deprimido, encontró en la rabia del punk y la oscuridad post punk una forma de canalizar el agobio y el desencanto en tres acordes. Desde mediados de los 80, Daniel Bonilla pasó por varias de esas bandas (Traidores, en su regreso más inspirado, la más importante), y en 2001 comenzó a capitanear Fixion, un proyecto que hunde raíces en el sonido ochentoso pero que se expande a influencias más modernas, más cercano al espectáculo que a la desesperación y tan atento a lo que pasa fuera como a los demonios interiores.
Fixion "nace como conclusión de mi pasaje previo por otras bandas", dice Bonilla. "En muchas de ellas aportaba en producción, en composición, pero cada vez que dejaba un grupo de esos, mi carrera quedaba en cero. De tanta experiencia fui juntando ideas de temas y canciones hasta que un día me decidí a armar un proyecto más personal, donde me tiré a cantar mis propias canciones. Fue por entonces que conocí a una chica (Lucía Varela) que se hizo cargo de la segunda viola y eso me permitió concentrarme más en cantar".
Bonilla explica que, desde ese momento, la carrera del grupo fue creciendo sin pausa. Más o menos rápido, pero con la intención de hacer las cosas profesionalmente. En 2009 publicaron "En la oscuridad" (Sondor) y, a partir de allí, "la banda volvió con otra cabeza, con la idea de respaldar lo que se había hecho en estudio. Empezamos a pensar nuestros shows de manera diferente, y comenzaron a llegar invitaciones para espectáculos internacionales, con bandas grandes, incluso en Buenos Aires, con Sisters of Mercy. En 2011 entró Martina Souto y fue un gran cambio", dice.
Cuando el rock amanecía en los tempranos 80, Martina Souto no había nacido. No vio, no vivió esa experiencia de crecer a los tumbos, de foguearse con malos sonidos y peores públicos, y le tocó pasar de un lado al otro del mostrador: de estar abajo, a saltar sobre el escenario. Dice que ese cambio del que habla Bonilla se dio no sólo por los músicos que entraron y salieron de la banda, sino por el paso del tiempo, que hace inevitables las fluctuaciones. "El sonido más nuevo se da por todo: además de que los que nos integramos últimamente sí somos más jóvenes, pasó el tiempo y Fixion cambió, hay una química diferente entre los integrantes y eso hace que la música sea distinta".
Foto: Gerardo Carrasco l Montevideo Portal
"La música es atemporal", agrega Bonilla. "Nosotros mismos escuchamos bandas que ya están disueltas, de los 60, 70, y música clásica de hace 300 años. No estamos tan dentro de una etiqueta, de agarrar una bandera y salir a decir ‘somos metal', ‘somos góticos'. Creo que estamos más concentrados en la música y poner la expresión en las canciones, y que lo tome el que quiera. Yo no soy mucho de las ‘sectas'; sé que existen, pero todos tenemos gustos amplios, y al volcarlos en la banda también se vuelve amplia. Nos permitimos tomar elementos de varios estilos y mezclarlos a gusto. Esa es una libertad artística maravillosa. Por supuesto que hay que tener cierto criterio, mantener cierta línea. Tampoco vamos a agarrar la salsa. Fixion trata de hacer su propio estilo, su propuesta, tanto de letra como de sonido, a gusto y criterio de los que estamos tocando. Es difícil. A veces es más fácil ir derechito atrás de una etiqueta, como los ciclistas que chupan rueda, pero queremos ser nosotros mismos".
"Si vos vas a las fuentes, a los creadores originales, a Iron Maiden, a Black Sabbath, a The Cure... ellos van a negar ese compromiso tan crudo con los rótulos. Son músicos que tocan y sanseacabó. No andan con la bandera, e incluso reniegan. De The Cure nunca vas a escuchar que digan de sí mismos que son góticos. No pueden entrar en ese juego que va un poco por la prensa, que existe y es real, pero que, como músico, me parece muy limitante. La gracia de esta gente es que ha logrado crear un sello dentro de su estilo. Después vienen los que copian a ACDC, los que copian a Iron Maiden... ¿por qué no se copian a sí mismos y hacen su huella dentro del metal y se la juegan? Incluso dentro del gótico hay diferencias. No es igual Bauhaus a Sisters of Mercy. Cada uno tiene su huella, y eso es lo interesante. Esa es la cabeza de Fixion. Sí hacemos un rock duro, pesado, que tiene que ver con el metal, con el gótico, y es lo que nos gusta hacer", comenta.
Martina Souto cree que "hay gente que tiene la cabeza cerrada y está acostumbrada a escuchar siempre lo mismo, fórmulas repetidas en bandas diferentes, y está la gente que entiende nuestra búsqueda. Nosotros apuntamos a estos últimos, a los que están abiertos a escuchar algo original y bueno".
La pinta no es lo de menos
Foto: Gerardo Carrasco l Montevideo Portal
"Una banda no es solo el tipo que pone la cara arriba del escenario. Al menos no es esa la forma en la que nosotros trabajamos. Tenemos un staff, con asistentes, sonidista, iluminador, que trabajan para nosotros y con nosotros. Fixion propone un espectáculo integral, no es solo subir y tocar", dice Daniel Bonilla.
"Parte de nuestra propuesta puede pasar por mi experiencia personal, de haber pasado por otras bandas, como Traidores, que es una banda profesional. Ahí se cuidaba la estética. La primera premisa era ‘vestidos de negro'. Eso es lo que hacen las bandas internacionales. Si ves cualquier show hay unas luces, hay humo y hay una ropa. Hay una visual teatral que complementa la música. No te olvides que, en vivo, das un espectáculo doble: la gente no se tapa los ojos. Está viendo el escenario, y ese escenario hay que llenarlo. En el arte, cualquier gesto, cualquier cosa expresa, dice mucho", apunta, y Martina Souto agrega que "se supone" que la función de la banda es "entretener. Además de la música tenemos que dar algo más. Tenemos que darte algo para que te lleves cuando termine el show. Se trata de fijarte en la ropa sabiendo qué es lo que vas a transmitir. Qué te vas a poner, por qué te lo vas a poner. A veces pienso en algunos movimientos, alguna cosa para complementar lo que estoy diciendo. No se puede estar cantando sin expresión, hay cierta teatralidad en lo que hacemos".
Esa teatralidad, dice Bonilla, no es exclusiva de su sonido, y ya estaba presente en otras vertientes rockeras del pasado. "Fijate que el punk rock ya tenía eso de los Pistols, que era también expresarse a través de la ropa", dice. "Después, que los góticos eran más de negro y las cruces. Yendo para atrás, en el glam rock estaba más que presente la cuestión estética, con sus tacos altos y sus maquillajes. El rock sinfónico con sus luces, y luego las bandas de grandes escenarios, como Pink Floyd, que incorporaron cosas más teatrales. Pero tampoco Fixion es Cirque du Soleil. Somos una banda de rock y tratamos de que lo que se está escuchando pegue con lo que se está viendo. Es puntual, depende de lo que nos permita el escenario, las características del lugar".
El aspecto lírico va en el mismo sentido, y Bonilla explica que las letras de Fixion tienen "mucho de experiencias personales y algo de varias corrientes literarias. Ciencia ficción, terror, historias medievales, según lo que esté leyendo, lo que me sirva de vehículo para contar alguna cosa personal. A veces conversamos alguna letra con Martina, o hablamos de alguna leyenda, alguna historia que pueda pegar con una canción. Me es más fácil hacer música que escribir las letras. Además, y también sacado de la forma en que trabajan las bandas profesionales, tratamos de componer un disco, editarlo, y luego hacer los vivos. No es que tocamos porque sí. Por eso también paramos antes de ‘En la oscuridad', y hasta que no salió no tocamos. Ahora estamos más o menos en lo mismo, porque programamos un álbum nuevo. Buscamos hacer como una obra, que se sabe que son doce canciones, pero también son doce poemas. Hay una literatura ahí. Y no sólo vemos el poema a la luz de la canción sino del global, de cómo quedó en el disco, del lugar que ocupa y de cómo se relaciona con las otras canciones. Eso no es nuevo para nosotros. En cierto modo, siempre se cuidaron las letras. Ahora estamos viendo de qué escribir, de qué hablar, qué transmite esa música para qué se le ‘pone arriba'".
Foto: Gerardo Carrasco l Montevideo Portal
Montevideo City Rockers
Fixion es una banda fundada y crecida en Montevideo, pero, sin embargo, nada hace pensar en que se trata de un grupo nacido en Uruguay, más allá de la acentuación de alguna palabra. Sin embargo, no se definen como ‘rupturistas' en un medio fuertemente permeado por el pasado cultural. "Para mí la música es universal, eterna, amplia, y no debería tener banderas... no somos ni menos ni más uruguayos", opina Daniel Bonilla, y Martina Souto dice ser "muy abierta: lo que hacemos en Fixion es otra cosa. No creo que sea una cuestión de ruptura, hacemos algo que capaz que es para otro mercado. Tampoco es necesario, para ser uruguayo, hablar de la Rambla".
"A mí no me influye mucho la música uruguaya", agrega Bonilla. "No es que reniegue, pero ese tipo de sonidos, como el candombe, o la milonga, a la hora de componer a mí no me aparece. Creo que tengo más influencias de música clásica, pero no es por despreciar. Es por mi propia cultura. Mi madre era pianista clásica, mi abuelo violinista clásico y en mi casa se escuchaba eso. Luego entramos al rock inglés, con Beatles y eso, y nunca estuve dentro de la música autóctona, me toca de costado. No la conozco tampoco. Me divierto mucho y disfruto de lo que sabemos hacer. Estamos seguros en eso, en esos trucos, esos piques, los conocemos y los usamos".
Más allá de estilos e influencias, Fixion se reconoce en una forma de hacer y decir la música. Martina Souto, que canta "desde que tiene conciencia", cuenta que escucha "de todo" pero que el rock fue lo que más marcó sus gustos. "Tenía, siempre tuve, muchas ganas de estar en una banda, siempre me imaginé, me veía en un grupo. Acá es muy difícil, y más siendo mujer. Me fue difícil encontrar una banda que me gustara, que trabajara bien, en serio. Fixion siempre me gustó y tiene ese ‘algo' que no parece uruguayo por la prolijidad, la profesionalidad, y tuve la suerte de entrar. Para mí es fantástico".
Para Daniel Bonilla todo se resume en el poder de las canciones. "Yo arranqué haciendo punk rock, a fines de la dictadura, con la rebeldía incluso con mis propios padres", dice. "Me pintaba el pelo, en mi casa me odiaban y a mí me encantaba que me odiaran. Era una cosa muy espontánea. Fue eso. Después estuve en varias bandas, empecé a escuchar otras cosas, a hacer experimentos. En algún momento me entró el amor por la música, no es que solo me quedé con la rabia. En cada show hay algo de punk, aunque sea en espíritu. Para mí, una buena canción es todo".
Mirá el clip de "No quiero ser dios"
El último trabajo de Fixion "Fugaz-Simples en vivo" (doble, CD+DVD) está nominado en la XI edición de los Premios Graffiti en la categoría "Mejor álbum de metal y hard rock". El disco se consigue en Todo Música (Tres Cruces y Montevideo Shopping) o a través de la web del grupo.