Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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En 2008, el artista plástico Carlos Bebeacua, uruguayo pero afincado en el Viejo Mundo desde hace varias décadas, se erigió como sacerdote de la Iglesia del Orgasmo, un nuevo culto que prometía cambiar el comportamiento ético de las personas, y que estuvo a punto de ser aceptada como religión formal por las autoridades suecas. La negativa final no lo desanimó, y ahora vuelve con el Catecismo del Orgasmo, "un manual de vida en torno a la libertad"
Cuenta la historia que, hace cuatro años, Suecia estuvo a punto de ser el primer país del mundo en tener una Iglesia del Orgasmo, pero una serie de recursos y apelaciones judiciales pudieron fin al proyecto de Bebeacua. "Oficialmente no pudo ser una iglesia formal", cuenta, porque argumentaron que "el nombre de la iglesia no sólo es provocador para los círculos cristianos, sino para la sociedad en general. Si te ponés a pensar que esto es arte, es perder el tiempo de manera consecuente y con una meta, es mejor tener eso en el currículum que tener una aceptación".
Bebeacua afirma con cierto orgullo que sentó un precedente para que otros grupos siguieran su camino. Hoy, por ejemplo, existe en Suecia una Iglesia Pirata, vinculada a un pensamiento antisistema y libertario, que se nutrió de aquella inercia del culto que no fue.
Al principio quiso llevar su reclamo ante la Justicia internacional. Redactó cartas para las Naciones Unidas y buscó los contactos correspondientes, pero finalmente desistió. "A veces es más significativo un no que un sí. Con el tiempo uno va viendo las reacciones, como cuando tiras una piedra al agua y se producen los círculos concéntricos".
Plantar un árbol, tener un hijo
Después, y aprovechando el impulso de la fallida Iglesia, decidió concentrarse en el Catecismo del Orgasmo, "un libro para los que no leen", que sea "un manual de vida".
Para Bebeacua, escribir era algo así como "el sueño del pibe". En Argentina, en los albores de su exilio, el juego de la copa le vaticinó que sería autor a una edad tan lejana para sus 20 años que le pareció jamás. Ese nunca es ahora, o ayer, y ahora es el tiempo en que espera una respuesta editorial para decidir cuál será el canal de distribución.
"Podría ser presentado en catalán, ahora que hay tanto jaleo", dice. También podría descargarse a través de internet, o venderse con una obra original de obsequio. Todo vale. "Estamos pensando en llevarlo a la Unión Europea, como una propuesta de vida en torno a la libertad.".
¿Pero cuál es el planteo del Catecismo? "La idea es la de la consagración de una Virgen suprema, dejando el patriarcalismo detrás. Esto es arte efímero. Nos metemos un poco dentro del constructivismo que nos regaló Joaquín Torres García, él había tomado el mapa de Sudamérica, lo puso al revés y dijo ‘nuestro norte es el sur'. Nosotros queremos tomar de ese constructivismo el poner el mundo al revés, negar de manera crítica el patriarcado y las religiones establecidas con una nueva propuesta: crear un dios que niega a los dioses".
El concepto no es nuevo, y fue abonado en el terreno de la filosofía por Jean Paul Sartre, Friedrich Nietzsche y Soren Kierkegaard, e incluso más atrás. Pero para Bebeacua, el impulso es más bien modesto. "La idea era hacer un pequeño libro para aquellas personas que realmente no leen. Se lee cada vez menos, y las nuevas generaciones creen que la historia empezó ayer. Esto está escrito para aquellos que no leen, y para aquellos que sí tienen el hábito, provocarles una sonrisa, que frunzan una ceja. Voy en pos de una trilogía. Ya comencé las dos obras que faltan. Tengo los títulos, el comienzo y de qué va la cosa".
"El Catecismo", dice, "el antidogma, es la libertad. Pienso que si el libro se llamara ‘Manual de vida en torno a la libertad' y se leyese ‘amor' cada vez que se encuentra la palabra ‘orgasmo', creo que se entendería más claramente esta iniciativa. Cada uno tiene que leerlo por donde quiera".
Indignados del mundo, uníos
"Hay una inquietud dentro de mí, por eso las cosas se encaminan, y a veces sigo adonde el viento me lleva. Hay que animarse. Me gusta eso de nadar contra la corriente, tienes más posibilidades de encontrar cosas", dice Bebeacua, que llegó al Viejo Mundo huyendo de represiones y hoy ve que un fantasma recorre Europa y no es aquel con el que amenazaba Marx.
"Hoy la cosa está chatísima", opina quien observa Europa con un pie en Suecia, el otro en España y con ojos todavía extranjeros. "Mira lo que le han hecho a los griegos, a los portugueses con los rescates, y lo que le han hecho a América durante tantos siglos. Y al África. La cosa está aquí chatísima. Fíjate que estamos en el momento de los indignados, y yo soy un indignado desde siempre, y antes que yo, mis abuelos. Por lo que pasó en África, y en la India, y lo que pasa con la Primavera Árabe. Tomemos el mapa de África, pongámoslo patas arriba y digamos ‘ahora soy negro, y me duele el hambre de mi pueblo'. Pero aquí los indignados sólo piensan en que no pueden consumir, y, para que consuman los de acá, tiene que sangrar el culo del Tercer Mundo".
Y, sin ser economista, Bebeacua cree tener la idea para acabar con la crisis ibérica y volver España, "de un país de deudores, un país de millonarios". "La idea es muy simple: aquí están hablando de si piden o no rescate, que sería de 80.000 millones de euros. Propongo que España, que con extranjeros, legales e ilegales, tiene entre 40 y 45 millones de habitantes, pues que se tomen sólo 45 millones de euros de esos 80.000 millones, y le den, no en metálico, un millón a cada habitante de España. Todos serían millonarios, cada uno tendría un millón de euros, y el Estado se quedaría con 79.955 millones. Ese dinero podría ir al banco, a la inversión... es un porcentaje menor de una deuda que va a pagar el pueblo".
En tiempos en que de este y el otro lado del planeta se discute una Renta Universal y el mundo entero cuestiona el asistencialismo, el planteo de Bebeacua tiene menos de descabellado de lo que aparenta, y no deja de ser seductor. Al fin y al cabo, ¿qué es lo que se pretende rescatar?
Navegar es necesario
Bebeacua no descansa. Además de la publicación del Catecismo, trabaja en su taller en una nueva serie pictórica y quiere convertir la sede la Iglesia del Orgasmo en Suecia en un museo de arte contemporáneo. "Hay que decir algo. Si me metí en la plástica fue por la inercia, y porque al llegar a un país donde se habla un idioma que no es el tuyo te quedas sin palabras, y entonces la plástica es una buena forma de seguir diciendo cosas paralelamente a lo verbal".
Su nueva obra lleva por nombre ‘Salam Aleikum' (La paz sea contigo), o también 'Nuestro norte es el sur'. "Se trata de cómo he visto a través de la TV cómo se ha interpretado esta bonanza europea, esta puerta al progreso. El culo blanco que ha cagado a todo el mundo y ahora pone un muro. Primero le roban el oro a los americanos y ahora los quieren echar porque andan revolviendo los tachos de basura del famoso progreso europeo. Tiene que ver con la espera, la gente que espera, desde el feto, y morirá sodomizada por el progreso del hombre blanco". Aunque alguna esperanza queda. "Ojalá el Catecismo del Orgasmo pueda cambiar las cosas", dice. Como el mundo no se terminó el 21 de diciembre de 2012 como profetizaban varios y si es el comienzo de una nueva era, tal vez sea el momento oportuno de darle una oportunidad. Quizás, quién sabe.
Leé un fragmento del Catecismo del Orgasmo
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Documentos asociados:
Salam alykum o “Nuestro Norte es el Sur”.pdf - Explicación técnica sobre Nuestro norte es el sur
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