Por Ana Jerozolimski

Junto a su esposo Carlos Engelman, fallecido en marzo último, Clara Ost construyó lo que en la prensa ha sido presentado como la más importante colección de arte contemporáneo nacional en Uruguay. Pero no se trató simplemente de acumular cuadros sino de exponer su colección privada, de hecho, ante el público interesado en el arte nacional, todo mediante contacto directo con los propios artistas.

Por ese singular aporte a la cultura uruguaya, Clara Ost fue el jueves 16 de diciembre una de las tres galardonadas con la Medalla Delmira Agustini por su aporte a la Cultura y las Artes en Uruguay. Las otras dos son la Profesora Lisa Block de Behar y la actriz Beatriz Massons.

Poco antes de la ceremonia en la que fue distinguida, Clara nos concedió esta entrevista, que mucho nos ha enseñado.

P: Apreciada Clara, comienzo ineludiblemente felicitándola por la Medalla Delmira Agustini, por su aporte a la cultura y las artes nacionales. ¿Cómo se siente con esta distinción? ¿Qué significa para usted?

R: Me siento honrada por un gobierno que entiende que la Cultura y el Arte son factores importantes para el desarrollo y realización de su pueblo.

P: Yo sé que usted es una persona modesta, que ha hecho todo lo que le hace ahora merecedora de esta distinción, por amor al arte nacional, no para recibir premios. Pero al recibir la noticia ¿le pareció una locura o sí se animó a decirse a sí misma “algo he aportado”?

R: Me sentí sorprendida por la noticia y comprometida a seguir estando a la altura de tal distinción en en el futuro.

P: ¿Cómo considera que es lo más apropiado presentarla? Sé que se destaca la enorme y singular colección de arte nacional que usted y su esposo Carlos Engelman crearon. Dudé qué palabra usar, pero puse así, “crearon”, ya que el tema no es meramente juntar cuadros sino dar vida a una exposición permanente que enseña y transmite. Entonces ¿cómo resumiría usted cuál fue vuestro logro más especial?

R: Dar visibilidad a numerosos artistas que hasta ese momento no tenían acceso a la comunicación y exhibición pública. Construimos un lugar donde los creadores pudieran expresarse a través de sus obras y para que otros agentes del campo del arte (conferencistas, críticos, escritores, etc.) intervinieran en la parte formativa del pensamiento.

P: Esto se fue haciendo de a poco. ¿Qué podría contarme sobre las distintas etapas?

R: Lo que ahora se aprecia es el resultado de una actividad que comenzó en 1963, sin prisas pero sin pausas y que con distintos niveles de intensidad fue desarrollándose hasta el presente. La primera obra que adquirimos fue una escultura de María Freire en una feria de artistas organizada por el diario El País en la Plaza Libertad. Luego se sucedieron las visitas a los talleres de los artistas, museos, galerías, seminarios, lecturas, que contribuyeron a nuestra formación y forjaron una trama de relaciones con los integrantes del campo del arte. Cuando nuestra casa resultó chica en 1994 reciclamos la planta alta del Laboratorio de Neurofisiología Clínica donde trabajábamos. En 2002 ocupamos la planta baja en un segundo reciclaje uniéndola a la superficie anterior, en ambos casos con un proyecto del Arq.Manuel Groisman.

P: ¿Hubo algún momento en el que sintieron que la envergadura de la colección quizás superaba lo que habían pensado, que ya era demasiado? ¿O eso enseguida se vio como el punto en el que comienza algo que se excede de vuestro gusto y pasa indefectiblemente a ser parte del público todo?

R: Es como la vida . Se hace todo lo posible para seguir adelante. Las obras que integran la Colección son como amigos que se eligen para acompañarnos durante todo el trayecto para seguir dialogando.

El amor de fondo

P: ¿Cuál es el amor de fondo que llevó a una vida dedicada al arte?

R: La necesidad de expresar nuestro pensamiento sobre determinados temas.

La Colección tiene un hilo conductor que lo pone de manifiesto.

P: ¿Se trataba sólo de disfrutar el arte que a ustedes les gustaba o de un deseo de ir más allá, de tratar de hacer a la sociedad toda partícipe de ello?

R: A veces se disfruta, a veces se sufre, a veces se piensa. Se trata de comunicar: los artistas, nosotros y la sociedad que participa. No pretendemos unanimidades porque no fuimos ni somos dogmáticos.

P: ¿Usted y su esposo tuvieron siempre el mismo gusto en arte nacional?

R: Por lo que expresé anteriormente nuestro trato directo con el artista hizo que compartiéramos esta aventura de traducir al Uruguay y su circunstancia.

P: Perdone una pregunta personal…¿qué lugar ocupó el amor al arte en vuestro amor, en vuestro matrimonio?

R: Un lugar muy importante. No era un hobby. Era una pasión compartida.

P: Es excelente cuando particulares pueden aportar tanto a la difusión del arte nacional. ¿Pero cree que suplieron algo que el Estado debería haber hecho?

R: La Colección surgió y creció de una manera natural, sin propósitos preestablecidos de ocupar el lugar de nadie. Se trata siempre de sumar.

Cuestión de gustos

P: Yo le comenté Clara cuando estábamos combinando esta entrevista, que no tengo cultura de arte . Pero muchas veces pensé que lo que importa al mirar un cuadro es si a uno le toca el alma, le emociona, le gusta, y mucho menos cómo analizar su estilo y su técnica. ¿Qué le parece?

R: Se puede acceder a las obras artísticas por varios caminos.La emoción es importante ya sea para aceptarlas o para rechazarlas.Pero luego vienen las

preguntas. Y la formación y el conocimiento brindan las herramientas para generar las respuestas.

P: Usted y su esposo adquirieron siempre obras de acuerdo a vuestro gusto artístico. ¿Cuán representativo es del arte nacional contemporáneo?

R: Cada Colección representa el pensamiento, sentimiento, intenciones y conocimiento de quien la selecciona y construye. Hay muy buenos artistas que no están representados en nuestro Espacio aunque reconocemos su valor.

Como la concepción del conjunto es dinámica no está dicha la última palabra.

¿Interminable?

P: Algo que quizás debería haber preguntado al comienzo. ¿Cuál es el alcance de su colección? ¿Cuántas obras incluye, cuántos artistas?

R: Una vez que me hicieron esa pregunta contesté que el número no es lo importante. Mantengo esa posición.

P: ¿Uno termina alguna vez de coleccionar o es imposible?

R: En mi caso no es posible. Siempre surgen nuevos artistas, temas inspiradores en el contexto que disparan nuevas respuestas, soportes innovadores, ténicas y materiales inexplorados…

P: Imagino que a esta altura, a cualquier pintor le resultaría un privilegio que un cuadro suyo esté en su colección. ¿Le ha pasado que le hayan pedido incluir alguno, que le hayan regalado para que esté?

R: Las obras que integran la Colección responden a nuestras intenciones de mantener el hilo conductor.

P: ¿Qué relación personal mantiene con los artistas? ¿Le interesa saber cómo ven ellos sus obras, por qué las hicieron, cómo las interpretan?

R: Es fundamental para la Colección desde su origen hasta la época actual. Las visitas a los talleres y las charlas con los artistas contribuyen al esclarecimiento de la propuesta.

La condición judía

P: ¿Qué había en el hogar de los Ost, inmigrantes judíos de Polonia, como para que de allí haya salido Clara, tan amante del arte?

R: Había un gran respeto por el ser humano y su circunstancia. Había solidaridad, muchísimo trabajo y amor. La educación ocupaba un valor primordial. Si bien las artes plásticas no estaban presentes, la música, clásica, ópera,judía secular y religiosa se escuchaba permanentemente en la casa.

P: ¿Cómo vive usted su condición judía?

R: El judaísmo es mi esencia y mi historia, está en el encare ético y filosófico de mi presente y mi futuro, pero no en la práctica de cumplimientos rituales ni comportamientos formales.

P: ¿Su muestra incluye alguna obra con motivos judíos?

R: Hay obras como Los Testimonios de Auschwitz o las Flores de Auschwitz de Hugo Longa. Cuando Simone Weil nos visitó, parada frente a las mismas expresó que en ellas estaba representado todo el horror y sufrimiento de la Humanidad.

P: Qué impresionante saber que Simone Weil los visitó. Y muy fuerte lo que usted cuenta que ella dijo…muy cierto.

R: Así es.

En tono personal

P: Hace unos meses falleció su esposo e imagino que eso inició una etapa muy distinta en su vida. ¿Cómo se sigue adelante con el amor por lo que hacían juntos, sin tenerlo a él a su lado?

R: Carlos sigue estando. Construimos una familia, una Colección y un legado con el cual estamos todos comprometidos y trabajamos para que esté siempre presente.

P: A los algo más de 80 años –le deseo salud hasta los 120- ¿qué sueños se sigue persiguiendo? ¿Qué metas se busca alcanzar?

R: Siempre hay asignaturas pendientes y nuevos desafíos. Deseamos salud física y mental para poder realizarlos.

P: Amén, que así sea. Clara ¿hay algo que usted considere que hay que agregar, que yo no le haya sabido preguntar? Lo que usted quiera.

R:Ana, le agradezco y la saludo cordialmente. Me despido con una frase del pintor Mark Rothko: ´Para nosotros el arte es una aventura en un mundo desconocido que puede ser explorado sólo por quienes están dispuestos a asumir el riesgo´.

P: Y usted y su esposo Carlos Engelman (z”l) lo han hecho con pasión. Gracias mil por esta entrevista Clara. Ha sido un privilegio.

R: Muchas gracias Ana.